No limites tu imaginación y sueña como un niño!

Queridos hermanos y hermanas de luz, mucho antes de esta edad de oportunidad, lejos de sus primeras preguntas, de su primera conciencia y lo que sea que puedan hacer, ser y vivir en la hora de hoy, todos ustedes han sido, en un momento de su vida, un soñador dotado de una imaginación ilimitada.

Este soñador del que estoy hablando es simplemente el niño del que una vez fuiste y al que se le ha aconsejado desde hace algún tiempo que vuelva a ser un soñador.

Recuerda, cuando estuvisteis inmersos en el mundo de vuestra infancia, os divertisteis, estabais sentados en una cama imaginando ciertamente que el suelo estaba lleno de lava o tiburón y en ningún caso deberíais caer. Por supuesto, este ejemplo que demuestra que nada puede estimular su imaginación es uno de muchos.

Recuerda, que antes de la era de la razón, tus sueños eran completamente diferentes a los que tienes hoy en día y para verlo, todo lo que necesitas es una simple pregunta a la que ya has respondido al menos una vez en tu vida:

Una pregunta banal que, en su mayor parte, hay que desenterrar para encontrar una respuesta, a pesar de las infinitas posibilidades que evoca. Una vez que se han establecido ciertas respuestas, a menudo encontramos lo siguiente:»yo haría este o aquel trabajo«,»compraría una casa»,»crearía una asociación benévola» y tantas otras cosas que demuestran la limitación que se impone a los sueños y la imaginación.

Pero no tomes mi palabra, mira por ti mismo haciendo la pregunta anterior a tu supuesto séquito «adulto» y al mismo tiempo, notarás que muy pocos responderán que irían a volar junto a un dragón, que hablarían con un unicornio o tomarían café con un hermano de las  estrellas y otras fantasías de todo tipo.

A medida que han crecido, han pasado de la fantasía a la seriedad de lo que ustedes llaman una vida activa y también lo ha hecho la limitada percepción que muchas personas tienen de la espiritualidad. De hecho, ustedes han oído hablar del niño interior en miles de ocasiones sin integrar su verdadero significado y mucho menos viviendo este estado de ser en una base diaria.

Ser un niño o al menos ser un niño de nuevo no es algo que encontrarás en meditaciones pasivas donde estés en una postura determinada, para aumentar tu ritmo vibratorio por alguna práctica y cualquier otro protocolo ilusorio, porque ser un niño es asombrarse de todo, soñar, divertirse e imaginar sin límites y con fantasía.

Así pues, habréis comprendido que el niño no necesita esperar a que varios portales y fenómenos cósmicos sueñen, se diviertan, sean auténticos sencillamente y menos aún que los protocolos estén conectados y bien anclados y es que debemos liberarnos de toda trascendencia, la trascendencia es la corrupción de la imaginación.

No es nuevo decir que estás condicionado por tu trabajo, tus horarios, etcétera y no sé quién eres, no conozco tu experiencia y tus diversas experiencias, pero lo que puedo compartir contigo con certeza es que nada ni nadie puede impedirte soñar, imaginar con fantasía excepto tú mismo y la seriedad, demasiado seria que traes a tu vida y su desarrollo.

Por su Autenticidad, los niños son el ejemplo más grande que se pueda imaginar y decir que un adulto carece de anclaje porque habla de unicornios, de volar con un dragón, de hadas, de magos, de paisajes insólitos, etc., es volver a decir que estos niños no han comprendido nada de la vida, pero también es para limitar lo infinito, ¿no?

AUTORA: Lurdes Sarmiento redactora en la gran familia de hermandadblanca.org