Reflexología Podal: Una relajante y provechosa manera de cuidar nuestros órganos con masajes
«La felicidad radica, ante todo, en la salud.»
– George William Curtis
Todos hemos sentido alguna vez que nuestros pies nos matan luego de un largo día de trabajo. Y cuando tenemos los pies cansados, lo traducimos en un cansancio físico global.
Para aquellos que hemos tenido la fortuna de experimentarlo en alguna ocasión, no hay nada mejor para ese momento como un buen masaje en los pies.
Muchas veces, descuidamos la salud de nuestra extremidad más alejada del cuerpo, pero la verdad es que en el pie se encuentra una gran cantidad de terminaciones nerviosas. Además, nuestros pies son un mapa donde tenemos información directa de todos nuestros órganos. Es así que el pie es un reflejo del estado de todo nuestro cuerpo. Por eso, la reflexología podal se abre camino cada vez más como una disciplina atractiva para todos, y una alternativa complementaria para nuestro tratamiento.
Vamos a hablar, entonces, sobre la reflexología podal, un poco de sus orígenes, sus beneficios y, como no podía ser de otra forma, daremos a conocer algunos ejercicios prácticos para que emplees en tu casa cuando sientas que tus pies necesitan un poco de atención.
Qué es la Reflexología Podal
La reflexología nace de la medicina alopática, la cual sostenía que en las etapas primarias de la formación del embrión, puede notarse una conexión entre diversos órganos internos y algunas zonas de nuestra piel. Por lo tanto, se da una propiedad conocida como zona refleja, lo que significa que determinadas áreas de nuestro cuerpo son el reflejo (y por lo tanto la representación) de otra parte del mismo. Es así que la reflexología podal, valiéndose del conocimiento de las relaciones entre piel, músculos y órganos, se dispone a tratar problemas internos actuando desde lo externo.
Si bien cabe aclarar que existen muchas zonas reflejas del cuerpo, la zona del pie es la favorita por su tamaño, lo que la hace totalmente accesible al tratamiento; y la sensibilidad que tenemos en la piel que lo circunda.
Nuestros pies están compuestos por más de veinte huesos, cien ligamentos, alrededor de veinte músculos que se encuentran en contacto con los nervios y los vasos sanguíneos. Y se ha demostrado que en él pueden identificarse enfermedades como la artritis, diabetes y una variedad de afecciones cardíacas.
Sin embargo, la reflexología podal no es algo necesariamente nuevo.
Historia de la Reflexología podal
Quizás una de las culturas que más se ha interesado por el bienestar de nuestro cuerpo es la civilización china. De hecho, tienen un largo camino recorrido en lo que respecta a la aplicación de masajes corporales. Hace aproximadamente unos cuatro mil años, se notó que cuando se aplicaba un masaje, este influía a su vez en el bienestar general de la persona. De esta manera, órganos internos del cuerpo se veían afectados por masajes que se efectuaban incluso en una zona no muy cercana. Esos son los primeros pasos que nos llevarían a la reflexología podal actual.
En el continente americano, los pobladores originarios eran tratados por sus dolencias con masajes corporales que los curanderos y los chamanes impartían. En Europa, el escultor italiano Benvenuto Cellini (1500 – 1571) trataba su incansable dolor intenso con presión aplicada en los dedos de los pies, según está documentado en un informe.
Sin embargo, no fue hasta el siglo XIX que la reflexología podal comenzó a ser estudiada y basada en fundamentos científicos.
El psicólogo ruso Iván Pávlov junto a su asistente Alexei Speranski descubrieron que el sistema nervioso participa en el desarrollo de las enfermedades, y explicaron el mecanismo reflejo. Luego él sería ganador del Premio Nobel en 1904.
Diez años después, el médico estadounidense William Fitzgerald descubrió que podía realizar operaciones de nariz y garganta reemplazando las anestesias con presión ejercida en diferentes zonas del cuerpo. Él fue el encargado de desarrollar la teoría de Las Diez Líneas Energéticas, que nos permitirían establecer la ubicación de las representaciones de los distintos órganos en nuestros pies.
Reflexología podal: Ubicando los órganos en nuestros pies
De esta manera, podemos dividir tres zonas diferentes en nuestros pies.
La primera línea transversal atraviesa nuestro pie por la articulación de la primer falange, es decir la base de nuestros dedos. Esta línea se corresponde a la línea de los hombros, y a los órganos del cuello y cabeza. Aquí encontraremos la zona para tratar los problemas en la nariz y garganta.
La segunda línea transversal, lo atraviesa por prácticamente la mitad, y se corresponde a la zona que va desde nuestros hombros hasta nuestro diafragma. Comprende de esa manera los órganos del tórax, la parte superior de nuestro abdomen y nuestros brazos hasta el codo.
Por último, la tercera línea transversal atraviesa la articulación del tobillo en diagonal hasta nuestro talón. Esta zona se corresponde al área comprendida por el abdomen y la base de la pelvis.
Eunice Ingham, una masajista de norteamérica, desarrolló diferentes técnicas para ser aplicadas en las distintas zonas reflejas del pie basándose en esta teoría, y de esa manera se da lugar a una aplicación más certera de la reflexología podal.
Beneficios de la Reflexología Podal
De esa manera, puedes aliviar las dolencias de las distintas partes del cuerpo enfocándote en un trabajo de reflexología. Ten en cuenta que es en nuestros pies donde se ejerce casi toda la presión de nuestro peso corporal a lo largo del día. Aunque hay que admitir que lo más beneficiado por esta disciplina sea el sistema nervioso.
Sabemos que el principal efecto es el de tratar los distintos órganos para su correcto funcionamiento, pero además el efecto relajante de esta práctica te ayuda a reducir el impacto que el estrés tiene en tu día a día. También el sistema inmunológico se potencia y de esa manera el cuerpo está más preparado para curarse a sí mismo.
Además, la reflexología podal actúa como estimulante para la circulación sanguínea y por lo tanto promueve la eliminación de las toxinas del cuerpo. Sabemos que puede ayudarnos a reducir los dolores, y que al disminuir el nivel de estrés, tiene un impacto positivo sobre nuestro humor y nuestra creatividad.
Ejercicios para realizar en casa
Una práctica muy recomendada para antes de comenzar es descansar los pies durante un lapso de diez minutos en agua tibia con sal. De esa manera, nuestros pies comenzarán a estimularse. Antes de proseguir con el masaje es importante secarlos bien.
Una vez listos, podemos empezar nuestra reflexología podal con un contacto ligero, como acariciando nuestros pies desde el tobillo hasta los dedos y de a poco, le vamos aplicando más presión. Luego de realizar esta acción por unos minutos, puedes proseguir a realizar círculos sobre la planta de tus pies, presionando con tu pulgar.
Es también recomendable que suavemente gires cada uno de los pies hacia la izquierda y luego hacia la derecha, preferentemente no más de cuatro veces.
Para terminar, puedes aplicar presión con la palma de tu mano sobre tus pies, comenzando en la punta de cada dedo, hasta la base del mismo. Debes empezar por el dedo gordo e ir luego pasando a los demás.
Puedes utilizar aceite para la reflexología podal si así lo deseas, pero recuerda limpiar y secar bien los pies luego de finalizar con el masaje.
Te sorprenderá lo bien que puedes sentirte luego de esta pequeña atención.
Y lo fantástico que es para terminar el día.
AUTOR: Lucas, redactor de la gran familia de HermandadBlanca.org
FUENTES:
- https://www.efisioterapia.net/articulos/reflexologia-podal-un-enfoque-la-fisioterapia
- https://www.deustosalud.com/blog/terapias-naturales/que-es-reflexologia-podal-que-beneficios-tiene
- https://masajeadorde.com/masaje-casero/de-pies/
- https://reflexologiapodal.review/tecnicas-de-reflexologia-podal-paso-paso/
Me encanto el artículo, un cordial saludo.
Buenísimo el articulo. Un cordial saludo.