LA LEY DEL GIRO: Ama, Gira, Ama

Hada bailando bajo la luna
LA LEY DEL GIRO

Creo que todos hemos experimentado esa amarga sensación de dejarnos llevar por la impulsividad reaccionando a comentarios, miradas o gestos, sugerencias procedentes de nuestros seres queridos y en el impulso de un momento hemos sacado a la luz aspectos nuestros que nos desagradan mucho.Posiblemente a todos nos pasa con mas frecuencia de lo que nos gustaría incluso admitir. Sabemos que esa reacción no es adecuada pero a lo mejor ese ser querido -nuestra pareja, hijo, amigo, madre, compañero de trabajo, jefe- sabe que hilos tocar para sacar el “lado oscuro”. Y después nos sentimos mal por no haber estado a la altura…por una vez mas habernos dejado llevar por esa impulsividad. ¿Te pasa esto de vez en cuando?

CAPITULO 1
1. Esta es la muestra fehaciente de que en alguna ocasión cualquiera puede obsequiarse a si mismo con una perla con la que no contaba. Esa perla no es algo que uno habría de regalarse a sí mismo, sino la forma en que el otro aparece para congeniar esa parte en que todo puede cambiar. La ley del giro es la manera en que uno decide dar el vuelco, un quiebro de la conducta, del estado psicológico, una manera de imponerse a la realidad concreta de un instante.

2. Si el caracol recorre un camino más o menos previsible, no es por la velocidad con que mueve sus músculos, sino porque en su propia naturaleza ya está la forma en que ha de atravesar un campo de hierba. La diferencia entre lo que el caracol quiere para sí y lo que el ser humano podría inventar en su trayecto es precisamente la capacidad de mirar a ambos lados. Si uno mira siempre al frente, perderá la perspectiva de su diagonal, donde también se producen acontecimientos. La mirada en diagonal nos permite deslizarnos por otra vereda que aún no ha sido contemplada. El camino recto conduce a muchos sitios reconocibles, pero saltar la valla produce un estado de aventura a la que nadie debería resistirse.

3. Si hablo del giro como estado psicológico es porque la propia acción de girar, su física en el movimiento, ya nos lleva a las cualidades de lo que se quiere explicar aquí. Dar el giro supone la posibilidad de reinventar la mirada sobre las cosas del mundo, adelantarse a un suceso, intercambiarlo, expresarlo de otro modo. La expresión por excelencia de la ley del giro es el estado de cambio. Girar es abrirse a la posibilidad de nuevos aconteceres que, quizá, uno no había contemplado con anterioridad. Es la exigencia que cada cual ha de propinarse para establecer un punto de inflexión entre su propia naturaleza y aquellas situaciones no deseables.

4. Saltar la valla para desmarcarse del «camino institucionalizado», es decir, aquel que define las acciones que los demás esperan de nosotros mismo, de cada uno, produce otra demarcación y esfuerzo. En uno y en los demás, y tomarlo como algo deseable requiere un trabajo psicológico y mental. No se trata de luchar contra la norma, sino hacer que esta pueda ser tan elástica como nuestra inventiva nos lo permita. Dar el quiebro, por muy movedizo que el concepto parezca, implica voluntad de llegar a ser uno mismo, lo que uno ya es, llevarlo por el itinerario más propicio. Mientras el caracol, por su propia naturaleza, no exige que la curva de ese camino sea pronunciada, el ser humano, la persona, ha de jugar con que esa posibilidad se le presentará en multitud de ocasiones. La curva está presente en la vida. Pero la curva también podría explicarse desde otro punto de vista: si al girar solo encuentras maleza porque esa dirección del campo abierto no ha sido despejado de escombros, matojos y piedras, crea tú el antecedente por el que esa trayectoria pueda convertirse en un camino transitable.

5. La ley del giro, que viene a ser lo mismo que esa manera en que la persona puede provocar un quiebro en las actitudes negativas o situaciones no deseables, parte de esa otra premisa en que la voluntad ha de predominar como estado anímico, desde luego muy por encima del abatimiento o la desidia. Lo contrario del la ley del giro es la apatía, queriendo decir con esto que ante un hecho negativo uno se deja influir por él hasta el extremo sin contemplar la posibilidad de que en la maniobra que supone alterar las situaciones también está el objetivo de la felicidad.

6. Llego así a la primera regla de la ley del giro: comprender las reacciones propias ante situaciones concretas nos lleva a esclarecer nuestra propia conducta. Pero la conducta, la actitud, no es un monolito inamovible. Este puede ser esculpido, modificado, en beneficio de nosotros mismos. La ley del giro es la explicación concreta de que entre los hechos y nuestro estado psicológico existen pautas que podemos aprender y utilizar para hacer el mundo que nos rodea algo más deseable.

CAPITULO 2

7.  Para hacer el mundo que nos rodea más deseable debemos comenzar con aislar todos aquellos factores que nos han conducido a una situación donde un giro es necesario, VITAL.  Un buen punto de arranque es la confesión personal de que la situación, incluido la persona o personas involucrada (s) en la situación a girar, te importa (n).  De lo contrario, la indiferencia no provoca jamás un giro porque no hay nada que girar.  Es decir, en la indiferencia no hay movimiento; hay estancamiento puro y nulidad de afectos y emociones.

8.  Habiendo previamente asimilado la importancia para ti de la persona involucrada, como en todo, también los giros son distintos o mas bien diríamos que se llega a ellos utilizando mecanismos varios dependiendo de la frecuencia, severidad, y autoconocimiento personal, entre más.  La inmediatez en la respuesta hacia el giro dependerá por tanto de la situación afectiva y emocional de los participantes así como de severidad o crudeza de los hechos que han motivado una situación donde el giro es imperativo.  Hay giros instantáneos y éstos siempre provocan mucho placer.  El movimiento aquí es rápido, sorprendente, divertido, ondulante y mágico. Pero hace falta mucha fuerza para actuar de manera inmediata sobre la negatividad recién generada. Sin embargo, es éste el giro por antonomasia.

9.  Llegamos a la contingencia, o toda condición o situación cuyo desenlace final, ganancia o pérdida, solo se confirmará si acontecen o dejan de acontecer uno o más sucesos futuros inciertos.  Y en la acción sobre la incertidumbre tanto como en el rescate férreo de la propia voluntad -a la que se hace mención en el capítulo 1-, reside el poder del vuelco para lograr la ansiada situación de bienestar o la vuelta a la «normalidad» emocional y psicológica. Pero, la contingencia se sostiene sobre un concepto pivotal:  la acción o falta de ella.

10.  Ante lo expuesto, nadie está absuelto de no provocar giros. ¡Este es un deber con uno mismo y con los demás!  Está muy bien reconocer que hay situaciones en un momento dado que acarician los miedos, las inseguridades, la agresión y demás metralla psicológica y emocional  pero nos debemos al ajuste de nuestro centro tan pronto como cada cual se permite a uno mismo.  En el giro está la sanidad, el perdón, el equilibrio, la sobriedad, el reajuste, el crecimiento y el amor. Depende de cada cual elegir el momento, la forma y el lugar del giro.

CAPITULO 3

O los giros no inmediatos entre personas relativamente sanas.

12.  Posiblemente son varios los focos de crispación y tensión que acarrean las discusiones, malestares y broncas que nos catapultan a la situación de ruptura o rechazo con la persona con la que se ha de girar. Seamos sinceros y entendamos que el problema que desemboca en este fatídico desenlace es por lo menos nuestro.  O generado en nuestro interior.  Quizá el otro también esté embetunado pero para nuestros fines, el (ella) es sujeto pasivo y de menor importancia aunque también se describe su rol posteriormente.

13.  Es fundamental por tanto entendernos y desubjetivarnos con el fin de poder llegar a la mayor brevedad posible a poder darle la vuelta a las situaciones que han provocado el desconcierto.  Somos tantos y tenemos tantas opiniones y reacciones: ¡cada cual las suyas!   Con esto digo que hay que enfatizar que nuestras reacciones no son las mismas o lo que es lo mismo, lo que a mi me molesta para otro es entonar el Ave María de Shubert alegremente.  Si bien es cierto que todos somos humanos y nos suelen gustar y molestar las mismas cosas -a todos nos gustan los regalos, caricias, cumplidos y nos cabrea que nos den una galleta-, la reacción y el establecimiento del umbral que detona el combustible psicológico, no es el mismo para cada criatura de dios..

14.  Es muy facilito y terriblemente recurrente el echarle el muerto al otro una vez se desmantela el caos.  Estamos tan embaucados, saboteados y secuestrados por las palabras o acciones que acabamos de experimentar que inevitablemente el otro tiene SIN DUDA la culpa de todo lo ocurrido.  Es decir, “¿como, ¿pero como? es posible que me haya dicho o hecho esto?”  Ni por un momento se para uno a pensar en todo lo que se le ha dicho o hecho al (a la) colega. Es que sencillamente el hacerlo no forma parte de la fórmula en ese momento ya que el secuestro no nos lo permite.  Solo retumban las palabras y acciones que nos han herido o molestado.  Solo y únicamente.  Que no planteo por un solo instante todo lo que yo he podido hacer y ha dado paso segundo a segundo al trágico desenlace.

15.  Sin embargo, el poder del cambio reside EXCLUSIVAMENTE en uno.  Es decir, yo solo soy dueño de mis acciones y en ellas está el 100 por 100 de las posibilidades de la acción.  Claramente lo que hagan los demás, no está dentro de mi alcance y si, bien por despecho, ó por el famosísimo y conveniente  y siempre a mano orgullo o entiéndase erróneamente dignidad ó la rabia incontenida ó cualquiera de las razones rimbombantes que nos legitiman y auto complacen en nuestro recién modo de actuar, lo que hacemos normalmente es esperar a que el otro reaccione.  Ay querido y querida, No, No, No!  No estamos actuando bien!!!  Hemos elegido inconscientemente situarnos en el inicio de la elevadísima pendiente de la primera curva de la montaña rusa.  La que verdaderamente pone los pelos de punta y nos somete a todo tipo de perjuicios.

16.  Por tanto, hagámonos un favor, y asumamos por nuestro propio equilibrio mental nuestro rol en el entramado.  Que nos sentimos molestos, dolidos, abatidos…hombre ya lo sé!  Lo tengo CLARÍSIMO.  Avanzamos un poco, pues, mas allá de lo obvio.  ¿Podemos poner en un montoncito y agrupar todos los insultos, agravios y puñales recién recibidos?  Sí, están ahí; no me olvido de ninguno; ni los menosprecio tampoco; todos y cada uno de ellos, bien atados y considerados.  Pero de momento APARTADOS.  Los ponemos juntos, los atamos con un lazo y los metemos momentáneamente en una parte del cerebro; la que más le guste a uno.  Los aislamos de momento.  Porque ahora viene la parte que escuece.

17.  ¿Quien se ha dado cuenta de que inmersos en mecha y polvorín duele mucho más asumir todo lo que uno recién acaba de ejecutar?  Por eso, la culpa, corriendo y automáticamente… al otro! Todas mis acciones que han cooperado -y me importa un comino si ha sido mediante chillidos o en silencio; actuando ó reaccionando y finalmente creado el fenomenal estrépito-, todas y cada una al mismo tiempo son las saboteadoras.  Pero son mudas, impalpables, sordas, ciegas e insípidas.  Es decir, no se experimentan conscientemente.  No aparecen por ningún lado y sin embargo son la base de la catalepsia.  A buen seguro que nos duele más todos los cañonazos que acabamos de lanzar que los recibidos.  Claro! son los que nos hace malos, imperfectos, defectuosos, animales, deficientes, incompletos y sucios… Es el Darth Vader de la Guerra…Por eso insisto en que toda nuestra metralla es la base de la pirámide y permanece oculta.  Lo que está en la superficie es lo recibido por parte del otro y de ahí que lo veamos tan fácilmente; y pasamos tiempo, bañándonos, sumergiéndonos, flotando, balbuceando y regodeándonos en esa bañerita.  Es que es mucho más cómodo!  Casi que qué suerte el regocijarse con lo que nos han hecho porque…pobre de mí!  Que horror todo lo que me han dicho!  Pero……..el fondo es mucho más misterioso, tenebroso, frío, oscuro……se intuye el abismo y se evita. Y la cantidad de trucos y malabares que somos capaces de acometer con el fin de evitar asomar la vista y vislumbrar el fondo!  Y ala!  el muerto al …

18.  …Regálate verte por dentro.  Ves hasta la base de tu propia pirámide.  Mírate desinteresadamente, y sin culpa, a modo de espectador y revisa tus propias acciones.  Estarás empezando el proceso de GIRAR.  Es la redención, la liberación de todo lo que te está saboteando.  Es poner el dedo, IDENTIFICAR, todo lo que te está haciendo sentir un guiñapo.  Una vez lo has detectado, el peso es ya mucho más liviano.  O como suele decir el vulgo:  «menudo peso de encima me he quitado».  Regálatelo, por favor.  Lo demás ya es mucho más fácil. Es el coser y cantar que precipita el GIRO de la propia exoneración, el perdón y el avance. A partir de ahí, se elije el momento y lugar de comunicar los resultados de tu análisis a la otra persona.

19.  ¿Donde quedan los agravios enlazados y colocados momentáneamente en el cerebro? Ahí!  Siguen ahí pero esos son los de la otra persona.  El otro fué quien los lanzó.  Le pertenecen a él. Son suyos!  Tú los has recepcionado y dolorosa y momentáneamente aislado.  Si el dueño de las joyas ha sido capaz de valientemente acometer el mismo proceso que tú, el de la introspección y autovaloramiento, sabrá que toda esa carroña le pertenece a él (ella) y mediante el proceso de la sanación, y comunicación a través de las debidas disculpas, él o ella tomará honorablemente su parte.  Acordémonos que estamos hablando de tu novio o marido, tu amigo, tu familiar y todo el resto de gente que forma parte de tu entramado relacional.  Hablamos de gente tan humanamente normal como tú.  Si ellos no dan su propio giro, la base de su pirámide fantasmal se irá haciendo más y más gorda.  Desgraciadamente, ese es su problema; en absoluto el tuyo.  El tuyo, ya ha quedado resuelto una vez se ha identificado y comunicado los agravios que tú has cometido.  Mágicamente, eso te ha devuelto el equilibrio, la armonía, la paz y la libertad.   Enhorabuena, en el proceso te has hecho mas fuerte y mas digno.

CAPITULO 4
22. Lo ideal seria mejorar nuestros defectos y carencias hasta el punto de no tener que utilizar, en la medida de lo posible, La Ley del Giro. Es decir, el trabajo ha de producirse fundamentalmente en todos los momentos anteriores a la aplicación práctica de la ley. Esto quizá sea imposible en todos los casos de la vida, pero el esfuerzo que uno hace consigo mismo ha de producirse antes, es decir, sabiendo que ambos amantes no actúan con el afán de producir daño y que las equivocaciones pueden ocurrir de un modo tan arbitrario en la medida en que el ser humano puede fallar en ocasiones, o, por otro lado, que la interpretación de uno se extralimite en sus conjeturas en base a su percepción de la realidad.

20. El capitulo 4 será el más sencillo. El que en esencia comprende y aglutina todos los demás, pues este va referido al amor hacia el otro y en mayúsculas. Querer a alguien es aceptarlo, entenderlo, comprenderlo y ayudarle, y en tal reciprocidad entre dos personas ha de formarse el entendimiento de lo que significa el propio amor que sienten dos personas. Es cierto que cada uno puede percibir las cosas de una manera distinta, pero el amor entre ambos ha de congeniarlas al saber, por ambas partes, que los hechos y actos no se llevan a cabo para producir daño alguno.

21. Querer a alguien (y eso ha de ser así para ambos amantes) exige un compromiso en el que las equivocaciones de una de las partes no han de ser vistas como una ofensa irreparable. El ser humano se equivoca, reacciona, reconoce, pide perdón, pero es en el amor donde se ha de encontrar la propia estima de las cosas que nos rodean y que incumben a los amantes.

23. Intentar trascender la propia percepción que tenemos de la realidad, de los hechos concretos, es fundamental para resolver algunos momentos críticos, y es posible que solo a través del amor pueda conseguirse tal efecto. ¿Como congeniar dos posiciones opuestas sobre un mismo hecho? Solo el  amor nos da la clave. No es pretensión de los amantes causar un daño al otro, entre sí, y esta es una fórmula que ha de entenderse en toda su magnitud, pues es la fuerza que hará que los errores de ambos puedan rectificarse y comprenderse sin sentir que la balanza está de un lado o de otro. El pretendido equilibrio está en resolver este enigma.

24. Llegados a este punto, y viendo que lo realmente importante es actuar antes de que haya de hacerlo la Ley del Giro, se ha de decir que el verdadero trabajo empieza con uno mismo, para luego pasar a un trabajo conjunto entre los amantes, dotando la percepción de uno y de otro de un sentido que los unifique al margen de posibles ofensas y delirios instantáneos. El amor trasciende ese sentido de la percepción y unifica el significado de la realidad para ambos, al menos para saber de manera cierta que estos no podrán hacerse daño nunca aunque uno pueda creerlo en momentos concretos según sus parámetros perceptuales. Esto ha de ser así para ambos. Aceptar, comprender y ser capaz de olvidar los errores de uno u otro es un acto de amor, porque el error no lleva en sí mismo el daño.

25. Vivimos en una realidad polisémica, como las palabras, donde cualquiera de ellas puede significar cosas distintas para cada uno de los amantes. Amar es congeniar, en cierta medida, los significados, y cuando este preámbulo no se produce es al menos certero intentar llevar a cabo un acto de comprensión respecto a los significados que el otro registra para su realidad. Eso, definitivamente, también es un acto de amor.

26 El giro es una acción que ha de producirse, y puede producirse, antes de llevar a término la propia Ley del Giro. Mejorar las deficiencias de uno ya supone un giro en sí mismo, y esta mejora ha de realizarse con el fin de sanarse de la impureza de nuestros propios actos y evitar situaciones no deseadas por ambos. En el principio de todo están la cualidades de uno para ver como mejorar las carencias y defectos, evitar errores pasados y mantener una calidad de vida que beneficie al entorno, del mismo modo al otro más próximo. Ser consciente de los propios errores ya nos pone en el camino, pero a veces no es fácil. La percepción de uno establece una lucha con el exterior que contradice o verifica los hechos mismos. De nuevo uno ha de apelar, en la medida de lo posible, a distanciarse del subjetivismo radical que impide distanciarnos de los hechos mismos e intentar tomar una postura no enfrentada. Los amantes a veces actúan por omisión, y en sus equivocaciones pude verse una afrenta insalvable. Poner en común los puntos de vista relativizando lo ocurrido podría llevarles a una postura de convergencia, de entendimiento. El equilibrio de la pareja depende de como cada cual se resitúe respecto a si mismo, pero también en referencia a la comprensión que ambos han de profesarse. Limar las asperezas y puntos de vista, incluso aquellas partes de la percepción individual que provocan malestar entre los amantes, exige un esfuerzo inmenso, un aprendizaje sobre sí mismo y sobre el otro, una fortaleza y seguridad en las palabras propias y las del otro, que sin duda, una vez alcanzado el clima favorable, repercutirán en una mejora de la persona, sabiendo además que la razón ni se da ni se quita, y esta a veces depende de un consenso, un consenso de amor ya mistad, de respeto y vida, de todo aquellos que nos habrá de hacer felices. El giro empieza en todo este aprendizaje, en la voluntad del ser por hacerse mejor ante sí mismo y ante los demás.

Publicado por el Aguila 5

3 comentarios

  1. Acabo de atravesar por uno de esos dificiles momentos a que se refieren en la introducción de este excelente artículo; así que aislaré en un atadito mental esos estados negativos, y con la fuerza del amor haré el giro para sanarme de las impurezasde mis actos.

    Gracias Hermanos de la Luz

  2. El artículo que he leído ( y que leeré varias veces más para aprehenderlo debidamente), me parece no sólo excelente sino trascental para poder realizar, o seguir realizando la apertura de consciencia .Todo aqúello que nos permita

    " mirarnos con siceridad hacia adentro" y también e indefectiblemente vernos como en un espejo en el otro, es así: trascendente, pasos elementales para el crecimiento espiritual. Agradezco la Gracia de poder leerlo. Un Abrazo de Luz, Dora.

  3. muy bueno el tema muy claro ,pero no me quedo claro el hecho de cuando uno esta solita en el mundo pechando un carro y vive de giro en giro y el resto es como no lo ven siquiera.

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