Armonización cuántica del campo energético.

Entendemos armonización como una acción de equilibrar, limpiar y ordenar en la máxima amplitud que nuestra imaginación nos permite interpretar. Consiguiendo que donde enfocamos nuestra acción, no solo se limpie, sino que se produzca un incremento de vibración y por acción directa, de conciencia. Al igual que cuando meditamos despertamos y activamos capacidades aletargadas, al armonizar iniciamos el mismo proceso evolutivo.

Entendemos cuántica como una actuación en la totalidad de las posibilidades. Cada uno tendrá las suyas y se moverá en su ámbito y con los margenes que su conocimiento le permita.

El Campo se refiere a un espacio delimitado donde centramos la acción y finalmente hablamos de energético para delimitar el tipo de campo. Este incluye por un lado el campo físico; que va desde unos micrometros por encima de la epidermis hasta nuestro centro o esencia. Y por otro lado el campo etérico, que dispone de diferentes capas que parten desde el final del campo físico hasta una distancia oscilante de entre metro y medio hasta posiblemente tres metros.

Tanto uno como otro campo se dividen en capas circulares que varían en forma, grosor y color según nuestro estado actual. Este estado depende de la suma de los factores de nuestra realidad como pueden ser; las emociones, los pensamientos y las interacciones tanto con el exterior como con el interior. Estas ultimas pueden estar condicionadas por nuestros espacios vitales habituales como son; el hogar, lugar de trabajo, lugar de ocio, y además personas con las que interaccionamos conscientemente, inconscientemente o causalmente. Alimentación y conciencia sobre esta.

Una vez que ya tenemos los conceptos podemos ser sistémicos y adentrarnos en este maravilloso mundo de la armonización cuántica del campo energético. Si estamos armonizados podemos encarar lo que nos venga desde nuestro eje central armonizado. No es lo mismo actuar desde un momento de ira que desde un momento de armonía interna. Las cosas nos afectaran de diferente manera y el desenlace será muy diferente ya que nuestro punto de partida ante esa situación es otra. Si yo me levanto inquieto, nervioso, alterado o incluso de mal humor y al salir tropiezo en una esquina con una persona que igual que yo no la he visto, ella tampoco a mi, entonces la reacción, puede que sea desafiante, intolerante o agresiva si estoy en un estado desequilibrado, en cambio, si me levanto armónico y giro esa esquina y tropiezo con la misma persona, lo mas probable es que salga una sonrisa y una preocupación de mi ser interno, lo interpretaré como algo anecdótico y seguramente gracioso. De alguna manera y por reacciones de causa y efecto, contagiaré al otro ser, tanto si mi primera reacción es dura como si es suave. Lo voy a contagiar por una razón, porque vivo en consciencia, y eso contagia bastantes veces más que el contagio inconsciente y programado que teníamos.

De esta manera, con todo nuestro ser ,y en nuestros día a día, nos vamos cruzando con situaciones y circunstancias que dependen de como estemos interiormente, las abordaremos de una manera o de otra. Los ejercicios de armonización nos ayudan a integrar, a sentir, a transmutar de manera practica el estado armónico como un estado habitual del que se torna nuestro estado de partida y en base a este podemos afrontar las mismas situaciones con una buena paz interior. Siempre serán bien agradecidos por nuestro ser unos minutos diarios para tomar conciencia del momento presente.

Así como el equilibrio térmico nos dice que si dos cuerpos de diferente temperatura entran en contacto, estos tienden a equilibrarse con una temperatura media entre si, enérgicamente ocurre algo similar; estamos interactuando constantemente entre todos y el resultado final es al suma y resta de todas esas interacciones. Al día de hoy hay más armonía y sigue creciendo.