Cómo cultivar jengibre en casa

El jengibre (Zingiber officinale) es una planta de la familia de las zingiberáceas, cuyo rizoma (tallo subterráneo) es muy apreciado por su aroma y sabor picante.

La planta puede llegar a medir hasta 1,8 metros de altura. Posee tallos rojizos, hojas lanceoladas y flores blanquecinas.

Es posible cultivar jengibre en macetas así como en el suelo del jardín. Pero es recomendable que se comience a sembrar en una maceta antes de plantarlo directamente en el suelo, ya qué así será más fácil cuidarlo de los vientos fuertes y los cambios bruscos de temperatura que pueda llegar a tener. Así que puedes tenerlo en una maceta en casa.

Vamos a procurar mantener el suelo húmedo, con sombra y tierra caliente, de esta manera el jengibre va a poder desarrollar los nuevos brotes y no morirá por el exceso de sol. Nos tenemos que fijar bien cuando vayamos a comprar la raíz de jengibre. Tenemos que revisar que no tenga moho, insectos, esté viejo o se sienta blando.

La raíz que compremos tiene que estar firme y limpia de plagas, de preferencia tenemos que comprar una que ya tenga algunos brotes, los puedes identificar porque tienen una forma similar a la de un ojo de color verde, si no encontramos uno así podemos comprar uno que sea regordete, fresco, y esté firme.

Cómo plantar el jengibre

Hay dos maneras de plantar jengibre; la primera es para el jengibre sin brotes. Debemos colocar la raíz en un recipiente con agua tibia y lo dejamos reposar durante algunas horas o toda la noche antes de plantarlo en la maceta. La segunda es para los que ya tienen brotes: plantamos el jengibre directamente así como está, sin necesidad de ponerlo en el agua antes. Recuerda que debes poner el jengibre horizontal sobre el sustrato

En ambos casos tenemos que prepara la tierra antes de sembrarlo, como el jengibre es uno de los tubérculos más fáciles de cultivar bastará con que mezclemos 1/3 de compost o abono casero con la tierra que usaremos.

El jengibre requiere suelos profundos, con bastante humus o ligeramente arenosos y bien drenados. Así que si lo cultivas en maceta asegúrate que tiene, al menos 40 cm de profundidad.

Después revisaremos que la tierra esté aireada y mullida para facilitar el drenaje. Si todo está en orden, plantaremos el jengibre unos 5cm bajo tierra, con los brotes hacía arriba, procurando que éstos no se cubran de tierra. Para regar las raíces debes usar poca agua, recuerda que el suelo tiene que estar húmedo no mojado y ver que el agua se drene bien. Te recomiendo riegos constantes y con poca cantidad de agua. Evita el sol directo y el frío, pues relantizaría su crecimiento y desarrollo.

Cuidados del jengibre

Ya que nuestro jengibre es joven, lo mejor será que evitemos que le llegue toda clase de luz, ya sea la luz natural del sol o luces artificiales, además, habrá que meterlo dentro de la casa si la temperatura en invierno es menor de 10 °C

Será muy beneficioso optar por acolchar la maceta o suelo para mantener la humedad en la tierra, algo que beneficia al desarrollo del jengibre.

Los rizomas se recolectan cuando las partes superiores de las hojas se van amarillando, es decir, aproximadamente 10 meses después de realizada la siembra. Sino el jengibre se podría volver demasiado fibroso.

Siguiendo estos pasos lograrás tener tus propios cultivos de jengibre, y lo que es mejor, ¡sin químicos ni pesticidas que hagan peligrar tu salud!

Estimulante de la digestión, antidispéptico y carminativo, el jengibre tiene también virtudes antisépticas y expectorantes. Con él se prepara un té que actúa contra toses, bronquitis, resfriados, catarros crónicos, asma y ronquera. Dicen también que estimula el apetito, combate los dolores espasmódicos y favorece la diuresis. En homeopatía está indicado en los siguientes casos: menorragias y metrorragias en general, hemicránea, enfermedades de las vías respiratorias, diarreas flatulentas y hemorroides dolorosas. Puedes ver más sobre las propiedades del jengibre aquí

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