Cómo estamos hechos, por Isabel Nunes Governo
“El alma humana es como un lago que se comunica con el mar por medio de un canal sumergido, aunque aparentemente el lago esté cercado por tierra, su nivel de agua baja o se eleva con los mares, por obra de esa conexión oculta. Ocurre lo mismo con la consciencia humana: existe una conexión subterránea entre las almas individuales y el alma del mundo, y esa comunicación se procesa profundamente, confinada en los peldaños más primitivos de la consciencia”
Estas palabras de Dion Fortune arriba constituyen una narrativa pictórica sumamente feliz para retratar nuestra conexión con lo Divino, en términos no sólo esenciales y de identidad, sino también funcionales. Somos hechos a imagen y semejanza de lo Divino – Carne de Su Carne (Sustancia) y Sangre de Su Sangre (Vida). Tenemos potencialmente en nosotros todo el Organismo Cósmico (1), tal como es representado en la simbología fundamental de las diversas filosofías y cosmogonías de todas las latitudes y de todas las eras.
Naturaleza Holística del Universo
Todo repercute, todo se comunica en el Universo. En un grupo, o avance evolutivo (una habilidad) conquistada por una unidad de vida es una conquista patrimonial efectiva del Todo y se transfiere genéticamente a ese mismo Todo. Esta, por increíble que pueda parecer, es una evidencia cada vez más asumida por un gran número de investigadores.
En un trabajo del biólogo Rupert Sheldrake sobre lo que llamó “resonancias mórficas” citado por Sylvia Cranston (2), podemos leer lo siguiente: “… Se le fue solicitado a diferentes grupos de personas de Norteamérica y de Inglaterra que aprendiesen tres canciones de cuna japonesas, de corta extensión, una de ellas muy conocida desde hace varias generaciones por niños japoneses. Las otras dos canciones fueron compuestas de modo que se pareciesen a la primera, pero eran desconocidas en Japón. La canción tradicional resultó más fácil de aprender. Otras pruebas utilizando palabras extranjeras, la mitad verdaderas y la otra mitad inventadas, fueron dadas a personas que no conocían el idioma. De nuevo, las palabras reales fueron más fáciles de aprender. Se efectuaron experiencias semejantes con el código Morse en el teclado de una máquina de escribir, dos patrones aceptados y establecidos de modo generalizado hace más de un siglo. En ambos casos, las correlaciones y secuencias ya establecidas fueron más fáciles de aprender que las que habían sido inventadas…”
De igual modo, se verifica, sin margen de duda, y de modo generalizado, que las nuevas generaciones – incluso los niños pequeños, que aún no saben leer “instrucciones” – tienen claramente una mayor aptitud (en relación a la anterior) para todo lo que respecta a la informática, los juegos de ordenador, el funcionamiento de los móviles y cualquier otra maquinaria electrónica. Esto se debe, presumiblemente, a la reciente conquista gradual, más efectiva y masiva, de estas tecnologías, de sus funcionamientos y de sus conceptos. Un aprendizaje innovador de muchos es incorporado subjetivamente por la constitución genética de las oleadas que les siguen temporalmente.
Estas exposiciones, si bien son representativas y de enorme relevancia, refieren apenas aspectos que se procesan horizontalmente, en un mismo Plano de existencia. En el Cosmos, no obstante, esas transferencias de energía y de significados repercuten entre el Macrocosmos (el Universo) y el Microcosmos (el Hombre), así como entre diferentes Planos.
“El Todo contiene a la parte y
En el hombre encarnado, ese cuaternario está replicado, sintetizado y representado en el 7º (contando desde arriba, el 1º contando desde abajo) de los chakras, o Mûladhâra (chakra Fundamental, o de
Para los estrictos efectos que nos ocupan en este estudio, hablaremos, en particular, y solamente, del chakra Fundamental. Este, como ya dijéramos, representa y sintetiza las cualidades y atributos (bien como las conquistas evolutivas del Hombre-colectivo,
En el Universo Manifestado
Así, en el centro del chakra Fundamental radica, adormecida, la serpiente cósmica Kundalini. A través de prácticas adecuadas (de las que son depositarios Grandes Sabios, que las preservan de las ligerezas de simples curiosos e incautos) y/o de la natural y consecuente expansión de consciencia que se produce en el hombre virtuoso y “espiritualizado”, esa expansión presiona hacia arriba y corresponde al despertar de la serpiente adormecida, que irrumpe y se yergue por el eje espiritual Sushumnâ hasta alcanzar el “loto de mil pétalos”. Desde la más remota antigüedad, en las representaciones pictóricas del chakra Muladhâra, figura entonces, el Svayambhû, o lingam de Shiva con la serpiente enroscada a su alrededor tres veces y media, en una alusión a la segunda mitad, o mitad evolutiva de
Kundalini se hace corresponder, en muchos mitos, y representaciones en imágenes de las religiones exotéricas, como tentadora (portadora del fruto prohibido de
EL chakra Fundamental (símbolo del cuerpo terrestre y de la “personalidad, cuádruple”) refleja el estado de armonía de todos los componentes de la “personalidad” encarnante, y apenas cuando este “suelo” se torna digno, la simiente del Espíritu puede brotar y elevarse a los cielos (al Sahasrâra). La tierra del filósofo, regada por el aliento solar (de Pingalâ) y por el aliento lunar (de Idâ) se vuelve un terreno fértil, donde los elementos (Tierra, Aire, Agua y Fuego) se volverán armónicos, y en el que el arbol Bo (7) dé sus frutos iluminados.
Los ladrillos de
En el loto Mûladhâra está indeleble y latentemente registrada, impresa, la memoria del recorrido de
En realidad, las letras Vam, Sham, Sham y Sam son sólo símbolos, las formas groseras de una realidad más sutil a la que se denomina Mâtrikâ. Najo esa conformación grosera, ellas son el sonido positivo, Shabda, detentador de potencialidad creadora (10). Ellas encuentran aún correspondencia con los 4 elementos filosóficos: Fuego, Aire, Agua y Tierra.
En el Plano Físico, estas unidades primarias constituyentes (funcionando como puntos focales de energías específicas) deben, necesariamente, estar imbuidas de los impulsos fundamentales, generadores y multiplicadores de cualidades definidas. Ciertas cualidades se agrupan formando “pares complementarios” o “pares funcionales”, cuyas unidades son esencialmente representativas de: Energía-Fuerza (Función) / Forma (Morfología); Anabolismo / Catabolismo. De este modo, se combinan y hacen corresponder:
Vam-Sham = Guanina-Citosina;
Sham-Sam = Timina-Adenina;
Subiendo
La forma de movimiento que subyace a toda
Ese Movimiento Subjetivo Cósmico, Impulso radical o Aliento Divino (el Espíritu Santo, de la teología judeo-cristiana), que es la matriz de toda la evolución tanto en sus aspectos subjetivos como en los objetivos, marca y define la orgánica cosmológica (astronómica), las rutas espirales de todos los astros y galaxias. En el Microcosmos, en el hombre (designadamente), la expresión básica de vida confirma y se alinea en esta predisposición espiral, la matriz de vida biológica es la célebre “escalera helicoidal” o ADN. En efecto, la molécula de ADN se presenta como una escalera torcida sobre sí misma. Los escalones de esta escalera son los pares de bases nitrogenadas guanina + citosina, timina + adenina.
El ADN, en su estructura, se asemeja a un andamio objetivo, que se desenvuelve y se escora progresivamente en la estructura íntima de
En términos espirituales, la subida del Kundalinî desde el chakra Mûladhâra hasta el chakra Sahasrâra (en lo alto de la cabeza), replica en el Microcosmos (el hombre) lo que
Es precisamente el carácter eléctrico dual y alterno del Universo y de
¿Como asumimos nuestra Divinidad?
En el transcurso de las Edades, diversas fueron las metodologías formuladas por
Para
El “Árbol de
Para el investigador místico, emprender este camino no es una aventura inconsecuente, sin reglas ni condiciones: implica disciplina, despojamiento material (purificación, purgación) y una decidida canalización de esfuerzo y energía en una dirección aparentemente árida, y no exenta de peligros. Es un camino solitario, no es necesario decirlo. Y es en esa soledad en la que el caminante peregrino congrega energía, cada vez más y más energía cualificada e inteligente (que él mismo asimila y torna individualizada, acuñada por su propio diapasón). Ese es su bagaje espiritual, que lo legitima y le abre sucesivamente las puertas de cada etapa del Camino Ascendente. Es su palabra clave, su “palabra de oro”, que lleva a los Guardianes a franquearle cada Portal Secreto.
Isabel Nunes Governo
Notas:
1.- Por mucho asombro que esta noción pueda provocar, tenemos impreso en nosotros el Propósito o Plan Divino, de que somos obreros (o constructores masones…) Tenemos impresas en nosotros
2.- En su libro “Helena Blavatsky – A Vida e a Influência Extraordinária da Fundadora do Movimento Teosófico Moderno (Helena Blavatsky –
3.- En todas las culturas (y en el inconsciente colectivo de la humanidad), el cuaternario (el 4) es el símbolo, por excelencia, de la materia.
4.- Shiva y su Shakti,
5.- Svayambhû es el Espíritu Universal. Es un término que significa el autogenerado.
Es también un epíteto de Brahmâ, como un símbolo de todo el Dios o Potencia Creadora. Así, Sarasvati es a el Shakti de Brahmâ (de donde provino el nombre patronímico de Abraham, con su esposa Sara). Sarasvati es la energía, emanada de Brahmâ, que creó los mundos.
6.- La palabra dragón fue heredada del griego “drako”, que significa serpiente.
7.- El Árbol Bo fue el árbol bajo el cual, según la tradición, Buda alcanzó la iluminación.
8.- Estas, son bases nitrogenadas que se combinan, cada una de ellas con una molécula de desoxirribosa (azúcar) y a un ácido fosfórico para formar un nucleótido, principal base de las cadenas polinucleótidas que, a su vez, forman el ADN (ácido desoxirribonucléico). Es la ordenación de esas bases nitrogenadas la que define la información genética de la que el ADN es portador. Los genes mayores poseen 100.000 pares de letras pero, de media, agrupan cerca de 40.000 pares.
9.- En efecto, cada célula del hombre (y de los demás seres vivos) transporta dentro de sí una inconmesurable “biblioteca”, el ADN. Esta biblioteca posee cerca de 30.000 “libros” – los genes -, cada uno de ellos replicando las informaciones necesarias para la preservación de las características de la especie y para la definición de las características individuales, para el pleno funcionamiento biológico. El ser humano está formado en su organismo biológico por cerca de 100 trillones de células.
10.- Se dice, además, que las letras Vam, Sham, Sham y Sam son la esencia y las simientes espirituales de los 4 Vedas – Vam, del Rig-Veda; Sham, del Yajus-Veda, Sham, del Sâma-Veda, y Sam, del Atharva-Veda – así como de los 4 Yugas: Satya, Tretâ, Dvapâra y Kali. “Veda”, en su sentido original, es la ideación divina en lo tocante a la creación de los mundos, cuyos contenidos fueron parcialmente revelados a los Grandes Rishis del pasado y encarnados en los 4 Vedas.
Por otro lado, y ahora en el sistema Cabalístico hebreo, todas las atribuciones místicas cuádruples se hacen corresponder con las 4 letras del Tetragrammaton, Yod, Hé, Vau, Hé, el Nombre Sagrado que usualmente se traduce por Jehová, y también, a los “Cuatro Mundos Cabalísticos” (Atziluth, Briah, Yetzirah, Assiah), con toda la riqueza inherente de correlación de significados y cualidades potenciales.
Como ya dijimos, otra síntesis representativa que se configura en el chakra Mûladhâra (al cual corresponden los 4 Sephirah Malkuth) es la del “Cuaternario inferior” (al que corresponden los 4 Sephiroth inferiores: Yesod, Netzach, Hod y Malkuth), y constituyen su punto focal.
Y, en el Islam,
11.- Sushumnâ, y las corrientes solar, Pingalâ (a la derecha) y lunar, Idâ (a la izquierda) de las filosofías de
12.- La imagen de un eterno Péndulo Cósmico, la energía de fondo (el Akasha) vibra y traza diferentes direcciones, tornándose ora positiva, ora negativa y determinando la gran Ley de atracción y repulsión. Ese hecho crea las líneas de fuerza de la propia sustancia (Prakriti). Es el gran dinamizador cósmico que anima y hace crecer tanto una piedra como un ser humano, y que está en el origen misterioso de los movimientos de sístole y diástole del corazón en la vida física animal. En realidad, el Akasha es Kundalinî visto desde otro aspecto.