Comunidades Sostenibles en Argentina

Actualmente el término de sostenibilidad se ha vuelto tan común que se ha perdido el verdadero sentido y significado. Lamentablemente esta palabra se convirtió, en muchos casos, en una herramienta elegida por diferentes tipos de instituciones las cuales mediante su uso y particular significación perseguían objetivos e intereses propios, olvidando su verdadera esencia.

Vamos a tratar de definirla, pero tengamos en cuenta que es un concepto complejo por lo que puede que al principio sea difícil de comprender en su totalidad. Como mencione con anterioridad, existen muchos significados para esta palabra por lo que la definición que les traigo es parte de la perspectiva que más me resuena.

Entonces las Comunidades sostenibles, desde el “marco teórico” desde el cual me baso, están formadas por un grupo de personas las cuales se congregan y construyen una organización determinada la cual les permite satisfacer sus necesidades básicas, es decir las necesidades propias de cualquier ser humano. Esta organización tiene como característica central y excluyente de que toda actividad que se lleve a cabo tendrá como meta última el cuidado del ecosistema local y por ende global. En otras palabras, el objetivo de esta reunión de personas en un sistema organizado es para poder vivir en la tierra complaciendo sus impulsos digestivos, etc. a la vez que evitan seguir formando parte de la demanda consumista la cual está poniendo en peligro al planeta.

Las comunidades tanto como las personas, poseen necesidades que tienen que ser satisfechas. Por lo que es necesario que esta organización se organice de forma tal que dichas necesidades actuales sean abastecidas sino también las futuras, las cuales serán propias de las generaciones futuras. En otras palabras la visión de este tipo de comunidades es a largo plazo ya que su foco contempla a las generaciones venideras como algo esencial.

La sostenibilidad, per se, no hace referencia al tiempo o a un período en especifico ya que como tal no se puede medir.

Porque así como la vida del ser humano está dividida o mejor dicho se contempla en ciclos, en la naturaleza también se vislumbran este tipo de etapas. Estos ciclos tienen que ver con las estaciones, la energía y los nutrientes.

Este modelo de crecimiento es totalmente antagónico al modelo económico de crecimiento tradicional que hoy en día está presente a lo largo y a lo ancho del mundo entero. Este tipo de lineamiento está regido por un tiempo estricto y unidireccional. La visión que subyace es que no necesita de la naturaleza para sostenerse y ha creado o ayudado a darle consistencia a la ilusión de separación.

Si partimos de la idea de que la supervivencia de todos los seres humanos que viven en el planeta tierra depende únicamente del equilibrio del ecosistema, entonces la comunidad sostenible vela por este equilibrio, necesario para el bienestar de nuestra naturaleza, mediante la progresiva integración de nuestra vida a la naturaleza. Es decir busca volver a ser parte, como lo era desde un principio, del sistema natural del cual emergió y del cual se separó por falsas ideologías de separación y ajenación.

Estas comunidades plantean un camino de regresión, de regresión paradojicamente evolutivo hacia el reconocimiento de nuestras raíces, y el pertinente agradecimiento profundo. Mediante este movimiento, contrario al habitual, se puede observar que nuestros antepasados vivieron de una manera sostenible durante muchos siglos. Debido a diferentes circunstancias, muchos hemos olvidado y perdido el conocimiento de nuestros antepasados.

Muchos de nosotros, más que nada aquí en Latinoamérica, provenimos de pueblos indígenas lo cuales son un claro ejemplo de que se puede vivir de una manera equilibrada con la naturaleza, donde tanto la nutrición fisiológica como la del alma tienen un origen natural.

Ni tampoco un problema ecológico. No es un problema porque el desafío de estas comunidades justamente es el de dar soluciones prácticas tanto a nivel social como ambiental.

¿Cómo encuentran las soluciones? A partir de la exploración de las raíces de los problemas, en todos sus aspectos tanto materiales como inmateriales (psicológicos, espirituales), para poder crear colectivamente una cultura sostenible.

Hay muchos proyectos en todas partes del mundo para crear estas comunidades y un tanto más de personas que por un llamado interior, tal vez, o por mero hartazgo del sistema lineal en el que vivimos, buscan estas comunidades para ayudar el planeta y así mismos.

Es por eso que hoy les traigo dos comunidades sostenibles en Argentina, las cuales presentan este tipo de ideología, o similar, para poder ayudar a la naturaleza y vivir de una manera más acorde al equilibrio del ecosistema.

Es una comunidad sostenible que esta ubicada al sur de córdoba, más específicamente en Alta Gracia. Esta comunidad fue fundada en 1995, cuyo origen se remonta a la fusión de dos comunidades, una de Argentina y otra de Uruguay. Hasta dicho unión, ambas comunidades subsistían por separado pero debido a la similitud de sus visiones y valores, en el año 2000 la comunidad de Uruguay se cerró, uniéndose sus integrantes a la comunidad de Argentina.

Esta comunidad está organizada por fases de la vida:

Hay viviendas para familias con integrantes pequeños, es decir niños, otros están situados en espacios para jóvenes, para adultos mayores y el ultimo para los voluntarios.

Esta comunidad le da un lugar central a la esfera espiritual por lo que la lectura del karma, la canalización y la meditación constituyen prácticas habituales.

En esta comunidad hay escuelas para los niños cuyo programa educativo es desarrollado por sus miembros y tiene como cuestión central el aprendizaje de convivir con la naturaleza, desarrollar el arte y el juego.

Amatreya permite que aquellas personas que sienten el llamado a vivir acorde al ritmo de la naturaleza o tal vez conocer su comunidad y su manera de vida, puedan ir y quedarse para estudiar y trabajar por un periodo no menor a tres meses.

La visión y misión está delimitada por la constante construcción de una comunidad para que ésta llegue a ser una Ciudad de Luz, donde cualquier persona que lo sienta, pueda vivir en un medio natural y en armonía con todo aquello que es, con todo aquello que lo rodea, tanto en relación a las personas que la conforman como a todos y cada uno de los elementos de la naturaleza. Amatreya cuenta con una comunidad hermana en México.

Pachacuti es una comunidad auto-sustentable, muy poco conocida y difundida, ya que ese no es su objetivo central. Está ubicada en el cerro Champaquí localizado al oeste de la provincia de Córdoba. Este cerro es el pico más alto de dicha provincia, cuya altura promedio es de 2884 msnm.

En la lengua aimaraica Pacha significa Tierra, Mundo y Cuti refiere a re-torno.

Víctor Hugo Sepúlveda define a Pachacuti como una palabra que “representa un cambio profundo en el ser humano. Una especie de renacer de las personas que se produce a partir de un fenómeno climático o un gran movimiento social que deriva en una transformación total de las conciencias, y por ende afecta a toda la sociedad establecida”.

Este lugar el cual conocí, es una de las experiencias más hermosas que he vivido. Para llegar hasta dicha comunidad, hay que subir gran parte del cerro a pie ya que no llegan los autos (Gracias a Dios). Constituido por muchos jóvenes cuyo espíritu se cansó de la sociedad que es cada vez más consumista, autoritaria, rígida y agresiva con todo aquello que toca, arrasando con quien se meta en su camino. Jóvenes que sintieron que la mejor solución fue despojarse de todo esto y recurrir a esta vida en armonía con la naturaleza.

Si sienten el llamado, esta comunidad tiene abiertas sus puertas para quien sienta que su vida tiene objetivos totalmente diferentes a los de la sociedad tradicional actual.

Redactora: Giselle s. Redactora de la Familia de Gran Hermandad Blanca
Fuente:

http://www.amatreya.blogspot.com.ar
http://www.voltairenet.org/article134471.html