Conoce la historia del Profeta Mahoma

Muhammad o Mahoma, es el fundador del Islam y es considerado un profeta por los musulmanes y bahá’ís. De hecho, con el fin de convertirse al Islam, uno sólo tiene que decir: «No hay más Dios que Alá, y Mahoma es su profeta o mensajero.» ahora conocido como el Profeta Mahoma.

Muhammad (c. 570-632 DC) nació en la Meca, una ciudad cerca del Mar rojo, en lo que hoy es Arabia Saudita. Fue un huérfano desde la infancia, Muhammad fue criado por un tío, un hombre llamado Abu Talib, y se convirtió en un comerciante. Mahoma era un hombre religioso, a menudo pasaba retiros en las montañas donde iba a rezar.

Durante uno de estos retiros, informó haber sido visitado por el ángel Gabriel, que supuestamente convirtio al Profeta Mahoma gracias a las revelación de Alá, el nombre musulmán de Dios. Muhammad informó de que había varias otras revelaciones de Alá, así los musulmanes lo consideran como el último y más grande profeta de Dios para la humanidad.

Muhammad proclamó que «Dios es Uno», es decir, no hay Trinidad y Jesús era simplemente otro profeta, junto con Adam, Noé, Abraham, Moisés, David y por supuesto, el propio Mahoma. También enseñó que la entrega completa (la palabra Islam significa «entrega» o «sumisión total») es la única manera de complacer a Alá.

Los musulmanes dan crédito a Mahoma con la restauración de la «verdadera» religión del Islam a un mundo que se había corrompido. Al principio de sus esfuerzos, Muhammad no ganó muchos seguidores, muchas de las tribus de la Meca eran hostiles a él y se opusieron a su mensaje. Mahoma se trasladó al norte a la ciudad de Medina para su protección. Después de ocho años de conflicto con las tribus de la Meca, Mahoma reunió a 10.000 conversos, se levantó en armas, y marchó contra La Meca.

Él y sus seguidores se hicieron cargo de la Meca y destruyeron todos los ídolos paganos allí. Hubo muy poco derramamiento de sangre o resistencia de la Meca, y la ciudad cayó a Mahoma con relativa facilidad. La Meca, Mahoma y sus seguidores se dispusieron a destruir todos los demás templos paganos en el oeste de Arabia, y lo lograron. El resto de la vida de Mahoma se le dio a la promoción y crecimiento del Islam en todo el mundo árabe.

A veces Muhammad utilizó su gran riqueza (del saqueo) para sobornar a la gente en el Islam. En otras ocasiones, se utilizó el terrorismo y la conquista. Los musulmanes barrieron a través de la Península Arábiga, la conquista de la tribu tras tribu. Al acercarse a una ciudad, Muhammad ofrecería términos de la paz: aceptar el Islam, la única verdadera religión, y a aceptar a Mahoma, y todo estaría bien.

Si una ciudad rechazaba estos términos, las fuerzas de Mahoma procederían a saquear la ciudad. De acuerdo con Abdullah Ibn Umar, un compañero de Mahoma, «Apóstol de Alá, Mahoma dijo: «Se me ha ordenado (por Alá) para luchar contra la gente hasta que testifiquen que nadie tiene el derecho a ser adorado sino Alá y que Muhammad es Apóstol de Alá, y ofrecer las oraciones perfectamente y dar la caridad obligatoria, por lo que si llevan a cabo todo eso, entonces se quedaran con ahorran sus vidas y propiedades» (Bukhari: vol 1, bk 2, nº 24…).

Mahoma dijo haber seguido recibiendo revelaciones de Dios hasta su muerte, y las revelaciones de Mahoma fueron compiladas después de su muerte y canonizadas en lo que ahora se llama el Corán, el libro sagrado de los musulmanes.

Otros escritos respetados en el Islam incluyen el Hadiz, que es una colección de enseñanzas, hechos y dichos de Mahoma; y el Tafsir, que es un grupo de explicaciones e interpretaciones del Corán. Debido al contenido de las revelaciones de Mahoma, en particular, la negación de la naturaleza trina de Dios, la enseñanza de que la salvación debe ser ganada por obras, y la negación de la deidad de Jesucristo, los cristianos consideran a las revelaciones de Mahoma como falsas, que viene de una fuente que no es del único y verdadero Dios.

De hecho, las diferencias entre el Dios de la Biblia y el Alá del Islam son demasiado grandes como para considerarlas la misma deidad, a pesar de las proclamaciones del Profeta Mahoma que sus revelaciones vinieron de Dios de Adán, Abraham, Jesús; la «Misericordia» de Dios depende de las acciones correctas de sus seguidores. El Dios de la Biblia, por el contrario, siempre ha dado a sus seguidores la promesa del perdón y depende de su gracia mediante la fe, y no en la capacidad de los hombres. (Génesis 15:6; Éxodo 34:6-9; Salmo 130:3).

AUTOR: JoT333, redactora de la gran familia de hermandadblanca.org