Consejos para prevenir problemas circulatorios y trombos
La trombosis es un problema de circulación que se produce cuando una vena o arteria se obstruye por la formación de un trombo, este se compone de células y sangre coagulada.
La causa es una inflamación crónica de las paredes arteriales, que impiden el paso adecuado del flujo sanguíneo y desencadenando otros síntomas que deterioran nuestra calidad de vida.
En la mayoría de los casos se produce en las extremidades inferiores, donde se forman las varices.
Es un problema asociado a una lentitud de la circulación
Este problema está asociado con una disminución de la lentitud de la circulación, el aumento del espesor de la sangre y alteraciones en la calidad de las venas.
En algunos casos se puede convertirse en una embolia, que es cuando el coágulo se forma y se desprende viajando por el torrente sanguíneo, pudiendo quedar atrapado en el cerebro, los pulmones u otros órganos vitales pudiendo causar graves lesiones.
En muchos de los casos este problema se ha relacionado con factores genéticos, pero está comprobado que los hábitos de vida influyen mucho siendo este un factor muy importante en el desarrollo de esta afección, también suele ser más frecuente en la vejes.
Algunos Síntomas que nos puede indicar una posible trombosis:
Se pude sufrir dos tipos de trombosis, una más superficial y otra más severa que ocasionaría sin duda un riesgo más elevado.
Hay que tener en cuenta los síntomas asociados a cada problema:
Trombosis venosa superficial:
En este caso alguna zona de nuestras varices aumenta su tamaño hasta convertirse en una especie de cordón bastante duro al tacto y de color azulado y viéndose a simple, esta resulta bastante dolorosa y al tacto muy caliente, sintiendo bastante presión al final del día y siendo muy susceptible a sufrir infecciones y flebitis.
El momento en que la trombosis superficial se convierte en una profunda, suele pasar desapercibido. Debemos estar alerta con las siguientes sensaciones:
Una presión muy elevada en esa parte donde tenemos esas varices más inflamadas.
Un calor casi insoportable en esa parte.
Hormigueo que asciende por la pierna hasta la ingle.
La pierna, la tocamos con la mano y la percibimos muy rígida.
Cuando la piel de la pierna se vuelve azulada, o se queda sin color o muy pálida. Esto último sería resultado de que la sangre arterial llega ya con mucha dificultad.
¿Cómo prevenir una trombosis ?
Cuando tenemos problemas circulatorios casi siempre suele ser de origen genético. El factor hereditario unido a unos hábitos de vida incorrectos, el sedentarismo, una alimentación inadecuada, el sobrepeso, todo esto hará sin duda que, padezcamos de varices y grande problemas circulatorios.
No debemos esperar a que empiecen a aparecer las varices, desde que tengamos un mínimo síntoma, debemos empezar a poner todos nuestros esfuerzos para que no derive en una trombosis venosa superficial o grave:
Hacer ejercicio todos los días, caminar una hora ayuda mucho, La natación o el pasear en bici son dos opciones también muy adecuadas.
Darse duchas frías en las piernas de forma ascendente.
Evita la sal refinada, y en grandes cantidades en la dieta, el azúcar blanca, las grasas saturadas, la bollería, los refrescos, la harina blanca etc. todos esos alimentos que van a ocasionar que tengamos una mala circulación sanguínea.
Bebe muchos líquidos, jugos naturales e infusiones como la, cola de caballo, hamamelis, romero, ruscos, arándano, castaño de indias, ginkgo biloba vid roja etc.
Unas cremas muy efectivas pueden ser la del “castaño de Indias”, aloe, romero, árnica, caléndula, harpagofito, mentol etc. Se pueden encontrar en herboristerías y farmacias algunas variedades de estas cremas son muy efectivas para tratar esas varices superficiales.
Cuando ya padezcas trombosis venosa primaria, y las venas tienen un relieve importante y color azulado, sé debe consulta siempre con tu especialista por una posibilidad de tener una trombosis grave.
Es importante tomar consciencia y adoptar buenas costumbres para logran reducir el riesgo de este problema como:
Hacer actividad física
Para prevenir una posible trombosis es importante la práctica regular de actividad física. Este hábito saludable ayuda a mantener un peso estable y tiene increíbles beneficios sobre el sistema cardiovascular y circulatorio.
Actividades a como el senderismo o nadar resultan beneficiosas para un buen funcionamiento sanguíneo.
No fumar.
Los efectos nocivos de tabaco dañan el sistema respiratorio, pero este también acarrea otras graves consecuencias en órganos vitales para la salud.
Sus tóxicos químicos se acumulan en el torrente sanguíneo, reduciendo el oxígeno y haciendo la sangre más espesa.
Dejar este hábito es determinante para una buena salud circulatoria y cardíaca.
Mantener un peso adecuado.
Las personas con exceso de peso tienen un riesgo más elevado de padecer problemas de circulación debido a la presión que tienen que soportar las venas de sus piernas.
Además, de la obesidad lleva a un desequilibrio en los niveles de colesterol y triglicéridos que pueden ocasionar obstrucción arterial.
Evitar permanecer sentados por mucho tiempo
Permanecer sentados por mucho tiempo es un factor que aumenta los riesgos de problemas de circulación.
La falta de movimiento en las piernas durante muchas horas produce retención de líquidos y dificulta el buen flujo sanguíneo.
Caminar unos minutos dentro de la casa o en el lugar de trabajo , elevar las piernas por unos instantes o subir y bajar las escaleras son algunas de las formas de darle un impulso al sistema circulatorio.
Es importante evitar cruzar las piernas por tiempo prolongado. Este hábito puede tener relación con la obstrucción de la sangre en las piernas.
Adoptar buenos havitos de alimentación.
la alimentación es esenciales para prevenirlas
Los nutrientes que se le proporcionan al organismo mediante los alimentos son esenciales para prevenir la formación de trombos y varices.
El consumo de alimentos ricos en vitamina C, aumenta la producción de colágeno y elastina, dos sustancias que ayudan a mantener la elasticidad de las paredes arteriales.
También se debe consumir más vitamina E, un antioxidante que evita la oxidación y para previniendo la coagulación.
La vitamina K, es esencial para reducir las venas y la trombosis.
Algunos alimentos recomendados.
La naranja La mandarina
El pomelo
El kiwi
El mango
Las fresas
La cereza
La uva
Las almendras
El aguacate
El germen de trigo
El brócoli
El ajo
La cebolla
El jengibre
La cúrcuma
El aceite de oliva virgen. etc
También se pueden consumir complementos como, la Vitamina C, Bioflabonoides, Ginko Biloba, Ruscos, Castaño de indias, Vitamina E, Magnesio, Potasio, Cola de caballo etc. , estos y algunos son de gran ayuda en estos casos.
Es muy importante tener en cuenta estas recomendaciones pues todos podemos tener el riesgo de desarrollar esta condición en cualquier etapa de nuestra vida, y sobretodo en edades maduras, es muy importante prevenir si se tienen antecedentes familiares.
En Kinesiología utilizamos varios kit, con el cual testamos, vitaminas, minerales, plantas, oligoelementos, esencias florales homeopatía. etc, y pudiendo dar a cada persona el tratamiento más adecuado en su caso particular
Todos estos consejos no sustituyen la visita a un especialista que diagnostique y de las pautas mas adecuadas en cada caso.
fuente consultada para este articulo- Barcelona alternativa
M. Carmen Hernandez- kinesióloga Naturopata Profesional
Un articulo muy interesante. Gracias por la información. Un cordial saludo.