¿Creen que sus hijos son espirituales?
Claramente un hijo es el reflejo de lo que nosotros somos como padres, pero si somos espirituales ¿nuestros hijos lo son?
¿Nuestros hijos son espirituales?
En un principio refresquemos qué es ser espiritual. Como ya sabemos la espiritualidad es todo aquello que está relacionado con experiencias que trascienden los fenómenos sensoriales, es decir, que van más allá del plano físico, de los sentidos, algo que no podemos tocar ni ver, es esa energía interior que nos dirige la vida.
Cómo dice Joseph Joubert: “Cierra los ojos y verás”
Ahora bien, nuestros hijos son espirituales, y saben porqué, porque más allá de si nosotros somos o no seres espirituales, todos los niños y niñas tienen una espiritualidad inherente. Que queremos decir con ello, que todos los pequeños y pequeñas de nuestras familias buscan su felicidad encontrándole sentido a la vida, sintiendo amor por los demás, creyendo en un ser superior más allá de su religión. Sus hijos son espirituales, ya que poseen sentido por la belleza y asombro con la naturaleza, y constantemente promocionan la esperanza.
¿Para ser un ser espiritual hay que tener una religión o ser religioso?
Podemos afirmar que aunque la espiritualidad se relaciona con la religión, perfectamente el creyente como el que no lo es, puede ser un ser espiritual. La espiritualidad no es exclusiva de nadie, está al margen de las ideologías, sean estas religiosas o materialistas.
Nuestros hijos son espirituales.
La opción de educar espiritualmente a nuestros hijos es una tarea fascinante para los padres y las demás personas encargadas de su crianza.
El espíritu de un niño es espontáneo y único.
La inocencia y lo genuino de los niños nos llevan a que veamos como nuestros hijos son espirituales. Los niños son sencillamente espirituales y originales, ellos creen sin restricción, creen en todos los valores esenciales sin cuestionar nada.
A modo de ejemplo les dejamos aquí, ciertas actitudes que como padres pueden favorecer la espiritualidad en los niños según David Heller, un experto en esta temática.
1. Crear confianza y seguridad en el hijo.
Esto se logra a través del afecto, el amor y una comunicación estrecha de los padres con los hijos.
Según Erik Erikson, la etapa de confianza versus desconfianza constituye, al igual que la autoestima, un ele- mento fundamental para el logro de las demás etapas del desarrollo.
2. Cultivo creciente de la libertad.
Una familia espiritual debe garantizarle al niño y la niña, ser libres de inhibiciones, poder expresar ideas, hacer preguntas y manifestar dudas acerca de cuestiones espirituales.
Como padres de familia debemos encontrar la justa medida para el cultivo creciente de la libertad con los hijos. No quiere decir que podemos dejarles hacer lo que quieren, ahí nuestra tarea de ver la cuota justa de lo que si y lo que no. A través del diálogo lograremos encontrar el equilibrio.
3. Demostrar interés en la vida de los hijos.
Para crear un clima espiritual los padres deben dedicar tiempo y convertirse en oyentes auténticos, donde el niño sea tenido en cuenta como interlocutor válido, de acuerdo con la etapa de desarrollo en que se encuentre; este debe sentirse importante para sus padres y las personas que lo rodean, generándose así un buen nivel de autoestima, principal meta de su desarrollo.
4. Fomento y promoción de valores.
Como camino hacia el crecimiento como persona, su adquisición se da dentro de un proceso escalonado, dependiendo de la edad, la motivación y la familia; los niños van interiorizando los valores a través de ejemplos, acciones y actitudes, más que en las solas palabras de sus padres, maestros y otros adultos significativos.
5. Otros influjos. Los amigos.
De por sí los niños son seres sociales y, por lo tanto, cultivan su espiritualidad a través de la interacción y las vivencias con los demás compañeros y con los adultos.
6. Los maestros.
Juegan un papel muy importante como personas significativas, pues son un complemento del acompañamiento de los padres en el descubrimiento del propio ser por parte de los niños.
7. Los medios masivos de comunicación social.
Prensa, revistas, radio y televisión divulgan con mayor o menor acierto distintos tipos de espiritualidad y cultos religiosos, que, cualquiera que sea su orientación, se relacionan con la intención de darle un sentido a la vida.
Luego de todo lo que les hemos dicho, no sienten un deseo inmenso de probar en sus casas y ver que sus hijos son espirituales.
AUTORA: Patricia Gambetta, redactora en la gran familia de hermandadblanca.org
FUENTE: https://crianzaysalud.com.co/la-dimension-espiritual-en-la-ninez-su-desarrollo-y-fortalecimiento/
A
Angelita Sarria
MUCHAS GRACIAS.
Muy real y de lo que a veces carecemos los padres y las instituciones educativas. En vez de acompañar, en la educación lo que se hace es imponer y con esto se reprime el verdadero ser. Por eso no se tienen en cuenta las individualidades.
Personalmente no estoy muy de acuerdo con el concepto de "ser más espiritual" pues todos somos un alma, un trocito del espíritu que quiere vivir experiencias para conocerse y realizarse a sí mismo… Quizá sería más adecuado decir "ser o estar más despiertos" o incluso "ser o estar más conscientes"!
Saludos!