Cristalización: del carbono al silicio.

La cristalización es la intermediaria entre la condensación y la radiación como fases del proceso evolutivo del reino mineral, siendo la alotropía la ciencia que nos muestra esa transformación desde el carbón al diamante perfecto. Esas tres fases son la analogía de las etapas de la conciencia humana desde el instinto animal hasta la interacción social, pasando por la autoconciencia. Existe una cuarta etapa de potencia o expresión de poder organizado que es la analogía de la vida de la Mónada tal como se expresa en la conciencia solar de los seres humanos de alto nivel de aprendizaje.

Tenemos en el mundo mineral el Plan divino oculto en la geometría de un cristal, y la radiante belleza de Dios aprisionada en el color de una piedra preciosa. El Ser humano es un procesador activo de sus propios pensamientos, emociones, comportamientos manifiestos y de las relaciones que estos establecen con el ambiente, y así como el silicio se está usando para producir los circuitos integrados, la mente humana es la encargada de producir la unidad de conciencia. La radiación como objetivo del reino mineral se observa cuando la joya irradia su belleza y el radio emite sus rayos tanto destructivos como constructivos. La meta de un elemental es llegar a ser humano y la meta del ser humano es llegar a ser un Ser de luz consciente.

Los crecientes influjos de códigos solares, galácticos y cósmicos lo cambian continuamente todo a un nivel atómico basado en carbono, que es fijo, a cristalino de silicio, que es autoadaptativo y que constantemente descompone y remodela el ADN, lo cual cambia constantemente la estructura molecular de toda la materia física. Hay muchos procesos y fases y éstas oscilan también, entrando y saliendo de frecuencias y activaciones hasta completar un proceso de continua recodificación del ADN, dando como resultado menos moléculas de carbono y más cristales de silicio.

El Ser humano es un procesador activo de sus propios pensamientos, emociones, comportamientos manifiestos y de las relaciones que estos establecen con el ambiente. Cierta parte de la capacidad de procesamiento depende de la generación (lugar espacial de procedencia) del Ser, pero todas tienen la posibilidad de mejorar dicha capacidad.

Como ejemplo tomemos la familia de procesadores Intel (Pentium I, II, III, IV, Core i3, i5, i7, etc.) todos procesan, pero mejora su capacidad según avanza la generación. Todas las unidades de carbono tienen los sentidos cuánticos (WiFi, GPS, bluetooth) desactivados y todas disponen de un código individual de identificación (resonancia cuántica), equivalente al IMEI de los teléfonos celulares. Este código tiene que ver con su estado original y particular de vibración energética; se puede subir o bajar su estado general, pero no el particular, de la misma manera que se puede cambiar el número de teléfono con el que se conecta pero no el aparato en sí, porque el aparato es el sí mismo; cuyo ADN contiene una frecuencia personal correspondiente a la serie y modelo.

El carbono es el pilar básico de la química orgánica, que estudia una numerosa clase de moléculas y otros compuestos orgánicos.

Si bien todas las unidades de carbono “nacen” genéticamente idénticas en cuanto a su composición anatómica, su estructura mental no depende exclusivamente de su genética. La base general está dada por los veintitrés (23) pares de cromosomas del ADN, pero la estructura final la define su lugar espacial en el universo. La forma energética de la unidad de carbono sigue una línea descendente que comienza en la creación y termina en el cuerpo físico, constituyendo de esta manera una octava descendente que se define como “línea de creación” y se puede resumir en lo general como (Logos → creación → universo → ser → espíritu → alma → cuerpo físico).

Transmitida por herencia, en los códigos genéticos de cada especie existe una programación automática llamada instinto que no requiere de la conciencia del ser para existir. Su función principal es generar, mantener y defender la vida controlando todos los procesos vitales y dando así forma a los instintos de autoperpetuación, autopreservación y autoimposición.

La conciencia instintiva conforma tendencias basadas en el temor, que actúan como un potente impulso del desarrollo humano. La reacción automática es simple y binaria, diseñada para no permitir la duda de posiciones intermedias: si-no, huyo-ataco, acción-reacción, gusto-disgusto.

Los átomos permanentes tienen una cuádruple finalidad: distribuir cierto tipo de fuerza , conservar la capacidad de responder a una vibración, asimilar experiencia transmutándola en cualidad y ocultar la memoria de la unidad de conciencia.

El átomo físico

La deconstrucción es un proceso de realineamiento por el que pasa cada cuerpo físico y realidad para reconfigurarse constantemente a fin de vibrar en un plano de existencia de mayor dimensión con todas las nuevas líneas de tiempo.

El átomo emocional

La autorregulación emocional y el control de impulsos es la gestión que se realiza las de emociones, la postergación de la gratificación y la tolerancia a la frustración.

El dolor o proceso de afinación liberará todas las mentalidades de víctima y de falta de poder, de falta de amor, de falta de integridad, de falta de compasión, de falta de unidad que se mantienen a través de la separación del YO como fuente y, por tanto, de los demás también. El dolor desaparecerá a medida que sus percepciones cambien y empiecen a abrirse y a unirse.

La liberación de las emociones, sistema de creencias, energías retenidas, es lo que permite que todo empiece a tomar una forma nueva. Ocurre primero a nivel celular y luego el exterior se reconfigura para estar a la par con la frecuencia nueva y más alta de la estructura celular molecular codificada que contiene.

El átomo mental

La mente entendida como un sistema de procesamiento altamente organizado, capaz de procesar información interna y/o externa, selecciona, transforma, decodifica, almacena, recupera la entrada de la información y actúa sobre los otros sistemas.   La “descomposición” de esos sistemas, esas realidades, esos programas, esas estructuras, es tan fácil o tan difícil como cada uno requiera.

Lo cognitivo es el conjunto de fenómenos resultantes de la codificación, del almacenamiento y de la manipulación de la información por obra del Sistema Nervioso Central.

La conciencia humana descansa suavemente sobre el cerebro como mecanismo electroquímico, y toca delicadamente el sistema energético del alma, pero durante la vida mortal, el ser humano nunca está plenamente consciente de ninguno de los dos sistemas; por lo tanto, ha de trabajar en la mente, de la cual está consciente.

La autoconciencia es esa capacidad de conocimiento, entendimiento y valoración del sí mismo. Es reconocer los estados internos, preferencias, recursos e intuiciones, para ello se sirve de tres competencias: el autoconcepto, la autoestima y la autoeficacia.

Desde el enfoque computacional, la mente es al cerebro lo que el programa es al ordenador. El nivel de soporte físico se relaciona con la estructura húmeda del cerebro y su fisiología, el nivel de soporte lógico se refiere al programa que el computador está llevando a cabo. Un mismo programa puede funcionar exactamente igual que un ordenador con chips de silicio o fibra óptica, con disco duro convencional o disco compacto, en un ordenador personal o en un servidor de red. Las diferencias estarían en aspectos como la velocidad de funcionamiento, pero no habría diferencias en el modo en que la función que se está realizando, es decir, los pasos que se dan para alcanzar el propósito pretendido.

De manera que a la mente colectiva se le denomina conciencia, mientras que a la mente individual se le denomina personalidad. El ser humano como unidad de conciencia se manifiesta en el plano físico por medio de una forma con siete principios y en cada ciclo de vida trabaja para desarrollarlos.

La unidad mental.

La mente humana posee la capacidad de representar y procesar información presentada de formas muy diversas y distintas modalidades: analógicas, proposicionales, semánticas o híbridas.

Los procesos que se realizan en la mente como reconocimiento de patrones, organización del conocimiento, lenguaje, razonamiento, clasificación, categorización de la información, tiene como finalidad el cristalizar conceptos.   La unidad mental es la integra y organiza los esquemas de memoria en una red dinámica de conceptos.

La unidad mental es el pensador en el cuerpo causal, ocupa dentro de este cuerpo  un lugar análogo al del planeta más alejado del sol.

El cuerpo causal.

Todo el cuerpo se corrige para sí mismo, ya que se forma toda una nueva red neural cristalina RNM red neuroplástica cognitiva del sistema nervioso. Se produce un continuo “proceso de descomposición celular” para que pueda ocurrir la reestructuración. Cuanto más armónicamente sintonizado esté uno, más fácil y rápido resultará esto también.

El puente es construido mediante las competencias intelectuales de creatividad, resolución de problemas y toma de decisiones, ésta última está relacionada con las emociones y es la que genera la reacción.  Esta detonación está desenterrando densidad inconsciente. SENTIR se hace prominente para poder liberar todo lo que es denso y reconectarnos todos a nivel ÁLMICO.

El átomo mental.

El átomo mental consta de siete niveles cuánticos, cuatro de ellos conforman la unidad mental, requiriendo de los otros tres para ser un auténtico átomo mental. De manera que la unidad mental conforma la personalidad y el átomo mental conforma el alma.

Hasta que el ser humano no comience a ser controlado conscientemente por el Ego, y empiece a percibir la vibración del átomo mental, es inútil esperar que responda a ciertos ideales o capte ciertos aspectos de la verdad.

Cuando todos los seres humanos se conozcan a sí mismos y conozcan a los demás como entes autoconscientes divinos que funcionan principalmente en un cuerpo causal utilizando los tres cuerpos de la personalidad, solo como medio para hacer contacto con los tres planos inferiores, el físico, el etérico y el mental, tendremos orden político, orden económico y orden social erigidos sobre bases sólidas, saludables y divinas.

El silicio es un elemento químico metaloide, número 14 y situado en el grupo 14 de la tabla periódica de los elementos, de símbolo Si. Se presenta en forma amorfa y cristalizada; el primero es un polvo parduzco, más activo que la variante cristalina, que se presenta en octaedros de color azul grisáceo y brillo metálico. Sus propiedades son intermedias entre las del carbono y las del germanio.

Debido a que es un material semiconductor muy abundante, tiene un interés especial en la industria electrónica y microelectrónica como material básico para la creación de obleas o chips.

Desde el enfoque cibernético, podemos ver la idea de control y comunicación en la medicina, la política y la ética. La mente es el equipo, el pensamiento es el controlador y la voluntad es la programadora. La conciencia social es esa capacidad para empatizar y tomar la perspectiva de personas en contextos y culturas diversas, para comprender normas de conducta sociales y éticas, y para reconocer los recursos y fuentes de soporte disponibles en la familia, en la escuela y en la comunidad. De manera que son tres los conceptos que han de cristalizarse para adquirir esa conciencia social: empatía, prospectiva y proactividad.

La conciencia social es esa capacidad para empatizar y tomar la perspectiva de personas en contextos y culturas diversas, para comprender normas de conducta sociales y éticas, y para reconocer los recursos y fuentes de soporte disponibles en la familia, en la escuela y en la comunidad. De manera que son tres los conceptos que han de cristalizarse para adquirir esa conciencia social: empatía, prospectiva y proactividad.

El átomo de la inteligencia

Tiene su origen en el tercer vértice de la triada divina y desciende hasta el plano mental. Activa los tres pétalos del conocimiento de la flor del Yo, tomando allí forma tres virtudes del corazón: disciplina, desempeño y discernimiento.

El átomo de la intuición

Tiene su origen en el segundo vértice de la triada divina y desciende hasta el plano crístico. Activa los tres pétalos de sabiduría de la Flor del Yo, tomando allí forma tres virtudes del corazón: cooperación, comprensión y compasión.

El átomo de la intención

Tiene su origen en el primer vértice de la triada divina y desciende hasta el plano átmico. Activa los tres pétalos de sacrificio de la Flor del Yo, tomando así forma tres virtudes del corazón: participación, planificación y propósito.

El germanio presenta la misma estructura cristalina que el diamante y se utiliza en fibra óptica, así como en circuitos integrados de alta velocidad mediante la aleación de germanato de silicio. Las fibras ópticas se utilizan más comúnmente como un medio para transmitir luz entre dos puntas de una fibra y tienen un amplio uso en las telecomunicaciones donde permiten la transmisión en distancias y en un ancho de banda (velocidad de datos) más grandes que los cables eléctricos.

Desde el enfoque sistémico, el tercer ojo es al Ser humano, lo que la mónada es al ser planetario.  Las mónadas son substancias indivisibles, por ser simples y carecer de partes, y porque no se han formado a partir de otros elementos más básicos ni podrán destruirse (descomponerse) su existencia y posible desaparición, podría ser la aniquilación del creador y de su creatividad. El universo está compuesto de infinidad de estas mónadas, cuyas partículas son independientes, unas diferentes a las otras, pero que unidas toman las formas que la geometría le indica por el Deseo-Creador, en su momento de creación.

La Mónada es la verdadera y única existencia que emerge como voluntad expresiva y activa, cuya raíz es amor activo cuando establece relaciones e inteligencia activa cuando utiliza las dos primeras para prestar servicio. La mónada es la chispa dentro de la llama que se convierte en la reveladora del propósito divino, de la voluntad del Ser planetario y de la puerta que conduce al camino de evolución superior. La mónada es una fuente de luz y la receptora de luz cual fibra óptica que transmite la luz del Ser solar al Ser planetario y en esa luz preserva y mantiene firme la visión, el propósito, la voluntad y la intención creadora del Ser planetario.

La Inteligencia.

Un ser humano inteligente ya está en capacidad de diferenciar los componentes de su equipo: procesador, memoria y tarjeta, Así como las tres funciones que realiza con él: Diseñarlo, programarlo y ejecutarlo.

La inteligencia es la que rige la vida horizontal del ser humano y lo hace un sabio servidor de sus semejantes. Servicio es una manera científica de demostrar amor-sabiduría.

La Sabiduría

Un ser humano autoconsciente es aquel que está consciente de su propósito, de una vida autodirigida y de un plan y programa de vida definidos y desarrollados.

La sabiduría rige la vida vertical y produce la firmeza espiritual en el cuerpo. Amor es respuesta al contacto, lo que significa comprensión, inclusividad e identificación. Sabiduría significa habilidad en la acción como resultado del amor desarrollado y de la luz de la comprensión.

La Voluntad

Un ser humano proactivo es aquel que tiene una orientación estratégica al comparar las fortalezas-debilidades de sí mismo con los riesgos que le presenta el medio, para definir así oportunidades de mejora, esto exige predicción y previsión.

La voluntad rige la vida transversal del ser humano que lo convierte en integrante del consejo de Maestros, pues su vida diaria está basada en la actitud vertical y la efectividad horizontal.

La determinación abarca aquellos comportamientos autorregulatorios que se relacionan con el establecimiento de metas y la motivación, la perseverancia y el manejo del estrés.

Vemos cómo las cosmologías china y maya dan importancia al dragón-escorpio y a la serpiente-tauro y cómo la distribución de los veinte sellos mayas es muy similar al átomo de silicio, el átomo de cristal que tiene cuatro vecinos, al igual que el palacio central está rodeado por cuatro palacios. El tiempo que transcurre entre la creación y la desaparición de un electrón libre, recibe el nombre de tiempo de vida. Somos átomos libres de un ser de luz.

Nuestro sistema solar, y por consiguiente nuestro planeta, es parte de ese vasto todo que se mantiene vivo por su virtud, fusionado por su voluntad y conservado por su Intención. Nuestro Ser Planetario es aquel en quien vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser. Porque estas fuerzas existen, existimos; porque persisten, persistimos; porque se mueven en el espacio-tiempo-realidad, nosotros hacemos lo mismo.