Curso sobre la RADIESTESIA – PARTE 4

Curso sobre la RADIESTESIA – PARTE 4

INDICE

 

CLASE  12

 

–          Sistemas de detección.

–          Escalas y biómetros

–          Uso del biómetro.

–          Las Varillas.

 

CLASE  13

–          Incidencias de los campos Electromágneticos.

–          Líneas  eléctricas subterráneas

–          Medición de Chakras

–          Aurometer.

 

 

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RADIESTESIA – CLASES 12 Y 13

CLASE 12                                     SISTEMAS DE DETECCIÓN

 

ESCALAS Y BIÓMETROS

A la hora de establecer una consciencia clara de las intensidades energéticas, de su positividad o negatividad, podemos ayudarnos haciendo uso de una serie de escalas graduadas, las cuales nos permitirán afinar al máximo.

Para comprender el uso y función de las escalas y biómetros, podemos compararlos a los termómetros con los que medimos la temperatura ambiente. Podríamos prescindir de los termómetros y sus códigos y decir simplemente «hace frío, hace calor o reina una temperatura templada». (El frío o el calor serán positivos para unos y negativos para otros) Pero por lo general preferimos comunicarnos diciendo:»Tan sólo estamos a cuatro grados. ¡Qué frío!». O bien:»Estos 38 grados son insoportables».

¿Grados qué? Grados centígrados o Celsius, naturalmente. Pero ¿qué son grados centígrados? Tan sólo una unidad de medida, que ha sido estandarizada y con la que nos hemos familiarizado a fuerza de mirar los termómetros, y que nos sirve de referencia para valorar la temperatura del lugar.

Pero si yo les dijese:»En esta habitación estamos a 76 grados», seguro que no se lo creerían. Su mente les haría pensar en que a esa temperatura estaríamos hirviendo. Claro que si especifico que esos 76 grados son Fahrenheit y no centígrados, entonces todo se aclara, pues 76º F equivalen a unos 23º C.

Con este ejemplo quiero evidenciar la importancia del código empleado en radiestesia, no tanto para la comprensión de uno mismo en sus deducciones o mediciones, sino para que otros comprendan lo que estamos haciendo o las conclusiones a las que llevan nuestras mediciones.

El uso de códigos o escalas estandarizadas nos facilitará la comunicación y el intercambio de información con otros investigadores.

Uno de los códigos o escalas de medidas más empleado en geobiología quizá sea el biómetro de Boris (suministrado en hoja aparte), nombre de un radiestesista francés que a principios del siglo XX creó su escala propia. Con ella se proponía medir la vibración y la energía de los alimentos. Gracias al uso de esa escala, muchas personas consiguieron curarse de numerosas enfermedades, midiendo los alimentos que ingerían y consumiendo tan sólo aquellos que tenían vibraciones altas, que suelen ser las frutas y verduras frescas, los cereales integrales, etc.

El ingeniero francés Simonetton curó de una tuberculosis pulmonar cuando la medicina convencional de los años cuarenta le había desahuciado, pues aún no se usaban los antibióticos, como la estreptomicina, para tales dolencias.

Este ingeniero, especialista en electricidad y electrónica, amplió la escala, añadiéndole unas unidades de angstroms (nanómetros), ya que observó una similitud de las radiaciones medidas con las longitudes de onda, que se miden en angstroms.

Lo cierto es que tal paralelismo no es exacto, y finalmente se estableció el término «unidades Boris» en el biómetro que lleva su nombre.

Tras muchas mediciones de plantas, animales, personas, de gente sana y de enfermos con dolencias precisas, tanto Boris como Simonetton llegaron a la conclusión de que 6.500, dentro de la escala de 0 a 10.000, era la unidad a la que vibraba cualquier persona sana, sin trastornos específicos. Pero observaron que los cancerosos solían estar en la frecuencia 4.000-4.500, los tuberculosos entre 5.000 y 5.500, etc.

Cada enfermedad daba una frecuencia por debajo de los 6.500. Las personas sanas y con mucha vitalidad superaban esta medida, situándose entre 7.000 y 8.000. Aunque se daban casos de personas cuya energía global estaba en 6.500, mientras que un órgano concreto tan sólo daba 4.500, con lo que se establecía que tal órgano estaba enfermo o dañado.

Años más tarde, esta misma escala sería recuperada por algunos radiestesistas practicantes de la geobiología, los cuales observaron que los lugares negativos o geopatógenos daban medidas inferiores a las 6.500 unidades Bovis. Así pues, en la vertical de una línea H (Hartmann) se podían medir 5.500, sobre un cruce 5.000 y si, además estaba situado sobre una corriente telúrica o cerca de un fuerte campo electromagnético, podía descender a 4.000, deduciéndose de ello que el órgano que ocupase ese espacio se vería afectado por la energía del lugar y terminaría vibrando a la misma frecuencia.

Si tenemos en cuenta que tanto Bovis como Simonetton observaron que cada virus, bacteria, hongo o enfermedad tenía una frecuencia de vibración inferior a los 6.500, comprenderemos la relación directa entre la energía del lugar y el trastorno padecido, ya que el órgano, por inducción o resonancia, terminará vibrando en la misma frecuencia que la enfermedad en cuestión.

De ahí a pensar que cambiando la frecuencia de vibración del órgano el problema se resuelve, hay un paso. De hecho, muchos terapeutas actuales van en esa dirección. Aunque quizás no se precise terapia alguna, ya que tan sólo desplazándonos de lugar conseguiremos cambiar la frecuencia vibratoria del órgano en cuestión, y éste empezará a funcionar correctamente, permitiendo el restablecimiento rápido a la no proliferación del virus o germen patógeno que nos afecta.

Es evidente que no sólo el lugar afectará a nuestras vibraciones. Ya hemos mencionado que ciertos alimentos desvitalizados también lo hacen, así como determinados hábitos de vida, el estrés o el permanecer frente a la pantalla del ordenador o del televisor…

USO DEL BIÓMETRO

Repito que se trata de una escala referencial, que nos informa de la calidad de alimentos, agua, plantas medicinales, lugares, etc.

Su uso servirá de punto de referencia, y no creo que sea muy coherente el usarlo cuando vayamos al supermercado, para medir la energía de lo que compramos (aunque bien podemos hacerlo luego, en casa).

PARA MEDIR UN LUGAR

Cogeremos la escala con la mano que no empleamos para sujetar el péndulo y con ella le daremos un ligero movimiento. Generalmente, se empieza imprimiendo un giro en el sentido de las agujas del reloj. Una vez hecho esto, vamos desplazando el péndulo sobre la escala, hasta que observamos que modifica la oscilación y termina realizando un movimiento vertical hacia arriba y hacia abajo. En ese punto miramos las cifras y sabemos que ese lugar está, por ejemplo, a 7.500, lo que nos indica que tiene buenas energías y será positivo como lugar de descanso o estancia.

Recordemos que no son ni el péndulo ni el biómetro los que nos están informando de la energía del lugar, sino nuestra sensibilidad personal y la información de nuestra parte inconsciente, a la que estamos dando la oportunidad de manifestarse a través de un péndulo y una escala.

La misma operación realizada para medir un lugar podemos emplearla para alimentos, personas, órganos concretos, etc. La imaginación y necesidades de cada uno serán los únicos límites.

Podríamos emplear con el mismo fin cualquier otra escala que nos sirviera de referencia. Por ejemplo, ya que estamos habituados a la tabla de valoración de 0 a 10 de los exámenes escolares, 0 sería la más negativa posible, 5 normal o neutro y 10 la más positiva.

El recorrido del péndulo sobre la escala puede ser el mismo, empezando por la unidad más baja y terminando por la más alta. El paro del péndulo o la oscilación vertical indicarán la positividad o negatividad de lo medido.

Usar una u otra escala obedecerá más a unas preferencias personales que al hecho de que una sea mejor que la otra. Aunque yo prefiero la de Bovis (modificada), tan sólo por ser la más estandarizada y porque gracias a ella, cuando compartimos nuestras experiencias o mediciones de un lugar, tan sólo por tenemos que decir:»Aquel sitio medía 3.000 unidades Bovis», para que la otra persona sepa que nos referimos a un lugar muy negativo para la salud. O bien decimos:»Medí 8.500 en aquella esquina», sabrá que estamos hablando de un lugar cuya energía será altamente positiva o ideal para recargarse y subir nuestro tono vital.

BÚSQUEDA DE AGUA

En tanto que muchos radiestesistas de la actualidad se interesan por todo tipo de radiestesia esotérica, como el uso del péndulo para curar, etc., no tengo la menor duda que en el futuro la habilidad radiestésica más importante del planeta será la capacidad para encontrar fuentes fiables de agua potable de buena calidad.

En primer lugar, la contaminación está perjudicando las reservas de agua sobre la superficie de la tierra. Los radiestesistas sugieren que existe otra fuente de agua que se encuentra bajo tierra. Esta agua recibe el nombre de juvenil o primaria, y es distinta al agua que se obtiene del nivel de agua freático. El agua juvenil no ha sido reciclado mediante el conocido proceso de evaporación, nubes y lluvia, sino que es producto de determinadas reacciones químicas. En cierto modo es un agua recién estrenada. Está limpia y no ha sido utilizada jamás. Por lo general es potable. El agua juvenil es la que la mayoría de los radiestesistas buscan cuando están intentando localizar el lugar adecuado para abrir un pozo.

¿Cómo se puede aplicar la radiestesia para encontrarla? La naturaleza nos ha dado algunas señales tanto en el mundo animal como en el vegetal que indican una afinidad entre las venas de este tipo de agua subterránea y determinados animales y plantas. Si eres capaz de encontrar dichas señales, no te resultará difícil aplicarles la radiestesia para encontrar agua juvenil. Las señales que hay en la superficie de la tierra confirmarán las señales que se deriven de la radiestesia. Tal vez nunca intentes en serio encontrar un pozo a través de la radiestesia, pero creo que si realizas los ejercicios, ello te hará estar al aire libre experimentando la presencia de la naturaleza, y es posible que descubras cosas que antes nunca habías advertido. También empezarás a experimentar las energías de la tierra.

Lo que más interesa a los radiestesistas que buscan una «buena vena de agua» es el agua que no sale a la superficie. El agua juvenil nunca ha formado parte del nivel de agua freático. Las aguas del nivel de agua freático, mucho más maduras, pueden resultar contaminadas por el hombre. Pero el agua juvenil no ha estado nunca expuesta a los agentes contaminantes.

Los radiestesistas buscan venas de agua juvenil que se encuentran a una profundidad de 15 a 76 metros. No vale la pena trabajar a una profundidad superior a los 121 metros, pero existen algunos pozos por debajo de ese límite que pueden resultar aprovechables. El mejor lugar es siempre un cruce, el lugar en el que se encuentran dos venas de agua potable de buena calidad que producirán como mínimo 19 litros de agua por minuto durante todo el año.

Cuando digo «cruce» no me refiero a que las venas se encuentran a idéntica profundidad. Por lo general, las venas están a profundidades distintas. La perforadora que baja desde la superficie cruza las venas a diferentes profundidades. Si perfora deliberadamente sobre un cruce o intersección de venas, las posibilidades de que encuentre agua aumentan en un cien por cien.

Aplicando la radiestesia, la naturaleza proporciona algunas pistas que pueden ayudarte a encontrar como mínimo una vena de agua juvenil subterránea. Ello significa que deberás desplazarte al campo, pero es posible que te cause sorpresa todo lo que veas. Muchos insectos construyen sus nidos en venas o cruces de venas de agua juvenil. Los radiestesistas han comprobado que las hormigas construyen sus hormigueros encima de venas de agua juvenil. Tengo entendido que las termitas también viven sobre venas de  este tipo. Las abejas salvajes sitúan la entrada a sus panales sobre este tipo de corrientes de agua. Y si las abejas forman un enjambre, lo hacen también encima de las venas de agua juvenil.

Muchos animales colocan la entrada a sus guaridas subterráneas sobre venas de agua juvenil. Se ha aplicado la radiestesia sobre guaridas de marmotas, serpientes, tejones, zorros y perros de la pradera y todos estaban sobre venas de agua.

¿Tienes un gato? ¿Tiene un par de rincones favoritos en la casa? Los lugares que los gatos parecen preferir a menudo indican la proximidad de agua juvenil.

Hay una serie de plantas que en estado salvaje echan raíces sobre venas subterráneas de agua juvenil. El enebro, utilizado por los césares para envalentonar a las tropas antes de la batalla y hoy más conocido por ser la base de la ginebra, es uno de los arbustos más grandes que crece en los pastos si el campo puede saltar atrás en la cadena natural y convertirse en bosque. El enebro crece a partir de un centro de arbustos.

Muchas de las observaciones sobre el agua y los lugares en los que las plantas prefieren crecer y algunos animales gustan de pasar cierto tiempo, fueron hechas por primera vez por un radiestesista británico, Guy Underwood. Pasó años deambulando por la campiña inglesa a mediados del siglo 20 y plasmó sus descubrimientos en su libro «El dibujo del pasado». Desde la publicación de dicho libro muchos radiestesistas han confirmado la conexión que existe entre los fenómenos.

A continuación te daré un ejercicio que incluye una serie de consejos que puedes seguir a fin de incrementar tus posibilidades de encontrar agua de buena calidad:

«En primer lugar, cuando busques un manantial, pregunta por un cruce de dos o más venas de agua juvenil, que sean potables, y no se encuentren a más de 76 metros de profundidad, que produzcan al menos 19 litros de agua por minuto (es más que suficiente para cubrir las necesidades de una casa) y que una de ellas fluya todo el año.»

Es mucho más seguro buscar una vena que produzca al menos 19 litros, porque te proporciona una reserva a la que puedes recurrir en caso de necesitar grandes cantidades de agua. A veces, el agua juvenil tiene un alto contenido en azufre u otras sustancias químicas de sabor desagradable. Si es demasiado profunda, los costos de perforación son prohibitivos y si el manantial se seca cada verano, ¿de qué sirve?

Permite que las técnicas del límite de orientación y de la triangulación te guíen hasta el lugar en el que se encuentra el manantial y en el que los movimientos del péndulo te indicarán si te acercas al objetivo. Averigua cuántas venas se cruzan en ese punto. ¡No perfores nunca en una colina redonda! La enorme presión del aire sobre la superficie de la tierra oprimirá la cabeza de la colina redonda hacia abajo hasta que la presión que empuje el agua lateralmente sea igual a la presión que se ejerce hacia abajo. El resultado final es que perderías el agua.

Aplica el péndulo a las venas que parten de la colina. Siempre parte un número impar de venas de una colina. Lo mejor es que busques un lugar en el que crucen dos de esas venas (a diferentes profundidades). Dos venas que se cruzan tienen el aspecto de una «X» sobre la superficie de la tierra, pero una podría estar a una profundidad mucho mayor que la otra.

Ha llegado el momento de determinar la profundidad. Con el péndulo en su posición de búsqueda pregunta:» ¿Está a más de 15 metros de la cabeza de la vena superior?». Si el péndulo responde que sí:» ¿A más de 30?». Sí. «¿46?». No.

Así que conoces (sabes por intuición) que está entre 30 y 46 metros de profundidad. Observa que en la segunda pregunta he omitido la parte: …. metros de la cabeza de la vena superior, y en la tercera he omitido todo menos: ¿46?

Esto es la radiestesia RESUMIDA. A veces, cuando formula muchas preguntas similares, el radiestesista recorta la pregunta para ahorrar tiempo. En el contexto de lo que se decía en las preguntas anteriores significa: «¿Está a más de 46 metros de la cabeza de la vena superior de las dos venas de agua juvenil que se cruzan en este lugar?» La vena superior está en algún punto entre 30 y 46 metros por debajo de la superficie de la tierra.

Si quieres ser más específica en la cuestión de la profundidad, puedes formular tus preguntas en consecuencia. También puedes emplear la tabla del cero al cien. Si ya has determinado que la vena está a una profundidad entre 30 y 46 metros, la carta puede representar los números del 100 al 200 en lugar del 0 al 100. Coloca el péndulo sobre el eje del abanico y pregunta: «¿Cuántos metros por encima de treinta median entre la vena inferior y la superior que se cruzan en este lugar?» El límite de orientación empezará en el nº 50 y se dirigirá, por ejemplo, al 11. De modo que la profundidad total hasta la cabeza de la primera vena es de 41 metros.

Mediante la misma técnica, puedes averiguar la profundidad de la cabeza de la vena inferior. Así, sólo tendrás que perforar un poco por debajo de esa profundidad.

Un radiestesista de agua o zahorí debe ser capaz de determinar también cuántos litros por minuto, potencialmente, puede esperar el propietario de la casa del manantial. Esto se lleva a cabo con la misma técnica del «más que/menos que» que empleamos en la determinación de la profundidad. Empieza por un litro, dos, tres… Cuando llegues a diez, sigue con decenas hasta que obtengas un no. A continuación averigua el número exacto de litros como se ha dicho en el caso de la profundidad. También aquí puedes servirte de la tabla del cero al cien.

Ahora ya estás en condiciones de clavar una estaca en el lugar exacto e indicar al perforador dónde debe perforar. Clava la estaca: «¿Es éste el mejor lugar para que el perforador empiece a perforar?» Sí. «¿La repuesta es verdadera?» Sí. ¡Ya lo tiene ¡

Como en todas las actividades relacionadas con la radiestesia, los zahoríes no siempre tienen éxito. Tu tampoco lo tendrás siempre. Pero si consigues perfeccionar tus conocimientos hasta el punto en que seas capaz de encontrar agua potable al menos el 85% de veces, entonces podrás prestar un servicio muy valioso.

LAS VARILLAS

 

A aquellas personas a las que el péndulo y las escalas les resulten complicados de usar e interpretar, les aconsejo que empiecen las prácticas radiestésicas con unas simples varillas en forma de L, fáciles de conseguir y manejar.

LAS VARILLAS EN L

¡Más simple imposible! Se trata de dos varillas de cobre, latón u otro material. Recomiendo el cobre y sus aleaciones por tratarse de un metal con una vibración muy armónica para el ser humano. Desaconsejo el aluminio y el plomo: el uno por demasiado ligero y el otro por pesado y por su poder de absorción de las radiaciones.

La longitud es variable; la más frecuente suele ser de 40 a 45 cm. en la extremidad larga, por unos 15 cm. en la corta, ver gráfico arriba (adjunto). El grosor, de 3 a 5 mm., según dimensiones. Será importante que el peso y la longitud estén proporcionados para que no creen desequilibrios en su manejo.

Doblándolas en ángulo recto, obtendremos el instrumento más simple y fácil de usar en radiestesia y geobiología, al que podemos incorporar unos mangos de plástico o madera que eviten roces con la mano y les permitan pivotar con mayor facilidad (no es imprescindible).

 

COMO MANEJAR LAS VARILLAS EN L

Empezaremos las prácticas intentando reconocer los micromovimientos que permiten a las varillas oscilar. Cogeremos cada varilla con una mano, sujetándola por la extremidad más corta. Mantendremos los brazos junto al cuerpo con las manos y antebrazos extendidos, formando un ángulo de unos 90 grados y una separación entre las manos de unos 30 a 40 cm.

Moveremos ligeramente las muñecas y manos, hasta observar que las varillas oscilan, acercándose o cruzándose en forma de X, o alejándose hasta oponerse una a otra.

Este ejercicio será interesante practicarlo el suficiente número de veces, hasta que nos familiaricemos con los movimientos. Podemos acompañar la experiencia con una orden mental:» ¡Que se cierren!», y veremos que las varillas se juntan; «¡Que se abran!», y observaremos que se separan.

Todo esto quizá sea inútil para las personas que posean ya cierta sensibilidad, como ocurre con la mayoría de los niños, pues tan sólo con coger las varillas con las manos, se cierran o abren, según pasan por zonas alteradas o favorables.

Pero serán ejercicios imprescindibles para quienes tienen mayor dificultad, o para aquellos cuyos esquemas mentales bloquean las reacciones automáticas.

DETECTAR LA INFLUENCIA DE LOS LUGARES

El código es de los más sencillos; cuando estamos en un lugar de energía favorable, nos encontramos relajados y a gusto, por lo que las varillas no sufren reacción alguna, permaneciendo paralelas o ligeramente abiertas (véase gráfico adjunto).

Cuando nos situamos en una zona o lugar cuya energía nos resulte agresiva, nos produce una contracción neuro-muscular y observamos que las varillas empiezan a cerrarse hasta cruzarse una con otra. Cuanto más negativo sea el lugar, más se cerrarán. En ocasiones, y sobre lugares muy perjudiciales, veremos como llegan a golpearnos el percho (ver gráfico b).

En los lugares cuyas energías resulten altamente positivas, las varillas tenderán a abrirse. Pero si esta separación es muy acusada, ¡cuidado! No nos conviene por ser demasiado elevadas.

 

Biometro

Varillas

Varillas 2

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CLASE 13

INCIDENCIA DE LOS CAMPOS ELECTROMAGNÉTICOS

Incidencia campos mágneticos

FUENTES DE RADIACIÓN ELÉCTRICA Y ELECTROMAGNÉTICA ARTIFICIALES

Líneas aéreas de transporte y distribución de energía eléctrica de alta y media tensión

Estas líneas se consideran sospechosos de ocasionar la mayoría de los trastornos por contaminación eléctrica y electromagnética, aunque en muchas ocasiones no encierran ningún peligro para los moradores de las viviendas cercanas.

Su peligrosidad depende de la tensión, la intensidad y la sobrecarga a que estén sometidas, así como la humedad del ambiente. También es importante la calidad y limpieza de los aisladores y la correcta constitución y mantenimiento de las conexiones a tierra de las torres.

Por regla general utilizaremos las recomendaciones alemanas, que aconsejan una  distancia de seguridad de la torre o el tendido eléctrico de 1 metro por cada kilovoltio (1.000 voltios) de tensión de la línea.

Lo idóneo sería efectuar las mediciones pertinentes, pues existen líneas de alta tensión sin sobrecarga que apenas tienen pérdida y resultan inofensivas a pesar de su apariencia impresionante. Otras líneas fuertemente sobrecargadas o mal aisladas, en cambio, aunque presentan dimensiones reducidas, pueden llegar a ser muy problemáticas.

Se ha observado que el campo electromagnético generado por las líneas de alta tensión no se reparte uniformemente a su alrededor, sino que aprovecha las propias líneas de fuerza del campo magnético terrestre, siendo (en el hemisferio norte) más problemática la vertiente sur de la línea.

También hemos constatado que las líneas H (Hartmann) y las diferentes alteraciones telúricas aumentan su permiciosidad en la proximidad de tales instalaciones.

Líneas eléctricas subterráneas

Al estar constituidas por cables aislados y apantallados (coaxiales), no generan campo eléctrico fuera de ellas. Si los cables de las tres fases están trenzados correctamente, el campo electromagnético es inferior al generado por una línea aérea de similares características. No obstante, si van sobrecargadas y/o la corriente de sus tres fases está desequilibrada, generan un campo electromagnético importante.

Los principales problemas de este tipo de líneas son su proximidad a las personas, la dificultad de saber por dónde circulan exactamente y la posibilidad de inducción con otras redes de baja tensión: teléfono, agua, gas, etc.

De no estar correctamente dimensionadas o desequilibrada su potencia (amperaje) entre las distintas fases, pueden generar intensos campos electromagnéticos.

Transformadores

En general, las compañías eléctricas tienen transformadores en:

a) Las centrales de producción, para elevar la tensión de los alternadores (máquinas que convierten la energía mecánica en eléctrica) a la alta tensión de transporte (alrededor de los 400 kV).

La alta tensión permite economizar el transporte de grandes cantidades de energía a largas distancias.

Las centrales de producción acostumbran a estar alejadas de las zonas habitadas (en otra ocasión escribiremos sobre ellas).

b) Los centros de distribución. Aquí se convierte la alta tensión de transporte en  media tensión de distribución (alrededor de los 25 kV).

Los centros de distribución se hallan normalmente en zonas industriales, aunque en las grandes ciudades podemos encontrarlos «camuflados» entre las casas de viviendas (por sus «zumbidos» los reconoceréis).

c) Los transformadores de red convierten la media tensión de distribución en la tensión comercial apta para el uso industrial y doméstico, de 380 y 220 voltios.

Estos transformadores están en los barrios, cerca de los usuarios, en casetas, locales y a veces suspendidos entre postes.

De los transformadores de red se obtiene el reductor neutro, que es conectado a tierra. Si la toma de tierra (que es responsable de la compañía eléctrica o del propietario de la estación transformadora) es defectuosa o está mal conservada, se pueden tener peligrosas «tensiones de paso», o altos gradientes de potencial eléctrico en la superficie del terreno.

Los fusibles de media tensión que protegen los transformadores y la red eléctrica contra sobrecargas y cortocircuitos pueden explotar estrepitosamente al fundirse, aunque ignoramos si, susto aparte, pueden producir daños.

Los transformadores antiguos usan para su refrigeración aceites minerales que al sobrecalentarse desprenden gases tóxicos, y que además pueden incendiarse.

Otros efectos perjudiciales para la salud, desdeñados con demasiada frecuencia, son los ruidos y microvibraciones que producen algunos de estos equipos cuando se someten a sobrecarga. Aunque estas microvibraciones sólo afectan de forma tangible a las personas más sensibles, el resto de vecinos del transformador lo acusarán en forma de nerviosismo o creciente sordera, que son los mecanismos de regulación que emplea nuestro organismo para protegerse de tal agresión.

La contaminación eléctrica y electromagnética es muy variable, pues depende tanto de la potencia del transformador como de la sobrecarga a la que se somete.

La instalación eléctrica de la vivienda

Quizás estemos preocupados por la línea que pasa frente a nuestras ventanas, cuando el problema real lo tengamos en la instalación eléctrica de nuestra propia vivienda.

(gráfico del costado izquierdo)

En más de la mitad de las viviendas estudiadas por el CMIG (Centro mediterráneo de Investigación Geobiológica) y por los miembros de GEA (Asociación de Estudios Geobiológicos) se descubrieron instalaciones eléctricas defectuosas. Sobre todo en las más antiguas, no adaptadas a la normativa del Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión, de cumplimiento obligatorio para las nuevas edificaciones.

Muchas de ellas carecían de cuadro de mando y protección, y tampoco tenían conexión de tierra.

Televisor y otras pantallas de tubo de rayos catódicos

Aunque todos somos conscientes de que las pantallas de televisión y las de tubos de rayos catódicos de los ordenadores emiten pequeñas dosis de radiaciones ionizantes – rayos X -, suele minimizarse su importancia en relación con la salud.

El problema es preocupante cuando se trata de largos períodos de exposición, como ocurre con las personas que se ven obligadas a pasar largas horas frente al ordenador o los niños y niñas que miran mucho la televisión. La radiación la causa la elevada tensión de aceleración electrónica del tubo (del orden de 40 kV), que depende del tamaño de éste. Es mucho menor en los tubos monocromáticos (unos 15 kV).

La exposición depende de la distancia de nuestro cuerpo (especialmente de la cabeza) a la pantalla. Esto es crítico en el caso de los chicos que permanecen en el suelo, muy cerca del televisor (¡inclusive cuando no lo miran!), y en las personas que trabajan con las grandes pantallas de color de los equipos de información gráfica.

Recomendamos muy encarecidamente que sólo se utilicen pantallas de color en los ordenadores cuando la aplicación informática lo requiere. Esta medida debería extenderse a las escuelas.

A la temida radiación X, filtrada en gran medida en las nuevas pantallas, hay que añadir el fuerte campo electromagnético generado por el transformador de alta tensión y las bobinas de deflexión del tubo de rayos catódicos,

Cuando permanecemos sentados delante del televisor, somos irradiados por una amplia gama de frecuencias: una base de 50 o 60 hertzios, otra de barridos de unos 17 kilohertzios, y otras. Estos campos electromagnéticos no son unidireccionales, sino que se reparten globalmente alrededor del aparato. Hay que tener presente que esta radiación electromagnética apenas conoce barreras, por lo que una pared no será obstáculo para ella.

Si el vecino tiene su televisor adosado a la pared contigua a la cabecera de nuestra cama, su radiación nos alcanzará.

Los bebés son mucho más sensibles a estas radiaciones. Separémosles, pues, de los mencionados aparatos aunque estén en habitaciones contiguas.

Como distancia de seguridad se aconseja la equivalente a multiplicar por seis la longitud diagonal de la pantalla.

La electricidad estática de las pantallas puede descargarse con filtros con conexión a tierra, evitando así que nuestra cara sea bombardeada continuamente por partículas de polvo cargadas de electricidad, que son repelidas por la superficie de la pantalla y se descargan chisporroteando en nuestra piel.

MEDIDAS DE PRECAUCIÓN CON LA ELECTRICIDAD CASERA

El uso de la electricidad encierra serios peligros cuando es utilizado incorrectamente o sin precaución.

La electrocución de una persona puede sobrevenir, por ejemplo, cuando toca un cable pelado o un aparato con una deficiencia en su circuito eléctrico, o al manipular un enchufe o una bombilla estando descalzo o con el suelo mojado. Con una tensión general de 220 voltios, una descarga eléctrica puede inducir desde un leve calambre hasta la muerte por paro cardíaco.

La mayor o menor gravedad de las heridas dependerá de varios factores, como son: el estado de la superficie cutánea (seca, húmeda o mojada), la dureza de la epidermis, la trayectoria de la corriente, la superficie y el tiempo de contacto, la edad, el sexo, el peso, la cantidad de alcohol en la sangre y el aislamiento (guantes, zapatos, etc.)

Medidas a tener en cuenta (Fuentes: Revista Estar Mejor y Manual Completo de Hágalo Ud, Mismo, Ediciones del Prado):

a) Siempre que se vaya a realizar cualquier reparación o manipulación de la instalación eléctrica, desconectar el interruptor general y comprobar la ausencia de tensión. Advertir el riesgo de conectar a losa demás o poner un cartel para que nadie restablezca la corriente.

b) No enchufar ni desenchufar aparatos eléctricos cuando estemos descalzos, mojados e incluso sudorosos. Secarse las manos antes de utilizar aparatos eléctricos y nunca usarlos estando en la bañera o en la ducha. El agua es el conductor de electricidad por excelencia. Un gesto tan común como abrir el grifo del agua mientras se afeita con maquinilla eléctrica ha ocasionado numerosos accidentes.

c) No abusar de los denominados «ladrones» (enchufe múltiple). Un enchufe tiene un amperaje máximo y no se debe sobrecargar conectando a una misma toma demasiados aparatos, sobre todo si éstos consumen mucha electricidad.

d) No sobrecargar las líneas sobrepasando la cantidad de electricidad que se tiene contratada.

e) Comprobar el funcionamiento automático del interruptor diferencial al menos cada semana, pulsando el botón de prueba que lleva incorporado. Al presionar este botón se libera una intensidad de 0,003 amperios, lo suficiente para que el diferencial salte si está en perfectas condiciones.

f) Disponer de un conductor de puesta a tierra en todas las bases de los enchufes. Este conductor deberá llegar a las carcasas de todos los aparatos electrodomésticos que no llevan grabado el símbolo (doble aislamiento).

g) Comprobar que las tuberías metálicas de agua (caliente y fría), desagües del baño, fregadero, lavabo, etc. están conectados entre si, y a tierra, mediante conductor.

h) Proteger los cables externos con protectores rígidos (regletas rígidas de venta en ferreterías) para que no se pelen ni reciban golpes.

MEDICIÓN DE CHACRAS

La medición de la energía de los chacras se hace mediante el uso del péndulo o de las varillas, pero la apertura o cierre de losa mismos se hace con las manos, sin llegar a tocar a la persona, bajo ningún punto de vista.

Al efectuar la medición con las varillas, para verificar si están armonizados o no, se notará que las mismas se cruzan si están cerrados y quedan paralelas al estar abiertos.

Hay que fijarse que una persona está armónicamente bien en cuanto a energía, no en cuanto a cantidad de energía, sino directamente si sus chacras están abiertos o cerrados.

Es decir, lo normal es directamente que las varillas queden paralelas, si en cambio las varillas se cruzan es porque el chacra no está emitiendo, no está trabajando, está cerrado y por consiguiente, al estar cerrado, está desarmonizado.

Si está demasiado abierto, es porque ese chacra está emitiendo demasiada energía, entonces ahí hay una fuga y por lo tanto hay que armonizar.

Al hacer este trabajo nunca podemos llegar a perjudicar a la persona a la que se lo hacemos, jamás le vamos a poner la mano encima, así que directamente alguien que no está bien, no le va a producir consecuencia alguna al otro. Lo único que se hará es activarle o desactivarle la energía.

Lo que se mide son los 7 chacras principales, pero se armonizan solamente 5, o sea desde el frontal o tercer ojo, hasta el esplénico. No se armonizará ninguno de los chacras de la punta, ni el que recibe la energía cósmica ni el que descarga la energía telúrica.

Como ejemplo mencionaré que al tener el laríngeo cerrado, se produce una carraspera, y a veces incluso dolor de garganta, ya que no está trabajando, está neutro. Por consiguiente hay que activarlo, o sea, lo tenemos que abrir, para lo cual se procede de la siguiente manera:

Para la activación o apertura se gira en el sentido de las agujas del reloj, y para desactivar o cerrar en el sentido contrario a las agujas del reloj.

Nos paramos al lado de la persona, ponemos hacia arriba, unos 15 cm. sobre el hombro, la palma de la mano izquierda nuestra, que es la que capta la energía y con la mano derecha damos vuelta en el aire a unos 15 cm. de distancia de la persona, en el sentido de las agujas del reloj, por tres veces, y descargamos la mano mediante un chasquido. Luego nuevamente 1, 2 y 3 vueltas y descarga, otra vez 1, 2 y 3 y descarga.

El chasquido de los dedos sirve para romper la onda energética.

Antes de comenzar una medición con varillas o péndulo, siempre conviene darle tres golpecitos en la mesa, para descargarlos.

Para la activación de los chacras se tiene que girar tres veces, porque tenemos tres capas.

Cuando un chacra está demasiado abierto hay que cerrarlo y se hace a la inversa, es decir, en el sentido contrario a las agujas del reloj.

También se puede hacer todo esto con el péndulo. Con el péndulo se irán midiendo los 5 chacras, pero se hará por oscilación.

Partimos con el péndulo en posición de descanso, y se le pregunta si el chacra está cerrado; la primer inclinación que va a hacer, va a ser hacia el chacra y no hacia fuera, pero si está demasiado abierto, primero va a tirar hacia fuera, o sea, el primer impulso será hacia fuera.

Si está cerrado es como si tuviera un imán que atrae al péndulo y si está abierto es como si lo rechazara. Después va a seguir oscilando, pero lo que hay que tener en cuenta es esto, el primer movimiento.

AUROMETER

La palabra auro proviene de «áurea» y «meter» de medir, o sea que mide el aura.

La diferencia que tiene éste contra la varilla es que aparte de marcar si está abierto o si está cerrado el chacra, también marca qué polaridad está emitiendo ese chacra. O sea, ahí sí, ya nos da otro dato más complementario de qué tipo de energía está emitiendo ese chacra. Este es un dato el cual la varilla no nos lo da, ya que simplemente marca si está abierto o si está cerrado, pero no marca la polaridad.

Con el aurometer se compensa la energía de la misma forma que midiendo con la varilla, o sea de la misma forma, si el chacra está abierto y negativo, al cerrarlo cambia la polaridad, porque se armoniza. Estamos incentivándolo, lo estamos activando.

Primero marca la energía y después marca hacia donde gira, la mujer es negativo y el hombre positivo.

El aurometer viene balanceado y adentro viene como un pegamento, porque tiene una gota de mercurio, para que sea más sensible y tiene un peso especial. Este elemento hay que comprarlo, no se puede hacer sólo.

El aurometer no marca la cantidad de energía, sino directamente la polaridad.

Si es un hombre y da energía negativa, armonizando los cinco chacras en el sentido de las agujas del reloj, las dos puntas automáticamente se van a compensar. Armonizando los cinco chacras en el sentido de las agujas del reloj se hace positivo, y a la inversa negativo.

POLARIDAD: La parte positiva se indica como las agujas del reloj y la negativa es a la inversa. En las mujeres gira a la inversa.

Cuando queremos armonizar a una mujer un chacra cerrado, eso no significa un cambio de la polaridad, por eso para cambiar la polaridad hay que armonizar los cinco chacras, con uno sólo no se cambia la polaridad, simplemente se cierra o se abre, nada más.

Los chacras en la mujer se abren o se cierran en la misma forma que para el hombre.

El chacra coronario está recibiendo energía cósmica y se considera que siempre está recibiéndola, por lo tanto no hay que abrirlo ni cerrarlo, ya que si por ejemplo lo cerramos, le vamos a crear un problema a la persona.

Por ejemplo si alguien tiene un dolor de cabeza y se abre el chacra frontal, en 20′ se le va el dolor.

 

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