Angeles – Clases de 26 a 30



INDICE – Clases de 26 a 30



26. Ángeles de los puntos cardinales
Los cuatro elementos
El ángel de la responsabilidad
El ángel del fuego
Prog. Ang. Nro. 19: Sintonizar tus ángeles comunicantes

27. Los ángeles lunares
El poder personal
Ángeles de vinculación
El ángel de la paz
Prog. Ang. Nro. 20: Alivio del dolor

28. Ángeles constructores y tutelares
La nueva era
El ángel de la tierra
Prog. Ang. Nro. 21: La culpa

29. Ángeles de la naturaleza
El ángel de la gratitud
El ángel de la voluntad
Prog. Ang. Nro. 22: Jardín mental

30. El ángel en nosotros
Nuestros cinco sentidos
El ángel de la sinceridad
La proyección del pensamiento
Prog. Ang. Nro. 23: La sonrisa



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CLASE 26 LOS ÁNGELES DE LOS PUNTOS CARDINALES


El Ángel, en todas las tradiciones, es el regidor, el gobernador, aquél que codifica y mantiene el orden de las cosas que la Mente Creadora le ha confiado.

Los Puntos Cardinales representaron desde siempre para el hombre referencias precisas en las que basarse. El punto desde donde sale el Sol y aquel donde se oculta, han sido siempre considerados justamente los «anclajes» inmutables del Universo. Toda la geometría, le geografía, la trigonometría, la misma matemática, por no hablar de las más sencillas nociones de astronomía, se basa en esta imprescindible realidad.

En la mente del hombre de cada época y de cada culto, por tanto, un Gran Ser siempre ha controlado el curso regular del Universo, poniendo en los lugares estratégicos a otros Seres, subalternos suyos, que hicieron esas reglas inmutables.
Una precisa referencia a los Ángeles de los puntos cardinales y a los colores a ellos asociados, nos viene de la visión de Zacarías.

El profeta, como es conocido, venía siendo instruido durante mucho tiempo, por el «Ángel de Yahvé». El Ángel le enseñaba imágenes, situaciones, lugares o personas y le descifraba su significado.

«Por lo tanto levanté los ojos otra vez y vi; había cuatro carros que salían de entre los montes. En el primer carro había caballos rojos y en el segundo carro caballos negros. Y en el tercer carro había caballos blancos y en el cuarto carro caballos bayos.. el Ángel me dijo: «Estos son los cuatro espíritus de los cielos que salen después de haber estado en su puesto delante del Señor de la Tierra entera. En cuanto a los caballos negros, salen del país del norte, los caballos blancos deben de salir de detrás del mar. En cuanto a los bayos deben salir del país del Sur.»

Es interesante notar cómo estos «cuatro espíritus de los cielos» habían estado ya «en su puesto», que no era delante del Trono de Dios, como se podía imaginar fácilmente, sino delante de un espíritu inmediatamente superior a ellos, o sea el «Señor de la Tierra Entera».

En la tradición Maya, la Tierra era cuadrada y todas las estrellas daban vueltas alrededor saliéndose en ángulo recto. Con esta cosmogonía era muy simple imaginar en cada uno de los cuatro ángulos a cuatro divinidades: los Bacabi. Eran muy semejantes a nuestros Ángeles: se aposentaban en los cuatro puntos cardinales asistidos por los «Chaques», otros Ángeles de rango inferior que controlaban los elementos, los vientos y la lluvia.

Cada «Chaque» tenía un color diferente según su campo de acción. Es interesante comparar estos colores, pues los encontraremos en muchas otras tradiciones.

El Chaque del Norte era de color blanco, el Chaque del Sur era amarillo, el Chaque del Este rojo y el del Oeste negro.
Los Ángeles de los puntos cardinales son espléndidas criaturas que custodian de modo inflexible cuanto la Divinidad les ha confiado. Hasta aquí la Iglesia está de acuerdo, pero no acepta introducir nombres desconocidos, serían marcados como demonios o divinidades paganas.

La tradición gnóstica nos describe los deberes y las funciones de los Ángeles; en cuanto a sus nombres, ya no es cosa tan fundamental darles uno…

Ángel del Norte
Es un Ángel de vestidos blancos o quizás del aura cándida, que en el fondo es la misma cosa…

Es el gobernador del elemento aire, gobernador de los vientos y de la nieve. Se eleva, silencioso sobre las inmensas extensiones polares, y también sobre las cálidas zonas desérticas. Su Ser no está ligado a la temperatura física sino a la vibración que le llega de los lugares.

Este modo de ser solitario no lo hace indiferente al género humano, al contrario, lo acompaña desempeñando un papel muy importante.

Es el custodio de los deseos y de las esperanzas de los hombres y también de sus secretos.

Es el ángel consolador de quién ha perdido un apersona querida. Puede intervenir en los pensamientos y en los sueños de quien sufre, llevándole consuelo.

Interviene para calmar la ansiedad, para apagar el fuego del rencor y con la misma dulzura para domar la furia de los elementos cuando se desencadenan en la tempestad.

Le gusta que le ofrezcan incienso y pétalos de flores blancas. Protege tanto los lugares geográficos como a los hombres de los peligros debido al hielo, a la nieve, y a los huracanes.

Recordemos que en el interior de la furia de los elementos se desencadenan los devas oscuros. Así como los Ángeles de la luz tienen la misión de proteger, guiar, custodiar aquello que les ha sido confiado, del mismo modo los devas opuestos, los oscuros, tienen el deber de destruir, confundir, romper los equilibrios.

El Ángel del Norte es el dominador del elemento aire y corresponde al signo de Acuario. La tradición astrológica lo empareja con el planeta Urano.

Ángel del Sur
Ángel solar, con un resplandeciente vestido del color de la llama, es el regidor de la luz, del fuego, del calor.

Es el Ángel de la comunicación, de la palabra, es quien suscita alegría y amor en el corazón de los humanos. Probablemente es también el responsable de tantos «flechazos», puesto que suscita la llama del enamoramiento, de la simpatía, y también de la compasión y la solidaridad.

En cuanto «portador de la llama» trae también la chispa de la vida al mundo animal y vegetal. Es quien distribuye el «prana», por tanto, la vitalidad, la energía física, el don de la curación.

Es el custodio de las acciones del hombre, de las decisiones activas, del movimiento dinámico, del coraje y también del bienestar material.

Su presencia disuelve las nieblas grises del odio, de la tristeza, de la desesperación. Consigue infundir optimismo en las personas descorazonadas y guía a los débiles hacia la capacidad de luchar. Protege de los peligros que provienen del fuego, pues Él es el Señor de este elemento. Su lucha contra el Deva del signo contrario se dirige a mantener el equilibrio entre el fuego que da la vida y aquel que devora y destruye.

Su energía es el fuego germinador de la creación, y a Él le ha sido confiado el crecimiento de todas las cosas vivientes en los cuatro Reinos de la Naturaleza.

Ángel del Oeste
Es el Ángel ligado al elemento Tierra. Reina sobre las estacione, sobre los frutos y sobre el trabajo del hombre. Hoy lo llamaríamos con razón el Ángel de la Ecología.

Su color es el verde brillante de las hojas primaverales o de las tiernas praderas.

Por su posición, también se le llama «El Centinela de la Noche» o el «Guerrero del Oeste». Según la tradición oculta, acoge entre sus manos el disco solar en el ocaso, lo custodia de los ataques de las tinieblas en el curso de la noche, y se lo entrega por la mañana a su gran compañero, el Ángel del Este. Una función muy semejante la encontramos en la mitología egipcia, en la cual el disco solar Ra, se embarca cada noche en la galería subterránea por la que discurre el río Amenti. A lo largo de la travesía deberá luchar contra el dragón Apep que quiere devorarlo para que las tinieblas reinen sobre la Tierra.

Es el Ángel que acoge a las almas de aquellos que mueren desde el ocaso hasta el alba y las conduce hacia la Luz para que la oscuridad no los confunda.

Custodia el crecimiento espiritual de los hombres, reforzando en ellos la conciencia y la determinación. Su protección aleja a los devas malignos y las fuerzas oscuras, disipa las pesadillas nocturnas sobre todo de los niños.

Agradece la oferta de flores, de fruta y de sus delicados perfumes.

Defiende cosas y personas de los peligros que provienen de la tierra y de sus movimientos, derrumbamientos, terremotos, etc.

Ángel del Este
Es un Ángel con una extensa aura azul turquesa, el que rige el elemento agua, tanto de la simbólica representativa del futuro que se puede revelar, como del agua real de los océanos.

Es Él quien vela las visiones y los sueños nocturnos para evitar que sean demasiado claros y que, interpretados con anticipación, comprometen el desenvolvimiento del Plan.

Es también denominado el «centinela de la Aurora», puesto que, simbólicamente, cada mañana recoge entre sus manos el disco solar que emerge de la noche, y lo acompaña en su recorrido a lo largo del arco del cielo.

Y es justamente con el primer resplandor del sol cuando este Ángel se hace de vez en cuando visible a los mortales, en aquel arcano momento entre la última sobra de la noche y la primera luz de la mañana.

Es el gobernador del inconsciente y de lo profundo. Señor de la Intuición y de la Precognición. Vigila la realización espiritual y material del camino humano.

Justamente por este deber suyo de acompañar durante el camino «de las tinieblas a la luz», este Ángel es considerado como el custodio del futuro del hombre. Conoce la realización de los eventos y hace que sean comprensivos poco a poco, mientras acompaña el camino de la evolución. Se le podría definir con razón el custodio de la Era Nueva.

Ama el ofrecimiento de agua limpia en copas de cristal.

Su protección guiará a los hombres que le confían al efectuar las elecciones justas. Armoniza los planos materiales de vida cotidiana con el Gran Plan.

Aleja los peligros que nos vienen de lo imprevisto, de la distracción, de la locura, y naturalmente, del agua que es su elemento.

LOS CUATRO ELEMENTOS
En la Alta Edad Media se consideraba que los Ángeles gobernaban los cuatro elementos: el aire, el agua, el fuego y la tierra; movían las estrellas, velaban por los cultivos y bendecían la procreación de todos los seres vivientes, incluyendo los nacimientos de los humanos.

Cada día de la semana tenía su Ángel protector, cada estación del año, cada signo astrológico, cada hora del día o de la noche, es decir, prácticamente todo cuanto se hacía, pensaba, escribía o veía estaba gobernado por un Ángel propio.

A continuación daré el detalle de los Ángeles que gobernaban los meses, los signos astrológicos, los cuerpos celestes y los días de la semana.

Ángel – Mes – Signo Astrológico
Gabriel – Enero – Acuario
Barquiel – Febrero – Piscis
Maquidiel – Marzo – Aries
Asmodel – Abril – Tauro
Ambriel – Mayo – Géminis
Muriel – Junio – Cáncer
Verquiel – Julio – Leo
Hamaliel – Agosto – Virgo
Uriel – Septiembre – Libra
Barbiel – Octubre – Escorpio
Adnaquiel – Noviembre – Sagitario
Anael – Diciembre – Capricornio

Ángel – Cuerpo Celeste – Día de la Semana
Rafael – Sol – Domingo
Gabriel – Luna – Lunes
Sammael – Marte – Martes
Miguel – Mercurio – Miércoles
Zidkiel (Aniel) – Venus – Jueves
Anael (Kafziel) – Saturno – Viernes
Kefarel (Zadkiel) – Júpiter – Sábado

Por el otro lado hay una lista de nombres y funciones angélicas que figura sólo en el libro de Enoc 3:

Gabriel – Ángel del fuego
Baradiel – Ángel del granizo
Ruhiel – Encargado del viento
Baraquiel – Encargado de los relámpagos
Za’amiel – Encargado de los torbellinos
Ziquiel – Encargado de los cometas
Zi’iel – Encargado de los temblores
Za’apiel – Encargado del huracán
Ra’amiel – Encargado del trueno
Ra’asiel – Encargado de los terremotos
Shalgiel – Encargado de la nieve
Matariel – Encargado de la lluvia
Shimshiel – Encargado del día
Lailiel – Encargado de la noche
Galgalliel – Encargado de la esfera del sol
Opanniel – Encargado del disco de la luna
Kokabriel – Encargado de las estrellas
Rahatiel – Encargado de las constelaciones

Los nombres de estos Ángeles están armados de acuerdo con la naturaleza de sus tareas, hay una regresión casi atávica a un panteón pagano en el cual un Dios corresponde prácticamente a cada uno de los fenómenos naturales. Los panteones griegos y romanos, entre otros, designaban dioses y diosas a cada fuerza principal de la naturaleza.

EL ÁNGEL DE LA RESPONSABILIDAD
Una de las grandes lecciones que nos pueden enseñar los Ángeles, es que el mundo es un espejo de nosotros mismos, y que si queremos cambiar el mundo, hemos de comenzar cambiándonos a nosotros mismos.

Nuestra mayor responsabilidad es, pues, con nosotros mismos. Pero muy a menudo hundimos los hombros cuando escuchamos la palabra responsabilidad.

Creemos que la responsabilidad tiene que ver con algo que tenemos que hacer, cuando en realidad no deseamos hacer nada. Asociamos la palabra responsabilidad a la palabra deber.

Al ego le molestan las verdaderas responsabilidades, y por ello prefiere las falsas, las que él se inventa para sentirse importante.

Cuando algo no funciona como quisiéramos en nuestras vidas, en seguida señalamos con el dedo a los demás. El ego siempre hace la trampa de situar la responsabilidad de nuestros problemas en los demás, porque así no tiene que tomarse la molestia de solucionarlos.

Pero, la verdadera responsabilidad es la otra cara de la moneda de la libertad. No hay verdadera libertad sin responsabilidad, ni responsabilidad sin libertad.

Somos responsables de aquello que vemos, de aquello que sentimos, de aquello que oímos, de aquello que vivimos, pues somos nosotros mismos quienes elegimos lo que vemos, lo que sentimos, lo que oímos, lo que vivimos. En cierto modo, todo lo que nos sucede, ya lo hemos pedido y nos ha sido concedido.

Te propongo que:
Busques un lugar tranquilo donde no te molesten y donde puedas relajarte e intenta mantener tu mente en blanco.

Imagina que estás sentada bajo una luz suave y cálida. Siente como todo tu ser absorbe esta luz y se funde con ella.

Piensa en aquellas cosas de las cuales no quisiste hacerte responsable y cuya culpa endilgaste a los demás, a las circunstancias, al gobierno, a Dios, a la astrología, a la genética, etc.

Reconocer que tú las creaste y acepta la libertad que produce ser responsable.

Invita a tu Ángel de la Responsabilidad a que se manifieste y comparta contigo el calor y la luz.

EL ÁNGEL DEL FUEGO
Todas las civilizaciones han adorado el fuego, no se trata sólo de un elemento, es también un arquetipo profundamente instalado en lo más interior de cada ser humano.

El Fuego es la virtud secreta del Sol que hace madurar el grano para que venza la pasividad de la tierra que lo sepulta y resucite en forma de flor ascendiendo hacia el cielo.

El fuego es la virtud secreta del grano que atrae la luz del Sol para que lo caliente atravesando incluso la tierra que aparentemente los separa.

La acción es la clave del elemento fuego. Puede ser una acción orientada hacia el exterior o dirigida hacia tu interior reanimando la llama de tu propio fuego, a veces un tanto ahogada por las circunstancias.
Al invocar al Ángel del Fuego el mismo te transmite la más pura esencia del fuego, por eso estimula, enciende, da brillo, empuje especial y energía vital.

Te propongo que:
Busques un lugar tranquilo donde nadie te moleste y puedas relajarte, e intenta mantener tu mente en blanco.
Imagina que estás sentada bajo una luz poderosa y cálida.

Siente como todo tu ser absorbe esta luz y se funde con ella.
En el extremo de esta luz están el Ángel del Fuego y el Demonio del Frío. familiarízate con estos dos visitantes e insiste en que el demonio del frío desaparezca y que el Ángel del fuego se manifieste.

Invita a tu Ángel del Fuego a compartir el calor y la luz contigo.

PROGRAMACIÓN ANGÉLICA Nº 19
Sintonizar tus Ángeles Comunicantes


Si tu socio, amante, amigo, colega o compañero de clase está en contacto con los Ángeles, podéis hacer juntos este ejercicio. De lo contrario, siéntate en silencio e imagina a la otra persona contigo.

Comienza con la Meditación Básica de Cimentación y pasa a lo siguiente:

1) Cierra los ojos. Siente que tu Ángel Guardián sentado detrás de ti. Presta atención a su energía o vibración particular.

2) Siente al Ángel Guardián de la otra persona. Visualízalo sentado detrás de ella, esté o no físicamente presente.

3) Cuando percibas al otro Ángel, invoca la presencia del Ángel vinculante de la relación. Con frecuencia esta energía se presentará como una gran esfera que os rodea, a ti, al otro y a ambos Ángeles. También puedes percibirla como otro ser, sentado entre vosotros dos, y ligándoos a ambos.

4) Sintoniza al Ángel de la Vinculación y deja que crezca tu captación de su presencia. ¿De qué modo difiere de la de tu Ángel guardián? ¿Cómo es? Mientas exploras la nueva presencia, recuerda que está contigo pro el vínculo que te conecta a la otra persona. Lleva consigo la energía de lo más amante y armonioso que exista entre vosotros.

5) Así como aprendiste a dialogar a con tu Ángel personal, ábrete ahora al ángel de la vinculación, recibe su energía y escucha sus palabras. Formúlale cualquier pregunta, exprésale todas las dudas o necesidades que puedas tener. Debes estar abierta para recibir su consejo y su sabiduría: en palabras, imágenes, colores o sensaciones, en cualquier otra forma que puedan presentarse.

6) Si estás haciendo esto con la otra persona, compartid mutuamente vuestras experiencias del encuentro con el Ángel de Vinculación. Esto ayudará para que vuestra vinculación sea más sólida.

7) Si lo estás haciendo sola, visualiza al otro y sabe que el Ángel de Vinculación tocará suavemente a esa persona mediante su guardián. Sabe también que tu búsqueda ya ha comenzado a marcar una diferencia.

8) Cuando hayas terminado, agradece al Ángel de la Vinculación, a los dos ángeles de la Guardia y también a tu amigo. Una vez más, concéntrate en tu respiración. Cuando estés lista, abre los ojos.

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CLASE 27 LOS ÁNGELES LUNARES


Así como hay Ángeles regentes para todos los días del año solar, o más exactamente, un Ángel para cada cinco días, hay Ángeles que dominan el ciclo lunar, mucho más corto que el solar.

La Luna se renueva cada veintiocho días, y, como veremos, hay un Ángel tutelar para cada día. Del mismo modo que sus hermanos solares, también los Ángeles Lunares son portadores de dones y virtudes para los seres humanos.

Cada uno de ellos materializa y transmite concretamente las energías que vienen activadas por el paso de la luna en los diversos grados del Zodíaco.

Cada Ángel posee una individualidad propia particular, incluso, para ser exactos, él es la esencia misma de la virtud de la que se ha hecho intermediario.

Por ejemplo, el Ángel Nº. 8, Manediel, el portador del valor, Él es el valor mismo; su modo de ser es la quintaesencia misma del valor, y no podría ser de otra manera puesto que, como sabemos, el Ángel es ley, incluso representa la estricta aplicación de una ley puesto que el Ángel no puede elegir actuar o portarse de otro modo.

El Ángel es la emanación directa de una gran energía de amor y armonía, ningún pensamiento que no sea luminoso y sereno puede penetrar en su mundo de belleza y devoción.

Toda Legión Angélica cumple su misión con imperturbable determinación, en el ámbito del campo de acción que le ha sido atribuido.

Los Ángeles que se ocupan de los seres humanos vuelcan en ellos toda la potencia y la energía de los cuales son portadores. Nosotros somos Su Misión. Con todos nuestros defectos y nuestros problemas somos el medio a través del cual también el Ángel crece y evoluciona.

No hay límites a su capacidad de dar, así como no hay límite a nuestra posibilidad de pedir. La falta de requerimiento de ayuda por parte nuestra, crea algo como un bloqueo en la energía del Ángel. Al Ángel lo que lo pone en marcha, es nuestra petición de ayuda o de colaboración.

Los Ángeles acceden con alegría a realizar nuestros deseos, ya que están deseando intervenir en nuestra vida; el único impedimento está representado por el karma de cada uno de nosotros. Si la realización de un deseo nuestro está en contra de aquello que representa nuestro destino o karma, aquel deseo no será escuchado por mucho que podamos rogar e insistir.

A continuación los nombres de 28 Ángeles lunares y los dones de los que son portadores. Notarás que hay dos Amixiel, respectivamente en los Nro. 3 y 28:

1. GENIAL – El portador de un porvenir mejor
2. ENEDIEL – Ofrece ayuda providencial
3. AMIXIEL 1º – Interviene en el mundo del trabajo
4. AZARIEL – Realiza los deseos
5. GABRIEL – Refuerza la pureza de los sentimientos
6. DIRACHIEL – Favorece el comercio
7. SEHELIEL – Custodia las buenas intenciones
8. MANEDIEL – Es portador de coraje
9. BARBIEL – Ayuda en la resolución de los problemas
10. ARDEFIEL – Desarrolla la lógica y la racionalidad
11. NECIEL – Ofrece nuevas ideas e intuiciones
12. ABDIZUEL – Es portador de afortunadas coincidencias
13. JAZERIEL – Ayuda a los cambios afortunados
14. ERGEDIEL – Es el protector de la belleza física
15. ATALIEL – Favorece las ganancias en dinero
16. AZERUEL – Favorece la meditación y la reflexión
17. ADRIEL – Refuerza la voluntad
18. EGIBIEL – Favorece la concepción y la maternidad
19. AMUTIEL – Ayuda a desenredarse de las dificultades
20. KIRIEL – Favorece el equilibrio interior
21. NETHNAEL – Portador de bondad y generosidad
22. GELIEL – Ayuda a la realización de los proyectos
23. REQUIEL – Portador de clarividencia
24. BARINAEL – Favorece la afirmación personal
25. AZIEL – Protege en los cambios de trabajo
26. TAGRIEL – Portador de creatividad
27. ALHENIEL – Acrecienta el poder personal
28. AMIXIEL 2º – Desarrolla el amor por el conocimiento.

Para conocer el nombre del Ángel dominador del día en el que estamos viviendo, es necesario dotarse de un calendario que traiga las fases lunares.

El calculo parte del día en el que se forma la luna nueva (señalada en el calendario con un círculo negro).

Durante el primer día de la luna nueva reina el Ángel Nro. 1, Genial. El día siguiente le tocará el turno al Ángel Nro. 2, Enediel, y así sucesivamente.

Si, por ejemplo, deseas cambiar de trabajo, será bueno pedir la ayuda del Ángel justo, Aziel. Naturalmente, podrías dirigirle peticiones y plegarias en cualquier momento, pero alcanzarán la máxima eficacia el día exacto en el que el Ángel domina. Estará propenso a dispensar la energía de la que es portador.

Es útil recordar que si la realización de una petición debiera resultar dañina para nuestro porvenir, o para el de otras personas, difícilmente se nos concederá lo que pedimos.

El Ángel trabaja en un mundo de absoluta armonía y benevolencia, no ayudaría jamás a un ser humano a expensas de otro o contra las reglas celestiales de justicia, inocuidad y sinceridad.

Frecuentemente, cuando nosotros deseamos ardientemente una cosa, estamos totalmente obcecados por la fuerza misma de nuestro deseo, y no logramos darnos cuenta de si hay una insidia al acecho; son los límites de la naturaleza humana, a los que la potente naturaleza angélica pone remedio.

El Ángel es disponible, afectuoso, pleno de amor y fraternidad, pero no olvidemos JAMÁS que no es subalterno nuestro y, ni mucho menos, ¡está sujeto a nuestras órdenes!

Por muy pequeño que pueda ser el Ángel con el que entramos en contacto, no olvidemos ni por un instante que estamos frente a una Potencia infinitamente más grande que nosotros.

EL PODER PERSONAL
Todos los que estamos aquí en la tierra tenemos nuestras propias fuentes de poder personal. Hay quienes los desperdician y terminan sintiéndose y actuando como víctimas; hay quienes van hasta el otro extremo con sus poderes y generan situaciones que victimizan a otros. Nuestro poder es la energía que utilizamos para establecer quienes somos. La vida implica un equilibrio muy fino.

Si se nos quitó demasiado poder en la etapa de crecimiento, quizás lleguemos a sentirnos descontrolados e impotentes, y esto puede llevarnos a buscar el poder fuera de nosotros mismos. Si de niños se nos dio demasiado poder, quizás debamos superar el «síndrome del centro del universo» o cierta tendencia hacia la vanidad o el narcisismo. De cualquier manera, el poder personal depende de un delicado equilibrio.

Cuando estamos centrados hemos incorporado totalmente en nosotros mismos el poder personal y la fuerza de vida; podemos controlar la llama. Si no estamos centrados, la llama puede quedar fuera de control o ser tan débil que se apague por accidente.

El concepto de poder y equilibrio no es nuevo. Lo que quizás sea nuevo para algunos es la idea de que los Ángeles pueden ayudarnos a mantener el poder en equilibrio y luchar por nosotros cuando nos sentimos víctimas. Tal vez nosotros no lleguemos a ver esta lucha, ni a saber que se está produciendo, pero si confiamos en los Ángeles ellos siempre estarán allí, alentándonos a la victoria. Y, si vamos rumbo a un poder excesivo, ellos nos ofrecerán amables lecciones tendientes a moderar la llama.

Hay momentos en los que quizás debamos confiar en otras personas para definir quiénes somos y para darnos una ilusión de seguridad. Pero esto puede generar problemas. La única seguridad sobre esta tierra proviene de nuestro propio interior. La seguridad es sólo una ilusión; la verdadera seguridad sólo existe cuando nos sentimos felices de ser quienes somos.

No hablo de la felicidad externa; me refiero al hecho de saber en lo profundo del corazón que no importa dónde estemos ni lo que ocurra a nuestro alrededor: todo está bien puesto que nosotros somos básicamente felices y tenemos recursos para entretenernos. Se trata de un poder verdaderamente mágico, con el que los Ángeles adoran jugar.

Cuando alcanzamos esa forma mágica de ser, las leyes (los Ángeles) del universo trabajan a favor nuestro y nos brindan amigos maravillosos y relaciones interesantes.

Por el contrario, si estamos constantemente buscando nuevos amigos y relaciones con la convicción de que ellos llenarán un espacio que nos falta en la vida, repeleremos a las personas. Una vez más, esto nos vuelve a levar a ser nosotros mismos. Somos especiales, extraordinarios, destacados y muy capaces de tener lo que queremos. Cuando conozcamos esa verdad en lo profundo de nuestro ser, otros de parecer similar también lo sabrán y se sentirán atraídos por nosotros. Entonces las personas traerán embellecimiento para la vida en lugar de desengaños.

Quienquiera que seamos en este mismo momento, y cualquiera sea el pasado de donde provengamos, tenemos nuestro propio poder personal, y si lo utilizamos con equilibrio y armonía nos proporcionará una forma de ser felices y libres. Podemos cambiar de rumbo, revertir costumbres negativas, romper moldes viejos, divertirnos, ser una persona nueva, comenzar una carrera, convertirnos en artistas o poetas o en lo que nos dice el corazón; para todo hace falta dirigir la energía hacia un objetivo en especial; es la energía que viene de nuestra propia fuente de poder interior, el Yo Superior, con el que los Ángeles están en contacto cercano.

Las prácticas te demostrarán cómo pueden ayudar los Ángeles a mantener el poder personal fresco y energizado en lugar de rancio y aplastante, a proteger el poder personal de las influencias negativas y a aprender a cruzar los límites adecuados.

ÁNGELES DE VINCULACIÓN
Así como todos tenemos Ángeles personales que nos han sido asignados (Ángeles acompañantes o de la guarda) todas las relaciones tienen también Ángeles guardianes. Estos ayudantes celestiales provienen de una clase de seres llamados Ángeles de Vinculación o Coordinación.

Cada pareja, cada amistad tiene uno, cada equipo de trabajo, cada familia. Su presencia es cálida y reconfortante; hace que nos sintamos abrazados y a salvo. Como su campo energético es más grande que el nuestro, nos expanden, abriéndonos a mayores posibilidades de comunicación con otros. Ese enorme campo energético nos incluye también a nosotros, junto con nuestros guardianes personales; por eso no corremos peligro al aventurarnos más allá de cualquier vacilación o timidez que pueda inspirarnos alguien.

En cualquier relación hay tiempos buenos y tiempos en los que surgen problemas o conflictos. Estos pueden ser preocupantes, pero en verdad nos ayudan a crecer y a curar problemas que nos acompañaron toda la vida.

Toda relación en la que entramos se basa, hasta cierto punto, en las primeras relaciones que jamás hemos tenido: con nuestros padres. De ellos aprendemos patrones de relación, tanto buenos como malos. Si examinamos lo que no está funcionando en una relación actual, con el objetivo consciente de identificar nuestros modelos negativos, en vez de culpar al otro, tenemos la oportunidad, no sólo de recomponer la relación, sino también de curarnos nosotros mismos.

Cuando trabajamos con los Ángeles de Vinculación, expandimos nuestra capacidad innata para la felicidad y la comunicación sincera. Si hay tensiones o malentendidos, convocar a los Ángeles de Vinculación allana los puntos escarpados y facilita la reconciliación.

Aparte encontrarás un ejercicio para sintonizar tus Ángeles comunicantes, para que puedas hablar con ellos cada vez que necesites algo más de luz en una relación.

Puedes ponerte en contacto con el Ángel de la Vinculación cuando estés en un momento gozoso de las relaciones para expresarle tu placer y tu gratitud. Si la relación se torna espinosa, no olvides reconectarte.

También puedes utilizar esta sincronización cuando estés lejos de la familia o los amigos y desees conectarte con ellos en un plano energético. En el trabajo y en proyectos conjuntos, si otros han aprendido también a hablar con sus Ángeles, este ejercicio puede mejorar notablemente el trabajo y ayudar a que todo marche de manera más fácil, eficiente y creativa.

EL ÁNGEL DE LA PAZ
Paz es armonía, un libre fluir de varios elementos que trabajan juntos para permitir la creatividad y el crecimiento. La Paz es una energía que impregna el universo. No es pasiva, sino activa.

La verdadera Paz es la del corazón. Que en el mundo haya guerra o Paz no depende sino de que la haya en el corazón de los hombres.

Estar en Paz es situarse más allá del conflicto, más allá de la dualidad característica del ego, más allá de las formas exteriores, más allá de los contrarios. Es permanecer conectado con la Fuente del Ser y descansar en ella, incluso cuando estamos realizando una actividad externa.

La verdadera paz no es, pues la exterior, obtenida a base de convenciones, pactos y arreglos, sino la que surge del interior, directamente del alma.

La verdadera paz invade, es contagiosa y nos acerca a los Ángeles.

Si invocas al Ángel de la Paz tienes el poder de poner colaboración y paz a problemas o personas de tu vida. Al hacerlo, abres nuevas puertas para que la energía de la paz entre a nuestro mundo.

Si eliges a este Ángel, debes saber que eres un agente para el cambio, un mensajero del principio que está transformando la conciencia de este planeta. Los Ángeles de la Paz portan las visiones y la energía que necesitamos para hacer esto.

Pegúntate cuáles son tus sueños más profundos y recuerda que, al poner paz en tu propia vida, sueños aún más grandes que éstos se manifestarán para todos.

También es importante invocarlo después del fallecimiento de un ser querido, para que lo acompañe en el proceso del alma para despegarse de la tierra.

El Ángel de la Paz anula vibraciones nocivas que quieren atacar el hogar, oficina, comercio, etc. Favorece el bienestar físico y psíquico de las personas. Atrae los espíritus positivos y trabajadores de la naturaza. Ayuda al crecimiento y floración de todas las especies de plantas. Protege la salud y buen carácter de los animales domésticos.

Este Ángel nos habla sobre la nueva humanidad como sigue:

«La morada que antes era una casa o un cuerpo ahora es luz y con ella puede transformarse cada espacio y cada tiempo. La luz de la nueva humanidad es la luz brillante que no se apagará, es la luz dorada de la hermandad de seres que ya están brillando en el Universo.

Ustedes, los que están en contacto con los Ángeles, van a sentir la paz que está cubriendo todo el mundo con un nuevo manto de protección y amor».

Te propongo que:
Busques un lugar apacible donde nadie te moleste.

Tranquilízate y relájate como en cualquier ejercicio de meditación, e intenta mantener tu mente en blanco.

Persuádete de que el Ángel de la Paz está contigo en todo momento, prescinde de aquellos pensamientos y sensaciones que te hacen sentir intranquilo; no les hagas caso.

Cuando sientas que te rodea una paz ilimitada, luminosa y angélica, siente cómo todo tu ser absorbe esta luz y se funde con ella. Es el Ángel de la Paz.

PROGRAMACIÓN ANGÉLICA Nº 20
Alivio del Dolor


Para evitar el sufrimiento y el dolor los seres humanos hacemos cosas inteligentes y otras que no lo son tanto. No resulta difícil comprender por qué queremos evitar sensaciones de dolor y frustración. La pena, la angustia, la soledad, la culpa, el rechazo, el temor, el remordimiento y el odio no son experiencias divertidas.

A fin de evitarlas, muchos de nosotros las aplazamos y las ignoramos, con la esperanza de que todo se resuelva sin ningún esfuerzo de nuestra parte. Tomamos medicinas para eliminar el dolor; nos rodeamos de mucho por hacer para no tener tiempo de enfrentar el dolor; caemos en depresiones profundas y vivimos en mundos de fantasía del pasado o del futuro.

Todas estas defensas contra el dolor impiden que experimentemos la vida en el presente. Has escuchado hablar de la importancia de vivir en el presente, pero esta simple verdad suena a repetición puesto que el presente es el único momento que tenemos. Quizás has escuchado decir que los peores problemas son aquellos que nunca suceden; en otras palabras, que sólo existen en nuestra imaginación.

Dedicamos un valioso espacio de la imaginación a preocuparnos por cosas que nunca sucederán. Las experiencias desagradables de la vida no serían tan malas si las conjugáramos en presente. Vivir plenamente el presente puede resultar fascinante; todo depende de la actitud que tomemos hacia la vida.

La sociedad en que vivimos se inclina por liberarse del dolor; buscamos alivio inmediato, cuanto más inmediato mejor. Si tenemos un leve dolor de cabeza, un anuncio publicitario en la televisión nos recuerda que tenemos que tomar una aspirina para liberarnos del dolor. Estamos tan convencidos de que el dolor es algo malo que, cuando sufrimos cualquier tipo de dolor, nos sentimos fracasados.

El hecho de utilizar nuestro propio dolor como una lección o como un punto de inflexión positivo en la vida puede hacer de ese dolor la lección más valiosa que jamás hayamos imaginado, y que nos llevará a la grandeza. El Dr. Bernie Siegel se refiere al dolor y al sufrimiento como «la tecla para reemplazar a Dios», un mensaje que nos lleva a repensar nuestro camino, quizás a cambiar de carácter y de destino, y a «encontrar el modo especial en que cada uno puede contribuir con amor al mundo».

Si existe el dolor en nuestra vida y en nuestro cuerpo vamos a pedirles a los ángeles que nos ayuden a comprender el significado superior que ello tiene para el camino de la vida. Les pedimos que nos conduzcan hacia la verdadera fuente de dolor y que nos ofrezcan guías de cómo aliviarlo de manera natural y para nuestro mayor bienestar.

Si hay alguna situación que resulte demasiado difícil de enfrentar con honestidad, es decir, si hay algo en la vida que todavía no estamos dispuestos a enfrentar porque nos sentimos solos, debemos saber que no estamos solos. Los Ángeles están allí junto a nosotros; cuando estemos listos para admitir algo que nos causa dolor, ellos nos admirarán y recompensarán por haberlo hecho.

Veamos el dolor desde una nueva perspectiva. ¿Qué es el dolor exactamente, y por qué es tan horrible? ¿Por qué resulta tan difícil ver sufrir a otro ser humano? ¿Qué haríamos si un ser amado estuviera sufriendo una enfermedad terminas y nos pidiera que lo ayudáramos a morir? ¿Por qué el suicidio genera tanta angustia a los que se quedan? ¿Significan algo estas preguntas? ¿O sería mejor evitarlas?

Pregunto todo esto porque muchas veces asumimos el dolor de otra persona y terminamos juzgándolo desde nuestro punto de vista. Quizás nos preguntamos por qué esa persona no se dedica a recuperarse y a vivir. Cuando experimentemos dolor, vamos a hacernos acompañar por un Ángel y no por un destructor del dolor. Mediante el diario vamos a preguntarnos: ¿Estoy evitando una supuesta situación de dolor? ¿Estuve tolerando una forma degradada de dolor para evitar un arrebato de dolor más intenso?

Vamos a formular un pedido y enviarlo a los Ángeles afirmando que estamos dispuestos a mirar abiertamente la razón del dolor que sufrimos. Y luego recibamos la ayuda desde lo alto.

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CLASE 28 ÁNGELES CONSTRUCTORES Y TUTELARES


Los Ángeles, por tanto, en una escala de Seres de todo orden y grado, representan las inteligencias que están detrás de toda cosa creada. Ellos conocen las leyes según las cuales la materia se agrega, y se evoluciona en una forma definida.

El Ángel arquetipo de una cierta forma, por ejemplo, el pino, por medio de sus legiones de constructores hará de modo que todos los pinos de la Tierra crezcan y se desarrollen según el mismo modelo. Entre un árbol y otro habrá pequeñas diferencias. Y pequeñas diferencia habrá entre una hoja y otra del mismo árbol, o entre una rama y otra. En la naturaleza no existen dos cosas absolutamente idénticas: dos hojas, dos pinos, dos hombres, dos copos de nieve.

Cada hoja, cada hombre, aún siendo semejantes, poseen una propia identidad única e irrepetible. Esa unicidad es posible, pues también los Devas, constructores de formas, aún siendo multitudes de muchos millones, conservan cada uno su propia y precisa individualidad. Cada uno de ellos construye la forma de la cual es el custodio: «a su imagen y semejanza» en un modo que es exclusivamente suyo. Igual a todas las otras, pero no idéntica.

A diferencia del hombre que puede cumplir de mala gana el deber que le ha sido confiado, cometiendo errores por negligencia o deliberadamente, por mala fe, el Ángel desenvuelve con alegría la única misión que la Inteligencia Divina le ha confiado, pues ésta es la única finalidad de su vida.

El Deva constructor de las hojas de un eucalipto, construye solamente aquellas y nada más… Cuando los batallones de constructores hayan permitido al espléndido eucalipto formarse, un solo Ángel tendrá su total custodia. Su trabajo estará en sintonía con todas las multitudes de constructores, desde las raíces a las ramas, y a las hojas, siguiendo el esquema arquetipo de todos los eucaliptos del planeta. A su vez, el Deva del eucalipto trabajará en colaboración con todos los custodios de todos los árboles del bosque.

El bosque tiene un Ángel Tutelar, que vigila, no sólo la vida de los árboles, flores y frutos, sino también la de las rocas, de los pequeños y grandes animales que viven en su ámbito, y también la de aquellos hombres que allí residen y que por allí transitan.

El Custodio del Bosque depende a su vez del Ángel que custodia el valle o la montaña, el así llamado «Señor del Lugar». Y si en el valle existen cursos de agua, lagos, construcciones, existirán sus correspondientes Ángeles para cuidar de ellos, subalternos todos del «Señor del Lugar»

A su vez, el Ángel del Lugar colabora activamente con el Ángel de la Región, etc. pues no existe sobre la Tierra un lugar geográfico, con todos sus habitantes (minerales, vegetales, animales o humanos) que no esté sometido a la tutela de un Ángel.

Las características naturales de un lugar: colinas, llanuras, valles, la misma vegetación, son en cierta manera «el cuerpo físico» por medio del cual el Ángel se manifiesta a la percepción humana.

El Ángel no necesita cuerpo físico, su esencia es pura energía, no visible. Es como un aura distintamente coloreada que se adapta a la forma física de la «cosa» de la que es custodio, sea una flor, un río o una roca.

El Ángel influye con su aura a la del lugar; pero también el lugar, modificándose en el transcurso del tiempo, producirá modificaciones en el aura misma del Ángel, puesto que todo está estrictamente relacionado entre sí.

Cuando en un lugar, desde siempre bajo la custodia de un Ángel se establece un pueblo, el influjo recíproco es aún mayor y más eficaz. No olvidemos que entre Ellos y nosotros existe un intercambio muy estrecho.

El Ángel ayuda a la evolución humana (o mineral, vegetal, animal) pero a su vez «crece» evoluciona junto con la «cosa» que custodia y que Él mismo ha ayudado a «crecer». Los Ángeles Tutelares de los diversos pueblos de la Tierra «crecen» en el plan evolutivo junto al pueblo al que están ayudando. Veamos si podemos ejemplificar este concepto tan importante.

Cito textualmente las palabras de Rudolf Steiner, que contienen una grandiosa visión del conjunto:
«Todos sabemos que la superficie de la Tierra es diferente en las diversas partes del globo, y que en las diversas regiones se encuentran las condiciones más desiguales de desarrollo de los caracteres particulares, de las cualidades de los pueblos.

«La conciencia materialista dirá que el clima, la flora y quizás el agua de una determinada región de nuestra Tierra, junto con muchas otras cosas, determinan la manifestación de las características del pueblo que los habita. No hay que extrañarse si la conciencia material, la conciencia del plan físico juzga de este modo, puesto que conoce, en efecto, sólo lo que es visible a los ojos físicos.

«Para la conciencia clarividente, sin embargo, desde cada punto de nuestra Tierra se eleva en realidad una singular nube espiritual, que hay que indicar como el aura etérica de aquella particular región. Esta aura etérica es totalmente distinta, sobre la superficie de Suiza o sobre la de Italia; y aún más distinta sobre Noruega, Francia o Alemania.

«Así como todo hombre tiene su cuerpo etérico, así sobre todas y cada una de las regiones de nuestra superficie terrestre se eleva una especie de aura etérica.

«Las auras que se elevan sobre las regiones, se alteran en el curso de la evolución humana en cuanto un pueblo abandona su sede y toma posesión de otra región de la Tierra.

«El hecho característicos es que, realmente, el aura etérica que está sobre una región determinada no depende solamente de cuanto surge del suelo, más también del pueblo que por último ha establecido allí su residencia».

Existe, como hemos visto, un intercambio entre el Ángel del lugar y sus habitantes. Pero hay mucho más, es un recorrido gradual y ordenado.

El aura de una ciudad está compuesta por la suma de las auras de todos sus habitantes, por buenos o malos que ellos sean, sumada a la emanación típica del lugar. Auras de todos los tipos contribuyen a crear una aura sola, y ésta influirá, a su vez, en el cuerpo etérico del Ángel que custodia la ciudad.

Éste es uno de esos conceptos que se comprenden mejor con el corazón que con la mente, pero trataremos de profundizarlo más adelante.

Encontramos que un Ángel custodia a cada familia. Cada vez que dos individuos forman parejas, a sus dos custodios se añadirá un tercero, puesto que ahora se han convertido en una «familia».

Podrán trasladarse a cualquier parte del mundo, pero el «tercer Ángel» les seguirá a todas partes. Y cuando nazcan los niños llegarán con ellos «nuevos» Ángeles custodios, pero el Ángel de la familia será siempre el mismo.

Pero no será el único que tenga cuidado de ellos. Otro Ángel «habita» en cada vivienda, la custodia inmutable, siguiendo la suerte del edificio, tanto en la reestructuración como en las demoliciones o en los bombardeos (esperemos que nunca más).

En los grandes edificios modernos, en las modernas ciudades dormitorio, podemos suponer la existencia de un Ángel Tutela que sigue la existencia de todo el condominio y de todas las familias que lo habitan.

Existe además el Ángel del Barrio, inconscientemente alimentado por el sentido localista de sus habitantes, y el Ángel de la ciudad, del sector, de la barriada, del grupo alejado de casas.

Existe el Ángel de la Región, el de la Nación, el del Continente y así hasta el infinito.

LA NUEVA ERA
En la Nueva Era, a la fraternidad y a la colaboración entre hombres y Ángeles se le ha reservado una gran tarea. Pero, para que esto ocurra, es necesario que la mente y el corazón de los hombres, de una gran masa de hombres. Estén abiertos a la realidad de su existencia.

Si en los hombres existe la duda, la incredulidad o incluso la mofa hacia las Legiones Celestes, ¡cómo pueden estas criaturas penetrar en nuestra vida diaria!

Los Ángeles Sanadores, por ejemplo, están parados delante de los lugares donde los humanos sufren, pero son inoperantes junto a las camas de los enfermos en las salas de los hospitales. Podrían hacer grandes cosas, podrían verter sobre nosotros el don de la curación, del cual son portadores, dispensar consuelo y salud, pero son poquitísimos los hombres que invocan su ayuda, haciendo inútil y desesperada su presencia.

Es necesario establecer un sólido puente entre los Ángeles y los hombres, pero a esta construcción deben colaborar todos.

Este trabajo ha sido iniciado con La Nueva Era y ya se empiezan a entrever los primeros excitantes frutos. Inesperadamente desde las fuentes más diversas, no necesariamente de origen cristiano (¡al revés!) se ha comenzado a hablar de Ángeles.

El tema del Ángel ha entrado en las nuevas composiciones musicales, en el arte, en la meditación; está insinuándose con extrema dulzura y persistencia en el pensamiento y en la filosofía de nuestros días. Incluso la publicidad utiliza imágenes angélicas para promocionar sus productos…. Estas son solamente las primicias de un movimiento aún mucho más vasto que andarán desarrollándose en los años venideros.

Todos somos los constructores de la Nueva Era. Con firmeza y tenacidad, pero con absoluta libertad, estamos llamando a aportar nuestra contribución de «ladrillos» hacia aquel puente que guiará a los Ángeles hacia nosotros.

Sobre la próxima venida de los Ángeles no hay muchos textos en circulación, y los pocos o no están traducidos a nuestra idioma o, como ocurre con frecuencia, a las temáticas que traen esperanza al corazón del hombre, los libros son difíciles de encontrar pues han sido publicados por pequeños editores de buena voluntad, que quedan fuera de la difusión comercial de la distribución.

Uno de los textos más interesantes, aunque no de fácil lectura, es «la Exteriorización de la Jerarquía». Es uno de los muchos libros que el Maestro Tibetano D.K. canalizó por medio de Alice Bailey en el transcurso de más de 50 años, a comienzos del siglo.

Considerando que también este texto es difícil de encontrar, cito textualmente algunos de los párrafos más significativos:

«Podría ser interesante hacer notar que cuando venga Aquel que los Ángeles y los hombres esperan y cuyo trabajo consiste en inaugurar la Nueva Era, completando así lo que inició en Palestina dos mis años ha, traerá consigo algunos de los Grandes Ángeles así como también algunos Maestros.

«Los Ángeles siempre han estado activos en la historia bíblica y entrarán de nuevo en la vida de los seres humanos con mayor poder que el que tuvieron en los últimos tiempos.

«Se les ha enviado un llamamiento a fin de que se avecinen de nuevo a la humanidad, y con sus vibraciones más elevadas y con su superior conocimiento, unan sus fuerzas a la del Cristo y sus discípulos para ayudar a la raza.

«Por ejemplo, deberán comunicar muchas cosas en relación al color y al sonido, y al efecto de estas dos fuerzas sobre los cuerpos etéreos de los hombres, de los animales y de las flores. Cuando todo esto que Ellos enseñen sea aprendido por la raza, los males físicos y las enfermedades serán eliminados.

«El grupo de Ángeles o Devas violeta que operan sobre los cuatro niveles etéreos, será particularmente activo…. Estos cuatro grupos de Ángeles son un conjunto de servidores consagrados al servicio de Cristo y su trabajo consiste en entrar en contacto con los hombres para instruirlos».

El texto continúa con la indicación de los argumentos específicos mediante los cuales ocurrirá el adoctrinamiento, o sea:
«1) Enseñaremos a la humanidad a ver etéricamente y lo hará elevando la vibración humana con la interacción de la suya».

En otras palabras, nos elevarán un escalón haciéndonos un poco menos materiales y un poco más semejantes a ellos. Este empuje cualitativo de nuestro modo de ser, nos permitirá adquirir la así llamada «visión etérica», aquella que hoy definimos con muy rudimentaria aproximación como «clarividencia»; pero será algo mucho más refinado.

«2) Darán instrucciones sobre el efecto de los colores en la curación de las enfermedades y en particular de la eficacia de la luz violeta en aliviar los males humanos y en curar las enfermedades del plano físico, que tienen origen en el cuerpo etérico.

«3) Los mismos pensadores materialistas (los científicos, n.d.a.) demostrarán que el mundo del súper consciente existe, y que es posible conocer a los Ángeles y a los hombres que no están encarnados físicamente y no poseen un cuerpo físico, y que se pueden entrar en contacto con ellos.

«4) Instruirán a los seres humanos en el conocimiento de la física suprahumana, de modo que el peso pueda ser transmutado, el movimiento será más rápido, la velocidad será acompañada por la ausencia de rumor de fricción, eliminado así la fatiga.

«En el dominio humano de los niveles etéreos reside la superación de la fatiga y el poder de trascender el tiempo».

Debemos precisar que estas líneas fueron escritas en 1919 cuando Einstein y su teoría de la relatividad estaban todavía lejanos en el tiempo y el espacio…

Debemos tener presente que quien dictaba esas palabras a Alice Bailey no era un común mortal, era uno de los Maestros de la Jerarquía, con pleno conocimiento del Plano Evolutivo de la humanidad.

Releído hoy, este mensaje parece preanunciar el descubrimiento de una nueva fuente de energía con posibilidad de intervenir sobre la fuerza de la gravedad, y consecuentemente, de aligerar la fricción, el ruido y la fatiga. Por ahora, un descubrimiento de este género parece lejano y sin embargo, es muy posible…

Incluso habiendo comprendido (después de Einstein) que tempo y espacio son relativos al punto del que son observados, aparece muy sorprendente el concepto de que en los niveles etéreos humanos resida la posibilidad de trascender el tiempo.

Enseñarán a la humanidad el modo de nutrir correctamente el cuerpo y de extraer el nutriente necesario del etéreo circundante. El hombre concentrará la tención sobre el cuerpo etérico, y el funcionamiento y la salud del cuerpo físico serán cada vez más automáticos».

Indudablemente, con este salto cualitativo, también la cadena alimenticia será modificada. El actual ciclo se basa sobre una cruel y sanguinaria ley de sacrificio de un reino en relación con el otro.

No será ya necesario matar a otros seres, bien sean animales, vegetales o minerales para alimentarse. Esto llevará a una notable mejoría del campo etérico en el que la humanidad deberá vivir, pues el grito de dolor que se eleva al cielo desde los mataderos, de los caladeros de pesca, pero también desde las minas, de las plantaciones y de los huertos domésticos, continúa resonando ininterrumpidamente, y viene absorbido por cada cosa animada o inanimada comunicándole ese sufrimiento.

Nuestro planeta no es un inerte amasijo de minerales que rueda en el espacio, sino una criatura viva con un «corazón» etérico pulsante y sensible. Los sufrimientos inflingidos a uno de los reinos vivientes: mineral, vegetal, animal o humano, se comunica instantáneamente en el etéreo cósmico circunstante, y vuelve a calar, y por tanto a hacer sufrir, todas las cosas, puesto que todo es Uno.

«Con el crecimiento de la sensibilidad de los hombres en los próximos años, la facultad telepática de los hombres y su capacidad de responder a la inspiración interior se desarrollarán y manifestarán cada vez más. Con el desarrollo de la telepatía intuitiva, y con la creciente comprensión del poder del color y del sonido, se entrará en contacto con el trabajo de Cristo y de los Grandes Seres, y se entenderá… la fecha está al caer… «

EL ÁNGEL DE LA TIERRA
Cada vez son más lo que cobran conciencia de la «hipótesis de Gaia», formulada por primera vez en 1979 en el libro «Gaia: una nueva perspectiva de la vida en la Tierra». En ella Lovelock resucitaba la idea sostenida desde siempre por los pueblos antiguos e indígenas del planeta: que nuestro planeta es un ser viviente, una vasta inteligencia que se regula a sí misma. Todo lo que vive en él y dentro de él es una parte de su ser. Lovelock la llamó Gaia, como los antiguos griegos a la Diosa Madre de toda la vida terrestre.

Cuando más se piensa en la Hipótesis de Gaia, más lógica y obvia es. La Tierra está viva, sí. Es la progenitora de todos nosotros. Y así como cada uno tiene su Ángel de la guarda, su Ángel acompañante, así lo tiene la Tierra.

Así como nuestro planeta tiene un millar de nombres (Tierra, Gea, Herat son sólo unos pocos), así también el Ángel de la Tierra tiene muchos nombres, todos ellos desconocidos, pero a punto de ser descubiertos.

Por encima de los principados hay muchas órdenes de Ángeles. Por ejemplo, el Ángel de la Tierra es un trono. Todos los planetas tienen guardianes de este orden, pues en cierto sentido, cada mundo es un asiento para el Creador y eso es lo que reflejan estos seres angélicos.

Si trataras de visualizar el cuerpo del Ángel de la Tierra, verías quizás un vasto cinturón de luz que cubre toda la órbita de nuestro planeta: una forma elíptica, de novecientos cincuenta y dos millones de kilómetros de longitud. La Tierra tarda un año en dar la vuelta al sol dentro del cuerpo de este ser. Cuando nos vinculamos con este Ángel experimentamos una unidad de tiempo y espacio.

En este momento, nuestra tarea primordial es la curación de la tierra. Ella sabe curarse sola, sin duda; lo que debemos hacer es sintonizar con nuestra Madre Gaia y el Ángel de la Tierra para averiguar cuál es la acción adecuada para la curación en cualquier momento dado. Cuando se ejecuta el ejercicio correspondiente, no sólo envías energía curativa al planeta, sino que haces saber a los espíritus de la naturaleza y a los Ángeles que estás lista para trabajar en armonía con todos ellos.

Hacer esto en grupo con otros es un paso importante para la curación de nuestro querido planeta. Si conoces a otros que estén dialogando con sus Ángeles, comenzarás a sentir cómo se profundiza y expande la energía colectiva del grupo.

PROGRAMACIÓN ANGÉLICA Nº. 21
La Culpa


¿Realmente te has detenido alguna vez a pensar en la palabra culpa? Culpa significa responsabilidad por un error y crítica por hacer mal. La culpa es un peso pesado con el que nos rodeamos cuando no podemos cambiar el pasado que nos acecha. Si nos culpamos por algo que sucedió en el pasado vamos a comenzar a permitir que surja en nuestra vida una predisposición al perdón y al olvido.

Quedarse aferrado al pasado nos impide seguir adelante en el camino hacia una vida feliz y espiritual. El pasado sólo permanece vivo en la mente, y quizás ni siquiera tengamos un recuerdo exacto de lo que sucedió.

Vamos a tomar una hoja de papel, convocamos a los Ángeles y hacemos una lista de todos los asuntos inconclusos. Los Ángeles querrán que comencemos a darles un tono más leve a las percepciones sobre el pasado, por lo que tendremos que empezar a pensar en el humor.

Probablemente algunos recuerdos del pasado no sean para nada graciosos, pero puedo asegurarle que pueden perder mucho del peso con que nos agobian la vida. El humor sana, y los Ángeles lo utilizan con mucha frecuencia.

Entonces, después de hacer una lista de las personas con las que tenemos asuntos inconclusos, debido a nuestra testarudez o a la de ellas, busquemos el humor. Los Ángeles nos ayudarán. Te garantizo que si se trata de una situación seria, relacionada con el falso orgullo, no le faltará humor.

Cuando nos sucede algo doloroso, busquemos el crecimiento. Lo doloroso puede ser el mayor acelerador del crecimiento que se conozca. En este punto, después de haber hecho la lista, la idea principal de los Ángeles es que cultivemos el estar dispuestos a alivianar y prepararnos para liberar el pasado, cambiando la percepción que tenemos sobre él.
La esencia de esta práctica consiste en la predisposición a tomarnos con más liviandad liberando los dolores y las equivocaciones del pasado.

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CLASE 29 ÁNGELES DE LA NATURALEZA

Son los Devas elementales o espíritus de la Naturaleza, las pequeñas criaturas que la fantasía del hombre ha clasificado como gnomos, elfos, silfos, hadas, ondinas, dríadas o criaturas del fuego. Especificación según G. Hodson:

Gnomo: «Gnomo» es un título genérico de los espíritus naturales del elemento tierra. Vive normalmente dentro del doble etérico de la tierra; es por lo común delgado y larguirucho, de apariencia grotesca, cadavérico, con mandíbulas en forma de farol, y a veces solitario. Da la impresión de extrema vejez; toda su apariencia y porte difieren cabalmente de los del hombre actual.

Sus brazos son demasiado largos para nuestro sentido de la proporción, y como sus piernas, están doblados en las articulaciones como si se hubiesen endurecido con la edad. Su tez es muy tosca y áspera, los ojos son pequeños y negros, con un leve sesgo hacia arriba en los costados.

El gnomo es aparentemente una reliquia de los tiempos de la antigua Lemuria y, si esto es cierto, puede significar que el tipo es una representación de la apariencia de la gente de esa época.

El gnomo de la tierra no es un tipo agradable de elemental; los encontrados en Inglaterra han sido de color muy negro o marrón turba, y aunque raras veces fui objeto de su hostilidad, su atmósfera es decididamente desagradable.

Elfos: Los elfos difieren de los demás espíritus naturales principalmente en que, por lo común, no están vestidos con reproducción alguna del atuendo humano, y su constitución corporal consiste en una masa sólida de sustancia etérica, carente por entero de organización interior.

Los elfos del bosque parecen cubiertos por completo por una piel ajustada y de una sola pieza, que reluce como si estuviera mojada y tiene el color de la corteza de haya. Sus manos y pies son grandes, totalmente desproporcionados respecto del resto de sus cuerpos. Sus piernas son delgadas y sus orejas rematan en punta, casi en forma de pera. Sus narices son también puntiagudas y sus bocas anchas. Dentro de la boca no hay dientes ni estructuras – ni siquiera lenguas, por lo que puede verse – como si todo fuese de una pieza de jalea etérica. Una pequeña aura verde los rodea.
Viven de las raíces de una enorme haya. Desaparecen a través de una hendidura por la que entran como en una cueva, y se hunden en el suelo hasta fundirse con el doble etérico del árbol.

Los elfos de las playas tienen cabezas de tamaño desmesurados, rostros de elfos, orejas grandes, cuerpecitos redondos y piernas cortas y finas que terminan en pies que parecen telarañas. Tienen una estatura de 7 a 15 cm.; se familiarizan con los seres humanos y la presencia de éstos de ningún modo los perturba.

Silfos: Son espíritus naturales del aire. Su estatura es más bien por debajo de la estatura humana, pero son muy humanos en cuanto a la forma, aunque asexuados.

Se divierten intensamente, en grupos de dos o tres, viajando por el cielo a gran velocidad. En su júbilo hay cierta fiereza cuando se llaman unos a los otros; sus gritos resuenan como el silbido del viento, recordando a las valkirias de la ópera homónima de Wagner. Sin embargo, esto es una ilusión producida por las fuerzas que fluyen a través de su auras.

Predominan pálidos matices color rosado y azul-celeste, mientras en torno a sus cabezas se pervive una luz radiante de muchas tonalidades.

Los rostros de estas criaturas astro-mentales del aires se parecen a las extrañamente bellas pero feroces amazonas, fuertes, vitales y controladas a pesar de su abandono aparentemente indiferente. Sus movimientos a través del aire son muy rápidos, pues parecen recorrer distancias entre 16 a 24 Km. en un instante.

Los silfos de las tormentas son oscuros y horribles, de apariencia muy similar a la de grandes murciélagos que se desplazan con rapidez. Se proyecta hacia atrás y hacia delante por el valle de Wythburn; a veces siguen muy de cerca la conformación de la colinas. Parecen estar en un estado de gran excitación y dan la impresión de intensificar las condiciones eléctricas y magnéticas características de una tormenta.

Sus rostros son humanos y plenamente formados, aunque su expresión es claramente desagradable. Profieren un ruido extraño, como un chillido, y ocasionalmente te lanzan verticalmente hacia arriba, traspasan las nubes y reaparecen por encima de éstas.

Transcribiré un comentario hecho por G. Hodson en su libro Reino de los Dioses, sobre la Gran Tormenta de Londres del 10 de Julio de 1923:

«Indescriptiblemente demoníacos y terroríficos son los seres que, en lo alto de las regiones aéreas, se ven regocijándose con la furia de la tormenta cuando los mellados destellos del relámpago y el ensordecedor rugido del trueno prosiguen hora tras hora durante la noche. Su apariencia es algo parecida a la del murciélagos gigantescos. Sus cuerpos son de forma humana, pero no es un espíritu humano el que brilla a través de esos ojos grandes, rasgados hacia arriba. Su color es oscuro como la noche, roja y flamígera el aura que los rodea, dividiéndose en dos enormes alas detrás de la forma central. El «cabello» corre hacia atrás, desde la cabeza, como lenguas de fuego. Miles de seres, de quienes ésta es solo una deficiente descripción se regocijan con la potencia de la tormenta. El choque de las fuerzas poderosas produce en ellos una intensa exaltación de la conciencia a media que se elevan, se mecen, se proyectan, giran y se lanzan con velocidad, intensificando aparentemente las fuerzas de la tormenta que parecen corporizarse en ellos.

«Detrás y encima de ellos, en el corazón mismo de la tormenta, hay uno junto al cual los elementales de la tormenta y la desintegración no son sino murciélagos que revolotean. Allí, en medio de todo eso, se verá uno de los grandes Devas de los elementos, de forma humana, pero de belleza, majestuosidad y energía como la de un excelso superhombre. El conocimiento de esta presencia inspiró valor y calma cuando, precisamente antes que un relámpago hendiese los cielo con una cinta de fuego, uno de los seres oscuros pareció lanzarse con violencia hacia abajo, y por un instante mecerse amenazadoramente, muy cerca, encima de nosotros. Los ojos funestos, que brillaban con frenesí, estaban fijos en la tierra abajo. Por una fracción de segundo se conmovió la conciencia detrás de esos ojos, produciendo una sensación de vértigo y terror tales como nunca los experimenté desde los días y las noches de la Primera Guerra Mundial.

«Sometido a esta prueba, comprendí el valor de mis experiencia bélicas, pues automáticamente la voluntad venció al miedo y aquietó el temblor del cuerpo, producido por la visión y el ensordecedor estampido del trueno con que se acompañaba. Luego, el oscuro espíritu de la tormenta se alejó velozmente, prorrumpiendo en su peculiar grito extraño, exultante, que no era de esta Tierra y resultaba continuamente audible a través de la tempestad.

«En medio de todo este alboroto había un equilibrio calmo e inconmovible, un poder reconocido, incluso por estas legiones indómitas. No podrían ir más allá de cierto límite, pues siempre estarían controladas por la voluntad del Señor de la Tormenta, supremo gobernante de las fuerzas elementales».

Las Hadas: Son de apariencia claramente femenina, y visten con colores blanco y rosa muy pálido, un material refulgente de textura excesivamente sutil. Les llega hasta la cintura y brilla como una madreperla. Las alas aúricas, cuando se materializan etéricamente, son pequeñas y ovaladas.

En una ocasión, mientras estudiaba la vida de los espíritus naturales en la campiña de Lancashire, escribe G. Hodson, un algo avanzado espíritu natural del aire, asociado con el reino vegetal, me proporcionó una interesante exhibición de la encantadora influencia que pueden ejercer ciertas clases de hadas sobre quien se aproxima a su dominio. Mi constancia de la experiencia dice lo siguiente:

Un hada bella y altamente evolucionada está asociada con un seto de zarzas en el que florecen profusamente rosas silvestres. Es de carácter especialmente atractivo, y su estatura, de unos 1,219 m. Viste un leve atuendo fluido, transparente, sutil y áurico, y nos contenla con la más amistosa de las sonrisas. Su aura es destacadamente vital y parece una nube de matices muy suaves pero radiantes, a través de los cuales emanan y destellan dardos de luz encandilante. Los colores incluyen el rosa pálido, suave y luminoso, el verde pálido, el color lavanda y el azul nebuloso, a través de todos los cuales se proyectan brillantes danzas luminosas. Se halla en un estado de exaltada felicidad.

Como experimento, cedí en parte al hechizo que deliberadamente ejerció sobre mí y al seductor llamado con que me invitó, o mejor dicho, incluso me desafió, a abandonar el mundo de los hombres y compartir con ella, y con otras de su especie que se mecían en las cercanías, la irresponsable alegría del Reino de las Hadas. Durante un lapso, casi inconsciente del cuerpo, pero siempre lo suficientemente despierto en él como para retornar a voluntad, experimenté en alguna medida la radiante felicidad, jubilosa y despreocupada, que parece ser el estado permanente de todos los que moran en el mundo «feérico». Un contacto muy estrecho implica peligro, pues requiere un decidido esfuerzo abandonar y volver a tomar una vez más la carga – tal como entonces me pareció – de la existencia física.

Las Ondinas: La ondina pertenece al elemento sutil del agua y, hasta donde se sabe, jamás se halla muy alejada de océanos, lagos, ríos y cascadas. Tiene forma claramente femenina, está siempre desnuda, por lo común carece de alas y sólo en raras ocasiones lleva alguna clase de adorno. Su forma, diminuta o de estatura humana, es arrebatadoramente bella, y sus movimientos están llenos de gracia. La cascada es uno de sus lugares favoritos y allí se la verá divertirse, a menudo con un grupo de espíritus del agua, disfrutando al máximo las fuerzas magnéticas de la cascada.

Aparentemente, hay períodos durante los cuales la ondina se retira de la vida intensa y externa en la que se la encuentra con más frecuencia, y halla cierta calma y reposo en los abismos silenciosos y fríos debajo de las cascadas o en las extensiones más tranquilas de los ríos, al igual que en los lagos. Esta vida pacífica debajo de las aguas está en marcado contraste con la actividad y júbilo intensos que manifiesta en medio de las aguas que caen y de la espuma iluminada por el Sol.

Las Driadas: Nombre que se le da a las ninfas de los bosques y de los árboles. Las contrapartes mentales-emocionales de los bosques están llenas, a menudo, de interés y belleza arrebatadoras. Las fuerzas vitales del reino vegetal y de otras emanaciones de los árboles, particularmente de los más grandes, llenan la atmósfera con finas radiaciones en medio de las cuales juegan los espíritus naturales de los árboles y viven y se mueven los Ángeles.

Estos últimos a veces dan la impresión de un estado de conciencia más bien onírico y de ser expresiones de la vida del árbol, unificada con el espíritu que anima a toda la vegetación. Se funden en los árboles y emergen de éstos, se deslizan alrededor del bosque más bien como doncellas altas, algo tímidas, delgadas, graciosas y vestidas con diáfanos atavíos de muchos verdes matices.

Los Ángeles más avanzados de los árboles, los asociados con árboles muy viejos y grandes, revelan una claridad más humana de perspectiva y poder mentales. Su visión puede ser aguda y penetrante cuando presta atención a quien entra en su reno siendo capaz de verlos y comunicarse con ellos. No obstante, en su caso también se recibe la impresión de una íntima fusión de su vida y consciencia con la del árbol al que animan, y a cuya evolución ayudan.

Las Salamandras: Puesto que, como su elemento es relativamente amorfo, los espíritus naturales del fuego carecen de forma fija, y describirlos es algo difícil de lograr y documentar. Sugieren una forma humana subyacente, extremidades y «cabello» constituido por corrientes de ardiente energía proyectada, que sólo en raras ocasiones se acomodan en forma y posición a la estructura humana.

Sin embargo, cuando el rostro no está velado por las llamas áuricas, es de apariencia claramente humana. Su expresión es absolutamente no humana, mientras que los ojos rasgados hacia arriba parecen estar iluminados con una especie de impío deleite en el poder destructor de su elemento. De cara triangular, el mentó y las orejas son puntiagudos, y la cabeza está rodeada y delineada por llamitas titilantes, color rojo-anaranjado, a través de las cuales lanzan centellantes lenguas de fuego.

Las salamandras varían de altura de 0,610 a 0,914 m. hasta los grandes colosos del poder ígneo que son los Señores del Fuego asociados con el Sol.

Cada uno de estos Ángeles de la naturaleza custodia, vive y trabaja en el elemento que le es propio, sea en la tierra, en el fuego, aire o agua. Viven en simbiosis con flores, piedras, nubes o cursos de agua. Regulan el clima, los elementos y el crecimiento de los vegetales.

Cuando el hombre aprenda a contactarlos, obtendrá el máximo de la Naturaleza, con equilibrio, sin usar violencia a ningún reino, cancelando de su memoria pesticidas, insecticidas y afines, que solamente son portadores de muerte.

EL ÁNGEL LA GRATITUD
La gratitud es una cuestión esencial en el crecimiento espiritual.

La gratitud no es sólo la virtud que nos hace agradecer a los demás sus dones, sino que sobre todo es la capacidad de conectar con la Gracia del Espíritu Santo.

La mejor manera de darle las gracias a Dios por la vida, es vivirla plenamente, sin separatividad, sabiéndonos completos y unidos a los demás.

Dar las gracias no es un acto de cortesía, es un verdadero acto de magia que todos podemos incorporar a nuestras vidas.

Cuando quieras conseguir algo de alguien, sólo tienes que darle las gracias. En el peor de los casos lo desorientarás.

Una buena costumbre es siempre darle las gracias al Ángel guardián de las personas con las que tienes que negociar, antes de iniciar la negociación.

Te propongo que:
Imagínate sentado frente a una suave corriente de agua que fluye tranquilamente a tu lado.
Siente el calor del sol sobre tu rostro, que te penetra y produce una sensación de felicidad.
Empiezas a sentirte relajada por el sonido producido por la corriente y a identificarte con ella.
Imagina que el agua corre a través de tu propio cuerpo, que lo limpia, que purifica tu mente.

El agua, el sol, el cielo, todo es expresión de un Ángel que te da las gracias porque estás viva. Identifícate con él y dale también tú las gracias a toda la creación por la vida que fluye a través de ti, que te pertenece y a la cual perteneces.

EL ÁNGEL DE LA VOLUNTAD
Analicemos por un instante la palabra voluntad. Hablamos del libre albedrío y de la voluntad de Dios sin comprender que son una la misma cosa. El libre albedrío es nuestra posibilidad de utilizar libremente la voluntad de Dios, la cual se encuentra concentrada en nuestra divina conciencia.

Esto significa que la guía de nuestra intuición, nuestras verdaderas aspiraciones y nuestras intenciones más amorosas son representaciones de la voluntad de nuestro Yo Superior, y que el hecho de aceptar en nuestra vida cualquier cosa que esté por debajo de ese nivel superior significa renegar de esa voluntad.

Los Ángeles, los seres más libres de la Creación, están supeditados a la voluntad de Dios.

Si a menudo las cosas no ocurren como quisiéramos, aunque sí se lo hayamos pedido a nuestros Ángeles, no tengamos la menor duda de que ellos están haciendo lo mejor para nosotros, pues tienen en cuenta la voluntad de Dios, que se halla enfocada en la esencia de las cosas, mientras que la nuestra sólo tiene en cuenta las apariencias.

El Ángel de la Voluntad puede ayudarte a discriminar tu verdadera y profunda voluntad de los deseos de otras personas que puedan influir sobre vos.

También te ilumina para que aprendes a poner energía en las cosas que realmente merecen tu atención para tu desarrollo y evolución.

El Ángel de la Voluntad afirma que jurar o prometer es un acto a favor de algo que nosotros queremos tener dentro nuestro. Todo lo que prometemos sabemos que se encuentra en nuestro interior. Pero por alguna traba o por alguna inhibición o bloqueo no queremos manifestar a los demás esa promesa.

Quiere decir que cuando se jura o se promete algo y no se realiza es porque no se quiere ya que la voluntad verdadera viene de la creación suprema, la voluntad pequeña viene de cada uno. Si tienes el corazón cerrado podrá prometer tu boca abierta.

Te propongo que:
Siéntate o tiéndete en una posición que te resulte cómoda y en la que te sientas bien. Poco a poco cierra los ojos y respira profundamente intentando mantener tu mente en blanco.

Imagina que estás sentada bajo una luz cálida y poderosa. Siente cómo todo tu ser absorbe esta luz y tu voluntad se funde con ella.

Pídele al Ángel de la Voluntad que se manifieste en los diversos aspectos de tu vida, e invítalo a intervenir en tus decisiones y a compartir contigo su fuerza y su calor.

PROGRAMACIÓN ANGÉLICA Nº 22
Jardín Mental


Una forma de incorporar programas positivos consiste en visualizar la vida como un jardín. Hay vidas tan hermosas como los jardines ingleses, combinados todos los colores como una pintura impresionista. Otros jardines de vida pueden estar llenos de flores silvestres, con árboles altos que representan la fuerza en una zona. Otros pueden estar muy bien arreglados y en un perfecto orden, lo que no invita a que los niños jueguen en él ni a que alguien arranque un pimpollo.

Lamentablemente, hay vidas que parecen jardines desarreglados, con malezas, plantas secas y árboles caídos; pero ni siquiera en este caso conviene desesperarse, puesto que un jardín siempre tiene la posibilidad de ser vuelto a plantar y desmalezar.

Pensemos en nuestro propio jardín. Si nos parece bien, podemos tomar una hoja de papel y dibujarlo. Utilicemos la imaginación y pasemos un buen momento. Los proyectos nuevos pueden aparecer como retoños; un árbol puede representar la familia propia, un rosal, el amor y el romance; las viñas florecidas pueden ser los amigos y así sucesivamente.

Ahora después de haber visualizado claramente el jardín mental, vamos a convertirnos en jardineros y a observar qué hace falta hacer. Quizás hay una zona que creció en exceso y precisa un recorte, o hay maleas que hace falta eliminar para poder sembrar nuevas semillas. Si el jardín luce bien, vamos a pensar en cuáles son las zonas que quisiéramos cosechar.

Pensemos en cómo fomentar el crecimiento saludable (fertilizantes), y guardémoslo en la memoria. Pensemos en cuáles son los frutos de lustra labor que pueden estar listos para se cosechados. Si el jardín creció en exceso y parece fuera de control, vamos a tener que desmalezar y cultivar.

Cualquiera sea el estado del jardín, vamos a dejar espacio para plantar semillas nuevas y lugar donde los Ángeles pueden jugar. Quizás ellos quieran presentarnos una nueva variedad de flores o frutas, pero necesitan el espacio.

Ahora vamos a hacer una relajación profunda y vamos a visualizar el jardín mental. Pensemos en las semillas que quisiéramos sembrar y visualicemos cómo serán cuando crezcan y florezcan. Vamos a limpiar un espacio para permitir que los Ángeles ingresen a nuestra mente y siembren la semilla. Les pedimos a los Ángeles que cuiden los retoños y que les permitan crecer con fuerza y salud. Les pedimos también que nos esclarezcan sobre la forma de hacer que el jardín crezca. Les preguntamos si hay semillas escondidas, o si una semilla puede llegar a convertirse en una hermosa flor silvestre. ¿Hay ramas en el camino? ¿Hay plantas que se superponen entre sí?

Después de haber visualizado y disfrutado del jardín durante un rato, nos quedaos en estado de relajación y tranquilizamos la mente. Ahora vamos a pedirle a los Ángeles algunos pensamientos simiente. Los pensamientos simiente son ideas que podemos seleccionar para que crezcan en el futuro, y precisan tiempo para germinar en nuestra mente mediante la meditación.

Un pensamiento simiente puede significar el comienzo de un proyecto importante que iniciaremos en algún momento de la vida, o puede ser una idea con la que juguemos en las meditaciones durante años hasta que se desarrolla y toma la forma de una convicción o un concepto. Recordemos que somos los jardineros, y que, con los Ángeles de compañía, podemos hacer que nuestro jardín sea tan grande y hermoso como lo soñamos.
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ÁNGELES – CLASE 30 – EL ÁNGEL EN NOSOTROS


¿Es posible hablar de Ángeles desde el punto de vista psicológico? ¿Se puede pensar en un «encuentro» a nivel psíquico con las criaturas angelicales a las cuales, según tantas tradiciones religiosas, hemos sido confiados? ¿Es posible adentrarnos tanto en nosotros mismos como para llegar a encontrar esta figura de maestro y consejero, y luego llevar sus enseñanzas a la superficie, a la luz de la conciencia? Aparentemente sí. Por lo menos algunas veces.

En cada uno de nosotros hay otro que no conocemos. Él os habla a través del sueño y nos dice de en qué nos ve distintos de cómo nosotros nos vemos. Si nosotros nos encontramos en una situación insoluble, este desconocido puede darnos un poco de luz, de una manera que sirve para modificar nuestro comportamiento – justamente el que nos ha llevado a esa difícil situación.

Tenemos que tratar de entrar en contacto con ese guía interno de dos millones de años que vive en todos nosotros. En general, la mayor parte de nuestras dificultades dependen de que hemos perdido el contacto con nuestros instintos, con la antiquísima y no olvidada sabiduría que se encuentra almacenada en cada uno de nosotros.

Nos preguntamos qué son los «Ángeles custodios»? ¿Existen realmente?

El término ?ángel custodio» es un concepto vago pero también positivo. Sí, los Ángeles custodios existen. Se trata de maestros y consejeros, de formas de energía que rodean a cada hombre y que se han dirigido a él por varios motivos. Algunos de estos seres espirituales se ocupan de la evolución y las capacidades cognoscitivas del hombre, otros lo sostienen en las crisis y en los peligros. Pero sólo salvan al hombre de los peligros si éste es el deseo del Padre. Otros más se ocupan de las posibilidades concretas que se le ofrecen al hombre a lo largo de su existencia.

No debe olvidarse que cada uno de estos maestros ya ha alcanzado el nivel de un ser espiritual. Esto significa que ya ha experimentado una cantidad de procesos educativos mayores que los de la persona que guía y acompaña. De alguna manera estos maestros son también protectores, sin embargo no intervienen directamente en los hechos, como se podría pensar al reflexionar sobre la figura del Ángel Custodio, tal como se la entiende tradicionalmente.

Una intervención directa significaría una interferencia en el libre albedrío del hombre. Estos seres están a disposición como maestros, consejeros y guías, si se los invoca, tanto a través de la meditación como por medio de la oración. Esta es una función específica.

El término ‘Ángel’ es una definición de estos maestros; fue introducido hace siglos pro los cristianos para subrayar de manera precisa la espiritualidad de estos seres. Sin embargo, dicho término no se corresponde totalmente con los hechos, ya que los maestros espirituales de los hombres no tienen para nada las alas que se les atribuyen. Son espíritus individuales que actúan en el plano etéreo.

En todo el Universo las cosas animadas están acompañadas y guiadas por maestros, porque el Padre, en su infinita sabiduría, puso junto a cada ser viviente a quienes pueden guiarlo y sostenerlo. Estos son los maestros. En la religión cristiana se llaman «Ángeles». Ellos existen y están a disposición de todos, para guiarlos en las horas de necesidad, en la meditación y en la oración. Naturalmente dentro de los límites en que no se interfiere con el libre albedrío y el karma del hombre.

Muchas veces estos maestros se nos presentan en nuestros sueños y representan una inteligencia superior a la que tenemos en estado de vigilia y poco a poco podemos llegar a comprender y aprender de los mensajes que nos hacen llegar.

En el Universo visible, cada partícula de materia creada está gobernada por una inteligencia. Desde el más pequeño átomo al sol más esplendoroso, hay un orden pre establecido y hay una inteligencia consciente que lo controla a fin de que cada cosa se desarrolle según el plan pre establecido.

En un Universo tan inmenso nada se mueve de modo casual. Una Ley de absoluta perfección y armonía rige el movimiento, y el movimiento es vida.

La circulación de la sangre en el cuerpo humano, sigue un ciclo perfecto, igual en la cadencia y en el «modelo» al ciclo de las mareas, a las fases lunares, al soplar de las brisas. Cada cosa sigue su propio orden. Cada célula «sabe» exactamente cómo debe comportarse, cada planeta «conoce» cuál es su elíptica y su órbita en el ámbito de la galaxia a la que pertenece.

Los pájaros construyen los nidos con arquitectura admirable, las plantas alternar los brotes, flores, frutos y casi sin cometer errores, en un perfecto equilibrio de conocimiento y belleza. ¿Dónde han aprendido el arte de crear colores, perfumes y sabores? ¿Qué calendario interno hace abrir o cerrar las corolas y caer las hojas o las semillas?

En el Universo todo es orden, equilibrio y armonía y sobre todo, concienciación. Hasta la más invisible partícula subatómica sabe exactamente sobre qué orbita rodar y cómo agregarse. ¿De dónde llega toda esta conciencia? ¿Quién la infunde en la materia?

Ni siquiera queremos tomar en consideración la idea materialista de que la vida en la Tierra se haya autocreado. La ciencia afirma que la vida ha tenido origen sobre el planeta por una serie increíble de coincidencias; presión, temperatura, un fortuito cóctel de proteína y aminoácidos inmersos en la justa dosis de humedad, radiaciones, etc.

Científicamente para la materia puede ser correcto. Sólo que falta un elemento «insignificante»: la chispa divina.

El equilibrio es una virtud indispensable si queremos examinar las cosas a nuestro alrededor. Equilibrio en no aceptar por oro de ley cualquier rareza espiritual, religiosa o esotérica, y también equilibrio en no rechazar, a priori, un argumento porque nos parezca irracional o inexplicable.

Hoy es más necesario que nunca trazar aquel mágico, pero aún lejano puente entre la ciencia materialista y el espíritu posibilista, solamente entonces se aclarará el misterio y la mirada del hombre podrá desplegarse sobre dos mundos.

Para comprender cuanto sigue, es necesario dejar de lado, por un momento, los propios pre conceptos y condicionamientos científicos. Proba de aceptar la idea de que en el universo, todas y cada una de las partículas de materia creada son guiadas en su destino y en su función por una inteligencia. A su vez, esta inteligencia singular está guiada por una inteligencia mayor y ésta por otra mayor todavía, etc. Es como un inmenso juego de cajas chinas en cuyo vértice, infinitamente lejano, pero siempre presente, esta Dios.

Pongamos un ejemplo: nuestro cuerpo funciona porque un complejo conjunto de órganos está en constante movimiento. Que lo recordemos o no, hagamos lo que hagamos, nuestros pulmones respiran, el corazón pulsa, el hígado elabora complejas alquimias…

A cada órgano le corresponde una inteligencia que sabe exactamente cuál es su deber, en qué momento y en qué lugar.
En el caso de descompensaciones de cualquier tipo, todas las inteligencias colaboran juntas para reparar el daño. Por medio de los neurotransmisores se manda al cerebro la señal de dolor, parten los anticuerpos, las endorfinas, etc… o cualquier otro sistema de intervención urgente interna.

Cada perfecta sincronía y supremos conocimiento, las inteligencias elementales proveen, por sí solas, a remediar los daños, naturalmente dentro de ciertos límites. Estas inteligencias no están controladas por el hombre, se activan independientemente de su voluntad.
El mismo despliegue de fuerzas reparadoras es connatural en todos los otros reinos de la naturaleza. Se activa en el cuerpo de los animales, en la planta cuando se corta una flor, o sobre la roca que se auto cicatriza después del golpe del pico.
Existen Devas arquetipos de cada especie creada que conservan el «modelo original», reconstruyendo, reparando, interviniendo cada vez que ocurran mutaciones.

NUESTROS CINCO SENTIDOS
La mayor parte de nosotros no ve a los Ángeles como objetos físicos. Algunos los han visto como campos de luz deslumbrante, demasiado luminosos para observarlos fijamente. Si realmente ves un Ángel, éste tomará la forma que tú más desees. Casi todos nosotros hemos visto pinturas de Ángeles con alas y auras. Si quieres imaginártelos como seres humanos bellos y alados, puedes hacerlo. Si un Ángel está destinado a aparecer ante ti, quieras o no, tomará esa forma. Los Ángeles se han ido apareciendo a personas a lo largo de la historia, pero es un hecho poco frecuente y es considerado como un «gran acontecimiento».

Para conocer a los Ángeles debes modificar con mente abierta, la premisa «ver para creer» pasando a «saber por intuición». La realidad es mucho más de lo que nosotros vemos y oímos. Un ejemplo sería las trasmisiones que difunde una emisora de radio o televisión, igualmente invisibles y silenciosas, pero presentes en todo momento. Vemos los objetos físicamente a través del reflejo de una banda de frecuencias llamada «luz visible», pero no veos en su totalidad el campo magnético tridimensional de luz que nos rodea, sino que sólo percibimos los rayos de luz que abarcan las pupilas de nuestros ojos.

Si filtramos selectivamente la información que nos rodea a través de cada uno de nuestros sentidos, y si ocurren acontecimientos a nuestro alrededor que no son registrados por nuestra conciencia, sucede lo siguiente: parte de la realidad que filtramos pertenece a actos angélicos. Los Ángeles están muy ocupados y se encuentran en muchos lugares a la vez. Si los pudiéramos ver en seguida nos invadiría el caos y podríamos enloquecer. Cuando los santos y místicos oyen voces y ven visiones, la gente se asusta y los califica de «dementes».

Las leyendas cuentan que en otros tiempos era fácil ver y hablar con Ángeles, hadas, duendes, elfos y con otras criaturas mágicas (quizás sea éste el origen del folklore y de los cuentos de hadas) los humanos se preocupaban tanto por la magia de estos reinos, que no prestaban atención al mundo físico. Por razones de desarrollo y de supervivencia tuvieron que «desconectar» sus sentidos y dejar de comunicarse con estos seres mágicos.

Cuando «oímos Ángeles», probablemente son unos coros de voces cantando en la lejanía. Hay casos de Ángeles que han embellecido con sus cantos la música que otras personas escuchaban. También es posible que cuando los Ángeles estén a tu alrededor, oigas dulces y estremecedoras campanas o repiques.

Los Ángeles a veces desprenden una fragancia que nos cuesta identificar. Dos de las que más se aprecian son el jazmín y la rosa.

Algunos creen que se hallan protegidos por Ángeles porque en momentos preciso han sentido un suave roce sobre sus hombros e incluso una fuerte presencia que hace que busquen a alguien inexistente a su alrededor.

No te preocupes si no experimentas estas sensaciones mágicas, imaginativas o físicas hacia los Ángeles, pues ellos no han venido a interferir en nuestro desarrollo; a veces, algunos de nosotros nos dejamos llevar por pensamientos mágicos y experiencias místicas. La actitud más importante a adoptar para atraer a los Ángeles es la del optimismo, felicidad y amor incondicional.

Los Ángeles rodearán a la persona verdaderamente buena y afectuosa y le proporcionará aún más amor y felicidad. Si estas sensaciones las experimentas con rapidez o no, no tiene importancia. Lo importante es proseguir tu propio camino para dar con ellos y modificar el lema «ver par creer» del que siempre nos han hablado.

Los Ángeles son como pensamientos. Los pensamientos no los podemos ver, pero sabemos que existen. Podemos formular cuantos pensamientos queramos, no hay límite para ellos. Imagina por un momento una fuente de la que van brotando pensamientos. Crea un pensamiento positivo de amor hacia una persona. Imagínalo viajando como un rayo de luz y curando ala persona en la cual estas pensando. Este rayo iluminará la mente y el corazón de este ser. Ahora, esta persona posee un corazón luminoso y podrá enviar sus efectos beneficiosos a otras personas. La bendición original ha creado una reacción en cadena de felicidad que cada vez irá llegando a más personas. Imagina lo que puede llegar a provocar un pensamiento negativo. No describiré los eslabones de la cadena pero estoy segura de que tu imaginación te ayudará a ver lo nocivo que ello puede resultar.

Los pensamientos son reales y poderosos aunque no podamos verlos, y lo mismo ocurre con los Ángeles. Cada uno de nosotros tiene su propia «ventana hacia la realidad» y consecuentemente puede obtener su propia experiencia con Ángeles. Sin embargo, existe un denominador común: los Ángeles no hacen daño, sino al contrario, nos ayudan. Todo lo que interfiere en nuestro bienestar o nos distancia de nuestro Yo Superior y nos llega en forma de mensajes, experiencias, acontecimientos o pensamientos, no tiene nada que ver con Ángeles. En su reino sólo se respira energía positiva y luz de amor rosada. Cuando experimentamos momentos cumbres de alegría y/o de amor, significa que hemos conectado con los Ángeles. Los Ángeles no tienen experiencias cumbres, son experiencias cumbres. (Los Ángeles no sufren los altibajos que los humanos sufrimos). Los Ángeles nos sirven de modelo de pensamientos felices y positivos.

EL ÁNGEL DE LA SINCERIDAD
El poder de la mente es inmenso: desintegra. Pero el Poder de la Verdad es mayor aún; cohesiona e integra.

Cuando mentimos, nos estamos haciendo daño a nosotros mismos a nivel celular: estamos autodestruyéndonos. Cuando vivimos en la Verdad, estamos cohesionando nuestro Cuerpo de Luz.

La sinceridad es mucho más que una virtud, es el camino que conduce a la Verdad. Y es un camino lleno de atajos, que sortea emboscadas y trampas amparándose en la limpieza del corazón.

Es un camino de lucidez y de valor.

Te propongo que:
Te sientas perfectamente relajada, satisfecha y a gusto contigo misma, en una posición en la que te encuentres particularmente a gusto.

Cierra los ojos y no intervengas: deja que acudan pensamientos y sensaciones, pero no hagas nada ni por que vengan ni por que se vayan. Acepta lo que venga y deja que se vaya lo que se va.

Invoca al Ángel de la Sinceridad y espera pacientemente a que acuda.

Si aparece junto a Él el demonio de la mentira, pídele simplemente que se vaya. Pero no se lo pidas con palabras; te mentiría, diría que se va, pero simplemente se escondería. Pídeselo con el corazón y dale las gracias por irse.

Pídele también con el corazón al Ángel de la Sinceridad que entre a tu vida.

LA PROYECCIÓN DEL PENSAMIENTO
La información que se ofrece concerniente a los medios por los cuales las fuerzas espirituales y mentales pueden ser invocadas y, con la cooperación angélica, radiadas sobre el mundo, puede ser utilizada para bien o para mal.

Todo uso egoísta del poder espiritual es malo. La actividad oculta para auto beneficio material, con la motivación deliberadamente escogida de ventajas personales, es magia negra. La calamidad sigue inevitablemente su práctica.

El empleo de los poderes espirituales y mentales para bienestar de toda la humanidad, sin pensar en la retribución, es magia blanca y procura bendiciones al mundo.

La mente y el cerebro humano son poderosas estaciones mentales de radio. Los pensamientos no sólo modela el carácter de quien piensa, sino también el de los que reciben la transmisión mental. La impresión producida por el pensamiento del hombre sobre su semejante ayuda a formar características individuales y nacionales, e influye sobre el destino humano y el progreso de la civilización.

Tan íntima e incesante es esta interacción psíquica, que todos comparten los logros de cada uno, si bien al mismo tiempo pocos se disocian totalmente de la responsabilidad por la extendida fealdad, crueldad y criminalidad que son la maldición de este planeta. Pues esto último es producto de pensamientos feos, crueles y criminales.

Las ideas que se proyectarán deberán ser escogidas con gran cuidado. Sólo pueden transmitirse con seguridad las verdades incuestionables e inmutables, pues cada verdad tiene detrás y dentro de sí su propia fuerza espiritual. Cada verdad filosófica es un poder al igual que una idea. El pensamiento sobre una verdad hace derivar la energía de esa verdad. La proyección del pensamiento mediante la afirmación mental y la expresión verbal de una verdad libera esa energía.

Las ideas escogidas para ser proyectadas deben, por tanto, suscribir por lo menos tres normas. Deben ser básicamente veraces, no-compulsivas (enviándoselas sólo como ofrendas) y totalmente benéficas en su influencia. Además, para que produzcan máximo efecto, deben ser concebidas y afirmadas impersonalmente y con completa claridad.

PROGRAMACIÓN ANGÉLICA Nº 23
La Sonrisa


Así como un recuerdo en las células puede disparara sentimientos negativos, un recuerdo también puede ser el disparador de sentimientos positivos.

La sonrisa es un ejemplo de ello. Sonreímos naturalmente cuando nos sentimos felices o cuando estamos a punto de reír, de modo que se estima que el hecho de colocar la boca en posición de sonrisa dispara una respuesta feliz.

Vamos a utilizar la sonrisa como un borrador de pensamientos negativos. Cuando surja uno de esos pensamientos, lo haremos desaparecer con una sonrisa. Permitámonos sentir el proceso de la sonrisa que borra los sentimientos negativos de la mente, o visualicemos la sonrisa como un chorro de agua que limpia lo negativo.

Puedes imaginar también la sonrisa como una luz hermosa que brilla a través del rostro. Cuando una persona sonríe, parece hermosa independientemente de sus rasgos físicos; los Ángeles promueven la belleza y en la tierra y adoran una buena sonrisa. Al sonreír atraemos la energía angélica.

Sé que hay momentos en los que no tenemos ganas de sonreír y no soporto que alguien me pida que sonría sin tener en cuenta el resto de los elementos de la situación. Pero uno puede pedirse a sí mismo sonreír incluso aunque no tenga ganas de hacerlo, y el simple hecho de sonreír puede hacernos cambiar de ánimo y de actitud. En otras palabras, conviene sonreír siempre porque la sonrisa atrae a los Ángeles, que nos ayudarán a borrar lo negativo y a transformar la percepción en positiva.

Cuando no sonreímos ni tenemos ganas de hacerlo, tratemos de identificar la razón. Vamos a mirarnos al espejo y a notar qué nos dice nuestra expresión. Tal vez estemos cansados y tengamos una expresión vaga, apática. O tal vez estemos preocupados por algo y tengamos una expresión angustiada y atormentada. ¿Nos vemos tristes e infelices? ¿Enojados? ¿Egoístas? ¿Perplejos? Vamos a observarnos sin juzgar, rastreando la expresión hasta su origen, y luego comencemos a sonreír. No importa si la sonrisa es genuina o no; simplemente sonriamos.

Y si se trata de alguien que sonríe todo el tiempo, incluso cuando se siente mal, que no cambie; que observe qué significa eso, sin juzgarse de manera negativa.

Conviene recordar algunas cosas respecto de la sonrisa: es difícil ser rudo o egoísta con alguien que sonríe, así que si sonreímos más el resto del mundo nos tratará mejor. La sonrisa atrae a los Ángeles; entonces, si sentimos miedo en una situación la sonrisa nos brindará más protección. La sonrisa se facilita con la práctica. Cuando nos invada una sonrisa plena, la felicidad y la paz de los Ángeles nos rodeará y nos abarcará.


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