De Regreso a Tu Origen Nutricional
Caminando desde la Conciencia
El organismo, para su funcionamiento, lo único que necesita de la materia exterior son los nutrientes y para obtenerlos precisa de los alimentos. Todo puede ser alimento, ya que todo contiene y está compuesto de nutrientes: las plantas, las hojas, los árboles, las frutas, los frutos, los animales, los humanos… todo lo creado los contiene de una manera u otra.
Parece fácil, pues, obtener los nutrientes que necesitamos de cualquiera cosa que se halle en la naturaleza, pero ¿en qué formato se hallan los nutrientes en cada supuesto alimento?, ¿qué nutrientes necesita cada ser creado, planta, animal o humano?, ¿de dónde tiene previsto la Naturaleza que se obtengan los alimentos que le nutrirán?,¿nos sirve cualquiera de ellos?, ¿podemos ingerir cualquier planta, fruto o animal?
Para aclarar estas cuestiones, hablaremos muy resumidamente de los equilibrios en la Tierra y los seres que la habitan.
El equilibrio y los reinos
Todo el contenido de la Tierra está diseñado para su interactuación, de modo que uno con otro se equilibre y forme una armonía completa. El funcionamiento material de la Tierra está, por tanto, moldeado por los equilibrios. Así, todo lo saludable se rige por el equilibrio y todos los seres para estar saludables necesitan de ese mismo equilibrio, además del suyo propio, formando todos ellos el estado armónico diseñado en el origen de la creación. Cuando un equilibrio se rompe reiteradamente, empieza la degradación de la parte desequilibrada, lo que afecta al resto y, en consecuencia, descompensa esa armónica creación, pero lo desequilibrado siempre tenderá a reequilibrarse tarde o temprano.
Excepto el mineral, los otros reinos que habitan la Tierra, el vegetal, el animal y el humano, tienen la capacidad de crecimiento y desarrollo por sí mismos. A estos se les ha dotado de un sistema de asimilación y digestión concreto, de manera que cada uno precisa de un tipo de alimento específico y que es acorde a su sistema de digestión, para poder crecer, mantenerse y desarrollarse sanamente, en la medida que mantenga y respete su propio equilibrio y el del resto de los reinos.
El reino mineral es de desarrollo muy lento y su principal nutrición la adquirió en su origen formativo. Esto sucede porque es el sostenedor de los otros tres reinos y de la Tierra como tal.
El reino vegetal, al permanecer estático, precisa de los nutrientes que le aportan sus sostenedores, es decir, el reino mineral y sus complementos: el agua, el aire y el sol. Los nutrientes inorgánicos y sutiles que se hallan en ellos pasan al reino vegetal, el cual está perfectamente diseñado para asimilarlos y transformarlos en nutrientes orgánicos y en otros más sutiles, como los fitonutrientes y bionutrientes. Esto sucede así porque el reino vegetal es el que se ofrece en mayor o menor medida, para nutrir los reinos animal y humano.
El reino animal posee la cualidad de poder trasladarse de un lugar a otro y es el que ofrece el movimiento. Dentro del reino animal hay dos grupos; uno es el gran regulador del reino vegetal y el otro es el gran regulador del propio reino animal. De ahí los herbívoros, los carnívoros y otros animales de alimentación mixta o especialistas en especies muy prolíferas. Estos equilibradores especialistas lo son por tipos de plantas o variedades y por grupos de animales. Otro grupo son los frugívoros, que, simplemente, disfrutan de las frutas y frutos que ofrece el reino vegetal. El fruto precede a la flor y es la máxima expresión de ese reino, de tal modo que los animales toman el fruto y liberan su semilla para que la especie prolifere por doquier en un perfecto equilibrio.
Ante esta gran diversidad, cada tipo de animal posee un aparato y un sistema digestivo específico para su función reguladora-alimenticia y con él puede procesar y obtener los nutrientes que requiere para su perfecto funcionamiento, sin que ello le cause ninguna consecuencia negativa. El reino animal tiene la cualidad de regirse instintivamente, por lo que en estado libre sabe perfectamente qué alimentos comer y con ellos se mantiene sano; pero, cuando está en cautiverio o en entornos desequilibrados, se alimenta solo para saciar su hambre, ahora bien con consecuencias negativas que pueden degenerar en enfermedad.
Junto a los reinos mencionados —mineral, vegetal, animal y humano— están los complementos: el agua y el aire, junto al gran regulador, el sol; estos son portadores de todos los reinos y de la propia tierra. Todos ellos, además de sostener las formas, conducen nutrientes materiales y sutiles que son necesarios para la vida y para el funcionamiento y equilibrio de la tierra.
Hasta aquí podemos ver que el equilibrio regulador entre estos reinos está perfectamente diseñado e interactúa uno con otro e incluso consigo mismo.
El rol del reino humano
El reino humano fue creado para que disfrutara de todo este magnífico entramado y, gracias a este sostén, pudiera progresar en su evolución personal como ser hasta su completa realización, dado que es el único reino que su estado y posición le permite hacer un trabajo evolutivo sutil. Así, adquiere la cualidad del discernimiento con la capacidad del razonamiento equilibrada, ya que está dotado con una potente herramienta con respecto al resto de reinos, el libre albedrío, es decir, la libertad de decidir lo que él considere y cuando lo considere.
El ser humano, con estas herramientas, puede dirimir entre los dos aspectos de la dualidad en la Tierra: bueno-malo, correcto-incorrecto, adecuado-inadecuado, y, así, decidir las acciones que va a emprender y ubicarse en uno u otro lado de la dualidad. Eso le comportará unas consecuencias que nadie más que él asumirá, padecerá o disfrutará, ya que sólo él las ha decidido.
El humano, a diferencia de su muy cercano y parecido reino animal, posee un único tipo de aparato y sistema digestivo, y este es prácticamente igual al que posee alguna de las especies de sus parientes animales, los frugívoros. Dentro de ellos los más destacados son los bonobos, que son totalmente frugívoros. La construcción orgánica de su aparato digestivo es igual a la de los seres humanos, ¿casualidad o causalidad?
El ser humano es frugívoro, su aparato digestivo está diseñado para alimentarse de fruta y frutos, al igual que los bonobos, y, así, obtener todos los nutrientes que precisa para gozar de bienestar físico y evolutivo. Antropólogos, paleontólogos, así como la anatomía comparada y antiguas escrituras, lo confirman.
¿Qué Sucedió?
El reino humano se diseñó para que habitara en el llamado paraíso, es decir, en los lugares más cercanos al trópico, donde abundan todo el año las frutas y frutos que le son natos para su perfecta nutrición, además del abundante y cálido sol y el flujo constante del agua pura, nutrida por el reino mineral. Y es que el ser humano, al igual que sus parientes animales, nace sin ropa y sin cerillas y su primer alimento es el flujo nutritivo de la madre, la leche pura, hasta que hace la adaptación al entorno exterior y dispone del maná de frutas y frutos, los cuales ofrece generosamente el reino vegetal y están cocidos por el sol, regados por el agua y nutridos por la tierra, llenos de toda la variedad de nutrientes más sólidos, sensibles y sutiles.
Así, querido lector, tú como humano has nacido con una generosa nutrición de una madre y un padre nutritivamente saludables y disfrutas de la riqueza que te aporta todo el reino vegetal, con sus frutas y frutos, así tu salud física, mental y evolutiva está garantizada, y este es el equilibrado paraíso.
A lo largo de miles de años, la curiosidad del ser humano le llevó a explorar otros hábitats; hábitats que formaban parte de la regulación del equilibrio de la Tierra y, este alejamiento de su zona de confort, le comportó tener que buscar otro tipo de alimento para no morir de hambre. Este alimento lo obtuvo mediante la observación de lo que hacían sus parientes cercanos, los animales. Así pues, cuando se le acabaron las frutas y frutos, por mimetización, empezó a ingerir y experimentar con plantas y hojas, con mayor o menor éxito, con carencias o insatisfacciones, lo que le llevo a seguir observando cómo se alimentaban los animales con otros animales. Así, asumió en cierta manera el papel de regulador o desequilibrador, del reino animal, vegetal y del suyo propio.
¿Qué ha comportado el cambio: evolución o adaptación?
La evolución comporta cambios estructurales importantes y, ciertamente, irreversibles; por su parte, la adaptación, supone amoldarse a unas circunstancias concretas de modo puntual, sin consolidación estructural, a la espera de que cambien esas circunstancias para revertir al origen. El ser humano ha evolucionado en su aspecto físico y puede evolucionar en el aspecto mental y sutil; pero, por lo que se refiere a su sistema digestivo, simplemente ha realizado una adaptación químicobacteriana, sin cambios estructurales sustanciales. La estructura general del aparato digestivo humano sigue siendo la misma desde su origen.
La razón del porqué ha adoptado la fórmula de la adaptación en vez de la evolución, es muy simple. El tipo de alimento físico es una parte fundamental a la hora de activar el cambio de conciencia y con ella la evolución mental y sutil. Lo físico y lo mental se influencian mutuamente, de tal manera que sin una mente clara y un cuerpo sano, los cambios evolutivos se densifican. Los alimentos inadecuados, desnaturalizados y adulterados, nutren la conciencia densa, nublan la mente y condicionan el razonamiento, formando, así, un circulo adictivo sin fin. En cambio las frutas y frutos frescos aportan vida, clarifican la mente, nutren la conciencia sutil y abren la infalible intuición.
La evolución, solamente, físicomaterial de la conciencia humana, ha densificado y desequilibrado, toda vida en la Tierra. Aunque se promulgue la idea del bienestar y apueste en pos de la prosperidad o del avance evolutivo, tarde o temprano uno se da cuenta de que dicha prosperidad nada tiene que ver con lo que ansiosamente todos anhelamos, que es ser verdaderamente felices, gozar de lo que hacemos y vivimos, es decir, del paraíso. Deseamos ser felices a todas horas, todos los días, más allá de los engañosos estados emocionales pasajeros que aportan felicidad puntual y perecedera, seguida del desasosiego y los estados alterados.
Dicho estado carencial del ser humano ha comportado la deficiente evolución de la conciencia más sutil, la que forma parte de nuestra realidad como seres, en aras de una conciencia más densa y material. Este estado se autoalimenta, de ahí que haya que activar la poderosa fuerza de voluntad para cambiar el poderoso hábito adictivo que supone. Iniciar la recuperación de los hábitos saludables comportará reequilibrar el libre albedrío, que, junto con un nuevo poder de razonamiento, nos permitirá, a cada uno de nosotros, aceptar el cambio progresivo en la forma de relacionarnos con el resto de los seres, de los reinos y con la Tierra misma.
Consecuencias externas e internas de la adaptación
El ser humano ya casi ha perdido el rol privilegiado que ocupaba en el entramado de equilibrio de la Tierra. Esta modificación voluntaria del humano por falta de conciencia está comportando cambios en los equilibrios externos e internos
EXTERNOS: Una conciencia densa ha provocado que el ser humano haya asumido parte del rol del reino animal, al que pertenece regular, equilibradamente, al reino vegetal y al suyo propio. La principal diferencia respecto a la intervención del humano está en que el reino animal lo hace instintivamente, es decir, de manera preestablecida por la creación. El ser humano, por su parte, lo hace desde el libre albedrío, el razonamiento y la una conciencia materializada, lo cual comporta que se haya llegado a la situación actual, desarmonizada y degenerada, con maltrato, sobreexplotación, vejación, selectivización, adulteración, manipulación y, en resumen, sin un cambio profundo de conciencia, pro lo que este bucle se retroalimenta por un proceso de drogadicción.
INTERNAS: El organismo humano tiene que obtener nutrientes de alimentos que le son ajenos a su diseño y el aparato digestivo se adapta sacrificando las digestiones parcialmente enzimáticas, con residuos inocuos, a cambio de realizar digestiones bacterianas, de tipo fermentativo o putrefactivo e incompletas, las cuales dejan un rastro de residuos intoxicantes y saturantes, los cuales provocan cierta destrucción nutritiva, sobre todo de los nutrientes más sensibles, además de requerir un excesivo gasto energético, tanto en cantidad como en tiempo. Incluso, en ocasiones, el intercambio entre la energía aportada por el alimento y la necesaria para digerirlo en su totalidad, es negativo, por lo que hay que obtener más energía de la reserva del cuerpo.
Otra consecuencia importante es el prematuro desgaste orgánico que se produce por el exceso de trabajo y que, junto con la saturación e intoxicación reiterada, son el principio de la gestación de lo que llamamos enfermedad. Todo ello altamente agravado en los últimos tiempos por la forma de obtención de los alimentos, su manipulación, desnaturalización y envenenamiento con cantidad de sustancias ajenas a cualquier proceso nutritivo y orgánico.
Lo último creado desde la densa conciencia está ya dando sus primeros pasos. Consiste en obtener los alimentos de forma sintética, en aras a que la tierra es ya insuficiente para alimentar a la humanidad. Pero con un cambio de conciencia, simplemente sería necesario revertir los procesos alimenticios, para ir paso a paso hacia nuestra base y origen nutritivo, con lo que habría más que suficiente para nutrir saludablemente a todos los seres humanos. Ofrecer esta comida sintética con la garantía de que contiene todo lo que necesitamos, pero de forma inarmónica y que carece de los nutrientes más sensibles y sutiles, que son los que aportan vida, que solo la vida te puede regalar, es ofrecer comida útil únicamente para llenar los estómagos, calmar las adicciones, apaciguar las emociones y aplacar la conciencia; pero, así, obtendremos una conciencia sintética e inerte.
Estas son las consecuencias directas del proceso de adaptación que ha sufrido el organismo humano. Continuar siendo inconsecuentes con la armonía creadora y agravarla mediante una deficiente, densa, desequilibrante y enfermiza nutrición parece no tener límites. La, cada vez más grave, rotura de la armonía inicialmente creada, llegará tarde o temprano a un punto de inflexión, al que le seguirá la rotura y a continuación la reestructuración natural. El instinto, que es el que guía al resto de los reinos, está libre de condicionamientos y razonamientos densos y autojustificantes y, por pura lógica, es el que prevalecerá y restablecerá los equilibrios y la armonía en la materia.
Pasos para cambiar hacia tu origen
Hemos jugado a ser creadores con una conciencia densificada y material y hemos alterado y rediseñado lo que nos ofrece la perfecta creación para nuestro disfrute. Y es que ser creadores nos pertenece, pero, desde la densa conciencia material, está comportando unos resultados que se agravan exponencialmente: enfermedades a edades tempranas, enfermedades raras o crónicas, juventud con multitud de síndromes, vejez con impedimentos, desconexión de la vida, carencias de movilidad, alteración de estados mentales, ¿todo ello viene del supuesto estado del bienestar?, ¿para quién?, y, sobre todo, ¿para qué?, cuando el ser humano, simplemente, aspira a ser feliz y a disfrutar de lo creado.
Por eso, una vez aceptado el paso para el cambio de conciencia, hay que postergar gradualmente los alimentos más densos, refinados, desnaturalizados y sustituirlos por los más afines y saludables a nuestra constitución original. También recuperar las variedades antiguas y originales, menos adulteradas y mucho más nutritivas, para que retornen los equilibrios y la Naturaleza pueda ofrecernos el maná que diseño para nuestra posición privilegiada en el paraíso. Sin obsesiones ni radicalismos y adaptándonos a lo que hemos creado en el momento actual. Así haremos una correcta transición, pero con el objetivo claro de revertir ese proceso y la meta a alcanzar: la salud y el bienestar.
El ser humano puede optar por practicar paso a paso la reversión hacia un sistema menos agresivo, más respetuoso y acorde al diseño original, pero, al mismo tiempo, conservando la parte más respetuosa y equilibrada que también ha creado con su evolución en este paraíso terrenal, con el grado justo y equilibrado de comodidad.
Las claves del cambio y del éxito
Reflexionar, aparcar los estereotipos creados, dejar de lado los hábitos adquiridos, cuestionar las actuaciones que realiza la gran masa, los dogmas de fe ciega, dejar de llevarse por las corrientes, modas, novedades… Esta profunda reflexión solo será posible si te permites hacer un alto en el camino y meditar profundamente desde la desintoxicación física y mental.
Solo iniciando un proceso de cambio de conciencia hacia una más pura y sutil, es decir acercándote más a tu realidad, a lo que realmente eres y posees, podrás vencer las múltiples capas que separan la conciencia actual densificada y material, que provoca sufrimiento a otras especies, a la propia y estar atrapado en un círculo vicioso adictivo.
Puedes leer, escuchar, informarte; saborear los escritos, los vídeos, las charlas, los talleres; oír grandes y hermosas palabras, ¡qué bonito todo!, pero esto solo es el primer paso y, si te quedas en ese estadio inicial, solo saborearás la teoría que te absorberá igual que una droga y te quedarás anclado en las buenas y maravillosas palabras, en las fascinantes verdades, escucharás grandes palabras y dirás ¡cuánta razón tiene!, ¡qué maravilla!, pero ¿vas a hacer algo?, ¿te pones en marcha? ¿Estás dispuesto a aportar tu parte del trabajo, dejando de lado los grandes discursos y las bonitas palabras? Olvídate ya de si ahora viene…, si ya llega o vendrá…, pon en tus manos de una vez tu bienestar, porque solo tú y solo en ti, está la clave de tu éxito personal y lo más importante, tu aportación colectiva. Cambia tú y cambiaran miles, una verdad infalible, sólo tienes que activar tu poderosa voluntad e iniciar el camino, es decir, poner en práctica.
Así com el proceso adaptativo del humano se ha gestado durante largos periodos de tiempo, el retorno tendrá que ser progresivo y su velocidad será mayor o menor en función del estado de conciencia y la fuerza de voluntad que lo acompañe; teniendo en cuenta, además, el estado orgánico en que uno se encuentre y que puede suponer cierta dificultad. La reversión de los procesos digestivos químicobacterianos, requieren de su tiempo y forma para recuperar el estado más cercano posible al original. La química interna, la producción enzimática y bacteriana de diferentes grupos de alimentos es distinta y precisa reponerse. Por todo esto, es lícito ayudarse con suplementos naturales específicos para acelerar el proceso.
El proceso de transición alimenticia más adecuado, pasará por ir dejando los alimentos que clasificamos como más densos y alejados a nuestro sistema digestivo y, al mismo tiempo, incorporar sus sustitutos, los que clasificamos de transición, compuestos por primera y segunda transición. Al mismo tiempo, y desde el principio, se incorporarán los alimentos que clasificamos como saludables y los muy saludables. Otro aspecto fundamental es cómo combinarlos adecuadamente, según la compatibilidad química de los alimentos, evitando mezclas que comporten digestiones deficientes y pérdida nutritiva.
Los grupos que clasificamos como saludables y muy saludables son los más cercanos a nuestro origen nutritivo y los más adecuados a nuestra constitución digestiva, pero teniendo en cuenta que la mayoría de frutas, frutos y vegetales, han sido en mayor o menor medida alterados respecto a cómo eran originalmente, es lícito, como decíamos anteriormente, recurrir a la ayuda inestimable de los suplementos y otras herramientas que concentren el poder nutritivo de estos alimentos.
Con estos grupos de alimentos, y una vez esté avanzada la transición alimenticia, se obtendrán todos los nutrientes que se precisan, incluso algunos de ellos los podrá elaborar el propio organismo, cuando esté en un correcto estado de salud orgánica y funcional.
Progresivamente, podemos guiar nuestra alimentación cotidiana hacia los alimentos de transición hasta el día que, no sintiendo ningún tipo de represión, podamos disfrutarlos de forma esporádica o, incluso, apartarlos de nuestro consumo y priorizar, así, los alimentos saludables y muy saludables. Hay personas que deciden alimentarse solamente de los muy saludables, que son los más cercanos a nuestro origen; es decir, las frutas y frutos. Esto puede ser posible en función de los cambios evolutivos de conciencia y es ahí, donde puede iniciarse otro camino superior, el camino hacia la alimentación pránica, detallado en el artículo con este mismo título.
Lo importante es adquirir el hábito saludable y lo que hagas, sea esporádica o puntualmente, forma parte del proceso de desadicción. Poco a poco, las dificultades se irán disolviendo, pero recuerda que lo importante es no reprimirse, ya que esta fuerza frenaría el proceso natural de desadicción.
Actúa y camina sin obsesiones, sin radicalismos, con la conciencia atenta y la intuición abierta, todo ello regido por la potente fuerza de voluntad que posees al abrir la conciencia sutil. Tómate el tiempo necesario hasta llegar al objetivo que te has marcado; y recuerda que lo importante, más que el tiempo, es revertir el proceso, es decir seguir la dirección correcta.
Reflexión
Posees el gran don del libre albedrío, es decir solo tú decides lo que quieres hacer y hasta donde quieres llegar; además, la mayor fuerza que existe en la materia está dentro de ti: la poderosísima fuerza de voluntad, la que inicia el cambio y que, una vez activada, nada puede frenar. Simplemente, identifica los hábitos insalubres mediante la correcta información, que te llevará a iniciar el cambio de conciencia. Todo ello hará de ti, una persona nueva.
Solo en tus manos está la decisión de iniciar el camino de regreso a tu origen nutricional y disfrutar de sus grandes beneficios: salud, felicidad y bienestar.
«Lo impuesto o copiado jamás produce desarrollo; pero la libertad sumada a la voluntad acelera la evolución» «Si tomas densidad crearas densidad, si tomas vida, crearas vida»
Autor: Josep María Montserrat Vila – Nutricionista celular
Si deseas que te orientemos en tu proceso con la práctica, acude a:
Muy bueno su artículo
Hermoso!!! Gracias ??
Excelente!