Descubre tu frecuencia real, ¿ sabes cómo hacerlo ?

Cómo ya sabrás a estas alturas, el rayo azul de nueva frecuencia es el rayo del inicio, del empezar, el que nace desde un poco antes de tomar las decisiones que moverán nuestras vidas hacia unas frecuencias más ligeras, hacia un bienestar cada vez más apacible y amoroso.

Uno de esos inicios es ir descubriendo en que frecuencia estamos y para eso revisamos a las personas que hay a nuestro alrededor en tres círculos que ampliamos a medida que nuestras emociones ganan o pierden intensidad según se mire de dentro a fuera o viceversa.

Empezando por nuestro centro como ser, encontramos primero nuestros siete cuerpos físicos, después los siete energéticos, desde esa conciencia, y a continuación, trazamos un primer círculo dónde situaremos a los seres con los que sentimos emociones más intensas y cercanas; los más inmediatos y que no tienen por qué ser familiares.

Hagamos un inciso importante aquí, las familias escogidas para venir a esta experiencia maravillosa son portadores de mucha información sobre nuestro proceso de vida, pero en ningún momento ni estadio, son los condicionantes para limitarnos ni que aceptemos las limitaciones ancestrales que las conciencias más densas nos proponen.

Además, una cosa es la familia universal, de misma frecuencia nuestra, y otra muy distinta la familia biológica de nuestro cuerpo físico que rara vez es de nuestra frecuencia pues perdería sentido parte de nuestra experiencia. En muchos casos vemos como las personas sienten como la obligación de querer a sus familiares a pesar de muchos pesares, ese concepto es solo una secuela de la influencia de sus religiones y en ningún planeta evolucionado eso se entiende así.

El amor incondicional y universal es el que se crea cada día, en cada interacción, en cada respiración, no es ni puede ser un acto impuesto por obligación ética ni moral por compartir una línea genética parecida. Revisen y sientan para liberarse.

Como decíamos antes del inciso; disponemos ese primer círculo y donde situamos a todos los seres más cercanos nuestro alrededor de una manera, ahora, consciente.

A continuación, creamos un círculo más amplio con una segunda formación de seres queridos, que aún sin juzgar de querer más o menos, nuestra interacción con ellos no es tan intensa y los resultados de las acciones que compartimos con ellos no nos mueven nuestras emociones con la misma calibración que los del primer círculo. Recuerden que solo es cuestión de resonancias y temporalidades, no de juzgar a nuestro entorno.

Finalmente trazamos un tercer círculo más amplio que el segundo y donde ponemos al resto de seres con los que tenemos algún tipo de relación, pero con una intensidad más relajada, personas del pasado con las que ya no compartimos tanta intensidad, personas de nuestra actividad laboral, conocidos de nuestros círculos más cercanos etc.

¿descubres tu frecuencia real ahora?

Puedes practicar directamente con este audio:

Deja que hagamos otro inciso sobre los círculos para decir que estos, son móviles y las personas se suelen desplazar entre los círculos según su frecuencia y resonancia con la nuestra.

 Podemos estar un día muy afines y casi sintiendo el mismo latido con otro ser y después por escoger frecuencias diferentes, irnos alejando y resonando cada veas menos hasta el punto de no coincidir más en nuestra vida.

De igual forma pasa al revés y personas de las que no sabíamos ni de su existencia se fueron acercando, aunque no las viéramos hasta llegar a respirar en el mismo latido.

Una vez ordenados, sin juicio y observa que vamos repitiendo e insistiendo en este aspecto fundamental, así una vez ordenados; sin juicio, empezamos a observar en que frecuencia se mueven y que relación tenemos con cada uno de ellos.

Sin prisa, sin egos, sin valoraciones, déjate sentir, haz la practica con el audio y así progresivamente irás descubriendo realmente en que frecuencia te encuentras.

El autoconcepto está siempre influido por nosotros mismos y distorsionado por un velo que generan nuestras propias emociones. Por lo tanto, empezaremos a no creernos ciegamente todo lo creemos creer. Sobre todo, vamos a deshacer con una sola respiración, donde creemos estar a nivel frecuencial.

Empezaremos de casi cero a descubrirlo tanto con la práctica desde una frecuencia más intensa de luz, como por observación de esos tres círculos más cercanos que son los que están resonando con nosotros en este momento de nuestra vida.

Con todos eso datos que recojamos, podremos afinar mucho más dónde estamos y desde ahí empezar a andar.

Vamos a establecer dos grupos principales de seres para afinar: por un lado, los que se valoran muy por encima creyéndose saberlo todo y que ya no tienen espacio para aprender pues ese espacio está ocupado por ese saberlo todo. Y por otro lado, los totalmente opuestos que se creen muy por debajo de donde realmente están. (ahora mismo da igual dónde estés, no pienses en esto porque estás en estado mental)

Una vez seamos conscientes de nuestro espacio y nos hayamos aproximado lo máximo a lo que puede ser real, no habremos movido mucho más hacia nuestro medio, hacia nuestro centro de equilibrio, un eje más firme y amoroso. Desde ahí, desde ese centro iniciaremos nuestro viaje por la vida de otra manera mucho más suave y amorosa.

Si nuestro entorno está en armonía, nosotros estamos ahí, en un estado agradable, placentero y creciendo desde el amor y sin sufrimientos innecesarios.

Si nuestro entorno está en tensión, en peleas, disputas, incoherencias, altibajos, con toxicidades etc. entonces, nosotros estamos ahí, en un estado inconstante, con emociones más pesantes, con sufrimientos innecesarios y limpiando y limpiando lo que se va ensuciando más rápido de lo que limpiamos.

Nuestro entorno nos ayudará a situarnos, es la llave para que podamos vernos y afinarnos.

Descubrir la frecuencia real en la que estamos es importante para saber desde donde partimos.

Déjame compartir contigo que la sinceridad tiene diferentes niveles de intensidad y profundidad. Eso implica que nuestra autosincerdidad pasa por diferentes etapas si nos damos permiso. Aunque creamos de entrada que somos sinceros con nosotros mismos démonos permiso para descubrir que no es así y esa acción y dirección nos aporta una información espectacular y sorprendente.