El regalo de la vida: el vivir para un mejor mañana

La vida nos regala una diversidad de matices que no somos capaces de ver desde un principio, sin embargo, podemos encaminarnos hacia el entendimiento de todas estas sensaciones en cualquier momento que deseemos cambiar de opinión. Debemos hacernos más receptivos a estas posibilidades, permitiéndonos vivir el trayecto de la vida de una manera más nutritiva y sensacional.

Nos corresponde atendernos a un mundo implícito en nuestras realidades, a un conjunto de elementos que no podemos percibir desde las facultades más básicas. Debemos, pues, hacernos más sensibles ante un arcoíris de sensaciones que nos permitan atender de manera más perceptible todo lo que la vida tiene para regalarnos. No es un trabajo fácil, pero definitivamente es uno de los más importantes. Debemos hacer de nuestro día a día algo cada vez más cercano hacia la paz, adentrándonos cada vez más hacia la luz, hacia el regalo de la vida, hacia el futuro mismo.

Trascender hacia estados que nos brinden la paz y el reconocimiento que estamos buscando no es una tarea sencilla, sobre todo si existen agentes que, debido a su peso y valor sensitivo, nos resulten de un obstáculo difícil de evitar durante este trayecto. Sin embargo, este viaje demuestra valer la pena desde todos los sacrificios que, como instancias espirituales y orgánicas, nos vemos en la necesidad de sostener en algún punto de nuestras vidas.

Son dos instancias totalmente complejas. Por una parte, encontramos los elementos físicos, lo tangible, el hecho real, el cual se extiende desde nuestras instancias orgánicas simples hasta las más complejas. Por su parte, encontramos otra de las instancias, conocidas también como la quinta dimensión. Aquí podemos experimentar todas las sensaciones que no pueden ser descritas y precisadas de la manera más objetiva. Nos topamos aquí con elementos o conceptos como la paz, la libertad y la espiritualidad.

El trance es complejo, inclusive, podemos decir que no es decisivo ni permanente, dando lugar a situaciones en las cuales, llegados y ubicados en la quinta dimensión, podemos llegar a regresar a nuestras instancias básicas debido a la poca concentración que en algunas ocasiones encontraremos muy difíciles de precisar.

Debemos comprometernos en la mayor medida posible, pues solo así lograremos transportarnos hacia la quinta dimensión con un sentido de pertenencia estable y casi permanente. Si nos comprometemos, podemos llegar a estados muy elevados de paz y tranquilidad. Nos haremos pues con la creatividad interna, una manera de hacer de nuestro espíritu algo propio y auténtico. De esta manera, podremos mantenernos entrelazados con todas nuestras energías para sostener un estado de elevación significativo.

El proceso puede tomar algo de tiempo, para lo cual es importante entender que, de ser necesario, debemos darnos todo el tiempo que haga falta como para permitirnos vivir esta transición de la manera más amena y más sana posible. No desesperemos, pues estaríamos atentando contra nosotros si no somos pacientes en este proceso. Debemos atendernos pues con toda la paciencia que tengamos para poder fluir de la manera más exitosa posible.

Abrir la pueda de todo lo bueno hacia nosotros es nuestro deber. Debemos dejar que nuestro cuerpo y nuestro espíritu sean quienes dicten el resultado de nuestra realidad. En ese sentido, debemos buscar la alegría cuando sea necesario, encontrar la soledad cuando la requiramos, inclusive cuando la duda reine, debemos darnos el tiempo para cuestionar desde los planos más pacíficos posibles.

El amor, como un fundamento, nos permitirá hacernos cada vez más elevados al respecto de todas nuestras instancias espirituales. Por esta razón, los humanos estamos en la capacidad de elevarnos desde lo más básico hasta lo más complejo. Todo dependerá de qué tan dispuestos estemos a proveernos de todas las matices que se esconden detrás de lo que nuestros sentidos son capaces de advertirnos. La red del amor nos hará firmes y nos permitirá liberarnos de todas las secuelas que, de no encontrar la elevación, estaremos condenados a vivir una y otra vez.

Con la red del amor en proliferación, podremos hacernos del núcleo personal que nos define, nos conoceremos mucho más con tan solo hacer un pequeño vistazo hacia nosotros. Esta formación nos permite hacernos de una evolución continua, de una nueva forma de vida para entrelazarnos con las instancias que, eventualmente, nos permitirán evolucionar poco a poco al respecto de nuestra psiquis.

Seremos un nuevo ser que podrá llegar a la vibración de la luz en la búsqueda de su paz interior. Es la libertad pura, la plena cercanía con todo lo que debemos expresar desde lo más interno hasta lo más externo. Debemos recordar la necesidad de la calma, entendiendo que el cronómetro de lo divino no debe ser alterado, puesto que, a pesar de ser un estado que pocos alcanzan, su transición se presenta como un relevo natural, el cual no debe ser violentado de sus costumbres.

No hay ni deben existir apuros en esta práctica. Llegar a la paz, la alegría y las vibras altas no es un proceso que podamos apresurar. Los estadios se presentan según sea su momento, según sea su ocurrencia y su correspondencia al respecto de nuestro momento.  Es de suma importancia que procuremos avanzar sin forzar el proceso mismo, debemos ser pacientes y hacernos de cada señal que, desde lo espiritual, sea posible atender de la manera más natural y fluida.

Llegar al equilibrio será clave, el equilibrio entre nuestras dos instancias, las espirituales y las orgánicas. Nuestro sistema nervioso central juega aquí un papel muy importante, siendo uno de los mecanismos que nos permitirán describir, sentir y entender la manera de ser de todos los fenómenos que se presenten durante este proceso tan especial y personal.

La naturaleza también forma parte de un elemento importante. Y es que a pesar de que el  equilibrio involucre de manera protagónica nuestras dos instancias, no deja de ser cierto que debemos estar atentos  ante todas las señales del exterior, siendo éstas provenientes en su mayoría del mundo natural. En ese sentido, el equilibrio se presenta como un triángulo que debe consolidarse desde la mayor cantidad de instancias posibles.

La energía es multifactorial, es dada desde diferentes elementos, los cuales podemos bien encontrar en nuestro interior y en nuestro exterior. Debemos estar atentos ante todas las situaciones que involucren, de una manera u otra, a las cargas de energía que nos eleven hasta los estados de paz y luminosidad precisos para encontrar el equilibro. En este punto, las emociones también juegan un papel importante, permitiéndonos adaptarnos a toda clase de situaciones sin importar qué tan complejas o no sean.

Todos los elementos juegan un papel importante en nuestra transición. Debemos pues, ser atentos y pacientes al respecto de todo este proceso práctica que no todos logran aprobar de la manera más eficiente. En ese sentido, debemos entendernos cada vez más, permitiéndonos manipular todos los elementos necesarios como para destacar en todo momento. No importa qué tan lejos nos encontremos de nuestro objetivo, el trayecto y el camino son para nada algo amargo.

Llegaremos siempre y cuando tengamos la paciencia y la disposición necesarias para llegar hasta nuestro objetivo.

Canalizado por Star Blossom

AUTORA: Lurdes Sarmiento redactora en la gran familia de hermandadblanca.org

TRADUCCIÓN: Lurdes Sarmiento

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