En busca de lo milagroso: de la Magia a la Maestría.
Lo «milagroso» es muy difícil de definir. Pero para mí, esta palabra tenía un significado muy definido. Mucho tiempo atrás había llegado a la conclusión de que para escapar del laberinto de contradicciones en que vivimos, era necesario encontrar un camino enteramente nuevo, diferente de todo lo que habíamos conocido o seguido hasta ahora. Pero dónde comenzaba este camino nuevo o perdido, yo era incapaz de decirlo. Entonces ya había reconocido como un hecho innegable que detrás de la fina película de falsa realidad, existía otra realidad de la cual, por alguna razón, algo nos separaba. Lo «milagroso» era la penetración en esta realidad desconocida.
Llegué a la conclusión de que una escuela —no importa como se llame: escuela de ocultismo, de esoterismo o de yoga— debe existir sobre el plano terrestre ordinario como cualquier otro tipo de escuela: escuela de pintura, de danza o de mediana. Me di cuenta de que la idea de escuelas «en otro plano» era simplemente un signo de debilidad: esto significaba que los sueños habían reemplazado la búsqueda real. Así comprendí que los sueños son uno de los obstáculos más grandes en nuestro camino eventual hacia lo milagroso.
La gente inventa milagros e inventa exactamente lo único que puede esperarse de ellos. Es una mezcla de superstición, autosugestión y debilidad intelectual; pero estas historias, según lo que he podido observar, nunca aparecen sin cierta colaboración de parte de los hombres a los cuales están referidas.
El desarrollo de la conciencia se realiza simultáneamente en dos direcciones, hacia lo más grande y hacia lo más pequeño. Para ser conocidos, el más grande y el más pequeño, uno y otro, exigen igualmente del hombre un cambio interior. Si se buscan paralelos o analogías entre los cosmos, podemos considerar cada uno de ellos en tres relaciones:
«1º en su relación con sí mismo;
«2º en su relación con un cosmos superior o más vasto;
«3° en su relación con un cosmos inferior o más pequeño.
«La manifestación de las leyes de un cosmos en otro cosmos constituye lo que llamamos un milagro. No puede haber ninguna otra clase de milagro. Un milagro no es ni una violación de las leyes ni un fenómeno fuera de las leyes. Es un fenómeno que toma lugar en un cosmos según las leyes de otro cosmos. Estas leyes son desconocidas e incomprensibles para nosotros, por lo tanto son milagrosas.
Algunas enseñanzas comparan al hombre con una casa de cuatro habitaciones. El hombre vive en la más pequeña y miserable de todas, y hasta que le sea dicho, no tiene la menor sospecha de la existencia de las otras tres, llenas de tesoros. Cuando oye hablar de ellas, comienza a buscar las llaves de estas habitaciones, especialmente de la cuarta, la más importante de todas. Y cuando un hombre ha encontrado el medio de penetrar en ella se convierte realmente en el amo de la casa, porque es solamente entonces que la casa le pertenece plenamente y para siempre.
En la actualidad se puede ver la necesidad de que esa casa cuente con Servicios Públicos Domiciliarios: el gas está en relación con la energía necesaria para calentar y preparar los alimentos, el agua con lo emocional, la electricidad con lo mental y la telefonía con la intercomunicación.
CASA | SERVICIO | INSUMO | PROCESO | PRODUCTO |
Cocina | Gas | Procedimientos | Automatización | Instinto |
Baño | Agua | Sentimientos | Autocontrol | Inspiración |
Alcoba | Electricidad | Pensamientos | Meditación | Iluminación |
Sala | Telefonía | Significados | Comprensión | Intuición |
La cuarta habitación le da al hombre la inmortalidad hacia la cual todas las enseñanzas religiosas se esfuerzan en mostrarle el camino. Hay un gran número de caminos, más o menos largos más o menos duros; pero todos, sin excepción, conducen o se esfuerzan por conducir hacia una misma dirección, que es la de la inmortalidad.
La inmortalidad no es una propiedad con la que nace el hombre, pero ella puede ser adquirida. Todos los caminos que conducen a la inmortalidad —los que son generalmente conocidos y los otros— pueden dividirse en cuatro categorías:
1. El camino del faquir.
2. El camino del monje.
3. El camino del yogui.
4. El camino del discípulo.
EL CAMINO DEL FAKIR
En todas las tentativas de explicación que había encontrado sobre «los milagros de los faquires», o bien se «explicaban» éstos como malabarismos, o se pretendía que el ejecutante sabía muy bien lo que hacía, y que si no revelaba su secreto era porque no quería o porque tenía temor de hacerlo. En este caso el punto de vista era por completo diferente. La explicación de G. me parecía no solamente probable sino, me atrevo a decir, la única posible.
El faquir mismo no sabía cómo hacía su «milagro» y naturalmente no hubiese podido explicarlo.
EL CAMINO DEL MONJE
«Pero ahí donde hay escuelas de faquires, también hay escuelas de yoguis. Por lo general los yoguis no pierden de vista a los faquires y si un faquir obtiene lo que anhela antes de ser demasiado viejo lo llevan a una de sus escuelas para curarlo; restablecen en él su poder de movimiento, después de lo cual comienzan a enseñarle. Un faquir tiene que volver a aprender a hablar y a caminar como si fuera un niño. Pero ahora tiene una voluntad que ha superado dificultades increíbles y ésta podrá ayudarlo a vencer las dificultades que todavía lo esperan en la segunda parte de su camino, en la que se tratará de desarrollar las funciones intelectuales y emocionales.
«El segundo es el del monje. Es el camino de la fe, del sentimiento religioso y de los sacrificios. Un hombre que no tuviera muy fuertes emociones religiosas y una imaginación religiosa muy intensa, no podría llegar a ser un «monje» en el verdadero sentido de la palabra.
El camino del monje es también muy duro y muy largo. El monje pasa años y decenas de años luchando contra sí mismo; pero todo su trabajo está concentrado sobre la segunda habitación, sobre el segundo cuerpo, es decir, sobre los sentimientos. Sometiendo todas sus otras emociones a una sola, que es la fe, desarrolla en sí mismo la unidad, la voluntad sobre las emociones, y por este camino alcanza la cuarta habitación. Pero su cuerpo físico y sus capacidades intelectuales pueden quedarse sin desarrollo. Para poder servirse de lo que él habrá obtenido, tendrá que cultivarse física e intelectualmente. Esto no se podrá realizar sino por medio de nuevos sacrificios, de nuevas austeridades, de nuevos renunciamientos. Un monje tiene que llegar a ser un yogui y un faquir. Son muy escasos los que llegan tan lejos; más escasos aún los que llegan a triunfar sobre todas las dificultades. La mayoría muere antes de arribar a esto o no llega a ser «monjes» sino en apariencia.
EL CAMINO DEL YOGUI
«El tercer camino es el del yogui. Es el camino del conocimiento, el camino del intelecto. El yogui trabaja sobre «la tercera habitación» para llegar a penetrar en la cuarta por medio de sus esfuerzos intelectuales. El yogui llega a alcanzar «la cuarta habitación» al desarrollar su intelecto, pero su cuerpo y sus emociones quedan sin desarrollarse y, como el faquir y el monje, es incapaz de sacar partido de su victoria. Lo sabe todo pero no puede hacer nada. Para ser capaz de hacer debe conquistar el dominio sobre su cuerpo, sobre sus emociones, es decir sobre la primera y la segunda habitación. Para lograr esto, le es necesario comenzar a trabajar de nuevo, y no obtendrá resultados sin esfuerzos prolongados. En este caso, sin embargo, él tiene la ventaja de comprender su posición, de conocer lo que le falta, lo que debe hacer, y la dirección que debe seguir. Pero, así como en el camino del faquir o del monje, también en el del yogui son muy escasos los que adquieren tal conocimiento, ES decir, obtienen el nivel en el que un hombre puede saber a dónde va. La mayoría se detiene en un cierto grado de desarrollo y no va más lejos.
EL CAMINO DEL DISCIPULO
Un discípulo es aquel que se ha comprometido consigo mismo a buscar la forma de expresarse como alma y despertar y estimular a todas las otras almas de aquellos con quienes se pone en contacto. Un discípulo es aquel que trata en todo momento de ayudar a la humanidad, de hacer progresar los procesos de la evolución y de desarrollar ese amor profundo hacia la humanidad, característica del aprendiz y del Maestro.
El discípulo sigue una disciplina personal de acuerdo con el Maestro que quiere que lo entrene en aspectos como: La humanidad, La trama de la vida (el alma y su identidad con la superalma) y el servicio.
Es posible seguir el cuarto camino y trabajar en él mientras uno continúa atendiendo sus ocupaciones ordinarias, en las condiciones habituales de la vida, sin cortar las relaciones que uno tiene con la gente, sin abandonar nada. Este camino no exige el renunciamiento. Por el contrario, las condiciones de vida en las que un hombre se encuentra cuando emprende el trabajo —o en las que el trabajo lo sorprende, por así decirlo— son las mejores posibles para él, por lo menos al comienzo. Porque ellas le son naturales.
Los cuatro caminos difieren mucho los unos de los otros en relación al maestro, o al guía espiritual.
En el camino del faquir un hombre no tiene maestro en el verdadero sentido de la palabra. En este caso, el maestro no enseña, simplemente sirve de ejemplo. El trabajo del alumno se limita a imitar al maestro.
El hombre que sigue el camino del monje tiene un maestro y parte de sus deberes, parte de su tarea, consiste en tener una fe absoluta en él, en someterse por completo a su maestro, en obedecer. Pero lo esencial en el camino del monje es la te en Dios, el amor a Dios, los esfuerzos ininterrumpidos para obedecer a Dios y servirlo, aunque en su comprensión de la idea de Dios y del servicio de Dios, pueda haber una gran parte de subjetividad y muchas contradicciones.
«En el camino del yogui no hay que hacer nada, y no se debe hacer nada, sin un maestro. El hombre que emprende este camino, al comienzo debe imitar a su maestro como el faquir y creer en él como el monje. Pero después, paulatinamente, llega a ser su propio maestro, aprende los métodos de su maestro y gradualmente se ejercita en aplicárselos a sí mismo.
Pero todos los caminos, tanto el del faquir como el del monje y el del yogui, tienen un punto en común. Todos comienzan por lo que es más difícil, un cambio total de vida, un renunciamiento a todo lo que es de este mundo. Un hombre que tiene un hogar, una familia, debe abandonarlos, debe renunciar a todos los placeres, apegos y deberes de la vida, y partir al desierto, entrar en un monasterio o en una escuela de yoguis. Desde el primer día, desde el primer paso sobre el camino, debe morir para el mundo; sólo así puede esperar obtener algo en uno de estos caminos.
El discípulo, al ser autoconsciente, aprende a regular y controlar sus propios procesos mentales, ya que el Maestro ha hecho una transferencia de su saber y de la técnica de auto control. El cuarto camino difiere de los otros, en que exige del hombre ante todo la comprensión. El hombre no debe hacer nada sin comprender — salvo a título de experimento, bajo el control y la dirección de su maestro.
DE LA MAGIA A LA MAESTRÍA
La Magia
La Magia está basada en los poderes internos que posee el alma del ser humano. Mago es aquel que entra en contacto con su alma y puede manejar la energía: logrando la comunicación del alma con la mente y el cerebro, meditando sobre el Plan de la evolución y los problemas que se presentan, coordinando el propósito del alma con las acciones para ejecutar el Plan.
La Magia y el Milagro son las energías-pensamientos que al tener el Conocimiento y el Entendimiento, podrán crear y juntar los elementos químicos necesarios para tal o cual Idea o proyecto. La magia consiste en entender la Idea, el Milagro en realizarla y el Misterio en revelarla.
Un Curso de Milagros
La Redención
La Redención es la purificación de la sustancia, la clarificación de las formas mentales, la corrección de la percepción, cuyo medio es el perdón. Redentor es aquel que colabora en el trabajo expiatorio de la creación, es aquel que penetra en el mundo de significados para poderlo revelar a los demás: coordinando los tres vehículos de su personalidad, comunicando la personalidad con su alma, inspirando a la personalidad para redimir todas las Vidas Divinas.
La nota clave que rige el desarrollo del discípulo de sexto rayo está expresada en las palabras de Cristo cuando dijo: “Si yo fuere ascendido, atraeré a todos los hombres hacia Mi”
INSUMO | PROCESO | CAMINO | TECNICA | RESULTADO |
Maya | Transmisión | Fakir | Indiferencia | Inspiración |
Espejismo | Transformación | Monje | Luz | Iluminación |
Ilusión | Transfiguración | Yogui | Presencia | Intuición |
Sombra | Trascendencia | Discípulo | Fusión | Liberación |
Un Curso de Milagros 2. Libro de Ejercicios
La Maestría
La Sabiduría es inteligencia aplicada a la experiencia. Maestro de Sabiduría es aquel que conoce el significado de la conciencia, de la vida y del espíritu, y puede llegar directamente al “seno de su Padre en el Cielo”. Es aquel que ha alcanzado la quinta iniciación.
El Maestro Jesús recibió la quinta iniciación en su encarnación como Apolonio de Tiana y Se convirtió en Maestro de Sabiduría. Desde entonces permaneció y actuó en la Iglesia Cristiana, fomentando el germen de la verdadera vida espiritual entre los miembros de las sectas y divisiones, y neutralizando en lo posible los errores y equívocos de clérigos y teólogos.
Un Maestro Espiritual es todo aquel que decide serlo, se guía bajo el principio que el interés general prima sobre el interés particular. Jesucristo siguió la línea de servicio seis y sus discípulos quieren seguir sus pasos. Los tres poderes de la mente son Intuición, Telepatía y Sanación, el curso de milagros se centra en esto último.
Manual para la Maestría
NOTAS DEL EDITOR.
Hacia 1914 Ouspensky estaba en busca de lo milagroso, conoció a Gurdjieff quien lo introdujo en el cuarto camino. En 1928 Carl Jung recibe de su amigo Richard Wilhelm el libro El secreto de la flor de oro, al que le agrega su comentario desde la psicología analítica, tratando la sombra como uno de los arquetipos del inconsciente colectivo. Entre 1935 y 1944 Alice Bailey recopila las enseñanzas dadas por el Maestro tibetano a un grupo de discípulos sobre el Espejismo, así como las técnicas para la integración de cada uno de los vehículos de la Personalidad. Este curso de Milagros fue dado en 1976 por una psicóloga que dice haber canalizado a Jesús, Helen Schucman.
Muuchaa gracias por su aporte
Hace años tuve mi 1a experiencia cn el ''Venero Maestro Jesucristo'' y fue muuy impactante y a la vez milagrosa.
También me interesa muucho el…''Venerable Maestro G. I. Gurdjieff'' él llegó a la Universidad de lo Esoterico y Espiritualidad….muuchos han empezándo bién y lo caen y repiten y repiten lo mismo lo de los…''Antiguos Maestros''.
Y los más penoso ke hacen negocio cn lo sagrado.
Namaste…XDD.
En mi ignorancia supina me gustaria saber cuales son esos Maestros que han hecho negocios con lo sagrado, para cuidarme de ellos……ilustreme!!