En el Mundo Espiritual

En portugués el original.

En el camino que emprende hacia la perfección, el Espíritu pasa por múltiples experiencias tanto en el mundo físico, como en el mundo espiritual.

La dimensión espiritual está compuesta por esferas, que se elevan a medida que se alejan de la corteza. Sobre las esferas más elevadas aún tenemos poca información, pero sobre las regiones más cercanas a la Tierra, la vida se desarrolla de una manera muy similar a la nuestra. Esto acaba generando una cierta perturbación en aquellos que desencarnan desconociendo esta realidad y muchos tardan algún tiempo en darse cuenta de que ya no forman parte del mundo físico.

La vida social depende de la etapa evolutiva de cada comunidad. Como regla general, los Espíritus al regresar a la organización espiritual que están vinculados, después de un período de readaptación, se preparan para una nueva encarnación. Trabajan, estudian, pero también tienen momentos de ocio y reposo.

No hay ociosidad en el mundo espiritual. Todos los Espíritus cooperan en las innumerables tareas que se desarrollan en el plano espiritual, siempre de acuerdo con las conquistas evolutivas en el campo moral e intelectual de cada uno. Si bien el trabajo es obligatorio, como lo es en la Tierra, tiene su límite para permitir el estudio y los momentos de ocio. Las colonias espirituales tienen sus lugares destinados al estudio. Universidades, escuelas, teatros y bibliotecas se construyen con ese fin.

El ocio en la espiritualidad siempre tiene un objetivo superior. Allí los habitantes se reúnen para escuchar la música espiritual, para asistir a conferencias, para momentos de lectura y oración y para los encuentros con los amigos.

Cuanto más evolucionado, menos reposo necesitará el Espíritu para reparar sus energías. Pero los Espíritus inferiores necesitan descansar y dormir. Están los que sufren y duermen por un largo período, principalmente aquellos que creían en el sueño eterno.

Después de la desencarnación, el Espíritu no necesita más alimentarse para nutrir el cuerpo físico, aun así muchos, aún arraigados a las sensaciones físicas, se resienten a la falta de alimento ordinario y necesitan nutrirse de recursos energéticos más consistentes. Por eso, se observa en el mundo espiritual el uso de alimentos a base de jugos, sopas y frutas. Aunque son parecidos a los utilizados en la Tierra, los alimentos de los Espíritus están hechos de materia propia del mundo espiritual y de acuerdo con el periespíritu de cada uno, pues cuanto mayor es el ascenso espiritual, más delicado será el proceso de alimentación.

La apariencia y la presentación externa de los Espíritus dependen de su fuerza mental y de su estado interior. Cuanto más elevado es el Espíritu mayor su capacidad para ajustar su periespíritu. Para los Espíritus más inferiores funciona el automatismo de la mente. La apariencia externa estará de una forma más marcada representando su desarmonía interior. No todos los Espíritus se encuentran con suficientes condiciones evolutivas para plasmar sus vestiduras periespiritual. Por eso, en la literatura espírita, encontramos la mención de fábricas especializadas en la confección de vestimentas, utilizando sustancias fluídicas propias del mundo espiritual.

Similar que en la Tierra, en el plano espiritual las familias espirituales van a compartir una misma habitación, cuyos ambientes están decorados con muebles y objetos casi idénticos a los terrestres.

A medida que el Espíritu evoluciona su periespíritu se vuelve más sutil, es decir, más desmaterializado, y con ello deja de sufrir la acción de la gravedad. Por eso los Espíritus superiores se desplazan a través de un proceso denominado volitación, desplazándose en el espacio a altas velocidades. A nivel físico no hay barrera infranqueable para el Espíritu, sólo a nivel moral. La culpa, el apego a las cosas terrenas, la falta de perdón, los pensamientos desarmonizados, son las mayores esposas que dificultan su locomoción. Por eso, hay Espíritus que todavía necesitan vehículos (como ejemplos, tenemos el aeróbus en Nuestro Lar1 y el tren magnético en Alvorada Nova2) para transportar en las franjas espirituales más cercanas a la Tierra.

Sabiendo de esa realidad que nos espera, en la continuación de la vida, el temor de la muerte va desapareciendo y nos sentimos estimulados con el esfuerzo necesario para realizar las tareas que estamos comprometidos, en particular, a resolver los conflictos íntimos, trabajar, estudiar y servir en el bien, (…) a través de la desencarnación nos trasladamos sólo de lugar y de dirección, continuando tal cual somos3.

La vida en las esferas intermedias nos permite anticipar que seremos venturosos en las regiones felices cuando, por el esfuerzo permanente, hayamos vencido nuestras imperfecciones y conquistado el estadio de Espíritus perfectos.

Cleto Brutes

1XAVIER, Francisco Cândido. Nuestro Hogar. Por el Espíritu André Luiz. 52. ed. Río de Janerio:FEB, 2002.

2GLASER, Abel. Alvorada Nova. Por el Espíritu Cairbar Schutel. 3. ed. Matão, SP: El Clarim, 2000.

3FRANCO, Divaldo. Entre los dos mundos. Por el Espíritu Manoel P. de Miranda.

Salvador, BA: LEAL, 2005. p.209

TRADUCCIÓN PORTUGUÉS-ESPAÑOL: Patricia Gambetta, redactora en la gran familia de hermandadblanca.org

FUENTE: http://searadomestre.com.br/no-mundo-espiritual/