Los problemas de la adicción a la pornografía
Desde hace pocos años, e incluso meses, se ha venido haciendo cada vez más difícil pasar por alto la cantidad de hombres de gran visibilidad que han tenido comportamientos sexuales autodestructivos. Algunos hombres poderosos han sido sexualmente voraces durante mucho tiempo, pero, a diferencia de hoy, entonces eran mucho más discretos y generalmente eran capaces de encontrar la manera de no dejar rastro.
Hoy día, la capacidad de la tecnología para dejar al descubierto conductas privadas es, en parte, el motivo de este cambio. De hecho, la razón por la que muchos de los hombres que se han visto atrapados en escándalos de tintes sexuales es porque se han expuesto a sí mismos en ocasiones literalmente mediante mensajes de móvil, Twitter y otros medios indiscretos. ¿Qué hay detrás de esta extraña actitud desinhibida? ¿Podría la disponibilidad y el consumo generalizado de porno estar reescribiendo el cerebro masculino, afectando su juicio sobre el sexo y provocando que tengan mayores dificultades para controlar sus impulsos?
El porno estimula en un plazo muy corto la segregación de dopamina
Cada vez hay más pruebas científicas que sostienen esta idea. Hace seis años, escribí un ensayo titulado El mito del porno, en el que señalaba que los terapeutas y consejeros sexuales estaban comenzando a asociar el incremento del consumo de pornografía en los hombres jóvenes con un aumento de casos de impotencia y eyaculación precoz en ese mismo grupo de edad. Se trataba de jóvenes saludables sin patologías físicas ni psicológicas que pudieran justificar una disfunción sexual.
La hipótesis de los expertos era que la pornografía estaba insensibilizando de forma progresiva la sexualidad de esos hombres. Dados los efectos de esta insensibilización en la mayoría de los sujetos masculinos, los investigadores descubrieron que estos necesitaban unos niveles superiores de estimulación para conseguir el mismo nivel de excitación. Los expertos que entrevisté por aquella época especulaban con que el uso del porno estaba insensibilizando a jóvenes saludables hacia el atractivo erótico de sus propias compañeras.
Desde entonces se han ido recogiendo datos sobre el sistema de recompensa cerebral con el fin de explicar este cambio con mayor concreción. Hoy día sabemos que el porno estimula en un plazo muy corto la segregación de dopamina en el cerebro masculino, lo que afecta al humor, provocando una sensación de bienestar que perdura una o dos horas. El circuito neuronal que se produce es idéntico al de otros estímulos como el juego o la cocaína.
El circuito neuronal que se produce es idéntico al del juego o la cocaína
El potencial adictivo es también idéntico: así como los jugadores y los consumidores de cocaína pueden volverse compulsivos, y necesitan jugar o esnifar cada vez más para conseguir segregar la misma cantidad de dopamina, los hombres que consumen pornografía pueden llegar a engancharse a esta. De la misma manera, como sucede con otras sustancias de recompensa, tras el estímulo de dopamina el consumidor se siente deprimido, irritable, ansioso y deseoso de conseguir la siguiente dosis. Hay nuevas evidencias, descubiertas por Jim Pfaus, de la ConcordiaUniversity de Canadá, que apuntan a que la desensibilización podría afectar también a las mujeres.
Este efecto de la dopamina explica por qué el porno tiende a ser más y más duro: las imágenes sexuales comunes han perdido finalmente su poder, llevando a los consumidores a necesitar nuevas imágenes que rompan tabúes de otros tipos con el objetivo de alcanzar la misma satisfacción. Además, algunos hombres (y mujeres) tienen lo que se denomina «agujero de dopamina». Sus sistemas de recompensa cerebral son menos eficientes, lo que les predispone a convertirse en adictos a un porno cada vez más extremo con mayor facilidad.
Como con cualquier adicción, resulta muy complicado, por razones neuroquímicas, dejar de tener comportamientos (incluso muy autodestructivos) que permitan obtener más dopamina. ¿Podría ser por este motivo por el que hombres que en el pasado podían mantener sus affairs a puerta cerrada no pueden ahora resistir el impulso de mandar un mensaje de móvil que sea incluso autoincriminante? Si esto es así, no es que algunos hombres sean demonios o amorales, sino adictos que han perdido el control sobre sí mismos.
Esto no quiere decir que no sean responsables de sus conductas. Pero podría tratarse de un tipo diferente de responsabilidad: la de comprender el poderoso potencial adictivo del uso de la pornografía, con el fin de recibir orientación psicopedagógica o medicación si la adicción comienza a afectar a la pareja, a la familia, a la vida laboral o al propio juicio.
Por ahora, existe un modelo efectivo y detallado para desenganchar a los hombres adictos al porno y restituirles a un estado mental más equilibrado, en el que estén menos expuestos a la merced de sus obsesiones. Comprender cómo la pornografía afecta al cerebro y causa estragos en la virilidad masculina permite hacer mejores elecciones en lugar de llegar a un estado de autodestrucción sin fin o a una reacción de rechazo colectiva, en una sociedad cada vez más adicta a lo extremo.
Fuente: http://www.publico.es/espana/384797/la-adiccion-a-la-pornografia
Creo que la solución es prohibir la creación de películas porno.
Seria de gran ayuda que además de plantear el problema, también se planteara la solución y explicar algunas terapias y/o al menos añadir links donde se puedan hallar las mismas. gracias…..
El mundo va por muy mal camino., hay que hacer algo para salvarlo.
El peor daño que se ocasiona una persona que gusta de la pornografía es LA DESCONEXIÓN CON SU PROPIA ENERGÍA GENERADORA (KUNDALINI).
Esta persona rompe con el esquema de DOMINIO del CHACRA BASE, esto es «desconecta» SU SISTEMA VITAL DE ACCESO DE ENERGIA hacia este chacra.
Sufre severos problemas de «intoxicación» de la energía sexual trabajada en su propio sistema (energía de «salida» desde este chacra»)
Al no poder «desalojar» su cuerpo físico esta energía, ella pasa a los otros cuerpos (Tomemos en cuenta que el ser humano posee en su estructura 7 cuerpos) .
Esta «energía discontinua y tremendamente incipiente, rompe el esquema de otro cuerpo….y así sucesivamente… (recordemos que la enegia de cualquier tipo debe transformarse)
En definitiva, todo ello porqué? pues porque la persona ancla (libremente) su energía sexual a una conexón inexistente y no reconocida para la naturaleza humana (este tipo de «conexiones» genera todo tipo de adicción).