La Ciencia de la Interconexión

La investigación que desarrolla el Institute of HeartMath sobre la coherencia global, abarca una gran variedad de datos científicos para obtener nuevos conocimientos sobre la interrelación de la salud humana, el comportamiento de los animales, el sol y, la actividad magnética de la tierra. La comunidad científica está empezando a apreciar y comprender a nivel más profundo, cómo estamos interconectados. Se dice que estamos cada vez más cerca de comprender por qué y cómo los campos magnéticos generados por el sol y la tierra afectan la salud y el comportamiento humano – y por qué es importante saber esto.

La idea de que la tierra, el sol y otros cuerpos planetarios influyen en la salud humana, en su comportamiento y, en mayor escala, al malestar social y a los eventos importantes a nivel mundial, es algo que se ha discutido entre los científicos durante décadas. El estudio de la interconexión, que aún no ha sido adoptado plenamente en la comunidad científica, se encuentra todavía desarrollándose.

La investigación de la coherencia global utiliza un enfoque multidisciplinario que incluye las ciencias de la tierra y la astrofísica, así como gran cantidad de datos de estudios en seres humanos y animales que estén en correspondencia con los eventos sociales y globales. La Iniciativa de Coherencia Global (GCI en ingles) emplea el Sistema de Monitoreo de Coherencia Global para recoger una variedad de datos, información sobre el campo magnético de la tierra y cómo esta afecta y se ve influida por las emociones y los comportamientos humanos.

El Sistema de Monitoreo de Coherencia Global (GCMS), componente científico del GCI, utiliza la tecnología de detección del estado de la técnica para observar los cambios en el campo magnético de la tierra. Con el tiempo, habrá alrededor de una docena de sitios de sensores en la red mundial GCMS de magnetómetros.

Los sensores del GCMS supervisan continuamente las frecuencias de resonancia en el campo magnético de la Tierra. Siguen los cambios en la actividad geomagnética causados por las tormentas solares, los cambios en la velocidad del viento solar, la alteración de las resonancias de Schumann (RS) y, potencialmente, las señales de los principales acontecimientos mundiales que tienen un fuerte componente emocional.

Está comprobado que las frecuencias de resonancia en diversos campos magnéticos de la tierra se superponen directamente con los del cerebro humano, el sistema cardiovascular y nervioso. Por lo tanto, no debería sorprender que numerosos ritmos fisiológicos en seres humanos y los comportamientos colectivos globales no sólo se sincronizan con la actividad solar y geomagnética, sino también que las interrupciones en estos campos pueden crear efectos adversos en la salud y el comportamiento humano. Cuando se perturba el ambiente del campo magnético de la tierra, puede causar trastornos del sueño, confusión mental, una falta de energía inusual o una sensación de estar al borde o abrumado por ninguna razón aparente.

Se utiliza el Sistema de Monitoreo de Coherencia Global para llevar a cabo la investigación sobre cómo los mecanismos de diversos campos de la tierra afectan los procesos de la fisiología humana, mentales y emocionales, así como la salud y el comportamiento colectivo. Además, se espera investigar si los cambios en los campos magnéticos de la tierra se producen antes de algunas catástrofes naturales como terremotos, erupciones volcánicas y fenómenos humanos como el malestar social y los ataques terroristas.

Las siguientes hipótesis del GCI guían la investigación colaborativa que esta en curso:

  • La salud humana y animal, las funciones cognitivas, las emociones y el comportamiento se ven afectados por la energía solar, el campo geomagnético y otros relacionados con los campos magnéticos de la tierra.
  • El campo magnético de la tierra es un portador de información biológicamente relevante que conecta todos los sistemas vivos.
  • Cada persona afecta el campo de información global.
  • La conciencia colectiva humana afecta el campo de información global. Por lo tanto, un gran número de personas que crean estados de cuidado centrados en el corazón, amor y compasión, va a generar un ambiente más coherente que pueda beneficiar a otros y ayudar a compensar la discordia planetaria actual y la incoherencia.

Lo que también esta relacionado con todas las hipótesis anteriores es que tanto las emociones humanas como la conciencia, interactúan y codifican la información en el campo geomagnético y esta información se distribuye a nivel mundial. Se cree que hay ciclos de retroalimentación entre los seres humanos y los sistemas energéticos/ magnéticos de la tierra.

El HeartMath Institute sugiere que, en esencia, esta información codificada se comunica de manera no local entre las personas a un nivel subconsciente, teniendo como efecto la vinculación de todos los sistemas vivos. Los campos magnéticos actúan como ondas portadoras de esta información que pueden influir en todos los sistemas vivos (positiva o negativamente) dentro del entorno del campo, así como en nuestra conciencia colectiva.

La comunidad científica está empezando a apreciar y a entender en un nivel más profundo cómo todos estamos interconectados y somos afectados por los campos magnéticos generados por el sol y la tierra. Cada célula de nuestro cuerpo es “bañada” de la fluctuación de las fuerzas magnéticas invisibles en un entorno externo e interno.

Los ritmos fisiológicos y comportamientos humanos están sincronizados con la actividad solar y geomagnética, por lo que las fluctuaciones en la tierra y los campos magnéticos del sol, pueden afectar prácticamente todos los circuitos en el ser humano, así como los sistemas biológicos. Por ende, las interrupciones en estos campos podrían afectar negativamente a la salud y al comportamiento humano. Por otro lado, se cree que los cambios en la intensidad de la actividad geomagnética y las resonancias de Schumann parecen alterar las ondas cerebrales y las respuestas neurohormonales (el cerebro es un órgano electromagnético muy sensible).  030c67fd119ff4b34850dded89a13a80

Se ha demostrado también que los cambios en el campo magnético de la tierra afectan los ritmos cardíacos humanos y se han asociado con cambios en la actividad cerebral y el sistema nervioso; el rendimiento deportivo, la memoria y otras funciones; con la síntesis de nutrientes en plantas y algas; con el número de accidentes de tránsito reportados; la mortalidad por ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares; así como con la incidencia a la depresión y al suicidio.

La tierra y la ionosfera, generan una sinfonía de frecuencias que van desde 0.01 a 300 hertzios, y algunas de las grandes resonancias que ocurren en el campo de la tierra están en el mismo rango de frecuencia que las que se producen en el sistema cardiovascular humano, el cerebro y el sistema nervioso. Aunque los investigadores han examinado algunas de las posibles interacciones entre el campo magnético terrestre y humano, los animales y la actividad de las plantas, los nuevos datos de la investigación del GCI indican que podemos estar más profundamente interconectados con el campo magnético terrestre de lo que antes se imaginaba.

Alexander Tchijevsky

Alexander Tchijevsky

A lo largo de la historia, muchas culturas creían que su comportamiento colectivo podría verse afectado por el sol y otros ciclos e influencias externas. Esta creencia resulto ser cierta. En una mayor escala social, el aumento de la violencia, la tasa de criminalidad, el malestar social, las revoluciones y la frecuencia de los ataques terroristas se han relacionado con el ciclo solar y las alteraciones resultantes en el campo geomagnético. La primera evidencia científica de ésta fue proporcionada por Alexander Tchijevsky, un científico ruso que se dio cuenta de que las batallas más graves en la Primera Guerra Mundial se produjeron durante los períodos pico de manchas solares. En ese entonces, Tchijevsky llevó a cabo un estudio profundo de la historia global de la humanidad hacia 1749 y comparó los eventos clave sucedidos con la aparición de los ciclos solares durante el mismo período de tiempo hasta 1926.

La siguiente imagen, creada a partir de los datos originales de Tchijevsky, muestra una gráfica con números importantes de eventos humanos correspondientes a los hechos ocurridos en los ciclos solares durante 1749 a 1926.

Tchijevsky’s-original-data-1024x761Datos originales de Tchijevsky: la línea azul corresponde al número anual de importantes acontecimientos políticos y sociales, como el inicio de las guerras, las revoluciones sociales, etc., mientras que la línea roja representa gráficamente la actividad solar, indicada por el número de manchas solares desde 1749 hasta 1922. Se compilaron las historias de 72 países y se encontró que el 80% de los eventos más importantes se produjeron durante máximos solares, que se correlacionan con los picos de la actividad geomagnética.

La actividad solar no sólo se ha asociado con el malestar social. También se ha relacionado con los períodos de mayor florecimiento humano, con el desarrollo de la arquitectura, el arte y la ciencia, así como el cambio social positivo.

Esto nos brinda la oportunidad de poder aprender de los errores del pasado y conscientemente elegir nuevas formas de “navegar” estos grandes flujos de energía para crear períodos de prosperidad en la humanidad y avances humanitarios. Cuando las viejas estructuras que ya no sirven a la humanidad colapsan, se abre una oportunidad para que puedan ser reemplazadas por modelos más adecuados y sostenibles. Tal cambio positivo puede afectar a los sistemas políticos, económicos, médicos y educativos, así como a las relaciones de las personas en sus lugares de trabajo, hogares y comunidades.

Los Ritmos de la Tierra

La Tierra tiene un campo magnético interno muy fuerte, que se cree es generado por corrientes eléctricas (en el líquido externo del núcleo de hierro), impulsadas por fuentes de calor internas. El campo magnético se parece al de un imán de barra o “campo de dipolo” con un eje inclinado alrededor de 11.5 grados desde el eje de giro, por lo que los polos magnéticos no son los mismos que los polos geográficos. La intensidad del campo magnético de la tierra fue medido por primera vez por Carl Friedrich Gauss en 1835 y se ha medido en varias ocasiones desde entonces. El campo ha mostrado una decadencia relativa de aproximadamente el 10% en los últimos 150 años. Las ubicaciones de los polos magnéticos no son estáticas; deambulan hasta 55 de kilómetros al año.

El campo geomagnético es influenciado por el sol y las rotaciones de la luna, así como por las erupciones solares y las influencias –probablemente- interplanetarias. Los animales, incluyendo las aves, pueden detectar el campo magnético de la tierra y lo utilizan para navegar durante la migración. Se ha demostrado, por ejemplo, que las vacas y los ciervos cuando pastorean, tienden a alinear sus cuerpos de norte a sur en respuesta al campo magnético de la tierra.

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Las fuerzas del viento solar incluyen partículas cargadas que empujan contra el campo magnético de la tierra. Debido al viento solar, la parte del campo geomagnético de cara al sol es empujada adentro hacia la superficie de la tierra y se aplana cuando la parte del campo de espaldas al sol, conocida como la cola magnética, es halada de la tierra. Un fenómeno visible de la colisión de las partículas solares cargadas con el campo magnético de la tierra es la aurora o las luces polares del norte y del sur, que se conocen comúnmente como la aurora boreal y la aurora austral.

Cuando el viento solar se encuentra con el campo magnético de la tierra, causa diversos tipos de oscilaciones complejas en el campo, que a menudo se refieren como micropulsaciones y resonancias de línea de campo. Basada en las formas de sus ondas, las pulsaciones magnéticas y resonancias de línea de campo se han clasificado como pulsaciones continuas (Pc) y pulsaciones irregulares (Pi). Y como sus frecuencias son tan bajas, generalmente se caracterizan por su periodo de oscilación en lugar de la frecuencia. Hay una variedad de mecanismos que producen estas oscilaciones, como las interacciones del viento solar y de las principales líneas del campo magnético de la tierra; cambios repentinos de presión del viento solar que se mueven/empujan el campo hacia adentro o permiten que se expanda hacia fuera; y los cambios bruscos en la dirección del viento solar que causan que la cola magnética se estire y replique.

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La siguiente figura muestra un ejemplo de estas resonancias de línea de campo, registradas en el magnetómetro del GCI en el sitio de Boulder Creek, California. Nota importante: las frecuencias de estas resonancias de línea de campo están en el mismo rango que muchos de los ritmos encontrados en las funciones de los sistemas cardiovascular y nervioso del ser humano y del animal.

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En el ejemplo del sitio de Boulder Creek, existe una clara frecuencia a 0.1 hertzios, que es la misma frecuencia que el ritmo del corazón de una persona que está en un estado de corazón coherente. Investigaciones han demostrado que los cambios en estas frecuencias ultra bajas (ULF, también llamadas Pc y Pi) causadas por la actividad solar y los cambios en la actividad geomagnética, pueden afectar la salud y el comportamiento humano.

Datos registrados en el sensor del GCI de la resonancia de la línea del campo geomagnético en Boulder Creek, California. Todas las frecuencias de resonancia se superponen a las frecuencias del sistema autónomo y cardiovascular del ser humano. En este ejemplo, hay una clara frecuencia de onda estacionaria en 0.1 hertzios, que es la misma frecuencia de nuestros ritmos cardíacos cuando estamos en un estado coherente.

Las resonancias de Schumann: las resonancias de Schumann son resonancias electromagnéticas globales en la cavidad formada entre la superficie terrestre y la ionosfera. Fueron nombradas a raíz de que el físico alemán Winfried Schumann, fue el primero que las predijo en 1952. Los impulsos electromagnéticos como aquellos flashes de relámpagos globales (actividad de tormenta de la Tierra) llenan esta cavidad y provocan las resonancias de Schumann. Las primeras mediciones precisas de las resonancias de Schumann se hicieron de 1960 hasta 1963 y desde entonces ha habido un creciente interés en ellas a través de una amplia variedad de campos.

earth-ionosphere-cavityLa radiación del sol ioniza parte de la atmósfera superior de la tierra y forma una capa de plasma conductora, la ionosfera. La ionosfera que rodea nuestro planeta está cargada negativamente en relación a la superficie de la tierra, lo que crea un campo eléctrico fuerte entre la tierra y la ionosfera. Las resonancias de Schumann se producen porque el espacio entre la superficie de la tierra y la ionosfera conductora actúa como un guía de ondas cerrado. Esta guía de ondas actúa como una cavidad resonante para las ondas electromagnéticas, de este modo las resonancias de Schumann aparecen como picos distintos a frecuencias extremadamente bajas comenzando alrededor de 7.8 hertzios, que se considera la frecuencia fundamental.

 El interés en las resonancias de Schumann ha ido más allá de los límites de la geofísica a la medicina, donde se han planteado preguntas acerca de las interacciones entre los ritmos planetarios, la salud y los comportamientos del ser humano.

La similitud de 7.8 hertzios de la resonancia de la tierra y los ritmos de ondas cerebrales del ser humano, se identificó rápidamente después de que las resonancias de Schumann se midieron, y los primeros estudios fueron capaces de demostrar una correlación entre estas resonancias y los ritmos cerebrales. Numerosos estudios llevados a cabo por el Centro de Cronobiología Halberg en la Universidad de Minnesota, junto con otros estudios, han demostrado que hay una asociación importante entre las resonancias de línea de campo solar, las de Schumann y las geomagnéticas junto con una amplia gama de indicadores de salud y bienestar humano y animal.

A pesar de que la existencia de las resonancias de Schumann son un hecho científico establecido, el cómo estas importantes ondas electromagnéticas planetarias estacionarias actúan como una frecuencia de fondo que puede influir en los sistemas biológicos, tales como el corazón y el cerebro, no es entendido completamente.  diagram_spectrogram_ciontinous_pulsations_schumannLa flecha verde en este espectrograma indica pulsaciones continuas, así como las resonancias de Schumann. Los datos fueron recogidos por el magnetómetro del GCI en Boulder Creek California.

[¿Te gustaría escuchar las resonancias de la tierra? Este archivo de audio de tres minutos son datos recogidos de sensor magnético del GCI en Boulder Creek. Las resonancias se han desplazado en frecuencia, a un rango audible. Fueron grabadas por la noche durante un período de actividad de la ionosfera relativamente tranquila.]

El GCI plantea la hipótesis de que los cambios en la tierra y en las frecuencias resonantes de la ionosfera pueden influir en la función de los sistemas nervioso y cardiovascular, así como del cerebro del ser humano. Hasta hace poco, no había sido posible probar esta hipótesis científicamente debido a una falta de medidas fiables y continuas de datos ionosféricos y resonancias de línea y de campo, así como de una incapacidad para hacer el seguimiento a largo plazo de los sistemas fisiológicos de las personas, tales como el monitoreo de variabilidad del ritmo cardíaco, lo que refleja la actividad del sistema nervioso.

La Interconexión de todos los Sistemas Vivos a través del Campo Magnético de la Tierra

Los investigadores del HeartMath Institute y del GCI, tienen grandes creencias de que la salud y el comportamiento humano se ven influidos por la actividad solar y geomagnética. Además, los investigadores del GCI suponen que el campo magnético de la tierra es un portador de información biológicamente relevante que conecta todos los sistemas vivos. En relación a esto, han demostrado en la investigación de laboratorio que el campo electromagnético generado por el corazón de una persona puede ser detectado por los animales cercanos o por los sistema nerviosos de otras personas.

 Por ejemplo, la investigación llevada a cabo en el laboratorio del HeartMath Institute ha confirmado la hipótesis de que cuando un individuo está en un estado de coherencia del corazón, este irradia una señal electromagnética más coherente en el medio ambiente. Esta investigación ha demostrado que aún cuando estamos en este estado coherente, somos más sensibles a la detección de la información en los campos radiados por otros. El corazón energético: Interacciones Bioelectromagnéticas dentro y entre las personas es una monografía científica por Rollin McCraty, Ph.D, que menciona que de todos los órganos, el corazón es el que genera el mayor campo electromagnético rítmico, aproximadamente 100 veces más fuerte que el campo del cerebro. El campo del corazón se puede detectar varios metros de un cuerpo con magnetómetros sensibles.

El campo magnético del corazón sería una explicación plausible del porque podemos presentir o “sentir” la presencia y el estado emocional de otra persona independientemente del lenguaje corporal u otros factores. El HeartMath Institute también ha encontrado que existe una relación directa entre los patrones del ritmo cardiaco y la información espectral codificada en los espectros de frecuencia del campo magnético irradiado por el corazón. Por lo tanto, se cree que la información sobre el estado emocional de una persona se codifica en el campo magnético del corazón, que se comunica con todo el cuerpo y con el medio ambiente externo.    7e6371346ff1ff50ad18f05d1ec36e6d

Una evidencia creciente sugiere que un campo energético se forma entre grupos de individuos a través de los cuales, la comunicación entre todos los miembros del grupo se produce de forma simultánea. En otras palabras, hay un “campo de grupo” que conecta a todos los miembros (artículo: Coherencia: uniendo la salud personal, social y global). Un estudio demostró que en un grupo donde las personas se capacitaron en mantener estados de coherencia del corazón durante varios minutos, podían promover estados coherentes en los participantes no capacitados.

Apoyando también la hipótesis de que los campos magnéticos son portadores de información biológicamente relevante, un estudio reciente demostró que la información epigenética relacionada al ADN puede ser detectada como señales electromagnéticas en una solución altamente diluida y que esta información puede ser transferida y grabada en agua pura que nunca ha estado expuesta al ADN, sino sólo en presencia de un campo magnético débil de 7.8 hertzios. Por otra parte, esta información puede conducir a la recreación del ADN cuando los constituyentes básicos apropiados del éste, están presentes -pero únicamente si los campos electromagnéticos de frecuencia extremadamente baja (7.8 hertzios) están presentes para transportar la información.

Los autores del estudio también indican que un campo electromagnético de frecuencia muy baja que estimula la transferencia de información de ADN podría provenir de fuentes naturales, tales como las resonancias de Schumann, que comienzan con una frecuencia de 7.83 hertzios.

El Dr. Michael Persinger, un neurocientífico conocido, ha llevado a cabo numerosos estudios que examinan los efectos de los campos magnéticos de la misma magnitud que el campo geomagnético en las funciones cerebrales y la transferencia de información. No sólo ha demostrado que aplicando campos externos similares a las resonancias de Schumann puede inducir a estados alterados de conciencia, sino también ha sugerido en una teoría detallada que el espacio ocupado por el campo geomagnético puede almacenar información relacionada a la actividad cerebral y que esta información puede ser accedida por todos los cerebros humanos.

Dr. Michael Persinger

Dr. Michael Persinger

Persinger también sugiere que el campo magnético de la tierra puede actuar como un portador de información entre individuos y que la información, es importante para la interacción con redes neuronales. Estos hallazgos, nuevamente apoyan la hipótesis del GCI de que el campo magnético de la tierra es un portador de información biológicamente relevante.

 

 

El HeartMath Institute y el GCI afirman que debido a que los seres humanos tienen frecuencias cerebrales y cardíacas superpuestas a las resonancias del campo magnético de la tierra, no sólo son receptores de información biológicamente relevante, sino que también crean esencialmente una retroalimentación con el campo magnético de la tierra aportando así información al ambiente de campo mundial.

Si bien no es difícil concebir que las formas de vida existentes en el campo magnético de la tierra podrían verse afectadas por las modulaciones en este campo, es una propuesta de mayor alcance sugerir que el campo magnético terrestre conecta todos los sistemas vivos y lleva y distribuye información biológicamente relevante. Sin embargo, los investigadores del GCI suponen que cuando un gran número de seres humanos responde a un evento global con un sentimiento emocional común, la respuesta colectiva puede afectar a la información distribuida en el campo magnético terrestre. En los casos en donde el evento evoca respuestas negativas, esto puede ser considerado como una onda de tensión planetaria (de información) y, en los casos en los que se crea una onda positiva, se podría crear una onda de coherencia global.

 

 

 

www.heartmath.org

Autor y traducción: Laura Gamboa-Cavazos, redactora de la gran familia de hermandadblanca.org

 

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