Los Discos Solares Lemurianos, una herramienta para la evolución de la Humanidad y la Tierra

En principio existía un solo disco, que contenía toda la información que sería entregada a la Humanidad, cuando estuviera lista para recibirla, al entrar nuevamente en la banda de fotones y se diera la posibilidad de entrar en el real tiempo del universo. El disco fue creado al final de la era de Lemuria, o segunda era de luz de la Humanidad, por los ancianos maestros de Lemuria.

Para ese entonces iba en caída la consciencia humana y los creadores decidieron detener los trabajos con el disco, pues existía la posibilidad de que se le diera un uso inadecuado que podría mover el eje del planeta y llevarlo a su destrucción.  Así que como medida preventiva el disco original fue dividido en 12 partes, que fueron llevadas a diferentes partes del planeta para ser resguardadas por amorosos seres de luz.

Cada uno de los fragmentos se constituyó en un Disco Solar por sí mismo. En ellos se resguardó material genético e información relacionada con las razas cósmicas, el origen galáctico de la Humanidad, su despertar de consciencia y su conexión con el real tiempo del universo.

Por seguridad de la humanidad y el planeta, los hermanos galácticos crearon un disco adicional, que actuaría como una llave de activación de los otros, para un total de 13, éste estuvo por mucho tiempo en Shambala y en la actualidad se encuentra en el retiro intraterreno de la Selva del Paititi en el Perú. Los 13 discos se encuentran distribuidos por América y la Atlántida, sin embargo es importante aclarar que no se trata de objetos físicos sino de información estelar, códigos y material genético que han sido entregados por las razas cósmicas a la humanidad y al planeta Tierra para su evolución y representan los pilares para la nueva Tierra.  

Y así como es arriba es abajo, como es adentro es afuera, por eso existen los discos solares planetarios y discos solares personales que actúan como centros receptores de frecuencias y archivo de información. Cada uno contiene antiquísimas memorias que están siendo activadas gracias a los rayos solares y cósmicos, para permitir a la Humanidad recuperar su sabiduría y linajes ancestrales.

Existe una conexión directa entre los discos solares planetarios y los personales pues la energía de los discos planetarios se comunica con el ADN humano, mediante la energía Kundalini. El contenido de estos discos solares planetarios, es resguardado por las madres cósmicas de las razas galácticas y son ellas quienes median la conexión y activación de los discos personales, con la energía e información de los discos planetarios.

Como parte del proceso evolutivo humano y del planeta, ocurrió un cambio en la energía, pasó de ser masculina a femenina y se desplazó del oriente del planeta en la India y China hacia Sur América. El planeta también tiene energía Kundalini y fue esta la que se desplazó, la energía pura de la banda de fotones, originada en el centro de la galaxia llegó al planeta y se concentró en la zona de Chile y Perú, de acuerdo a la profecía del cóndor y el águila, para transformar la densidad en luz y así movilizar el despertar de las consciencias.

Ricardo Gonzalez, contactado que ha recibido la información sobre los discos solares, relata que se trata de una red de soporte energético que ayudará al planeta a pasar a una dimensión superior de consciencia. Los discos fueron puestos en América desde Monte Shasta al norte de California hasta la Antártica, donde las energías planetarias estaban en ascenso y donde también se encuentran activos los Retiros Intraterrenos de la Hermandad Blanca.

Los ancianos maestros de Lemuria sabían que la Tierra se hallaba transitando en una realidad paralela desfasada del real tiempo del universo y para colaborar en la reconexión a este tiempo real diseñaron un herramienta de poder que orientara la ruta cósmica del tiempo real. Los 12 discos planetarios constituyen la red del tiempo y el Gran Disco Solar número 13, los enlaza y activa como una unidad. 

Cada uno de los Discos Solares planetarios como herramienta de poder, requiere ser activado y para ello los hermanos galácticos entregaron 13 mantrams o sonidos para hacerlo. Estos sonidos son los nombres de los discos solares y permiten activar la Red del Tiempo.

Así mismo, la información en ellos contenida puede ser liberada y activada en el ADN humano, reconectando los filamentos originales de las 13 hebras de ADN, con el apoyo de las madres cósmicas, como lo ha canalizado y compartido Kai Luz de Sirio, se activan los discos solares personales, en conexión con el sistema de 18 chakras (8 internos y 10 externos) que permite anclar la consciencia galáctica y su alineación con los soles de la galaxia que están codificados para resonar en sincronía.

La activación de cada filamento permite liberar la información, las memorias de cada una de las razas cósmicas que dieron origen al ADN humano (Sirio, Pleyades, Antares, Arcturus, Venus y Orión). Este ADN tiene la capacidad de permitir acceso a la Biblioteca Viviente, con el propósito de permitir la comunicación entre el planeta y otras dimensiones, mediante códigos de luz creados por los Elohim Helios y Vesta, los guardianes de la Biblioteca Viviente que acompañan al planeta Tierra en su evolución.

Cada uno de los lugares donde se encuentran los Discos Solares planetarios, en ciudades intraterrenas casi todas etéricas, cuentan con un magnetismo energético intenso, que tiene la virtud de causar cambios a todos los niveles, en los seres humanos que los visitan.  Muchos de ellos se encuentran conectados con los chakras de la Tierra y ejercen una fuerte influencia en la evolución de la consciencia humana, por lo cual es altamente recomendable visitarlos y beneficiarse de esta maravillosa vibración energética. 

Autora para la Gran Hermandad Blanca: Dra. Diana Carvajal Díaz. Psicóloga transpersonal, sanadora, astróloga y médium. Guía e instructora de prácticas espirituales en lugares sagrados del planeta.

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Música recomendada, álbum Mantra, de Mintaka:  https://www.youtube.com/watch?v=gQz9hyGPQIg&t=1284s