Los estados mentales en salud

La Organización Panamericana de la Salud (OPS), afirma que la promoción de la salud se refiere tanto a la prevención y control de la enfermedad cuanto a un proceso que permite que las personas y las comunidades puedan mantener y mejorar su calidad de vida en el sentido más amplio, es decir en lo que se refiere al bienestar físico y mental, a las relaciones con las demás personas, a la creatividad y productividad, a las satisfacciones personales; y desde ahí, la promoción de la salud se convierte en un instrumento para alcanzar el más alto nivel de bienestar social e individual de las poblaciones. La promoción de la salud orientada a la calidad de vida implica, entre otros objetivos: modificar creencias, cambiar actitudes y valores, y mejorar la toma de decisiones. Es decir, la promoción de estilos de vida saludables implica conocer aquellos comportamientos que mejoran o socavan la salud de los individuos y actúan en tal sentido incrementando los índices de calidad de vida.

Las modificaciones de la mente: Los signos del cambio

Al comprender  la mente como sistema, podemos establecer diferencias y semejanzas entre el cerebro, la mente y la conciencia. Un sistema funciona como un todo, luego tiene propiedades distintas de las partes que lo componen, estas propiedades se conocen con el nombre de propiedades emergentes, pues emergen del sistema mientras está en acción. El cerebro parece deleitarse en estas propiedades emergentes. El control cerebral del movimiento organizado dio origen a la generación y naturaleza de la mente. También la conciencia es una propiedad emergente, el temperamento, las emociones, el dolor, los sueños, la cultura, la salud y el bienestar. Un germen es un punto de energía que contiene en sí ciertas po­tencialidades vivientes, causando ciertos efectos sobre el campo circundante de energía.

El estado de un sistema en un momento del tiempo es el conjunto de propiedades relevantes que dicho sistema tiene en ese momento. Los valores de las propiedades emergentes constituyen el estado del sistema. Las variables usadas como síntomas son propiedades del comportamiento o del desempeño del organismo o la organización social.

Los problemas encontrados pueden codificarse como diagnósticos, signos o síntomas, temor a enfermedades, incapacidad (física o mental) o necesidades de cuidado. El síntoma es un aviso útil de que la salud puede estar amenazada sea por algo psíquico, físico, social o combinación de las mismas. Un signo clínico a cualquier manifestación objetivable consecuente a una enfermedad o alteración de la salud, y que se hace evidente en la biología del enfermo. En el caso de la mente las situaciones no se han asumido como enfermedad sino como problemas: Un Trastorno.

Un signo mental sería cualquier manifestación objetiva consecuente a un trastorno mental y que se hace evidente en la psicología del individuo. El temperamento es el que facilita los cambios de estado mental. La psicología es al temperamento lo que el cuerpo es al alma. El temperamento es el conjunto de componentes del psiquismo de una persona, mientras que la personalidad es su expresión. Determinados tipos de personalidades, como el optimista o el neurótico pueden predisponer al sujeto a unos determinados estados de ánimo.

El estado de conciencia es aquel en que se encuentran activas las funciones neurocognitivas superiores. El estado de conciencia determina la percepción y el conocimiento del mundo psíquico individual y del mundo que nos rodea. Podría decirse que son tres los estados de conciencia en relación con el cerebro: Alerta, sueño y coma.

La vigilia es un estado de alerta caracterizado por un conocimiento permanente de sí mismo y de su entorno. Es una etapa de actividad.

El sueño

El coma es un estado severo de pérdida de conciencia.

La sociedad ha dado mucha importancia a la idea de «muerte cerebral», no obstante, la muerte humana es un fenómeno que se caracteriza por el cese irreversible de todas las funciones vitales (la circulación, la respiración y la consciencia).

El estado de ánimo es la expresión del nivel de afectividad de una persona, por lo que se pueden identificar tres estados básicos: el ánimo bajo o pusilánime, el ánimo alto o magnánime, y el ánimo equilibrado o ecuánime.

El estado de ánimo sufre oscilaciones a lo largo del tiempo. Cuando sucede dentro de unos límites normales se denomina eutimia. Cuando es anormalmente bajo se llama depresión. Cuando es anormalmente alto se llama hipomanía o manía. La alternancia de fases de depresión con fases de manía se llama trastorno afectivo bipolar, antes llamado psicosis maniaco-depresivo. La ciclotimia es la variante más inofensiva del espectro bipolar caracterizada por momentos de alegría y momentos de tristeza, esto nos lleva a diferenciar el estado de ánimo de las emociones.

La cognición es un estado del cerebro en el que  se establece un diálogo entre el tálamo y la corteza cerebral.

El temperamento es la tendencia individual a responder de forma predecible a hechos del entorno que constituye la base de los paquetes emocionales y conductuales de la personalidad adulta. El temperamento tiene relación con la templanza, ya que trata de disponer de forma equilibrada y en proporciones correctas los elementos que forman un todo. Estar temperado es ser comedido y moderado. Cuatro temperamentos tratan de equilibrarse instintivamente el sanguíneo (aire), el nervioso (tierra), el flemático (agua) y el colérico(fuego), al hacerlo generan las mutaciones, los cambios de estado de ánimo. El proceso de transmutación consiste en pasar de un estado a otro por la acción del fuego. Primero la humedad (influencia) lenta y omnienvolvente; luego el calor (alegría)  que se acrecienta y arde intensamente; después la fuerza (voluntad) oprime, impele y concentra. Así se produce el brillo (sensibilidad), la exudación, la mutación, el cambio de sustancia.

Las emociones son un estado subjetivo que resulta de la valoración o evaluación de estímulos internos y externos. Los estados emocionales contextualizan el comportamiento motor; así, el dolor, y el siguiente paso, el miedo son estados emocionales.

El ciclo de las emociones es el siguiente: el dolor en el presente se manifiesta como ofensa, el dolor en el pasado se recuerda como enojo, el dolor en el futuro se percibe como ansiedad. El enojo inexpresado, redirigido contra uno mismo y contenido dentro, se llama culpa. El agotamiento de energía que se presenta cuando el enojo se dirige hacia dentro crea la depresión. La ansiedad y la depresión se presentan como síndromes de los trastornos mentales.

En la historia de la humanidad se encuentran buenas caracterizaciones de los estados emocionales, según las cuales estos se describen como “pecados capitales” (envidia, pereza, gula, orgullo, ira, ambición, lujuria) y otros menos conocidos y menos emparentados con las emociones reales, como las “virtudes cardinales” (justicia, prudencia, templanza y fortaleza) y las “teologales” (fe, esperanza y caridad). La virtud es el esfuerzo por actuar bien, y el bien se define por ese esfuerzo mismo.

Las virtudes reflejan el estado de ánimo permanente de una sana emoción. El pecado ha de redefinirse como deslealtad deliberada a la Deidad. Existen grados de deslealtad: la lealtad  parcial de la indecisión; la lealtad ambivalente del conflicto; la lealtad moribunda de la indiferencia; y la muerte de la lealtad manifestada por la devoción a ideales impíos. El  sentimiento de culpa es la conciencia de la violación de las costumbres normativas; no es necesariamente pecado.

Las creencias  son un estado mental de carácter representacional que toma como contenido una proposición (verdadera o falsa) e interviene juntamente con factores motivacionales, en la dirección y control del comportamiento voluntario.

La mente mortal es un sistema temporal de intelecto prestado a los seres humanos para uso durante una vida material, y según se use esta mente, se estará aceptando o rechazando el potencial de la existencia eterna. La mente es prácticamente todo lo que se tiene de realidad universal que está sujeta a la voluntad, y el alma —el Yo superior —ilustrará fielmente la cosecha de las decisiones temporales que hace el yo inferior.

Una personalidad es  un ser  que tiene sentido del destino. Dicho ser  posee la suficiente fuerza de voluntad para someterse a sí mismo a tal disciplina que puede cumplir el destino que subconscientemente percibe. Un ser humano puede considerarse verdaderamente una personalidad cuando el aspecto forma y la naturaleza del alma se han unificado, esta unificación es necesaria debido a que la personalidad vive centrada en la Forma mientras que la individualidad en el Alma. La personalidad incluye un conjunto de esquemas que regulan y orientan el comportamiento humano. Dos han sido los criterios para caracterizar una personalidad: los estilos y los tipos.

El estilo tiene que ver con la satisfacción que derivamos de las acciones que realizamos en lugar de aquello que nos motiva a hacerlas. A las preferencias persistentes independientes de la eficiencia entre los medios utilizados para alcanzar un fin, se les llama rasgos. Gordon Allport produjo una lista de 18000 palabras que darían pistas para detectar tipos básicos de personalidad.

Los tipos psicológicos propuestos por Carl Jung  parten de la forma de reacción al medio interior o al medio exterior, dando origen a las variables de introversión- extroversión. A las personas centradas o equilibradas se les considera autoconscientes.

En cuanto a la sensibilidad con que se reacciona al medio las variables son subjetividad (intuición)-objetividad (sensación).

En lo referente a la toma de decisiones las personas pueden ser racionales o emotivas, las personas centradas sí mismas, están mostrando firmeza. La verdadera fuerza de la virtud es la tranquilidad de ánimo, la resolución reflexionada y firme de actuar conforme a la ley.

En lo referente a las relaciones humanas, las personas pueden ser apáticas o simpáticas. La empatía es un signo de altruismo.

Estas cuatro variables dieron origen a 16 tipos de personalidad conocidos como el indicador Myers-Briggs. Otros autores redujeron la lista de rasgos a cinco categorías básicas que incluyen la Extroversión, la conciencia, la Estabilidad emocional, la afabilidad  y la apertura, entendida esta última como receptividad a las nuevas experiencias, lo que va mostrando cierto rasgo de ideología.

Existe una relación conocida entre los extremos de los rasgos de personalidad y los trastornos de personalidad. Hay tres tipos principales de estos trastornos:

1. La conducta excéntrica: la paranoia.
2. La conducta dramática: la histriónica.
3. La conducta ansiosa: Obsesivo compulsiva.

Lo que antes se llamaba personalidades múltiples en la actualidad es considerado un trastorno disociativo de personalidad.

El carácter es la medida en que la mente se ha concretado con determinado propósito y puede resistir a las influencias desintegradoras. Es el resultado final de la interacción de dos factores que se encuentran en la personalidad, la jerarquía de valores o propósitos conscientes, erigidos en el curso de una vida, y la medida en que esta estructura intelectual es excitada y vitalizada por el temperamento. El resultado final puede describirse como grados de honestidad, subordinación, nobleza, moralidad o algo por el estilo. La cordura, por ejemplo,  es el estado mental de la persona prudente y sensata, contrario a la locura.

El desarrollo moral es un continuum que va de la heteronomía a la autonomía. La moral heterónoma que se basa en la costumbre y en la autoridad, se transforma mediante un largo y complejo proceso en una moral racional: el juicio ético. La autonomía moral hace referencia al último estadio en la evolución del juicio ético, en el cual el individuo juzga según unos principios éticos universales.

Los valores son aquellas metas y principios que guían nuestra vida, motivan la acción y funcionan como criterios para juzgar y justificar la acción.   Los contenidos de conciencia actúan como norma de moralidad, a ellos acudimos para establecer juicios de valor de una situación determinada. El juicio de la conciencia confronta todos los contenidos que tienen relación con una determinada acción o situación. La conciencia  concilia al máximo las contradicciones  y surge la síntesis creadora: el entendimiento. Pero la que define si el juicio o la decisión es justa o injusta, es la razón.

El razonamiento surge de un sistema de relaciones establecidas en una red conceptual, que hace las veces de andamiaje para darle forma a los juicios de valor. La complejidad del sistema de relaciones es el que define el nivel de competencia moral de las personas para juzgar y resolver los problemas, en el ámbito moral: los dilemas. La ética del carácter se basa en la idea fundamental de que hay principios que gobiernan la efectividad humana.

Los principios son leyes naturales que no se pueden quebrantar.

Lograr coherencia entre la manera de pensar, sentir y actuar es el objetivo de la dinámica conceptual, identificando así la tarea vital al establecer un equilibrio psicológico entre la explicación y la experiencia, lo racional y lo vivencial, la conciencia de estar implicado en la vida y de ocupar un lugar en el mundo. Cuando esta coherencia existencial se rompe es que ocurren alteraciones de diverso tipo presentándose como patologías.

La dinámica conceptual no sólo depende de los tipos de relaciones paternofiliales, sino también de la edad en que el niño tuviera una experiencia vital traumática que le impulsara a bloquear sus sentimientos y, por tanto, el flujo energético, iniciando así el desarrollo de un sistema de defensa que llega a hacerse habitual. Esquizoide, Oral, Psicópata, Masoquista, Rígido.

A la capacidad mental de alto nivel que incluye el aprendizaje, la memoria y el pensamiento, se le conoce como inteligencia. La inteligencia es una propiedad emergente de la  mente humana. Una inteligencia es aquella que no se afecta en caso de un daño cerebral, muestra un desarrollo secuencial y progresivo, implica una o más operaciones de procesamiento de información que gravita hacia su sistematización en un sistema simbólico.

El coeficiente intelectual fue el indicador utilizado para medir el nivel de inteligencia de una persona, relaciona la edad mental con la edad cronológica.

Se considera que el CI medio de una población se encuentra en 100 puntos. Todos los valores por encima de éste indican que una persona se encuentra por encima de la media, mientras que un valor por debajo de 100 puntos indica que una persona se encuentra por debajo de la media.

Gardner define a la inteligencia como “la capacidad de resolver problemas y/o elaborar productos que sean valiosos en una o más culturas”.  De acuerdo con Gardner, hay muchas maneras de hacer esto y no sólo por medio de la inteligencia matemáticas y lingüísticas. El concepto de inteligencias múltiples ofrece una visión alternativa que enfatiza las diferentes habilidades de los individuos, reconociendo que los individuos tienen diferentes estilos, fortalezas y limitaciones, y que por lo tanto es necesario ajustar el proceso educativo a esas individualidades. Gardner cree que el propósito de la escuela “debería de ser desarrollar todas las inteligencias y ayudar a las personas a alcanzar metas que sean apropiadas para su inteligencia (la cual tengan más desarrollada). Las personas que son ayudadas para hacer esto, el cree que van a ser más comprometidas y competentes, por lo tanto, más inclinadas a servir a la sociedad de una manera constructiva.”

Es necesario observar más de cerca a los individuos y el modo en que cada uno desarrolla las habilidades necesarias y fundamentales en el manejo de los obstáculos y  circunstancias que existen en el ambiente cultural donde viven. Hay que tomar en cuenta los roles que cada uno juega en su contexto social y los problemas que le atañe solventar. Así fue surgiendo el concepto de evaluación de competencias relacionado con el de evaluación de desempeño propuesto desde la administración de empresas.

La valoración de competencias se hace por medio de la aplicación de pruebas escritas de elección cerrada, es decir, cada pregunta del cuestionario describe un problema o una situación a resolver que se presenta mediante un enunciado acompañado por tres o cuatro opciones de respuesta. El examinado debe elegir la opción que mejor responda la situación planteada.

La evaluación del desempeño escolar está definida como “la ponderación del grado de cumplimiento de las tareas y responsabilidades inherentes al rol de estudiante y del logro de resultados, a través de su comportamiento”

El criterio de evaluación en la vida real es la eficiencia con que realizamos un trabajo. Se espera que gestionemos todos los recursos a nuestro alcance para llevar a cabo la tarea. La inteligencia es la capacidad para aumentar la eficiencia, la sabiduría es la capacidad para aumentar la efectividad.

Sabiduría es la facultad de vislumbrar las consecuencias a largo plazo de las acciones presentes, es estar dispuesto a sacrificar los logros a corto plazo por los beneficios mayores del largo plazo, y la habilidad para controlar lo que es controlable y no desgastarse con lo que no lo es. Por lo tanto, la esencia de la sabiduría es la preocupación por el futuro. La intención del hombre sabio es controlarlo.

Todas las almas individuales,

en las condiciones debidas,

pueden estar en estado subconsciente,

consciente o supraconsciente,

estos son  los tres estados psíquicos

de la conciencia.

La mente es el instrumento cósmico sobre el cual la voluntad humana puede acercarse a la muerte, o sobre el cual esta misma voluntad puede acercarse a la vida eterna. Los signos mentales muestran si estamos cerca de la conciencia animal o más cerca de la conciencia divina. Y no es tanto lo que la mente comprende, sino más bien lo que desea comprender, aquello que asegura la supervivencia; no es tanto cómo es la mente, sino cómo está tratando de ser la mente lo que constituye la identificación espiritual.

El pensamiento, como procesamiento de alto nivel, implica actividad en la corteza cerebral. Al pensar, usamos información/ideas existente para generar otra nueva. En general el pensamiento se divide en consciente e inconsciente. El pensamiento racional como la toma de decisiones y el razonamiento, se clasifica en la categoría de consciente. La solución de problemas y la creatividad abarca una mezcla de pensamiento consciente e inconsciente. El pensamiento supone actividad coordinada en varias regiones del cerebro, hay nueve de estas zonas, cinco de las cuales pertenecen al lado izquierdo y cuatro al lado derecho. La distorsión del pensamiento es la que genera el subconsciente, mientras que la luz del alma ilumina lo supraconsciente.

La conciencia humana descansa suavemente sobre el mecanismo electroquímico del yo inferior, y toca delicadamente el sistema de energía espíritu-alma del Yo superior. Durante la vida mortal, el ser humano nunca está plenamente consciente de ninguno de estos dos sistemas; por lo tanto debe trabajar en la mente, de la cual está consciente.

El estado mental concreto: El Yo

Se expresa casi totalmente por medio  de la ciencia concreta, reflejando la fase inferior del aspecto voluntad de la divinidad, resumiendo en sí todo el conocimiento y la memoria del Yo. Dicha mente concreta inferior está relacionada con los pétalos del conocimiento del loto, pudiendo obtener una pronunciada iluminación del alma y demostrar eventualmente que es el faro del alma. Puede ser controlada mediante el proceso de concentración. Es transitoria en tiempo y espacio.

El estado mental haría referencia a la influencia de determinadas variables sobre el rendimiento cognitivo en general. Entre estas variables se encontrarían: edad, sexo, lenguaje, educación, emoción, antecedentes familiares, déficits sensoriales, consumo de fármacos o drogas, quejas subjetivas del paciente y sus familiares, etc.

Estado de la mente práctica: El Yo superior

Se centra en el principio reflexivo del que se ha querido ocupar la religión.

Refleja la fase inferior del aspecto amor de la divinidad y resume en sí los resultados de todo el conocimiento acumulado, que es la sabiduría iluminada por la luz de la intuición. Entra en actividad funcionante por medio de la meditación. Entonces controla y utiliza la personalidad concentrada, para sus propios fines espirituales, por intermedio de la ya mencionada mente iluminada. Es eterno en tiempo y espacio.

Estado de la mente abstracta: La Voluntad independiente

Trabaja con el principio razonador del que se ha ocupado la filosofía. Custodia los cánones y aquello que lleva iluminación a la mente concreta. Se revela totalmente por la influencia de la  Voluntad o Poder, reflejando el aspecto superior de la voluntad de la divinidad: Resume en sí, cuando se ha desarrollado plenamente, el propósito de la Deidad, llegando de este modo a ser responsable del surgimiento del Plan. Energetiza los pétalos de la voluntad, hasta el momento en que la vida eterna del alma es absorbida por aquello que no es ni transitorio ni eterno, sino interminable, ilimitado y desconocido. Es puesto en funcionamiento consciente mediante la construcción del puente arco iris.

Cuando la personalidad comienza a trasmutar el conocimiento en sabiduría, el foco de la vida de la personalidad se traslada al plano mental, pues la transformación (con sus etapas de comprensión, análisis, reconocimiento y aplicación) es fundamentalmente un proceso mental. La personalidad comienza también a comprender el significado del amor y a interpretarlo en términos del bienestar del grupo y no en términos del yo personal, deseo, ni tampoco aspiración. El amor verdadero es comprendido correctamente sólo por el individuo de tipo mental, espiritualmente orientado.

Cuando las bases del buen carácter y la actividad inteligente están firmemente establecidas- algo todavía más elevado y sutil debe ser erigido sobre la subestructura.

Conocimiento-sabiduría, debe ser reemplazado por la comprensión intuitiva.

Amor-deseo, debe ser interpretado en términos de divina atracción.

Voluntad-dirección, debe entenderse como la orientación final de la personalidad y el alma, fusionadas, mezcladas y unificadas, hacia la liberación del Espíritu puro.

En las palabras Símbolo, Significado, Significación e Iluminación, encontramos la clave del proceso de transfiguración. La luz es  energía creadora emanante -la organizadora del símbolo, la reveladora del significado y la potencia de la significación. El mundo de los símbolos es el de la vida personal, el del mundo fenoménico, la Tríada material de la personalidad; el mundo del significado es donde vive el alma y actúa con intención y comprensión; el mundo de las significaciones es el de la Tríada espiritual, que sólo confiere plenamente la libera­ción en dicho mundo, después de la transfiguración.

Una personalidad mortal se considera muerta cuando los circuitos esenciales de la mente de la acción volitiva humana han sido destruidos, cuando los circuitos vitales del auxiliar mental  más elevado (la sabiduría) se interrumpen por las aberraciones del intelecto o por la destrucción parcial del mecanismo del cerebro, y si estas condiciones pasan a cierto punto crítico de irreparabilidad, se libera inmediatamente el pensamiento.

Esta es la muerte, a pesar de la función continuada de los mecanismos vivientes del cuerpo físico. El cuerpo menos la mente volitiva ya no es humano, pero de acuerdo con la selección previa de la voluntad humana, el alma de dicho individuo puede sobrevivir.

Después de la muerte, el cuerpo material retorna al mundo elemental del cual se derivó, pero persisten dos factores no materiales de la personalidad sobreviviente: el  Pensamiento preexistente, con la transcripción de la memoria de la carrera mortal, se dirige al mundo celestial; al mismo tiempo el alma  inmortal del humano fallecido permanece en la custodia del ángel guardián. Estas fases y formas del alma, estas fórmulas de identidad otrora cinéticas pero en este momento estáticas, son esenciales para la repersonalización en los mundos de transición; y es la reunión del Pensamiento con el alma la que vuelve a constituir la personalidad sobreviviente, la que os vuelve conciencia al tiempo del despertar espiritual.

La personalidad puede sobrevivir a la muerte mortal con identidad en el alma sobreviviente. El pensamiento  y la personalidad son inalterables; la relación entre ellos (en el alma) no es sino cambio, evolución continuada; y si este cambio (desarrollo) cesara, el alma cesaría.

La personalidad es básicamente invariable. Lo que cambia, lo que se desarrolla, es el carácter moral. Una persona se forma una filosofía eficaz de la vida combinando la perspicacia con la suma de sus propias reacciones emocionales ante el entorno social y económico. En un carácter fuerte, las reacciones emocionales están integradas y coordinadas, generando así una personalidad unificada. La falta de unificación debilita la naturaleza moral y engendra la desdicha. Sin una meta que merezca la pena, la vida carece de objetivo y de provecho, lo que ocasiona mucha infelicidad. La educación debería ser una técnica para aprender (descubrir) los mejores métodos de satisfacer nuestros impulsos naturales y hereditarios, y la felicidad es el resultado final de estas técnicas mejores de satisfacción emocional.