Los secretos de Enoch. Segunda Parte.

José Angel Dominguez

Los secretos de Enoch. Segunda Parte.

Desde la Ciudad Virtual de la Gran Hermandad Blanca seguimos con la segunda parte de este magnifico libro sobre la vida y el ascenso de Enoch a los Cielos por orden del Altísimo, libro que es parte de la Colección  Metafísica de Conny Mendez.

Para leer la primera parte, te invitamos al link:

https://hermandadblanca.org/los-secretos-enoch-primera-parte/

EL CUARTO CIELO: DONDE ESTA EL CURSO DEL SOL Y LA LUNA

1 Entonces me cogieron aquellos hombres y me llevaron hasta el cuarto cielo, donde me hicieron ver el recorrido, desplazamientos y toda la irradiación de luz así del sol como de la luna.

2 Y pude medir sus trayectorias y cotejar su resplandor, comprobando que el sol tiene un haz de luz siete veces más intenso que el de la luna.

3 Vi también sus órbitas y los carros en que ambos son transportados, que avanzan como el viento a una velocidad vertiginosa y giran noche y día sin descanso.

4 Hay asimismo cuatro estrellas de primera magnitud a la derecha del carro del sol, cada una de las cuales tiene bajo sus órdenes mil estrellas, y otras cuatro a la izquierda, cada una de las cuales tiene igualmente mil estrellas a sus órdenes, haciendo un total de ocho mil estrellas, que acompañan al sol continuamente.

5 De día conducen el carro quince miríadas de ángeles y de noche mil ángeles. Ángeles hexaptérigos preceden al carro, mientras que un centenar de espíritus celestes se encargan de darles fuego.

6 Y hay espíritus volantes que tienen el aspecto de dos pájaros, uno parecido al fénix y otro semejante al calcedrio, ambos con cara de león y pies, cola y cabeza de cocodrilo; son como de color purpúreo, igual que el arco iris de las nubes; su tamaño es de novecientas medidas; sus alas son de ángeles, correspondiendo doce a cada uno. Estos son los que arrastran la carroza del sol – trayendo consigo el rocío y el calor–.

7 y, siguiendo las órdenes del Señor, (lo) hacen girar y él se pone y sale de nuevo entre el cielo y la tierra con el fulgor de sus rayos.

PUERTAS ORIENTALES Y OCCIDENTALES DEL CUARTO CIELO

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8 Entonces me llevaron los dos varones a la parte oriental de este cielo y me enseñaron las puertas por las que sale el sol a su debido tiempo, de acuerdo con las circunvoluciones de la luna a lo largo del año y con arreglo a la cifra del calendario de día y de noche.

9 Y vi seis puertas grandes, abiertas, cada una de las cuales medía sesenta y un estadios y cuarto. No sin haber tomado medida escrupulosamente, pude apreciar tal magnitud, que corresponde a las puertas por las que el sol sale, avanza hacia el ocaso, se equilibra y entra en todos los meses.

10 Por la puerta primera sale cuarenta y dos días, por la segunda treinta y cinco, por la tercera treinta y cinco, por la cuarta treinta y cinco, por la quinta treinta y cinco, y por la sexta cuarenta y dos. Luego vuelve atrás –partiendo de la sexta puerta a medida que pasa el tiempo– y entra por la quinta puerta treinta y cinco días, por la cuarta treinta y cinco, por la tercera treinta y cinco, por la segunda treinta y cinco. Y así terminan los días del año al ritmo de las cuatro estaciones.

11 De nuevo me llevaron aquellos varones a la parte occidental del cielo y me mostraron seis grandes puertas, abiertas y situadas frente por frente en la misma disposición que las de la parte oriental. Por ellas se pone el sol de acuerdo con el cómputo de trescientos sesenta y cinco días y cuarto, y de esta manera, a través de las puertas occidentales, llega el sol a su ocaso.

12 Cuando éste sale de las puertas occidentales, cuatrocientos ángeles le quitan su corona y se la llevan al Señor, haciéndole girar juntamente con su carroza, con lo que el sol se queda sin luz las siete horas de la noche.

13 Y a la hora octava de la noche traen los ángeles –cuatrocientos– la corona y se la ponen de nuevo.

LOS CÁNTICOS DE LOS ELEMENTOS DEL SOL

14 Entonces los elementos llamados fénix y calcedrio entonan un cántico, por lo que todas las aves agitan sus alas en señal de júbilo al Dador de la luz y cantan así:

15 «Está llegando el Dador de la luz para dársela a su creación».

16 Y me enseñaron el cómputo de la trayectoria del sol y las puertas por donde entra y sale. 17 Estas son las grandes puertas que Dios hizo (como) calendario del año; por esta razón el sol es un objeto grandioso de la creación.

SOBRE EL CURSO DE LA LUNA

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18 Otro cómputo referente a la luna me mostraron aquellos varones: todas sus trayectorias y circunvoluciones, así como las doce puertas grandes y eternas del lado oriental, por las que entra y sale la luna en el tiempo habitual.

19 Por la primera (puerta) entra exactamente treinta y un días en la zona solar, por la segunda exactamente treinta y cinco días, por la tercera exactamente treinta días, por la cuarta exactamente treinta días, por la quinta treinta y un días de manera excepcional, por la sexta exactamente treinta y un días, por la séptima exactamente treinta días, por la octava treinta y un días de manera excepcional, por la novena treinta y un días exactamente, por la décima treinta días exactamente, por la undécima treinta y un días exactamente y por la duodécima veintidós días exactamente.

20 Y de la misma manera por las puertas occidentales –en correspondencia con el circuito y el número de las puertas orientales– marcha y cumple el año día tras día.

21 El año solar consta de trescientos sesenta y cinco días y un cuarto, mientras que el lunar tiene trescientos cincuenta y cuatro, que hacen doce meses. Contando a veintinueve días por mes, le faltan once días con relación al ciclo solar, que son las epactas de la luna. Este gran ciclo comprende quinientos treinta y dos años.

22 En cuartos marcha durante tres años, el cuarto (año) lo cumple exactamente: ésta es la razón por la que (los cuartos) no entran en cuenta –fuera del firmamento– tres años consecutivos y por la que no son añadidos al número de los días, ya que ellos cambian los tiempos del año, dos nuevos meses de plenilunio y otros dos de cuarto menguante.

23 Y cuando se han acabado las puertas occidentales, da la vuelta y pasa a las orientales con su luz.

24 Y así marcha ella día y noche por los círculos celestes, por debajo de las restantes órbitas, más rauda que el viento del cielo.

25 Y hay también espíritus que vuelan, correspondiendo a cada ángel seis alas. 26 El ciclo lunar tiene siete cómputos y verifica una revolución completa cada diecinueve años.

27 En medio del cielo vi soldados armados que servían al Señor con tímpanos e instrumentos musicales y cantaban ininterrumpidamente una agradable melodía, causándome un gran deleite el escucharlos.

DE LA ASUNCIÓN DE ENOCH HACIA EL QUINTO CIELO

1 Entonces me cogieron aquellos dos varones y me llevaron en volandas al quinto cielo, donde vi una cantidad innumerable de guerreros llamados grigori.

2 Su aspecto era como de hombres, si bien su estatura era mayor que la de los grandes gigantes; su faz era triste y el silencio de sus labios era perpetuo.

3 Y no había nadie que sirviera en el quinto cielo.

4 Entonces dije a los dos varones que me acompañaban: ―¿Por qué están tan tristes y (tienen) sus rostros compungidos y su boca taciturna y por qué no hay servicio en este cielo?

5 (A lo que) me repusieron los dos varones: ―Estos son los grigori que apostataron del Señor – doscientas miríadas en total– juntamente con su caudillo Satanael,

6 y los que siguieron sus huellas y se encuentran ahora aherrojados y sumergidos en una espesa niebla en el segundo cielo.

7 Estos son los que, desde el trono del Señor, descendieron a la tierra, al lugar llamado Hermón, mancillando la tierra con sus fechorías.

8 Las hijas de los hombres cometen muchas abominaciones en todas las épocas de este siglo, conculcando la ley, mezclándose (con ellos) y engendrando a los grandes gigantes, los monstruos y la gran iniquidad.

9 Y por esta razón (el Señor) los condenó en un gran juicio, mientras que ellos lloran a sus hermanos y esperan su confusión en el día grande del Señor.

10 Entonces dije a los grigori: ―Yo he visto a vuestros hermanos (y he sido testigo) de sus obras, de sus tormentos y de sus grandes plegarias;

11 he rogado también por ellos, pero Dios los ha condenado (a estar) bajo la tierra hasta el fin de ésta y del cielo por los siglos.

Fuente: “Enoch” de la Colección de Metafísica de Conny Mendez. Edición Junio de 1991.

Ilustraciones de Christopher Schiefer, Curtis Holt y Jeremy Cook.

2 comentarios

  1. "YO SOY Y YO ESTOY" muy agradecido con todos nuestros hermanos humanos que han puesto y están poniendo su energía su esfuerzo, su vida y su amor por y para toda la humanidad y para el planeta tierra y para el universo, y también estoy muy agradecido con todos los hermanos maestros ascendidos y maestros cósmicos y con toda la hueste angelical por poner su energía su amor y la vida de la Presencia de DIOS en ellos también hacía la Humanidad y hacía nuestro planeta Tierra y hacía nuestro Universo local para el gran cambio de conciencia en la humanidad y bendigo esta Presencia de Dios en todos ellos por siempre y para siempre.

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