Maestros Ascendidos. La Jerarquía Planetaria II – Camino gradual de la evolución espiritual. Las Iniciaciones

Angélica Chouciño

cosmos - El Cáliz Sagrado. - hermandadblanca.org

RayoNombreDíaColor EsotéricoUbicación EsotéricaPrincipio DivinoArquetipo
Voluntad o PoderDomingorojoChakra CorazónLa vida Una. EspírituEl Ocultista
Amor-SabiduríaJuevesAzul claroChakra CoronaAmorEl Verdadero Psíquico
Inteligencia AbstractaSábadoVerdeChakra GargantaMente UniversalEl Mago
Armonía a través del conflictoMiércolesAmarilloChakra Tercer OjoBudhi, Intención Pura, RazónEl Artísta
Conocimiento concretoViernesÍndigoChakra Plexo SolarConocimiento SuperiorEl Científico
Devoción o IdealismoMartesRosa plateadoChakra SacroDeseo de la formaEl Devoto
Orden Ceremonial o MágiaLunesVioletaChakra RaizEnergíaEl Ritualista

CAMINO GRADUAL DE LA EVOLUCIÓN ESPIRITUAL. LAS INICIACIONES

En la explicación de la Jerarquía Planetaria, exponíamos los grupos de mayor a menor rango de evolución, mostrando así, que todas las personas estamos participando, de alguna manera, en el trabajo de la evolución espiritual y ascenso en la Luz.

Detallaremos aquí los primeros cinco niveles,  para que cada lector pueda auto-valorarse, descubriendo en qué grupo está, qué debe perfeccionar y hacia dónde continuar. Empezando, sin embargo, en orden ascendente, desde el nivel básico hasta el más avanzado.

La evolución espiritual por etapas

Sendero de Probación : es la etapa de la evolución espiritual en la que una persona se posiciona inequívocamente al lado de las fuerzas de la Luz y trabaja al mismo tiempo en la construcción de su propio carácter. Se le enseña principalmente a conocerse a sí mismo, para que se de cuenta de sus debilidades y pueda corregirlas.

Al principio se le instruye para que pueda trabajar como un auxiliar invisible, manteniéndose, generalmente, durante varias vidas en este tipo de trabajo.

A medida que progresa, se le da un trabajo más notable y se le enseñan los principios de la Sabiduría Divina. Entra de esta forma en los grados más elevados del «Aula de Aprendizaje», donde por fin es conocido por un Maestro y estará bajo el cuidado de uno de los discípulos de ese Maestro ( o de uno de los Iniciados, en caso de que esta persona posea grandes aptitudes).

Se dice que la instrucción en el Aula de Aprendizaje, se lleva a cabo en todo el mundo, entre las 10 de la noche y las 5 de la mañana, para lograr la completa continuidad de la enseñanza.

El ascenso es gradual y progresivo, a medida que se van superando las pruebas del Camino.

La graduación se obtiene cuando se recibe la primera Iniciación y se pasa al «Aula de Sabiduría».

El Maestro aparece cuando nos construimos y nos entonamos con la clave correcta

De nuestra graduación dependerá quién nos corresponde como instructor, ya que esto se basa en la similitud de la vibración; es decir, cuando nos «construimos» con la debida vibración y nos «entonamos» con la clave correcta, el Instructor aparece.

Sendero del Discípulo: es la etapa en la que una persona que ha transitado por el Sendero de Probación, con un nivel de compromiso inquebrantable, durante varias encarnaciones, es ascendida de grado.

Ese compromiso se refiere, sobre todo, al servicio hacia la humanidad (de acuerdo al Plan de los Grandes Seres). Su tarea se basa en dirigir la energía del Maestro, a través de sí mismo, hacia el grupo de personas con el que colabora y que está a su cargo. Esto es posible debido a que el discípulo desarrolla y expande su conciencia, para reconocerse como un centro de fuerza dentro de otro centro mayor, que es el del Maestro de su vibración. Se podría decir que el discípulo es una «avanzadilla» de la conciencia del Maestro.

Tenemos dos Maestros, nuestro Yo Superior y nuestro Maestro de Vibración

A medida que progresa en este trabajo y entra en más estrecha relación con sus dos Maestros (su Yo Superior y su Maestro de vibración), aparece la capacidad para cooperar y fusionar los intereses del grupo, con los discípulos de otros rayos; lo que traerá común unidad de esfuerzos, similitud de objetivos y mutua colaboración.

A pesar de que el sendero del discípulo no es fácil, debido a las dificultades y obstáculos que aparecen en el camino, él poseerá la calma interna, la paz que trasciende toda comprensión, el aplomo y el equilibrio que constituyen la vida centrada en el alma.

Debemos tener en cuenta que al discípulo no le sucede nada que no esté previsto en el plan; todo existe y debe ser utilizado con el fin de ser trasmutado.

Sendero de Iniciación: es la etapa en la que se llega al Portal de la Iniciación después del periodo del discipulado. La Iniciación se puede entender como el proceso del «despertar de la conciencia», y en el sendero hay varios «despertares», tal y como hay varias Iniciaciones.

Analogía entre el Sendero de Iniciación y la vida del Maestro Jesús

Iremos descubriendo, a medida que avancemos , que existe una analogía entre el Sendero de Iniciación y la vida del Maestro Jesús:

En la primera Iniciación (también conocida como El Nacimiento en Belén) el discípulo debe haber controlado las exigencias de su Ser Inferior: gula, alcoholismo, tentaciones…, puesto que si se deja arrastrar por ellas, perjudica al grupo y obstaculiza seriamente su progreso (por no hablar del mucho tiempo que perderá en compensar todo el Karma que se habrá creado por haber perjudicado a todos los miembros del grupo).

En esta primera Iniciación, por lo general, se vivifica el chakra del Corazón (también llamado centro cardíaco), a fin de obtener un control más eficaz del vehículo astral y prestar un mayor servicio a la humanidad. El Iniciado debe poder estabilizar su vehículo emocional y aprender a actuar en el plano astral con la misma soltura y manejo con la que lo hace en el plano físico.

Hay que aclarar que no todos los iniciados se desarrollan en la misma línea, puesto que ello depende del rayo al que pertenecen, del karma individual que portan e incluso, de las exigencias de algún periodo en concreto.

Finalmente recordar que es, en esta primera Iniciación, cuando se pasa del «Aula de Aprendizaje» a la soñada «Aula de Sabiduría», y que el paso de la primera Iniciación a la segunda, puede no ser tan rápido como uno quisiera, puesto que podrían transcurrir muchas vidas hasta lograr perfeccionar el control del cuerpo astral.

En la segunda Iniciación (también llamada El Bautismo en el Jordán), el elemento astral es controlado, el cuerpo emocional se vuelve puro y va desapareciendo rápidamente la naturaleza inferior.

La aspiración y el anhelo de servir y amar a la humanidad y el deseo de progresar, llegan a ser tan intensos que el desarrollo de esta etapa y la siguiente (tercera iniciación) se suceden con frecuencia en una misma vida en la tierra.

El paso de la segunda a la tercera Iniciación se suceden a menudo en una misma vida en la tierra

Es en esta segunda iniciación cuando se vivifica el chakra de la garganta (centro laríngeo); esto otorga la habilidad de dar y expresar «aquello» que constituirá una ayuda a través de la «Palabra hablada«.

En la tercera Iniciación (también llamada La Transfiguración), la personalidad queda totalmente «inundada» por la Luz Divina. Son vivificados los chakras del Tercer Ojo y Corona (centros de la cabeza), provocando así la estimulación de las facultades psíquicas del iniciado.

La finalidad de todo este desarrollo, consiste en el despertar de la Intuición Espiritual; una vez logrado, cuando el cuerpo físico es puro, el cuerpo astral es estable y firme y el cuerpo mental controlado, el iniciado podrá manejar y utilizar adecuadamente las facultades psíquicas para ayudar a la evolución de la raza.

El iniciado entra en una etapa de vibraciones de orden muy elevado y de relativa pureza de sus tres cuerpos, en la que «capta» el trabajo que debe realizar en el Microcosmos (pequeño universo, entendiendo por ello al hombre) y las funciones a desempeñar en el Macrocosmos (gran universo, el Creador).

El Iniciado entra en contacto por primera vez con el Sumo Hierofante

Se sabe que es en esta iniciación cuando entra en contacto , por primera vez, con el Sumo Hierofante ( literalmente: «el que explica cosas sagradas», el revelador de la ciencia sagrada y jefe de los Iniciados), es decir, el Señor del Mundo (anteriormente Sanat Kumara , actualmente Gautama Buda), ya que esta iniciación es oficiada y conferida por Él.

Como el Iniciado ha logrado la purificación y el control de sus tres cuerpos, vibra por fin de forma consciente, de acuerdo al rayo de su Mónada (su presencia Divina Yo Soy, la Unidad o Tríada unificada) y es entonces cuando le es conferida la capacidad de Oír y Ver en todos los planos.

Después de esta iniciación, entra en contacto con Chohanes, Bodhisattva y Manu, ayudándoles en cierta medida. Además debe captar intelectualmente las leyes de los tres planos inferiores y aplicarlas en el Plan de la Evolución; aprender a dirigir las actividades de los Devas Constructores y al mismo tiempo, trabajar continuamente en el desarrollo de su naturaleza espiritual: empieza a coordinar su vehículo Búdico.

En la cuarta Iniciación (también llamada Crucifixión) el iniciado ya es considerado un Adepto ( Ser plenamente iniciado, que vela por el progreso de la humanidad y lo dirige). Suele tener una vida de sacrificio; es la vida de la Gran Renunciación: abandona todo, hasta su perfecta personalidad, renuncia a amigos, dinero, familia, reputación, posición y hasta a la vida misma.

Después de la cuarta iniciación, al iniciado se le permite tener una más íntima fraternidad con la Logia, va agotando rápidamente los recursos del Aula de Sabiduría y dominando los más intrincados planes. Se hace muy diestro en la significación del color y el sonido, en cuando a sus vibraciones (los siete rayos cósmicos).

Además está encargado de realizar mucho trabajo de gran importancia: enseña a un buen número de discípulos, ayuda en diversos planes, reúne bajo su dirección a quienes deben ayudarle en el futuro (esto se refiere únicamente a los que se quedan para ayudar a la humanidad en este globo).

Después de la quinta iniciación, el Ser se ha perfeccionado en este esquema y si lo desea, puede recibir otras dos Iniciaciones.

Durante las cinco primeras iniciaciones, dos Grandes Seres, el Bodhisattva primero y el Señor del Mundo luego, son sucesivamente los administradores (o Hierofantes). Después de estas ceremonias, si el iniciado decidiera recibir las dos iniciaciones finales que se pueden recibir en nuestro Sistema Solar, entraría en actividad un tipo Superior de Energía.

El destino Inmortal: alcanzar la conciencia del Ser Divino

Como vemos, la evolución espiritual es un continuo trabajar . El destino Inmortal de todos y cada uno de nosotros consiste en alcanzar la conciencia del Yo Superior y , por lo tanto, la del Espíritu Divino.

El Maestro Tibetano (Djwal Kul) nos da el siguiente consejo: «Los aspirantes deben desechar la idea de que siendo muy buenos y altruistas, algún día llegarán, por arte de magia, ante la presencia del Gran Señor, puesto que con esta idea están anteponiendo el efecto a la causa. La forma de prepararse para la iniciación es a través del trabajo sistemático y constante del desarrollo del cuerpo mental y el control del cuerpo astral»; aclarando que los conocimientos o expansiones de conciencia que van experimentando todas las almas, únicamente se convertirá en Iniciaciones en Sabiduría, cuando ese conocimiento adquirido haya sido:

a) Buscado conscientemente.

b) Aplicado a la vida en forma autosacrificada.

c) Empleado en servicio de los demás, de forma voluntaria.

d) Utilizado inteligentemente para el bien de la evolución.

Y lo resume en las siguientes palabras: «Meditación, estudio y servicio. En ese orden»

LOS SIETE RAYOS CÓSMICOS

Por último, intentaremos arrojar luz sobre un tema muy complejo pero necesario, con el que poder completar las enseñanzas concernientes al progreso espiritual: Los siete rayos Universales o Cósmicos.

Ya los hemos mencionado anteriormente, pero ahora nos centraremos en ellos, de forma más específica, tocando los puntos más importantes.

Empezando por el principio, diremos que: «como parte del Plan Original, la Vida Uno trató de expandirse y siete emanaciones surgieron de su centro. A esas siete diferenciaciones del Gran Rayo Cósmico se las conoce como los Siete Rayos…»

Podríamos describir los siete rayos como siete canales a través de los cuales fluye todo lo que existe en el Sistema Solar; los planetas, las estrellas, todos los reinos (mineral, vegetal, animal, humano, dévico). Es decir, no existe nada en el sistema solar, cualquiera que sea su grado de evolución, que no pertenezca a uno de los siete rayos.

Los Maestros, los Rayos y el Plan

La Jerarquía de Maestros y sus siete divisiones (que equivalen a los siete rayos) son los custodios del Plan y tienen la responsabilidad, en cada centuria, del correcto desarrollo de la consiguiente y subsiguiente etapa de ese Plan. Para ello se sirven de las siete energías.

Nos centraremos más concretamente en el estudio del ser humano y los rayos, ya que si abarcaramos su efecto en relación a todos los reinos, nos resultaría demasiado extenso.

Debemos aclarar primero que, hay un sin número de influencias de rayo que actúan al mismo tiempo sobre nosotros, nos conforman, vivifican y hacen de nosotros, ese complejo Ser que somos. 

Existe: el rayo del Sistema Solar, el rayo del Logos Planetario, el rayo del reino humano, nuestro determinado rayo racial (raza Lemuriana, raza Atlántida, raza Aria,…), los rayos que rigen el ciclo particular en el que estamos, el rayo de la nación en donde hemos nacido o en donde vivimos, el rayo del alma, el rayo de la personalidad , los rayos que rigen nuestro cuerpo mental, emocional, físico… y todos ellos nos «afectan».

Cada rayo lleva asociado un color, un número, una nota musical, y cada uno de ellos representa o vivifica distintas características del Gran Rayo cósmico. Al mismo tiempo, todos ellos conforman la suma total de la Divina Conciencia (la Mente Universal),  además personifican el divino propósito, expresan las cualidades requeridas para la materialización de ese propósito, crean las formas y también, son las formas mediante las cuales, la idea divina puede ser llevada a su consumación.

La suma de los Rayos conforma la Divina Conciencia

Cada uno de nosotros es un punto de reunión para los siete tipos de energía.

El que posea el «don» de la visión mística, podrá vernos como un ente de distintos colores, emitiendo algún sonido y con cierto nivel de vibración (las graduaciones son infinitas y los matices del color, sonido y vibración, innumerables).

Se expresan en nosotros siendo: dos ascendentes (los dominantes, que más se notan) y cinco menos poderosos.

Los dos ascendentes o regentes son el rayo de la personalidad y el del alma. El rayo de la personalidad cambia en cada vida (cada encarnación), pero el del alma es siempre el mismo.

El rayo de la personalidad es el factor dominante (el que rige nuestro comportamiento), hasta que hayamos recorrido las dos terceras partes del sendero evolutivo; momento en el cual, el rayo del alma empieza a dominar al rayo de la personalidad y en consecuencia, regirá la tendencia de nuestra expresión en la tierra.

El hecho de que el rayo del Alma sea el dominante en nosotros, significa que  nuestra personalidad es dejada de lado (con sus egoísmos y materialismos) y empecemos a trabajar para el Plan de forma directa, sintiéndolo y entendiéndolo claramente.

Virtudes y defectos que se manifiestan en nosotros dependiendo del rayo regente

Expondremos ahora las características de los siete rayos en el ser humano, las virtudes que nos confieren cuando están activos y los defectos que aparecen en nosotros cuando hay falta de energía de ese rayo. También la solución para incrementar ese déficit, como las virtudes que debemos trabajar o desarrollar:

1er Rayo de Voluntad o Poder:

Virtudes: Fortaleza, valor, constancia, veracidad, poder de gobernar.

Defectos: Orgullo, ambición, inflexibilidad, arrogancia, ira.

Virtudes a desarrollar: Ternura, humildad, simpatía, tolerancia y paciencia.

2ndo Rayo de Amor-Sabiduría:

Virtudes: Calma, paciencia, resistencia, amor a la verdad, lealtad, intuición.

Defectos: Excesiva concentración en el estudio, frialdad, indiferencia hacia los demás.

Virtudes a desarrollar: Amor, compasión, altruismo.

3er Rayo de Inteligencia Activa o Mente Abstracta:

Virtudes: Intelecto claro, sinceridad de propósito, capacidad de concentración en estudios filosóficos, paciencia , cautela.

Defectos: Orgullo intelectual, frialdad, aislamiento, inexactitud en los detalles, distracción, obstinación, egoismo.

Virtudes a desarrollar: Simpatía, tolerancia, devoción, exactitud, sentido común.

4º Rayo de Armonía a través del conflicto:

Virtudes: Grandes afectos, simpatía, generosidad, devoción, intelecto, percepción rápidos.

Defectos: Egocentrismo, preocupación, falta de valor moral, fuertes pasiones, indolencia, extravagancia.

Virtudes a desarrollar: Serenidad, confianza, autocontrol, pureza, altruismo, equilibrio mental y moral.

5º Rayo de Ciencia o Mente concreta:

Virtudes: Delcaraciones estrictamente exactas, justicia (sin clemencia), perseverancia, sentido común, rectitud, independencia, intelecto agudo.

Defectos: Crítica mordaz, estrechez mental, arrogancia, carácter rencoroso, carente de compasión, lleno de prejuicios.

Virtudes a desarrollar: Devoción, conmiseración, amor y amplitud mental.

6º Rayo de Devoción o Idealismo:

Virtudes: Devoción, concentración mental, amor, ternura, intuición, lealtad, reverencia.

Defectos: Amor egoísta y celoso, parcialidad, autoengaño, sectarismo, superstición, prejuicios, arranques de ira.

Virtudes a desarrollar: Fortaleza, auto-sacrificio, pureza, veracidad, tolerancia, serenidad, equilibrio.

7º Rayo del Orden , de la Magia, del Ceremonial, del Ritmo o de la Organización:

Virtudes: Fortaleza, perseverancia, valor, cortesía, excesivamente detallista, confianza en sí mismo.

Defectos: Formulismo, intolerancia, orgullo, estrechez mental, criterio superficial, engreimiento.

Virtudes a desarrollar: Comprensión de la unidad, amplitud mental, tolerancia, humildad, benevolencia, amor.

Los rayos 1º,2º y 3º son considerados rayos mayores (o rayos principales) y se denominan: Rayos de Aspecto.

Los rayos 4º,5º,6º y 7º son considerados rayos menores (o rayos subsidiarios) y se denominan: Rayos de Atributo.

Los rayos de Aspecto son los que nos llevan a desarrollar el Plan y los rayos de Atributo, son los nos permiten  acrecentar en nosotros, las cualidades de la Deidad .

Cada rayo nos confiere, por su energía, condiciones físicas peculiares y determina nuestra cualidad de la naturaleza «astral-emocional», además: colorea nuestro cuerpo mental, controla la distribución de energía (distintos grados de vibración de cada rayo) y rige un determinado chakra (diferente para cada rayo) a través del cual se hace esa distribución de energía.

El rayo que nos rige, nos predispone a tener ciertas fortalezas y debilidades; es nuestro principio limitador, y al mismo tiempo nos dota de capacidades.

Ciertas actitudes de la mente, son fáciles para las personas con un tipo de rayo en concreto, pero difíciles para otras; de ahí que la variable personalidad cambie de un rayo a otro al cambiar de una vida a otra, hasta que hayamos desarrollado y expresado todas las cualidades.

Algunas almas, debido al destino que les depara su rayo, se encuentran en determinado campo de actividad (ciencia o investigación, por ejemplo) durante varias vidas y el campo definido de sus esfuerzos es relativamente el mismo , hasta que llegue a incorporar completamente ese rayo y poder pasar al siguiente.

Las actividades de un Rayo pueden necesitar ser desarrolladas durante varias encarnaciones

En cuanto a la evolución espiritual, decir que el Sexto rayo rige el Sendero de Probación, y nutre en el aspirante los fuegos del idealismo.

El Segundo rayo rige el Sendero del discipulado, trasmuta el conocimiento en sabiduría y nutre la vida Crística en cada discípulo.

El Primer rayo rige el Sendero de Iniciación, produce desapego de la forma, destruye todo lo que obstaculiza y fomenta esa voluntad dinámica que permitirá al iniciado dar los pasos necesarios que lo conducirán hacia el Iniciador, en los consecutivos Portales de Iniciación.

El trabajo del aspirante es llegar a comprender cuál es : su rayo del alma, su rayo de personalidad, el rayo que rige su cuerpo mental, su cuerpo astral, su cuerpo físico. Cuando haya logrado ese quíntuple conocimento, habrá cumplido el famoso mandato del templo de Delfos: » Conócete a ti mismo«, y puede, en consecuencia, pasar la Iniciación.

Como nota clave transcribimos aquí, unas palabras que forman parte de las Antiguas reglas dadas a los místicos en la época Atlante: » Que el discípulo conozca la naturaleza de su Ser de Amor. Siete son los aspectos del amor de Dios; siete los colores del Uno Manifestado; séptuple el trabajo; siete las energías y séptuple el Sendero de regreso al Centro de Paz. Que el discípulo viva en amor y ame en vida»

FUENTES: Iniciación Humana y Solar (Alice A. Bailey); Glosario Teosófico (H.P. Blavatsky); Los Maestros y sus retiros (Mark L. Prophet y Elizabeth Clare Prophet); Tratado sobre los siete rayos  Tomo I & V (Alice A. Bailey);Las siete energías universales (rayos) YouTube (Rafael Mateu Sanz)

AUTORA : Angélica Chouciño

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