Medicina Mapuche, una sabiduría ancestral
Los mapuches es una de esas culturas ancestrales que demuestran el proceso de desenvolvimiento de la inteligencia a través de los tiempos; lo que nos permite evaluar la calidad y los alcances de las diferentes civilizaciones.
Antes de adentrarnos en el tema de la medicina mapuche y de las plantas medicinales, tenemos que tener claro los conceptos de salud y enfermedad entre los indígenas.
Para los mapuches, la vida humana debe estar en armonía con la naturaleza, ya que cualquier desequilibrio es causa de enfermedad; el equilibrio entre el mundo natural y el mundo espiritual es el concepto más importante para el cuidado de la salud.
Para la cultura mapuche, la encargada de la salud, tanto física como espiritual, es la Machi (sanadora, curandera, sacerdotisa, chamana, etc.). Ésta, que puede ser un hombre, pero por lo general son mujeres, es la sanadora de su pueblo; ella representa una especie de casta y son muy respetadas.
Son consultadas por los integrantes de su tribu, y también por los caciques (jefes de la comunidad indígena), para tomar cualquier decisión importante, ya que son consideradas jefas espirituales de la tribu.
El principal accesorio de la Machi, es el cultrum (tambor muy semejante al que utilizan los chamanes Siberianos), que siempre llevan consigo cuando visitan a sus pacientes.
La medicina que ellas practican está basada en el principio activo de toda sustancia vegetal. Dan una importancia extrema a las plantas que para ellos son sagradas. Son plantas de acción propia, es decir poseedoras de propiedades curativas intrínsecas, como el canelo, el boldo, el ñancolahuén, el pañil, etc.
Otra práctica muy usada por los mapuches para mejorar la salud, son las curas termales, fuentes naturales de aguas sulfurosas; a través de los baños termales alivian los dolores reumáticos, tratan las enfermedades de la piel y también digestivas.
Los baños termales, son probablemente, el mejor tratamiento que siempre ha existido. Alivia los dolores de las articulaciones, mejora los problemas de estomago y cura las enfermedades de la piel.
Estas aguas medicinales, utilizadas en baños, en vapores o bebible, gozan de un gran prestigio y aceptación en la medicina mapuche. También aprovechan el barro de estas fuentes sulfurosas para aplicarlas en forma de compresa o cataplasma. También las algas que recubren las piedras de alrededor de las fuentes tienen un gran valor para la medicina, sobretodo para tratamientos de la piel (hoy ya se pueden encontrar en las farmacias).
Lo maravilloso de esta información es que en la actualidad se ha comprobado científicamente las propiedades y beneficios de esta agua, algas y barros termales, pero pensemos que esta práctica medicinal ya se utilizaba hace cientos de años, sin tener ningún análisis científico, solo por la sabiduría natural que ellos poseen.
Al igual que los principios activos de todas las sustancias vegetales; por ejemplo: usaban las flores de chamico (datura stramonium), cuyo principio activo dominante es la escopolamina y antropina, al igual que las semillas ricas en los mismos alcaloides y con ello obtenían un estado de semi-inconciencia necesario para reducir luxaciones o pequeñas cirugías.
Hoy la ciencia nos dice que estas plantas contienen estas propiedades, con las que se producen las actuales anestesias; pero ellos ya la usaban con el mismo fin, sin tener ese estudio científico.
Como no respetar entonces, estas culturas originarias que más allá de haber sido consideradas “salvajes”, ellos son los precursores de, entre otras cosas, esta medicina alternativa.
Desde que el hombre existe, las hierbas han sido parte integrante de su vida, más su utilización práctica no terminaba en sus aplicaciones medicinales, se extendía también a mezclas y ungüentos protectores contra los malos espíritus.
Las hierbas medicinales han contribuido siempre en gran parte a la salud humana y aún sigue haciéndolo; su valor más evidente responde a su empleo como fuente de algunas drogas utilizadas en los medicamentos modernos.
Por ejemplo, de la amapola se extrae el opio, la heroína y la morfina; la digitalina es utilizada para enfermedades cardíacas y procede de las hojas de la planta digital o dedalera (abundante en los bosques de la Patagonia argentina).
Como podemos ver, en la actualidad todas las plantas han sido valoradas científicamente y se conocen sus propiedades. Una medicina natural al alcance de nuestras manos. Pero hay que tener en cuenta este consejo ancestral:
[quote align=»center» color=»#999999″]“La enfermedad es una manifestación de desequilibrio entre cuerpo, mente y espíritu”.[/quote]
Y es que para los mapuches el equilibrio entre el mundo natural y el mundo espiritual, son los conceptos más importantes en el cuidado de la salud.
Muchas de las plantas sagradas para los aborígenes, por sus milagrosas propiedades curativas, son plantas autóctonas, originarias de aquel lugar; y no se encuentran en otros lugares del mundo. Los principales pilares de la medicina mapuche son:
El boldo: infalible tisana para los trastornos digestivos y otras virtudes.
Ñancolahuén: hierba de alta montaña, muy apreciada por sus propiedades cicatrizantes, reconstituyente de la piel, además de febrífuga y tónico reconfortante, muy similar al ginseng.
El pañil: con sus poderes astringentes, en infusiones o uso externo.
El melico y la paramela: por sus propiedades afrodisíacas.
El llantén: para curar llagas, heridas o erosiones de la piel.
La chilca: principalmente beneficiosa para aliviar las úlceras gástricas.
Otro remedio que no es vegetal, pero de mucho uso en esta cultura es el buche de avestruz (dilatación del esófago que presentan algunas aves, entre ellas el avestruz patagónico, que está provisto de glándulas que segregan las primeras enzimas digestivas). El buche, una vez disecado, se tritura hasta convertirlo en polvo, para agregarlo en pequeñas cantidades a una infusión muy eficaz para el empacho, indigestión, dolor de estómago. En la actualidad ya se consigue en herbolarios y farmacias.
Otra hierba muy importante es el mate: sus hojas poseen propiedades diuréticas, disimula la sensación de apetito y es un excitante del sistema nervioso, aunque debe tomarse en mucha cantidad para que sus efectos igualen a los del café. Es un excelente tónico estimulante, depurativo, antioxidante y reduce el colesterol; es una infusión que tiene por sus propiedades, un consumo generalizado en el país. Tomar mate es un acto social, para compartir con amigos.
Esta es una pequeña parte de la medicina del pueblo mapuche, habitantes por siglos de la mítica tierra patagónica. Ellos traen en su sangre un mensaje de innegable sabiduría: el conocimiento de cómo vivir en armonía con esa maravillosa naturaleza, sin degradarla ni destruirla. Es ese saber milenario el que expresan a través de su arte y su cultura; nutriéndose de los sueños de su gente y de la memoria de sus ancianos.
Medicina Mapuche, una sabiduría ancestral
Fuente: http://ciudadesplanetarias.com/author/ciudades-planetarias/