Mensaje de Cristo: Enseñanza sobre la Sacralización de la Materia por el Espíritu de Cristo
Yo soy Cristo: mis seres amados, vengo como acordé para completar las enseñanzas que he comenzado con ustedes. Vengo a hablarles sobre lo sagrado que es la materia por medio del Espíritu.
Estoy al mismo tiempo en una forma paralela y paradójica, porque por lo que soy no pretendo vivir donde no estoy presente, pero al mismo tiempo soy lo que le da a la materia estar presente en el Espíritu, al atribuirle un carácter sagrado. Por lo tanto, soy al mismo tiempo el principio que anima este propósito para restaurarlo en el espíritu, y estoy en el espíritu que no necesita ningún argumento.
Soy lo que no tiene principio ni fin, porque el Espíritu es sublime y eterno
El ser humano goza de la comunión conmigo a través del espíritu. Y al mismo tiempo soy lo que da nacimiento a lo que nunca ha nacido, pero que desea ser contemplado en un juego de espejos infinitos que le permita descubrirse a sí mismo, cada vez más, cuando se refleja en sus innumerables y extraordinarias facetas.
Soy el principio que gobierna y anima lo que de hecho no necesita ningún gobierno y esa es precisamente la vida, antes de intervenir. Soy este principio que apunta sólo a despertar la resurrección de lo que ya es, y que juega a olvidarse para perderse mejor en este reluciente abismo de las apariencias del uno. Y luego, emergiendo del abismo de este olvido infinito, opero la maniobra que conduce al Padre, porque de ella depende el ‘despertar’. Lo único que funciona es que un hilo delgado e inalterable, te devuelva de donde te habías desmayado. Esta pesca milagrosa no es más que una boca que se abre para permitir la llegada, en su garganta, del anzuelo de su alma, diciéndole que es hora de salir del agua baja donde juega a nadar para revivir las aguas claras de ese ser inmaculada.
Es un ser libre de tareas que puede entrar en él. Por lo tanto, no hay lugar para nadie que se haya lavado en los baños de aguas lustrales que vienen a prepararlo. Así es el pez que pescó a través de este hilo: tiene su propio anzuelo en su alma, y como cebo solamente lo que estrangula su deseo de abrir esta boca con hambre, sediento del agua de la cual no se puede nutrir, porque se baña sin siquiera descubrirlo.
Así es el pescador, él solo se pesca él mismo. El pez que quiere envenena su alma porque la pesca lo atrae donde la boca es demasiado estrecha y la garganta demasiado apretada por la codicia de lo que quiere ser; capturado, poseído por el temor de verlo escapar. Luego, este pescador se apresura y corre a ese lugar donde no puede salir a la superficie más allá de su propio error, como se refleja en el espejo de la superficie del agua.
No hay nada que enganchar con una caña de pescar, si la caña de pescar se basa en algo distinto a su propia justicia. Para que esta caña se convierta en el bastón de un peregrino que camina, que sólo se apoya en el eje de su caminata; debe ser flexible y rígido a la vez; el palo que evita los más pequeños errores, porque en su atuendo está el hilo que se remonta a mí. En estas líneas reposa una humilde orientación que muestra que un pez así, únicamente está atrapado donde no hay cebo. Porque el deseo evita que el gancho gire para que se pare donde se ve el hilo, y donde la filiación se hace evidente, tirando del carrete donde el pez baila. Hay pesca milagrosa sólo para quien cree que se debe poner un anzuelo con los dedos, al final de este hilo que el pez no ve. El gancho ya está allí y él está esperando su hora. No se ve el alambre para no interferir con este nadador.
Y que la caña sea recta depende del ardor conque el pez aspira a trazar el hilo de su historia, que él mismo se dejó descifrar para poder olvidar que simplemente puede girar en la línea de este hilo.
La materia es sagrada porque ya está tejida con esos hilos entrelazados sin darse cuenta y teje patrones que son dirigidos por la belleza de lo que no se puede ver. Este material está bordado de muchas maneras, porque se adapta sin nada para evitar que logre lo que quiere lograr.
Ella teje sin una aguja o un palo y nada puede venir a desviar el brazo de su oficio. Ella se burla del pescador, porque no hay nada que pescar que no esté incluido en sus marcos dorados. La materia es soberana, porque es en ella donde se imprimen los motivos de nuestras vidas. Ella ya es sagrada. Y el gancho abierto abre el alma al Espíritu que encuentra el hilo de Ariadna que le revela la increíble tela de la que está tejida su historia. La materia es sagrada y el Espíritu encontrado halla en la materia lo que él mismo se ha consagrado, dándose cuenta de que lo sucedido es como un hilo de oro que bordó los motivos de un tesoro que se refleja sin cesar en un hermoso brocado.
El significado de lo sagrado puede ser revelado a quien dedica todo el hilo de su historia a participar en el brocado sin dejarlo en ridículo. Por este cable puede ser izado incluso, todo lo que los maestros invitan a tejer. Porque en este juego se crea entre los nacidos y los no nacidos, aquello que realce la belleza del tesoro.
La materia es sagrada y el Espíritu está dedicado a ella, esa es la verdad para aquellos que la pueden escuchar. Ella es el componente principal de los cuerpos y es susceptible a toda clase de formas o cambios; se caracteriza por sus “propiedades fisicoquímicas que son perceptibles por medio de los sentidos”. Yo soy CRISTO y les enseño que la obra divina es sagrada y que el hilo que viene a revelarla no es otro que el hilo usado para tejerla. El Padre al crear al hombre hizo su mejor obra de arte. Y como ocurre con todo artista cuando elabora una obra maestra, se queda sorprendido, maravillado y admirado de la misma. Soy CRISTO y entrelazo esta enseñanza entre ustedes para apoyar y glorificar el brillo de los hilos con el que estás tejiendo.
Yo soy CRISTO y yo soy el hilo y el Hijo que te trae de vuelta al Padre. Donde el espíritu es rey y la materia es reina. Donde no hay este espejo que separa el brillo de la materia del espíritu; esta descarga no es más que una carcajada donde el cuerpo que ríe está hecho de los rasgos del espíritu, y se les da la eternidad para que ambos jueguen juntos; sin hundirse bajo el peso de sus fracasos; pues Dios te mira como la mejor de sus maravillas.
Yo soy CRISTO y enseño que en el amor todo es sagrado. Y que enderezar después de inclinarse es en primer lugar enderezar esta simple verdad.
TRADUCTORA: Lurdes Sarmiento, redactora y traductora en la gran familia de la Hermandad Blanca
FUENTE: Canalizado por Celia Fenn
URL original: http://www.terrenouvelle.ca/enseignement-sur-la-sacralisation-de-la-matiere-par-lesprit/
hermoso
Hola de nuevo. Decirle a Georgina, que de las garras del maligno no nos libra nadie más que uno a sí mismo. ¿Cómo? te preguntarás… Sencillamente, actuando de forma impecable. Ama al prójimo incondicionalmente y haz la mejor obra de arte de tu vida, y no te preocupe ningún maligno. Dios nos ha obsequiado con el libre albedrío y cada uno es libre de elegir su camino, por lo que Dios no te va a librar de ningún maligno. Si quieres seguir la senda del bien, o la del mal, tu eliges, nadie puede elegir por ti. Cada palo aguanta su vela y es responsable de sus actos.
Un fuerte abrazo paro los y las.
Hola. Francamente, con tanta caña, anzuelo e hilo, estoy hecho un verdadero lío. Mensaje confuso donde los haya.Y que venga de Jesús de Nazareth, apodándose además, como "El Cristo" cuando no deja de ser un cristo más de los muchos existentes en la historia de la humanidad, no me parece para nada creíble. Vayan todos mis respetos por delante, pero Ojo con las canalizaciones y no digamos cosas que son de cosecha propia, atribuyéndolas a almas ascendidas.
Un fuerte abrazo para todos y todas.
Namasté Lurdes!
Hermoso!!!El espíritu de Dios es sagrado y como tal logra la libertad del ser humano de las garras del maligno!!!Infinitas gracias?
Gracias hermanos,Es muy ilustrativo el mensaje del Cristo Cósmico que interactúa en nosostros. ¡¡¡Namaste!!! ¡¡¡Paz y Luz!!!
Que mensaje Maravilloso! Gracias Maestro Jesús, gracias Celia, gracias Lurdes!!!!!