Mensaje del Maestro Serapis Bey. El aprendizaje de la vida. Canalizado por Fernanda Abundes
Bienvenidos a nuestro encuentro…
Nuestros aprendizajes pueden ser tan profundos o tan vagos como de pronto queramos verlos, tenemos oportunidades infinitas en cada segundo para poder admirar la belleza pero qué hacemos entonces cuando solo llevamos el aprendizaje a un punto banal y consideramos que solo aquello que se cuenta es lo que nos va a dar la misión exacta de la vida.
A veces lo he pensado así, es cierto que solo lo que se ve es lo que se puede contar porque si no se ve, ¿qué vamos a contar?. Nadie quiere contar un aprendizaje que no ve, los seres aman a los grandes maestros porque tienen grandes palabras que decirles, porque tienen también grandes historias que contarles, alguien las escribe y entonces las reproduce; pero en aquellos maestros que no proyectan aprendizaje escrito ¿no hay magia, no hay aprendizaje y sobre todo no hay valoración de lo que hace?.
Eso pasa en la vida de los seres humanos, nadie cuenta su historia para que alguien más la escriba y entonces la comparta, si compartieran la vida de cada uno de los seres humanos que están aquí, entenderían que es muy complejo ser humano.
¡Ser un humano es una de las tareas más difíciles que a alguien se le ocurrió!, eso pensaba hasta que el gran Maestro me dijo: “se me ha ocurrido eso porque es una gran misión”, ¿cómo pensar que es una gran misión algo que cuesta tanto trabajo?, “no solo es una gran misión maestro, -le he dicho- es una misión imposible”.
Y es que a veces pareciera que la vida es una misión imposible cuando no resulta todo aquello que debería de resultar para que entonces se pueda ser feliz y vivimos en el “debería existir esto, para que pueda existir aquello y entonces ser feliz”. No podemos admirar la realidad y nuestra felicidad con lo que hoy existe porque hemos puesto muy alto el concepto de felicidad, lo hemos puesto en un aprendizaje banal porque solo se representa en cosas que se pueden contar, que se pueden contar en número y que se pueden contar en el exterior de boca en boca.
Los verdaderos aprendizajes no son precisamente aquellos que proyectamos para contar sino aquellos que proyectamos para existir, incluso no necesitan proyectarse en el exterior pueden proyectarse en la magia interna y entonces sí serán verdaderos aprendizajes.
El Maestro empezó a entender que yo entendía que no era simplemente una misión imposible y que era una misión tan posible que entonces se volvió vida humana… “siempre he pensado que el maestro puso estos aprendizajes porque él ya lo sabía todo; pero me hubiera gustado que por unos segundos viniera a la vida y estoy seguro que no hubiera regresado y ya no sería el gran Maestro”. Cuando me escuchó decir eso, me dijo: “Estoy tan convencido de que si fuera a la vida unos segundos, regresaría en los mismos segundos y en menos tiempo del que me hubiera tardado en ir”… Le dije: “¡Maestro tú nos enseñas la humildad y de pronto hablas con soberbia!”, Él dijo que no era soberbia, simplemente dijo que estaba plenamente convencido de qué es lo que Él era y cuando se está convencido de lo que uno es, puede enfrentarse a lo que sea sin importar si se conoce o no.
Tememos a lo desconocido porque consideramos que no tenemos la capacidad necesaria para afrontarlo pero ¿porque consideramos que no tenemos la capacidad necesaria para afrontarnos a la vida si todo el mundo la define?. La vida es compleja de definirse pero más aún será compleja si seguimos escuchando las definiciones de todos aquellos que tampoco están completamente convencidos de qué es su vida misma.
Estoy convencido yo de que el paso por la vida es una realidad, sí muy compleja, pero también muy necesaria y es divertida en el momento en que se empieza ver como parte de un todo, como parte de un juego. Admirar las cosas es difícil, mas cuando no son precisamente las cosas que esperábamos; pero siempre recuerdo que si pensamos con banalidades entonces vamos a comparar lo que se cuenta y se puede comparar, pero si pensamos con profundidad podremos entonces entender que si eso existe es para realizar magia, para crecer y para entender.
Todo lo que había puesto el Maestro en mi vida para que yo viviera esta realidad era necesario y todo incluso lo que se le había olvidado. En algún momento de reclamo y de decir: “todo lo que debería de contar no existe y no puedo contar nada, -le dije- te has olvidado de poner muchas situaciones que harían que mi vida fuera muy sencilla y en cambio se las has dado a todos aquellos que no hacen nada porque está vida sea mejor y yo que siempre trabajo y que siempre busco las mejores palabras para los demás y que no hago mal a nadie, se te ha olvidado darme todo aquello que me haría más feliz”, y entonces, me dijo que no era un verdadero sabio y me dijo que no era un verdadero maestro, lo cual me hizo sentir bastante ofendido; alguien que se preocupaba por su espiritualidad, por compartir, por aprender y por ser, ¿no era un verdadero maestro?. Y me dijo: “no, los verdaderos Maestros no se quejan de su existencia pero mejor aún, no se comparan con otros y mejor aún, no señalan a otros que no cumplen con su expectativa de aprendizaje y tampoco añoran y tampoco esperan todo aquello que en su entender, a ellos los hace felices y si él lo tuviera lo haría aún más feliz, porque él se ha catalogado como bueno”.
Y esa es una de las situaciones de la vida humana, siempre son los buenos, siempre son los que sufren, siempre son aquellos que les hace falta ese pequeño algo para hacer ese gran todo y por qué entonces lo tiene el de enfrente que no trabaja, que no vive, que no es bueno… Esa es la vida del ser humano, pensar que el de enfrente vive mejor haciendo menos y que él haciendo más tiene poco; es entonces cuando ese aprendizaje se vuelve banal y ya no es aprendizaje.
Se ha cotizado tanto nuestra espiritualidad que no es espiritualidad, es algo cuantificable que se ha salido de los verdaderos límites de existir. El verdadero sabio es aquel que sabe que lo existe y lo que no existe es preciso, porque no podría ser más perfecta su existencia que aprender con esa realidad.
El Maestro empezó entender que yo ya no cuantificaba tanto y al final calificaba todo en mi vida como algo positivo, incluso aquello que no era agradable a mi entender porque también era mágico para poder seguir en el aprendizaje de la vida. Considero que el Maestro es un ser completo porque lo sabe todo y al saberlo todo tiene una respuesta para incluso cualquier reclamo y cualquier teoría puede debatirla y al mismo tiempo decir que no existe… es el Maestro; pero así somos nosotros, somos grandes maestros en el momento en que nos proponemos serlo, en el momento en que decimos que eso no existe y no va a existir más en nuestra existencia, desaparecerá en el momento en que simplemente con humildad no añoramos ni deseamos el exterior, simplemente conformamos nuestra realidad como algo perfecto, entonces todo aquello que hace felices a los otros y nos haría felices a nosotros, comienza a existir, no porque lo queríamos de los demás sino porque lo queríamos en nosotros y se materializó precisamente en lo que verdaderamente nos hacía felices.
Sigo en este viaje y en este paso por la vida, no humana pero si una vida de aprender, ¿ustedes que están haciendo con su aprendizaje? ¿Lo materializan? ¿Lo cuantifican? ¿Han hecho banal su existencia y huella por la Tierra? o saben que no necesitan contar nada, tanto lo que se puede contar en número como lo que se puede contar en frases, porque es tan mágica su realidad que se cuenta sola.
En un eterno aprendizaje.
Mensaje canalizado por Fernanda Abundes (madreymaestro@hotmail.com) Puebla, México 16 de Noviembre de 2017.
Publicado por Geny Castell, redactora de la gran familia de la hermandadblanca.org
En los ojos
Este momento de mi vida le llamo felicidad sin mentiras ni vendas
Este instante
Este instante de mi vida este momento de mi vida lo llamo felicidad hoy no ahí vendas en los ojos no ahí mentiras no más hipocresía bueno UU tiempo atrás ya me habían desilusionado y nada volvió a ser igual tranquilo no digas más mentiras no de explicaciones sigue tu vida. Igual te quiero y puedes contar conmigo soy su amiga no lo olvidé