Un mensaje de la Madre Divina: Cuida tu cuerpo y nunca olvides que tu cuerpo pertenece a la tierra

La tierra tiene su voz propia y nuestros cuerpos están dentro de ella, ya que el planeta en el que vivimos, andamos y que consideramos nuestro hogar es realmente su cuerpo. Por eso, nuestro cuerpo pertenece a la tierra. Tu cuerpo se conforma de células, que son pequeñas partes que trabajan en conjunto para mantener la armonía, el equilibrio y el funcionamiento de este, así como la tierra es dueña de nuestro cuerpo, nosotros somos dueños de esos pequeños cuerpos llamados células.

Pero en tu cuerpo reside algo mucho más importante, una luz que emana como un sol brillante, una luz que no pertenece a la tierra, sino al cosmos, así que debes ser consciente de que eres un ser capaz de transformarte y ahora estás en tu forma terrestre. Pero sin importar la forma que tomes, desde tu ser siempre vas a emanar una luz que irradia desde tu alma, justo en el centro de tu cuerpo. Esta ardiente luz te recuerda que eres un viajero de la eternidad y que aunque te veas joven, eres tan viejo como el mundo y que además has vivido más vidas de las que puedas recordar.

Debes recordar quién eres, ya que cada vez que vuelves a la vida comienzas a aportar algo nuevo, algo único a la tierra. Hay que tener valor para aportar algo nuevo, ya que no siempre será fácil o aceptado y es que cuando comienzas a recordar quién eres, eres capaz de comenzar a propagar la luz que reside en ti. Y para que puedas comenzar a recordar, debes conectar la luz de tu alma con la de tu corazón, con cada célula de tu cuerpo y con la tierra. Haz que todas estas celular brillen, que sean inspiradas por ti, ya que tu luz y tu influencia se van a comenzar a difundir.

Tal vez pienses que el único propósito de tus células es hacer que tu cuerpo funcione, pero la realidad es que tienen un significado mucho más profundo. Las células, aunque parezca increíble, tienen la finalidad de hacer que el alma se manifieste. Pero ¿Cómo funciona esto? Cada una de estas pequeñas partes conforma nuestro cuerpo físico, que es el encargado de manifestar la luz de nuestras almas. Realmente son las células quienes la manifiestan, porque conforman nuestro todo.

Para que la luz comience a manifestarse en ti, imagina que toda la luz de tu alma y tu corazón divino comienza a recorrer todo tu cuerpo y que poco a poco comienza a penetrar en cada una de tus células. Deja que pase por tu garganta, tu pecho y tu corazón. Después permite que baje lentamente por tu abdomen, llegue a tu estómago, recorra tus vértebras y baje hasta tu pelvis. Cuando sientas que la luz se posa sobre un punto específico y se esconde dentro de este, deberás enfocarte en ese punto y hacer que se pose amablemente y con alegría sobre él.

Sin embargo, hay puntos donde puedes sentir que la luz se vuelve oscura, que no quiere avanzar y que se oculta o se bloquea. Si esto te sucede, debes preguntarte quien eres, recordar que representas realmente y no tener miedo de ti mismo, ya que si tienes miedo de ti mismo, tu luz no podrá avanzar por todo tu cuerpo. Cuando algo se oculta es porque tiene miedo, como lo hace un niño detrás de su padre, por ello debes dejar de tener miedo de ti mismo.

Deja que la luz fluya por toda tu alma y que esta se conecte con la tierra. Si logras hacer esta conexión y dejar que tu cuerpo emane energía positiva, entonces comenzaras a ser totalmente feliz y  tu vida tomara el sentido que quieras darle. Recuerda que eres un reflejo de todas tus vidas anteriores y que estas aquí para crear nuevos recuerdos.

AUTORA: Lurdes Sarmiento redactora en la gran familia de hermandadblanca.org

TRADUCCIÓN: Lurdes Sarmiento

MÁS INFORMACIÓN en: http://www.messagescelestes-archives.ca/corps-et-ame-2/