Os traemos una ayuda de gran poder

Primero que nada, es importante sentirse bien. Si sentimos dolor o sufrimiento en el cuerpo, apelar al colectivo que somos, es decir, una docena de Seres conectados con otros grupos de Luz y Amor encontrados en otro lugar que nos ofrecen su Amor, que nos permite adquirir mucha más fuerza en el Amor y una mayor conciencia de lo que eres.

Visualizar en frente los seres que somos, muy luminosos y de color dorado, el símbolo Amor (si no podemos visualizar, pensemos en nosotros de esta manera). Intentar hacer crecer el color de nuestra presencia lo más brillante posible para vaciar la mente porque siempre está demasiado lleno de gente.

Tratar de sentir nuestra vibración y percibir la Luz que emana de nosotros cada vez más dorada y luminosa, hasta que llegue a ser tan deslumbrante como el Sol. Hacer esto por unos momentos. Ahora, visualicemos una pequeña esfera de Luz tan brillante como sea posible. Visualizar (o pensar en ella) como una pelota de tenis.

Lo colocamos frente a nuestro centro de fuerza entre los ojos. Intentar arreglarlo por un momento. Usamos nuestra conciencia en esta esfera y vemos más y más luz. Intentamos sentir su vibración. No busquemos nada; ¡no mentalicemos! Esta esfera está ahí para ayudarnos a vaciar la mente.

Comenzamos a sentir su presencia: somos esta esfera; nos entra a través de este centro de fuerza e inunda completamente nuestra mente. Esta esfera todavía ilumina completamente nuestra mente, (toda la cabeza), y lentamente comienza a descender. A medida que desciende, ilumina el cuerpo, primero el cuello, luego el busto. Donde quiera que vaya, todo se vuelve Luz.

Esta esfera de amor llega a nuestro corazón. Se iluminará y eliminará todas las pequeñas sombras que puedan estar allí. Mantener siempre la conciencia fija en esta esfera. Ella es nosotros, nosotros somos ella; representa el Amor espiritual y te inunda con este Amor espiritual.

Ahora esta esfera se está asentando en nuestro sol interior. Se instala en el corazón donde hace crecer nuestra propia Luz, la que hemos encerrado; hace crecer el amor que no se puede liberar porque se ha forzado, durante tantas vidas, a frenar, bloquear y bloquear.

Dejemos que esta esfera de Luz y Amor actúe ¡Invitémosla! Somos esta esfera, somos este Amor. Ella está aquí para liberarnos, para abrir de par en par las puertas de nuestro corazón. Amamos esta esfera porque comenzamos a sentir el Amor que se libera en nosotros. Comenzamos a amarnos nosotros mismos, a amar lo que somos, a amar nuestro físico.

Por el momento, mantenemos la conciencia en esta esfera; sentimos su poder, sentimos todo lo que puede liberar en nosotros ¡No esperemos! Vaciamos la mente. Somos la esfera, somos Amor; esta esfera representa el inmenso Amor que también está en nosotros. Dejamos que actúe en nuestro corazón para que te libere de las cadenas y el confinamiento.

No dejemos que nuestra mente regrese. Siempre que los pensamientos asalten nuestra mente, simplemente decimos: «¡Yo soy esa esfera de Amor que inunda mi corazón, creciendo en él y liberándome!”

Ahora volvemos a enfocarnos en nuestro corazón, tomamos plena conciencia de la esfera de Amor que somos y lo guiamos por todas partes en el cuerpo, principalmente en las partes oscuras que nos causan sufrimiento; los iluminamos con esta esfera de amor. Hay que tener en cuenta que absorbe pequeñas sombras, más o menos importantes, que crean molestias.

Acompañamos esta esfera de Amor y Luz a todas las partes del cuerpo que queremos iluminar. Dejamos que esta esfera funcione en nuestro centro emocional por un momento; nos transforma, absorbe todo lo que no es Luz en nosotros. Ella nos sana; nos sana de nosotros mismos. Transforma todo lo que no es Luz en nosotros.

Luego la dejamos ir a caminar, y cuando aún sintamos dolor, la llamamos para que venga y absorba lo que no es Luz en nosotros, es decir, el sufrimiento creado por la falta de Amor. Seguimos esta esfera en todas partes de nuestro cuerpo. Ella camina ligera, pero crece más y más, inundando más y más nuestro cuerpo, transformándolo, dándole vitalidad, fuerza, serenidad, paciencia y también coraje.

Esta esfera es una esfera de energía Amor-Luz que permanecerá en nosotros. Cuando estemos en cualquier dificultad, cuando no tengamos suficiente amor para nosotros, la llamamos de nuevo. No dejemos que se duerma Decimos: «Ilumina mis sombras, ilumina los lugares donde mi cuerpo me hace sufrir». Sé que estás allí, que has sido puesto en mí para ayudarme, para hacer crecer el inmenso Amor que hay en mí y para liberarlo”.

¡Hacemos un uso frecuente de esta esfera! Esta esfera siempre estará conectada con lo que somos. A través de esta esfera de Luz, podemos ayudarnos una y otra vez. Es una ayuda de un gran poder ofrecido por los planes de Luz, por los colectivos de Luz y Amor.

 ¡Nunca olvidemos la esfera que nos fue ofrecida! Nunca olvidemos usarlo en nuestro cuerpo. Más tarde, lo usaremos para la ayuda que traemos a otros. ¡Esta esfera permanecerá en nosotros! Todos serán dados a la humanidad que quiera recibir. Decimos bien: «Todos se darán a la humanidad que quiera recibir», sin limitación de tiempo y espacio.

El ser humano necesita este Amor espiritual, esta vibración de Amor mucho más de lo que necesita alimento terrenal. El ser humano podrá prescindir de la comida terrenal cuando haya sido nutrido por la energía, la energía que lo rodea y también la energía del Amor que está en él. En ese momento, ya no será el ser humano que conocemos; él será el ser humano en el que nos convertiremos, en un futuro o en otro lugar.

Para aquellos que no hicieron la transición o se marcharon antes, lo que se da ahora se dará en otra parte, con mucha más fuerza y poder. Por unos momentos, nos mantenemos inundados con esta inmensa Luz de Amor, que llamamos Amor Espiritual porque el Amor Espiritual es accesible para nosotros. El amor universal aún no está.

El amor espiritual puede provocar en nosotros sensaciones extremadamente poderosas, que llamamos «éxtasis». Es un éxtasis que no es místico; es la conciencia total de lo que somos como totalmente diferente de lo que percibimos de nosotros mismos como ser humano. «

Ahora, ofrecemos el inmenso Amor que hay en nosotros a todos nuestros seres queridos, a aquellos a quienes amamos y que necesitan Amor una y otra vez para crecer en sí mismos. Lo ofrecemos también a los que sufren, porque si lo hacemos con la conciencia de las inmensas capacidades que se desarrollan en nosotros, puede iluminar sus sombras y disolverlas. Es como si estuviéramos enviando flashes enormes que absorberán algunas de sus sombras y los disolverán.

No podremos hacer todo, porque tienen su propio trabajo personal que hacer, pero podemos ayudarlos para que tengan la fuerza para continuar lo que comenzaste. Continuamos ofreciendo esta inmensa Luz de Amor a todos nuestros semejantes, especialmente a todos aquellos que están sufriendo hoy por lo que podemos llamar «catástrofes»: guerras, hambrunas, etc.

El mero pensamiento de ofrecer esta inmensa Luz de Amor a nuestros semejantes es suficiente para liberar la Luz de Amor de nuestro corazón. Entonces pensamos en ofrecer esta Luz de Amor a todos los jefes de gobierno de nuestros países, grandes o pequeños. ¡Que este amor les permita abrir su conciencia! Ofrecemos esta Luz de Amor a los diversos reinos, a los reinos mineral, vegetal y animal.

Ahora, ofrecemos esta inmensa Luz de Amor a nuestra Madre Tierra, que también sufre grandes transformaciones. Lo que experimentamos individualmente, incluso en el nivel de nuestra conciencia, nuestra Madre Tierra lo sufre, de una manera diferente ya que es diferente de nosotros, pero todo, todo, en nuestro sistema solar, en nuestra galaxia, evoluciona en este momento. ¡Todo se transforma considerablemente! Entonces nuestra Madre Tierra está sufriendo, transformándose y pronto ella florecerá, igual que nosotros.

Ofrecemos  Luz de Amor al Padre el Sol, conscientes de que sin él no hay vida posible en la Tierra; luego ofrézcalo a todos los planetas de su sistema solar. Ofrecemos Luz de Amor a todos nuestros hermanos que han dejado este mundo y también a todos nuestros hermanos de Luz, nuestros hermanos galácticos que vienen a nosotros cada vez que los queremos o que pueden.

¡Que la paz, la alegría y el amor iluminen nuestra vida! ¡Que la paz, la alegría y el amor iluminen nuestro viaje! ¡Confiemos en lo que somos! en este tesoro que mora en nosotros ¡Confiemos!

Canalizado por Monique Mathieu

AUTORA: Lurdes Sarmiento redactora en la gran familia de hermandadblanca.org

TRADUCCIÓN: Lurdes Sarmiento

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