Revelaciones de Anna Kingsford No. 15 Los poderes del aire
Revelaciones de Anna Bonus Kingsford. Los Poderes del Aire
Introducción a Los Poderes del Aire
Continuamos con la obra Revelaciones de la Doctora Anna Bonus Kingsford. En esta ocasión presentamos la traducción del capítulo XV Concerning the «Powers of the Air» Parte I.
Como lo hemos hecho en las ocasiones anteriores, primero presentamos la traducción al español y luego ofrecemos algunas interpretaciones para que el lector tenga otros elementos para su propia comprensión de esta revelación de Anna Kingsford.
Traducción de «Los Poderes del Aire» Parte I. Iluminaciones de Anna Kingsford
Anoche, en mi sueño, vi a mi genio vestido con una llama roja y parado en un sitio oscuro. Tenía una taza en su mano, en la que él me pidió mirar.
Así lo hice y mientras miraba surgió un vapor como una nube. Vi en la nube espíritus luchando entre si. Luego la copa pareció ancharse hasta llegar a ser una gran mesa sobre la que estaban escritas escenas y palabras.
Vi al vapor lleno de espíritus astrales, efímeros, como llamas, quiméricos y sobre el vapor que los envolvía y dispersaba a su alrededor estaba escrito: “el poder es del aire.
Y Le pregunté a mi genio,
¿Estos son los espíritus que controlan a los médiums?
Él me contestó,
“No uses la palabra Medium, ya que esto se presta a confusión. Estos son los poderes que sobresaltan a los sensitivos. Ellos no controlan, ya que no tienen fuerza. Son etéreos como el vapor. ¡Mira!
Él sopló sobre la mesa y se dispersaron hacia todos lados como humo.
Y le pregunté:
¿De dónde vienen estos espíritus y cuál es su origen y naturaleza?
Me contestó
«Ellos son reflejos, no tienen entidad propia.
Parecen vapores que se elevan de la tierra húmeda en las tierras bajas y que el calor del sol dispersa. Repito, son como vapores en las altas latitudes, sobre las que la sombra de un hombre le parecería a él mismo la de un gigante.
Estos espíritus constantemente alaban y magnifican al hombre.
Este es el signo por el cual se les conoce. Le dicen a uno que es un rey, a otro que es un Cristo y a un tercero que es el más sabio de los mortales y cosas similares. Pero por haber nacido de los fluidos del cuerpo, no tienen espíritu y viven del cuerpo.”
¿Entonces, ellos salen del cuerpo humano?
Me respondió,
«Todos viene de dentro. Los enemigos de un hombre son de su propia casa».
¿Pero, cómo distinguimos los astrales de los espíritus elevados?
Le pregunté
Ya te he dado una clave. Ellos son espíritus halagadores. Te voy a decir algo más. Ellos siempre desprecian a la mujer. Lo hacen porque su mortal enemigo es la intuición. Este es otro signo: ¿Hay algo fuerte? Lo debilitan, ¿Hay algo sabio? Lo convertirán en locura. ¿Hay algo sublime? Lo van a distorsionar y se burlarán.
¿Pero, cómo distinguimos los astrales de los espíritus elevados?
Ellos siempre desprecian a la mujer. Lo hacen porque su mortal enemigo es la intuición.
Lo hacen porque son exhalaciones de la materia y no tienen naturaleza espiritual. Por esto persiguen a la mujer continuamente, enviándole un torrente de elocuencia para alejarla. Pero todo esto es en vano. Porque Dios la guiará a su trono y ella les pisará sus cuellos.
Por esto los Dioses elevados mostrarán a través de ella la interpretación que salvará el mundo. Una mujer abrirá las puertas del reino a la humanidad, porque solo la intuición puede redimir. Entre la mujer y los astrales siempre hay enemistad, por eso ellos buscan destruirla a ella y a su ministerio, y buscan ponerse en su lugar.
Ellos son las formas de ilusión que tentaron a los santos de la antigüedad con su exagerada belleza, con su vileza en el amor y con demostraciones de afección y halagos. Cuídese de ellos cuando adulan, porque lanzan una red para atrapar su alma”.
¿Entonces, -le pregunté– estoy en peligro? Porque también soy sensitiva.
Él me contestó.
“No. Usted es una poetisa. En eso está su fuerza y su salvación. Los poetas son los hijos del sol, y el sol los ilumina.
Ningún poeta puede ser vanidoso ni auto exaltado. Sabe que él habla solo las palabras de Dios. “Canto” –dice- porque debo hacerlo. Aprende una verdad que es conocida solo por los Hijos de Dios.
El Espíritu dentro de usted es divino. Es Dios. Cuando profetiza y cuando canta es el Espíritu dentro de usted que le da expresión. Es el “Vino Nuevo de Dionisio”. Por medio de este espíritu su cuerpo está iluminado, como una lámpara por la llama interna.
Entendamos que la llama no es el aceite, ya que puede haber aceite sin la luz. Sin embargo la llama no puede estar allí sin el aceite. Su cuerpo entonces es el envase donde se vierte el aceite. El aceite es su alma, un combustible refinado.
La llama es el Espíritu divino, el cual no nace del aceite, sino que es otorgado por la mano de Dios. Usted puede apagar el Espíritu totalmente y por lo tanto perderá la inmortalidad. Cuando la lámpara se rompe, el aceite se esparce sobre la tierra y algo de humo surgirá de él para luego no dejar huellas.
Algunos aceites son más finos y más espontáneos que otros.
El aceite más fino es del alma del poeta. Y como medio de la llama del Espíritu de Dios, se quemará con mayor claridad, poder y brillantez, tanto que incluso los ojos mortales difícilmente pueden resistir su brillo. En tal persona, el alma está llena de sagradas emociones.
Él ve lo que ningún otro hombre ve y la atmósfera que lo rodea es luminosa. Su alma se transmuta en fuego y cuando la lámpara de su cuerpo se rompe, su llama sube y se eleva hasta unirse al fuego Divino.
¿Crees que alguien así puede ser vanaglorioso o auto exaltado?
No. Él es uno con Dios y sabe que sin Dios, él es nada. No le digo a ningún hombre que es la reencarnación de Moisés, o Elías, o de Cristo, sino que él puede tener el espíritu de ellos, si, como ellos, se hace modesto, humilde, y obediente a la Palabra Divina.
Él ve lo que ningún otro hombre ve y la atmósfera que lo rodea es luminosa. Su alma se transmuta en fuego y cuando la lámpara de su cuerpo se rompe, su llama sube y se eleva hasta unirse al fuego Divino.
Entonces, no busque “controles”. Mantenga su templo para el Señor Dios de los ejércitos y aléjese de los cambistas, vendedores de palomas y negociantes de artes curiosas. Sí, trátelos con un látigo, si es necesario.
Interpretación de «Los Poderes del Aire»
El tema nos refiere a la atención que debemos tener para evitar las tentaciones.
Lo primero que nos dice es que esos tentadores no tienen fuerza. Solo tienen la fuerza que nosotros le demos. Pero como son de nuestra propia creación, esos seres nos adulan y nos ilusionan haciedonos pretenciosos.
La fuerza nuestra está en desarrollar nuestras habilidades y ponerlas al servicio de los demás con humildad. Sabiendo que todo poder viene de Dios y que sin él, somos pura vanidad. Tenemos que refinarnos, para que despues de esta vida nuestro espíritu se eleve hasta unirse al fuego divino.
En la frase «tratelos con el látigo, si es necesario», se hace referencia a Cristo, quien azotó a quienes usaban el templo para hacer negocios. Esos seres que nos tientan están en nuestro templo y debemos expulsarlos.
Debemos desarrollar nuestras habilidades artísticas.
El secreto más importante, todo ser que nos de insinuaciones de menosprecio a la mujer debe ser evitado. Esos seres están dominados por esas fuerzas astrales. No debemos permitir que esos seres nos controlen.
No debemos permitir que esos seres nos controlen
Entonces, no busque “controles”. Mantenga su templo para el Señor Dios de los ejércitos y aléjese de los cambistas, vendedores de palomas y negociantes de artes curiosas.
Sí, trátelos con un látigo, si es necesario.
Referencias
Anna Bonus Kingsford capítulo XV Concerning the «Powers of the Air»
José Contreras redactor y traductor en la gran familia de hermandadblanca.org
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