Reviviendo a la casita del árbol

En los últimos años algunos países han decidido hacer de la política de inclusión no sólo una medida aplicable a los seres humanos, está trascendiendo también a la naturaleza y a los animales, en sí a todo ser vivo.

Cabe mencionar que en dónde más se ha aplicado ésta medida es en países dónde la cultura de respeto y bienestar social es lo más importante. Países en dónde el nivel educativo es considerablemente mayor.

Sin embargo éste tipo de medidas están al alcance de todos nosotros, no es algo que sea difícil de realizar, es algo que posiblemente nos demande solamente un cambio de mentalidad  y de actitud.

Si alguna vez nos hemos dado el tiempo de caminar de manera tranquila y contemplativa en los bosques o sitios con biodiversidad habremos notado el bienestar que se respira, se pueden apreciar mariposas, ardillas y lo no menos importante a los árboles.

En las grandes ciudades de hoy los árboles y cualquier tipo de vegetación son una especie en extinción. Así podemos notar que se devastan zonas arboladas para construir centros comerciales, edificios y grandes corporativos. Lo que posiblemente no sabemos es que los más afectados somos nosotros mismos al eliminar una fuente natural de oxigeno y purificación del ambiente, que no nos cuesta nada y sólo nos demanda respeto.

En algunos filmes apocalípticos como Mad Max se observa un futuro con un ambiente desolado, sin árboles, en consecuencia no hay suficiente agua, no hay alimentos y un continuo  efecto cíclico de calor que si lo pensamos un poco da mucho miedo.

En contraste los países y personas que se están anticipando a las posibles consecuencias están sembrando bienestar, salud y por si fuera poco paisajes de gran belleza, están apostando a la  prosperidad.

De manera física es importante, pero existen también algunas corrientes espirituales que afirman que en los bosques y lugares llenos de vegetación se encuentran seres que proveen de bendiciones a todos los que por ahí transitan.

Como siempre aunque de manera relativa lo de moda es la devastación, de manera absoluta lo que nos es verdaderamente beneficioso es incluir como parte de nuestro paisaje a la vegetación.

Las señales existen somos nosotros los que debemos tener la sensibilidad y talento para entenderlas y aplicarlas. Tomar la dirección de la salud y abandonar la cultura del deterioro  de nuestro entorno disfrazada de felicidad.

Todo ser vivo humanos, animales y plantas tienen una función en particular, el desaparecer cualquiera de éstas significa un desequilibrio que puede ser detrimental. Por ejemplo, la eventual desaparición de las abejas tendrá como repercusión la falta de polinización y la falta de vegetación, ya muchos científicos advierten de éste hecho. Si observamos un poco ¿Cuántas abejas hemos visto en la última semana?.

El promedio de vista es de una abeja a la semana lo que significa ya su posible extinción y de manera secundaria también la posibilidad de la nuestra.

Como siempre la recomendación aquí  es enfocarnos  en una dirección diferente a la que actualmente estamos orientados, cambiar de mentalidad y de actitud, actuar con la seguridad de que todo lo positivo que realicemos retornará a nosotros en ese mismo sentido, sembremos conciencia y todo lo demás por añadidura se nos dará. Solo porque así es.

AUTOR: Pilar Vázquez, colaborador de la gran familia de la Hermandad Blanca