El Tao y MTC: del Colgado, de la Muerte y La Fuerza

En el camino del peregrino, a lo largo de su existencia, dejamos abandonados recuerdos y situaciones que creíamos eran mágicas.

El peregrino sabe entender que no es un NO definitivo, es simplemente, un AHORA NO.

No todavía. No porque no es el tiempo de recoger, es el tiempo del barbecho.

Carta de Naturaleza Yin, cuyo elemento es el Metal, permite que el alma se llene del néctar de lo que hemos aprendido, para transformarlo mañana.

Usar esa sabiduría, practicarla todavía no es el tiempo. El fruto no esta maduro aún. Lo sabido hoy está tan poco desarrollado que puede dañar más que sanar.

Paciencia, recogimiento y espera. Pero sin olvidar que está en nosotros. Que palpita en nuestro interior. Hemos plantado la semilla, ahora hay que esperar que llegue el tiempo de cosecha.

Con la confianza que todo labrador tiene en la Madre Tierra.

Este Arcano de Naturaleza Yin, es de los pocos que por mucho que alguien se pare a pensar, muy difícilmente lo podemos en una Plenitud agobiante. Cierto es, que está Plenitud (haciendo referencia con este concepto a las emociones de tipo caliente) nos da ciertos comportamientos que, con el tiempo, suelen dañar la salud de quien esté al lado de una persona con Energía del Colgado.

El Ser que busca el victimismo, para conseguir lo que desee. Toda víctima abriga dentro de sí a un verdugo. La plañidera que siempre se queja, el eterno «miserere mei» (mísero de mí), que hace que los demás calientes sus emociones que luego acabarán reprimiendo.

Quién no ha conocido alguien así?.

Este arcano tan apocado, nos enciende a los demás.

Pero, en otras ocasiones, nos inspira pena.

El ser humano que se sacrifica por los demás, aquel que se queda sin pan para dárselo a los hijos. Se olvida que si repite esta acción nada le podrá dar a sus hijos cuando esté muerto (de hambre, de sed, de frío).

Aquel que se queda varado, como un barco olvidado, y no sabe si ir hacia un lado o hacia otro. Siempre inmóvil. Como si sus piernas, no tuvieran energía. Y ahí se queda, para siempre…alimentando tantos «no me lo merezco», «no puedo hacerlo», «Total, para qué?».

La culpabilidad, la baja autoestima que nace de la culpabilidad, le dejan arrinconado para siempre…

Como un juguete viejo.

Autora: Isabel Vázquez redactora en la gran familia de hermandadblanca.org

El Arcano XIII, también conocido por La Muerte o la Demolición, es un Arcano de Naturaleza Yin; elemento Agua.

El Agua que renueva si se mueve, el Agua que todo lo arrastra; el Agua que se puede transformar en hielo o en vapor.

Cuando este Arcano esta en armonía, el Ser acepta el cambio. Acepta la destrucción que es sinónimo de renovación.

Todo tiene un final en la vida, y este final lleva consigo mismo un comienzo. En Medicina Tradicional China, La Muerte está relacionada con el órgano Riñón, y asímismo, esa Muerte también es un Comienzo, pues el riñón tiene forma de un feto humano.

«Todo fluye. Nada permanece» decía el filósofo Heráclito y así sucede con este Arcano, el cual, su fluir es constante por lo que jamás nos bañaremos en las mismas aguas. Y no somos las mismas personas que éramos esta mañana al levantarnos.

Lavoisier dijo:» La Energía ni se crea ni se destruye; sólo se transforma». Nosotros somos Energía…

Y yo os pregunto: Entonces, la Muerte existe?

El Arcano XIII es, en sí mismo, una lección de humildad tan grande como la Naturaleza. Esa humildad le da su grandeza.

Nos habla de un final absoluto, de una pérdida irreparable que nos hundirá en «La Noche Oscura del Alma».

Pero se nos olvida que todo final tiene un principio y todo principio tiene un final.

Sólo hay que mirar el trabajo del campesino:

Recoge la cosecha y la guarda mientras, de algunos frutos, hace conservas y prepara la tierra para la próxima recogida.

La Tierra no muere con el crudo invierno…La Tierra descansa en paz.

Pero cuando este Arcano está en desequilibrio, nosotros NO descansamos en paz. Nos aferramos a un recuerdo, a una persona amada y NO

DESCANSAMOS EN PAZ.

Autora: Isabel Vázquez redactora en la gran familia de hermandadblanca.org

El Arcano de La Fuerza, carta de Naturaleza Yang. Masculina y Activa. Le correspondería el Elemento Tierra y nos aporta firmeza.

Cuando hablamos de la Fuerza en esta carta, no nos referimos a la fuerza bruta.

El 11 es un número Sagrado que nos da Consciencia por encima de lo terreno, pero sin alejarnos de la Madre Tierra.

La Fuerza de la Voluntad, la Fuerza de la Fe, La Fuerza para sobrevivir. Esa es la Energía que tiene el Arcano XI..

La Mujer que abre las fauces del león, lo hace con firmeza y seguridad. No duda, tampoco se «esfuerza», su Fuerza es la determinación y el animal se deja hacer sin temor y con confianza.

La consciencia por encima de la Fuerza animal. 

El ser humano es Consciencia e instinto. Gracias a éste podemos y hemos podido sobrevivir a lo largo de los siglos.

Pero se trata de vivir sin luchar contra la Fuerza de la Gravedad. Simplemente aprender a vivir con ésta. La Fuerza no se demuestra luchando, se demuestra adaptándose.

La Fuerza de la gravedad que cae sobre nuestras cabezas y en la Tierra es la que nos enseña. No es una enemiga; es una aliada, todo depende de nosotros.

Cuando la carta de la Fuerza está en armonía, dijimos que la persona no malgastaba energía innecesariamente. Pero hay quien malgasta hasta el agotamiento y hay quien ahorra hasta que arde.

Ponemos fuerza y voluntad en solucionar problemas y poder seguir nuestro camino sin obstáculo alguno, pero nuestra lucha no es el Aquí y Ahora. Cuántas veces nos pre-ocupamos de algo o alguien, sin que nada haya perturbado su equilibrio. Cuántas veces nos ocupamos de algo o alguien, pensando en las consecuencias futuras…En un constante bucle de preocupación que no nos lleva a nada, sólo a perder Energía. A agotarnos.

«Si no tiene solución, no te preocupes; Si tiene solución, no te preocupes».

El miedo nos hace que queramos controlar las situaciones y las personas de forma constante y extenuante para el otro y para nosotros.

Y el miedo se convierte en un ataque al prójimo, incluso a veces, de tipo físico.

La agresividad que es sinónimo de acción, no de crueldad, se convierte en violencia racista, machista, infantil… Y por la fuerza, queremos controlar situaciones que vemos lejos de nuestro control y que son la imagen de nuestros fantasmas internos.

Y de luchar, de tanto pelear…de tanto controlar, de tanto permanecer impertérritos nos debilitamos. Nos agotamos. No tenemos fuerza para seguir, para discutir, para luchar…Simplemente…

No tenemos Vida.

Autora: Isabel Vázquez redactora en la gran familia de hermandadblanca.org