Una verdad sobre levantarse de madrugada.

He visto o leído bastantes informaciones/desinformaciones sobre este tema y me he dado cuenta que hay un denominador común ; por lo general, no se plantea que hacer cuando uno tiene esta experiencia continuamente. Y como siento que nos faltaba esta parte, sumaré mi experiencia enfocada en esta dirección.

Tenemos tres caminos principales: el camino de la sociedad del miedo que plantea ataques y historias “para no dormir/vivir”, el camino medicinal que plantea una respuesta física o psíquica en necesidades puramente fisiológicas o en trastornos del sueño, donde una vez alcanzado un estado concreto se produce una descarga eléctrica en el sistema nervioso y eso produce un sobresalto. Y finalmente el camino del despertar para un despertar espiritual que seria un doble despertar si se me permite poner un poco de humor jejeje.

Hay tantos días como noches y por lo tanto tenemos tiempo de experimentar los tres caminos a lo largo de nuestra evolución. En base a esa cantidad extensa de tiempo que pasamos acostados, creo que seria muy desmesurado dar como verdad única uno de los tres caminos y descartar los otros.

Si empezamos por el segundo camino, en muchas ocasiones comer excesivamente, o mal, o tener estrés o el exceso de liquido puede llevarnos a producir unas reacciones fisiológicas que provocan un despertar súbito en medio la noche. Lo que no va a pasar es que cada día suceda lo mismo, a la misma hora, ya que las variables de nuestro día a día deben producir efectos alternos en nuestro descanso nocturno. No creo que cada día comamos lo mismo por la noche, ni a la misma hora. Por esta razón si pasamos por este proceso podemos localizar que factores nos afectan y poner solución para mejorar el descanso. Otro síntoma de este camino es el cansancio acumulado con el paso de los días, aspecto que no predomina en los otros caminos.

Si seguimos con el primer camino, el del miedo, hay que tener en cuenta que hay una alimentación para exagerar sobre este campo y alimentar así los miedos de las personas y que están se anclen y no avancen. Lo que vemos y sentimos es una traducción de nuestra mente a unas emociones y energías que se no acercan. No hay un tío feo y horripilante mirando mal y haciendo gestos extraños, hay una densidad negativa en otro estado que activa nuestro sistema de alerta y la mente nos hace traducir lo que nos han inoculado mediante los medios de comunicación. En este camino podemos distinguir entre densidades desencarnadas y densidades de pensamientos ya que a veces pueden aparecer pensamientos que no nos pertenecen como si fueran nuestros y que no sabemos que pintan en nuestra existencia. Es como si mediante las ondas AM, FM o WIFI o algo parecido, se mandaran paquetes de información con pensamientos no muy agradables ni positivos.

El tercer camino, el que realmente nos interesa en este momento, tiene un factor desinformante para distorsionar que debamos clasificar y desanclar. No hay una hora especifica para todos los seres que despiertan de madrugada, hay diferentes horas según al grupo vibracional al que se pertenezca y por lo tanto nos iremos despertando en base a ese grupo de trabajo. Tampoco vamos de hora en hora, que puede quedar muy avanzado decir de las 3 a las 3.55 A.M. pero no cobra mucho sentido cuando el trabajo en el campo espiritual es atemporal como hemos podido experimentar en varias ocasiones cuando estamos inmersos estos campos.

Por las diferentes fases y grupos por los que he pasado y para no especificar ni condicionar en exceso, hay un grupo que se mueve a partir de las 3 A.M., otro que empieza hacia las 4 A.M. Cuando nos acercamos a las 5 se activa otro y pasada esta hora otros cada media hora aproximadamente hasta las 6.30 que empezaría el último grupo. No puedo afirmar que hayan más grupos ya que no los he experimentado, pero seria de buen pensar que es muy posible atendiendo a la cantidad de seres de luz encarnados que hay actualmente.

Cada grupo pertenece a un trabajo concreto que pertenece a una vibración determinada y ese proceso de colaboración nos hace aportar nuestra dedicación y nos ayuda a crecer la conciencia. Al dedicar horas a una actividad concreta vamos automatizando y integrando de forma colectiva y por resonancia también individual.
El proceso de trabajo es sencillo, como todo lo que proviene de la luz. Nos levantamos a hacer nuestras necesidades fisiológicas ( eliminación de toxinas ), tomamos algo de agua ( conexión ), nos acostamos de nuevo y hacemos una breves respiraciones, suaves pero profundas, contamos al revés, de 10 hasta 1 o con la técnica que mejor se adapte a nuestra esencia y nos quedamos en observación de las emociones que nos surgen, pensamientos, visiones, sonidos concretos. Depende de la sensación que nos venga iremos trabajando una u otra cosa. Nos dejamos ir con todo el amor incondicional posible, relajados y disfrutando de estar aportando nuestro mota de polvo estelar al proceso del universo. Si me desplazo a una visión concreta, detecto la emoción del momento y aprendo de ella, la dejo hacer, observando, integrando, perdonando, sanando y en definitiva creciendo. No me canso de repetirlo, siempre desde el amor incondicional. Todo en positivo, sin palabras trampa de poderes ni ensalzamientos egoicos, desde la humildad de ser creadores. Las interferencias son una gran oportunidad de sanar y que trato con mucho cariño pues han sido parte de mi camino. Nos levantan o nos levantamos porque estamos preparados y es nuestro momento de sumar. Desde aquí mi gratitud más profunda a cada uno que pasa por este proceso.