Yo Soy Sofía a Través de Gillian MacBeth-Louthan
Yo soy Sofía. Soy el aliento de la creación. Traigo en mis palabras y energías una realización que no proviene de la sustancia de la Tierra, sino de las Estrellas. Les pido que saboreen la dulzura que son ustedes mientras besan los labios de Dios. Les pido que saboreen la dulzura de lo que estaba destinada a ser su vida antes de que eligieran el conflicto. Entren en la plenitud de su poder en esta hora de luz. No esperen una quincena; no esperen ni un día más hasta que sea apropiado en sus percepciones. Porque en el esquema del conocimiento universal y los esquemas de luz universal, solo existe este momento. En este instante necesitan llenarse con todo lo que quieren ser. No hablen de lo que lograrán algún día, más bien lleven a cabo ese logro en su mente, en las imágenes de su corazón y las imágenes de su palabra en este momento, en este pensamiento. Descubrirán que mientras hablan se escucha un suave murmullo en su corazón cuando comienza a vibrar con la verdad tan rápido que se crea música. Estas no son las palpitaciones del corazón sino el sonido del amor que resuena a través de las cavernas de su ser.
Yo soy Ella, la que fue susurrada a la existencia por la boca de Dios. A veces me ven como Shekina, el aliento sagrado, el Espíritu Santo. Soy femenina por naturaleza, pero no siempre se me representa como tal. Llego con la vibración y las enseñanzas de la antigua orden de la Magdalena. Al creer, ustedes dan a luz un Mundo Nuevo el día de hoy. Dan a luz una gran esperanza blanca que reside tan profundamente en su memoria celular que aún no la han visto en su mundo. Ustedes dan a luz hoy una culminación mientras giran en espiral y bailan alrededor de todas las capas y facetas de su alma y de sí mismas, posándose finalmente en clímax dentro de los océanos de su ser. Yo Soy la que aún falta que encuentren en su interior. Soy el sagrado femenino que buscan, pero no siempre ven reflejado en el espejo de su vida. Soy el rostro sagrado de la luz femenina de Dios y vengo a sanarlos al venir a darme a luz a mí misma.
Es hora de que celebren todo respecto a ustedes. Para todos ustedes es una hebra en el tapiz del manto de luz. La puerta se abre para que vean y celebren. Su vida necesita ser una celebración de quiénes quieren ser y quiénes saben que son.
Hagan jirones los abrigos invernales que visten como protección y permitan que se vea su glorioso y hermoso ser. No les teman a sus emociones o a sus cóleras o a sus pasiones. No les teman a sus días de pelos de punta. Si hacen sonar mi nombre en su corazón, los voy a ayudar a sanar. Eso llega como un elixir. Digan mi nombre en voz baja para si – Sofía – Sofía – Sofía. ¿No alivia las espinas de su ser? Porque “en ese sonido reside un recuerdo” y en ese recuerdo hay una gran sanación.
Les agradezco que sean quienes son. Ustedes no han permitido nunca que otros quebrasen su espíritu aun cuando hubo veces en que estuvieron muy cerca de eso. No permitan que nadie tome su corazón. Pueden darlo todo lo que quieran, pero no dejen que otros tomen sus sueños o sus anhelos. Den y den y den. Esa es la puerta a la mayor sanación de todas. Invítenme a pasar y yo los conduciré a través de los pasadizos que han olvidado. Corran descalzas en los templos de su pasado. Permítanme conducirlos a un lugar de culminación. Yo soy Sofía.