El Discipulo y las Crisis Ashramicas | Conferencia de Vicente Beltran Anglada

Rosa (Editora)

vicente-anglada-hermandadblanca.orgBarcelona, 15 de septiembre de 1983

Vicente Beltrán AngladaInterlocutor: Ampliando un poco la conferencia del sábado que fue tan super interesante y condensada, pero quizás hay un punto que a mí me gustaría que ampliaras más y es aquél en que hablas del Discípulo Aceptado ya en el Corazón del Maestro, en el cuarto plano del plano mental, cuando hay precipitación kármica, y yo tengo la curiosidad por saber si se es consciente ya, cuando se está en ese plano, de que esa precipitación corresponde a ello, a que ha sido provocado, que es necesario, si es consciente físicamente en este plano.

Vicente: El cuarto nivel es el nivel del discípulo aceptado, no en el corazón del Maestro que está en el quinto plano. Entonces, como que nuestro universo es septenario, tanto en los ashramas como en las propias esferas de Shamballa están en dimensiones compartidas, si podemos decirlo así; el número cuatro que corresponde a los discípulos aceptados es el más interesante, el más conflictivo y también el de la máxima, digamos, expresión superior, si se sigue bien, digamos, el proceso. En el cuarto subplano gravita toda la fuerza del ashrama, porque es el punto de paso de las energías que provienen del Maestro, de los iniciados que constituyen, digamos, su concilio particular en el ashrama. Aquellos iniciados de los cuales hablamos y los aspectos inferiores del ashrama: los discípulos en probación, los aspirantes espirituales y la gran masa de personas que están aliadas, de una u otra manera, o afiliadas por leyes de parentesco, o de relación o de profesión con algún miembro activo del ashrama, estos constituyen, digamos, la periferia de este grupo selectivo dentro del ashrama, o del ashrama en sí.

Entonces, cuando el individuo pasa –es interesante remarcar esto– del estado de probación al de aceptación, hay una tremenda crisis en la vida del discípulo. Hablamos de un contacto del discípulo en probación con el Maestro, en el domicilio del Maestro si está en cuerpo físico, o en cualquier lugar del plano mental si el Maestro no tiene cuerpo físico porque puede darse eso también. Y, en esta pequeña entrevista el Maestro le pregunta al discípulo: ¿Quieres ser de los nuestros? ¿Quieres pertenecer a la Gran Fraternidad? El discípulo asiente porque tal es la ley y entonces se produce dentro de su vida un cambio total de situación.

Entonces, en virtud de la aceptación, acepta también un acrecentamiento de la fuerza del karma, existe la precipitación. La precipitación kármica es un proceso que corresponde principalmente a los discípulos aceptados, mostrar una aquiescencia afirmativa a las palabras del Maestro y, entonces, por obra y gracia de esta aquiescencia se han convertido en miembros activos del ashrama, sean o no conscientes de ello.

Un discípulo aceptado puede ser o puede no ser consciente de que es un discípulo aceptado, y se da el caso que hay iniciados que no saben que son iniciados, pero en su vida de relación social se comportan como perfectos iniciados, la diferencia es ésta, es el testimonio de la gracia, como se dice místicamente. Pero, el discípulo que está en este estado sufre unos grandes trastornos en su vida, digamos, kármica; entonces, se precipita el karma en forma de enfermedades físicas, de enfermedades que tienen que ver con pequeños desarreglos en el cuerpo etérico, algún chacra que no funciona correctamente y tiene que ser re-educado o reorientado y, entonces, en virtud de esta precipitación de fuerza ashrámica sobre aquel centro provoca por invocación una aceleración de un karma que hubiese tardado quizás muchos años en producirse y se produce casi instantáneamente. Son enfermedades físicas, son problemas de orden ambiental pues el discípulo se va haciendo sensible y entonces se encuentra, digamos, casi como desligado del ambiente, se encuentra aparte del ambiente, aún no ha comprendido que hay que estar aquí aunque no seamos de aquí, vivir aquí sin ser de aquí como decía Cristo, todavía no ha comprendido la lección de que pertenece a esta etapa superior.

Pero, lo que sí es evidente es que la crisis existe, o la multiplicidad de crisis. A veces en la vida del discípulo aceptado convergen crisis físicas, astrales y mentales, todo a la vez. Constituye lo que llamamos una precipitación total y, naturalmente, en el fondo viene a ser como una participación activa dentro del karma del Logos Planetario, hay que insistir en esta cuestión, que en esta etapa de discípulo aceptado, el discípulo debe aprender a sumergir sus pequeños problemas porque son pequeños contemplados desde el plano causal dentro del gran karma del grupo mayor. El karma que corresponde al grupo egoico en el plano causal, el karma que corresponde al propio ashrama, a la titularidad o a la totalidad de los miembros que constituyen el ashrama, y después también a la totalidad del karma de Sanat Kumara, el que está informando con Su Vida el Planeta, o bien Aquél que está por encima de Sanat Kumara, que es el Logos Planetario.

Debe aprender a través de las crisis de precipitación a surgir como nuevo dentro de un hemisferio que todavía tiene, ahí está la dificultad, porque podemos decir que existen las tensiones cuando se entra en el camino de Probación. Hay crisis cuando se está en el proceso de discípulo aceptado, y hay una cualidad de emergencia o de superación espiritual, cuando el discípulo asciende a las alturas y se sitúa por ley de jerarquía en aquello que se dice esotéricamente: el Corazón del Maestro. A partir de ahí empiezan las iniciaciones de las cuales hicimos alguna referencia.

Pero, lo interesante es que el discípulo sea consciente perfectamente de que las crisis deben ser afrontadas, no deben ser desviadas de su camino, vienen porque él ha impuesto un ritmo a su vida diferente del ritmo que están creando los demás seres humanos. Quizás podéis decir que todo el mundo tiene crisis y, es verdad, pero una cosa es sostener una crisis con una sensibilidad embotada como ocurre con la gran masa de la humanidad sin ningún intento peyorativo y la crisis que asola al discípulo a quien se ha despertado la sensibilidad psíquica, o mental, o espiritual, a todos los hechos y los acontecimientos.

Por ejemplo, era frecuente en los guerreros de la raza atlante de perder un miembro en la batalla y volver a la batalla sin el miembro, porque la sensibilidad atlante era muy diferente de la sensibilidad aria. Entonces, se empezaba a desenvolver la sensibilidad psíquica, físicamente había casi trascendido, pero la raza aria tiene la sensibilidad física por el sistema nervioso supremamente educado, finamente estabilizado, tiene también la sensibilidad psíquica a todo cuanto ocurre a su alrededor, los sentimientos, todo cuanto pertenece al equipo emocional de los seres humanos que le rodean repercute sobre su aura psíquica y esto le causa un gran malestar. Y, mentalmente, empieza a ser sensible al mundo de los significados mentales y empieza a horadar con la espada de la justicia aquella nube de cosas cognoscibles a que hacía referencia Pablo de Tarso.

Se ha convertido en un conocedor, pero todavía no tiene la responsabilidad para utilizar el conocimiento en bien del conjunto. Debe aprovechar el conocimiento para solucionar sus pequeños problemas kármicos, son grandes problemas cuando estamos analizándolos en nuestra vida, digamos, particular, pero cuando estamos en el plano causal y contemplamos los pequeños problemas de la personalidad, estamos viendo que realmente nunca un problema es digno de tener en cuenta, son tempestades en vaso de agua, como vulgarmente se dice. Pero, si consideráis honestamente cuánto os ha ocurrido desde que estáis en contacto más o menos activo con un grupo esotérico, debéis notar fundamentalmente grandes transformaciones, de tipo espiritual, de tipo mental, de tipo emocional y de tipo físico.

En uno, en el aspecto físico, ha venido como consecuencia de tener que reorientar un centro definido. Habitualmente es el centro del plexo solar produciendo dificultades en todo lo que llamamos las entrañas individuales, y es aquella referencia que se hace de Prometeo, que después de alcanzar la luz de los dioses es encadenado sobre una piedra en lo alto del Olimpo, y las águilas y los buitres roen sus entrañas, da una pequeña idea de las enfermedades del discípulo en estas crisis iniciáticas que corresponde a la iniciación, digamos, dentro de la aceptación en un grupo definido, no es la iniciación jerárquica, pero son pequeñas iniciaciones que están enseñándole al discípulo la senda de la verdadera iniciación.

En todo caso, todos os habéis dado cuenta de que existen en vuestra vida crisis, que se han centuplicado, por decirlo de alguna manera, desde que habéis entrado en contacto con el grupo. Serán crisis, como digo, físicas, emocionales, mentales, espirituales, cada cual tendrá que decidir el nivel dónde tiene que actuar para solucionar aquella particular crisis en su vida kármica. No sé si te he contestado… (Leer o escuchar completa en los enlaces abajo)

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