7 cuadrados mágicos

La creatividad abarca la ardiente potencialidad y es impregnada con el fuego sagrado del corazón. Irradiando la luz de la bienaventuranza somos al mismo tiempo médicos, creadores y protectores.

Los antiguos Magos de Persia, que también eran médicos, pretendían curar las enfermedades aplicando a la parte enferma un cuadrado mágico, siguiendo el conocido principio de medicina: “primun non nocere”, es decir, primer principio, no dañar.

Un cuadrado mágico es el resultado de dividir cierto número de casillas, también cuadradas, y dentro de cada una de ellas un número sin repetición, de modo tal que se obtenga siempre la misma suma en cada fila, en cada columna y también en cada diagonal.

Las Tablas del Destino están constituidas por los 7 cuadrados mágicos de los astros y juntos forman un juego adivinatorio. Se desconoce su origen, pero no su funcionamiento, el cual se apoya a la vez sobre la geomancia, la astrología, la ciencia y la simbología de los números de la cábala y de la adivinación cotidiana. Su cronología se funda en la jerarquía celeste de los astros: Saturno, Venus, Júpiter, Mercurio, Marte, Luna y Sol; los cuales son a su vez el origen de los días de la semana en sentido inverso.

En cuanto al número de casillas el orden sería. Saturno, Júpiter, Marte, Sol, Venus, Mercurio, Luna.

Está dividido en 9 casillas (3×3). Las sumas de los números de las líneas verticales, horizontales y diagonales son siempre igual a 15. El total de todos los números inscritos en las casillas de este cuadrado es 45. Los números atribuidos a Saturno son el 9, el 15 y el 45. Este primer cuadrado nos lleva al concepto de cuadrado latino, en el que se ha estandarizado las primeras fila y columna al seguir el orden natural de los números.

Este cuadrado trae a nuestra imaginación la importancia del número tres en la creación, como lo podemos constatar en el cubo soma. Consiste en un juego de siete módulos para diseñar en tres dimensiones. El patrón del cubo soma es un cubo unitario, montado en un cubo de 3x3x3 para un total de 27 cubos pequeños.

Está dividido en 49 casillas (7×7). Las sumas de los números de las líneas verticales, horizontales y diagonales son siempre igual a 175. El total de todos los números inscritos en las casillas de este cuadrado es 1225. Los números atribuidos a Saturno son el 49, el 175 y el 1225.

Este cuadrado trae a nuestra imaginación la importancia del número siete en la creatividad, como lo podemos constatar en el tangram chino. Consiste en formar siluetas de figuras con  siete piezas geométricas sin solaparlas. El patrón del tangram es un triángulo pequeño, por lo que el cuadrado estaría conformado por 16 de tales triángulos (4×4).

Para los celtas, el druida no es sólo el sacerdote que venera el agua, la tierra, el aire y el fuego, sino que es también médico, curandero, filósofo, astrólogo, mago, adivino, poeta, músico

La Dama del Lago es responsable de la desaparición de Merlín, al encerrarlo por toda la eternidad en una cueva, aprovechando la influencia que tiene sobre el mago enamorado. Según el Lanzarote en prosa, Merlín enseñó sus secretos mágicos a Niniane, por la promesa que ésta le hizo de que, en pago, ella le entregaría su amor. Sin embargo, Niniane aprovecha el conocimiento de estos secretos para encerrar a Merlín. El mago ya había visto su propio destino, pero no fue capaz de evitarlo, lo cual supone que Niniane poseía un poder extraordinariamente fuerte para manipular y encantar, aún a un gran hechicero.

Está dividido en 16 casillas (4×4). Las sumas de los números de las líneas verticales, horizontales y diagonales son siempre igual a 34. El total de todos los números inscritos en las casillas de este cuadrado es 136. Los números atribuidos a Júpiter son el 16, el 34 y el 136.

El encantamiento más utilizado en los cuentos de hadas, y que el hada o la bruja pronuncia para producir o deshacer un encantamiento es “abracadabra”. Dicho encantamiento está relacionado con las letras número de la cábala y significa “el cuatro parte”. El cuatro que se invocaba en este caso eran las cuatro letras del nombre de Yahvé ( YHWH) y lo que partía eran los cuatro elementos: Tierra, Aire, Fuego; Agua. Los cabalistas de la Edad Media dijeron que significaba también padre, espíritu y palabra, es decir, “la palabra del espíritu del padre” invoca las fuerzas naturales simbolizadas por el número cuatro, y en este caso por el Dios Júpiter.

Está dividido en 64 casillas (8×8). Las sumas de los números de las líneas verticales, horizontales y diagonales son siempre igual a 260. El total de todos los números inscritos en las casillas de este cuadrado es 2080. Los números atribuidos a Saturno son el 64, el 260 y el 2080.

Podemos ver en este cuadrado una relación directa con el I Ching, la inteligencia de las mutaciones,  los signos del cambio. Los ocho trigramas básicos serían los siete cuadrados mágicos más el cuadrado de la Tierra (10×10?) uno de los dos principios primordiales, el principio yin, que es realizado en las fuerzas de la Tierra. La Tierra, como campo cultivado acoge en sí la simiente del Cielo u de la forma. El Cielo (Mercurio) es la realización del principio yang que fecunda a lo receptivo. El trueno (Júpiter) es la vida que irrumpe de las profundidades de la Tierra; es el principio de todo movimiento. La montaña (Saturno) es la imagen de la meditación que, al mantener quieto lo externo produce la vitalidad de la internalización, es el lugar donde muerte y vida se tocan. El Viento (Marte)  caracteriza el fluir de las fuerzas de la realidad dentro de la forma de la idea, penetra todos los espacios, atraviesa todo y crea “realización”. El Lago (Venus) está hacia el lado Yin. El Agua (Luna) es el contraste de Fuego (Sol) Representa la religión del eros mientras que el sol representa el logos. Las bodas de la luna y el sol son el secreto del proceso mágico que engendra al Niño, el nuevo hombre.

Está dividido en 25 casillas (5×5). Las sumas de los números de las líneas verticales, horizontales y diagonales es siempre igual a 65. El total de todos los números inscritos en las casillas de este cuadrado es 325. Los números atribuidos a Saturno son el 25, el 65 y el 325.

Fue el número cinco el que dio origen a la palabra pentáculo, una estrella de cinco puntas que representaba los cinco elementos que constituyen la armonía del mundo. La mayoría de los pentáculos utilizados en magia ritual y práctica también se basaron en la simbología de la cábala y en la de los astros. Los pentáculos se acuñaban en forma de medalla metálica, en oro para el sol, cobre para venus y plata para la luna.

Está dividido en 81 casillas (9×9). Las sumas de los números de las líneas verticales, horizontales y diagonales son siempre igual a 369. El total de todos los números inscritos en las casillas de este cuadrado es 3321. Los números atribuidos a Saturno son el 81, el 369 y el 3321.

Este cuadrado nos lleva a relacionarlo con el Sudoku. El objetivo del sudoku es rellenar una cuadrícula de 9 × 9 celdas (81 casillas) dividida en subcuadrículas de 3 × 3 (también llamadas «cajas» o «regiones») con las cifras del 1 al 9 partiendo de algunos números ya dispuestos en algunas de las celdas. Aunque se podrían usar colores, letras, figuras, se conviene en usar números para mayor claridad, lo que importa, es que sean nueve elementos diferenciados, que no se deben repetir en una misma fila, columna o subcuadrícula. La solución de un sudoku siempre es un cuadrado latino, aunque la acción recíproca en general no es cierta ya que el sudoku establece la restricción añadida de que no se puede repetir un mismo número en una subcuadrícula.

Está dividido en 36 casillas (6×6). Las sumas de los números de las líneas verticales, horizontales y diagonales son siempre igual a 111. El total de todos los números inscritos en las casillas de este cuadrado es 666. Los números atribuidos a Saturno son el 36, el 111 y el 666.

Los cuadrados mágicos son empleados para establecer un llamamiento correcto a una entidad espiritual, marcando los trazos que dicha entidad tenga establecido para sí. Una vez comparezca la entidad puede reclamársele que exprese su nombre e incluso que le enseñe otros atributos que el mago desconoce sobre dicha entidad.

La ciencia de invocación y evocación, constituye el acercamiento en la nueva era de una humanidad polarizada mentalmente. Cuando el hombre sabe que él es divino, ha de  reemplazar la adoración, actitud del místico, por la Invocación, actitud del mentalista.

Evocar: Es solicitar la presencia de una entidad, para que comparezca ante el mago. Allí donde está el mago una entidad hace manifiesta su presencia mediante sonidos, luces y sombras o formas más o menos corpóreas así como olores y sonidos bastante indescriptibles algunos.

Invocar: Es solicitar que se cumpla una petición. La entidad no hace acto de comparecer, aunque el mago puede recibir impresiones internas de su manifestación.

Dichas manifestaciones en cambio no tienen por qué recibirlas otros asistentes en caso de haberlos.

También son usados sin requerir la presencia de las entidades referenciadas, mediante peticiones por escrito, si ya se conoce el efecto de los signos, en tal caso, basta trazar el signo y hacer uso de las oraciones pertinentes. También, cuando no se quieran usar signos o no se conozcan de modo más general, puede trazarse completamente el cuadrado que corresponda a la entidad que se quiera invocar, junto a alguno de sus nombres este es el caso de los llamados amuletos y talismanes.

NOTA DEL EDITOR

Este artículo fue tomado de El hombre que calculaba de Malba Tahan y La Enciclopedia de las artes adivinatorias de Didier Colin.

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