Anna Bonus Kingsford La visión de Adonai (Parte 1)

José Contreras

Anna Bonus Kingsford La visión de Adonai (Parte 1)

Introducción a La visión de Adonai

Continuamos con la presentación de la obra de la Doctora Anna Bonus Kingsford. En esta ocasión, traducimos la parte tres de «Clothed With The Sun» que tiene por título “CONCERNING THE DIVINE IMAGE OR THE VISION OF ADONAI”.

En esta parte, la doctora Kingsford se va a referir a Adonai, que en hebreo quiere decir “El Señor”. Al igual que la palabra Jehova, Adonai señala que en Dios están los dos sexos. El masculino y el femenino. Esto ya nos indica que la interpretación de que Dios es un ser marculino se tiene que reinterpretar y que al decir que Dios creó al hombre y a la mujer a su imagen, significa que la mujer también surge de la esencia de Dios.

Esta idea se va a mantener al ampliar el concepto de Dios como Padre, Hijo y Espíritu Santo al de Padre-Madre, Hijo-Hija y Espíritu Santo. Este último también tiene funciones dinámicas y estáticas.

A partir de Dios en tres personas y cada persona con su polaridad, van a surgir todos los seres que llamamos dioses y Arcángeles. Estos correspondes más ordenes que a individuos.

Todo esto es para llevarnos al concepto de Dios, de Adonai. Que es un ser exigente que solicita que lo conozcamos ya que si lo imaginamos limitado, reproduciremos esas limitaciones, pero si lo imaginamos creativo y libre y perfecto, así seremos ya que al final la imagen que tengamos de Dios será la imagen que tengamos de nuestras posibilidades.

El texto que presentamos es la traducción de la primera parte de Concerning The Divine Image Or The Vision Of Adonai

Traducción de La visión de Adonai (Parte 1)

Adonai «El Señor»

Debido a la santidad y a lo impronunciable del Tetragramatón o palabra de cuatro letras que en hebreo constituye el nombre de Jehová, los hebreos invariablemente la sustituyen al decir el nombre de Adonai, que en la Versión autorizada de la Biblia significa “El Señor”.

Dios el Padre-Madre

Sin embargo, estos nombres son esencialmente idénticos, en cuanto que ellos implican una dualidad que corresponde a la de los sexos; una dualidad que surge necesariamente de la naturaleza de la función completada por el portador, que no es otra que la Divinidad como expresión, palabra o creador en su carácter dual de Padre-Madre de lo cual se sigue que esta persona de la trinidad es, propiamente, no simplemente el “hijo”, sino “hijo-hija”

Como se ha mostrado, la Trinidad consiste de Padre, Madre e Hijo (respectivamente, energía, sustancia y fenómeno) y representa un modo de la divinidad que lógicamente (no cronológicamente ya que el tiempo no tiene que ver con lo eterno) es antecedente al de la Trinidad eclesiástica, donde el “Hijo” aparece como segunda persona y el Espíritu Santo como la tercera.

En este aspecto, la “Madre” (substancia) se fusiona en el “Padre” (energía o voluntad). Los dos juntos constituyen una persona: la primera. El Hijo aparece como la segunda, mientras que la tercera es el Espíritu Santo, o la divinidad en su modo activo o dinámico como diferente de su modo pasivo o estático. El Espíritu Santo procede del Padre-Madre a través del soporte y en idéntica naturaleza , el Espíritu Santo es dual como ellos y consiste en energía y sustancia.

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La Trinidad Padre, hijo y Espíritu Santo se transforma en Padre-Madre, Hijo-Hija y Espíritu Santo. Estamos hechos a imagen de Dios.

Los siete espíritus de Dios

Por esta razón los nombres y símbolos denotan al Espíritu Santo como masculino y femenino de acuerdo a la modalidad o función que le concierna. En su procesión a través del hijo, el Espíritu santo se diferencia en siete modos o potencias llamadas los Siete Espíritus de Dios, de la misma forma en que la luz en su emergencia desde el prisma se presenta en siete rayos.

Estos son los siete espíritus de Dios, los Elohim creativos, los cuales con las tres personas de la Trinidad constituyen los diez Sephirots de la Kabala.

Dioses y Arcángeles

Las funciones de los principios Supremos y esenciales en la naturaleza Divina se denominan, al entrar en manifestación, Dioses y Arcángeles y en tanto ellos son múltiples y variados como la esferas y reinos de la naturaleza, todo los cuales son operativos y comprenden innumerables grados y diferencias, se repiten como las notas de una escala musical en muchas teclas y tonos, sus nombres son más bien títulos y ordenes que designaciones de individuos.

Las almas sensitivas

En ningún caso pueden ser asimiladas por lo sentidos externos, pero para las almas suficientemente maduras y sensitivas, estas se manifiestan bajo formas personales y simbólicas de sus oficios, siendo ambas vistas y oídas desde el Yo interior.

Así como el Arco Iris es uno, aunque los arcoíris son legión, -en cuanto todas son las manifestaciones de un mismo principio inherente a la naturaleza de la luz- así cada divinidad multiplica su personalidad, en tanto cada apariencia es solo una manifestación fresca del único principio que subsiste en la naturaleza divina y por esta razón subsiste también en cada alma que es capaz de polarizar la divinidad.

Así es el alma “Madre de Dios” y también madre de los Dioses y “El hombre es un universo en sí mismo. Teniendo los tronos de todos los Dioses en su templo”
Y de su cooperación surge la edificación del mundo en del reino de Dios y del hombre en la imagen Divina, la de Adonai. Vinculada a esta imagen, el hombre tiene y es Cristo, siendo Cristo el equivalente o contraparte en el hombre de Adonai en substancia.

Y Con excepción de Adonai, ellos son los objetos más elevados de la percepción sensible del alma. Adonai es el más alto de tales objetos debido a que él es la imagen que se contempla en el punto focal formado por la convergencia de todas las conciencias del sistema y su polarización en el más alto plano.

Más allá de él está la “Luz Invisible” –la “Oscuridad Divina” de los primeros místicos cristianos-. El mar ilimitado de sabiduría, amor y poder infinitos, no formado, ni manifestado, la divinidad difundida universalmente. Impersonal en el sentido radical de la palabra, pero personal en el más alto grado de su sentido real, el de la conciencia esencial y en Adonai tomando forma y personalidad en ambos sentidos.

El Jehova o Adonai de los Hebreos no es un mero dios “tribal”, como suponen los escritores más ingeniosos y eruditos que experimentados y perspicaces, al referirse a la fuerza de las representaciones defectuosas de Él en las Escrituras Hebreas.

Tampoco es solo un aspecto parcial de la deidad ni un ser irreal e imaginario. Es realmente la divinidad única y suprema. El punto central, radiante y fundamental del universo –Es su sol espiritual- el Dios de los Dioses, de quien proceden todos los otros y de quien los otros son modos o aspectos.

Él es esto absoluta e ineludiblemente, aun cuando sean incompletas y engañosas las concepciones y representaciones humanas de Él. Al reconocerlo como tal, Él es descrito como un Dios “celoso” que reprueba la adscripción a lo bajo o a lo parcial de los honores que se le deben solo a lo más alto y al todo. Él es esto, no por su propia necesidad –Él no puede sufrir pérdida- sino por la necesidad de sus criaturas que, al limitar su ideal de la perfección Divina, se expulsan ellos mismos de la realización de su propia perfección y por lo tanto de ser hechos a imagen Divina. Ya que lo que el hombre piensa, eso es.

los seres humanos, al limitar su ideal de la perfección Divina, se expulsan ellos mismos de la realización de su propia perfección y por lo tanto de ser hechos a imagen Divina. Ya que lo que el hombre piensa, eso es.

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Nuestra cultura occidental nos negó que la feminidad también pertenece a Dios. La visión de Adonai nos afirma que Dios tambien es mujer.

Los seres humanos al limitar su ideal de la perfección Divina, se expulsan ellos mismos de la realización de su propia perfección y por lo tanto de ser hechos a imagen Divina. Ya que lo que el hombre piensa, eso es.

Interpretación de La Visión de Adonai

Recordamos que la Doctora Kingsford propone la “nueva interpretación” y esto implica que no hay que seguir dogmas, sino que hay que hacer el esfuerzo para comprender.

Hay dos ideas que son importantes. Una es la de reconocer que los seres humanos somos hechos a imagen de Dios. Esto significa que si somos hombres y mujeres, Dios no puede limitarse a ser solo masculino, como nos lo muestran las imágenes de un Dios Padre.

Otra idea es que al limitar a Dios, por ejemplo al imaginarlo solo como Padre y no como Madre, no lo estamos limitando a él. Nos estamos limitando a nosotros.

Otro ejemplo, cuando creemos que Dios solo protege a los que son de nuestra religión y que los demás están equivocados, estamos olvidando que esas otras posiciones pertenecen a un rayo del Arco Iris diferente al rayo nuestro.

En la próxima entrega seguiremos con la segunda parte de “La visión de Adonai».

Referencia

Anna Bonus Kingsford Concerning The Divine Image Or The Vision Of Adonai https://www.sacred-texts.com/wmn/cws/cws74.htm

 

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2 comentarios

  1. Es increíblemente hermoso
    comprender que somos hijos naturales desde el principio de los tiempos de un padre y una madre, que resultan ser el mismo creador del universo.
    soy un hijo de la luz y del amor, soy una extensión de de la mente suprema del creador.
    gracias

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