Aristóteles: La apasionante Ética a Nicómaco y cómo nos ayuda a encauzarnos hacia La Virtud (Primera Parte)

Lucas María

 

escultura de Aristóteles

«Sólo hay felicidad donde hay virtud y esfuerzo serio, pues la vida no es un juego.»

Aristóteles

Somos seres prácticos. Nuestras vidas se componen de acciones que llevamos a cabo una seguida de otra, de manera sucesiva. Uno estudia para recibirse, se recibe para conseguir trabajo, trabaja para ganar plata, usa la plata para adquirir comodidades, quiere esas comodidades para… etc.

Pareciera que todas nuestras acciones están direccionadas a un bien deseado. Aunque muchas veces terminamos enroscados en una cadena de medios para conseguir algo que no sabemos qué es.

¿Existe acaso un objetivo final al que esté dirigido nuestro accionar? ¿Que en sea valioso en sí mismo y no como medio para otra cosa?

Bueno, Aristóteles cree que sí: Eudaimonia (“eu”-bueno, «daimōn«-espíritu), la palabra griega para felicidad, bienestar o prosperidad.

En su libro Ética a Nicómaco, él se pregunta cómo puede el hombre conseguir eudaimonia en su vida.

Pero para entender su filosofía, primero vamos a repasar brevemente quién fue Aristóteles.

Quién fue Aristóteles

Aristóteles (Estagira, 384 a. C.-Calcis, 322 a. C.) es uno de los pensadores griegos cuyos aportes han sido más significativos para el pensamiento occidental.

Fue discípulo de Platón y maestro de Alejandro Magno, y logró evolucionar la mayoría de las áreas científicas que abordó. Es reconocido, por ejemplo, por ser el padre de la lógica y la biología. También se dice que Aristóteles fue el filósofo del Justo Medio. Más adelante veremos por qué.

Aristóteles sostiene que cada vez que el hombre lleva a cabo una acción, lo hace en búsqueda de un bien. El bien supremo es la felicidad, y la felicidad es la sabiduría.

En esta obra relaciona el carácter con la felicidad, y nos explica la importancia de la Virtud, y de esto es que hablaremos a continuación.

Primero, y muy importante, es entender que la Virtud para los antiguos griegos no es el concepto de virtud actual. No es una cualidad interior, sino las propiedades que algo posee que le permite concretar su función correctamente.

 

La Ética para Aristóteles

buenas y malas influencias

La ética para Aristóteles está dentro del conocimiento que él llama sabiduría práctica, pues equivale a la acción del hombre, no al pensamiento.

Él quiere entender qué es lo que le da al hombre la posibilidad de vivir bien, de alcanzar su felicidad. Dice que nuestro fin es la felicidad duradera. Ahora, para lograr nuestra función debemos ver cuál es la Virtud que nos lleva a ella.

La respuesta a este interrogante yace en una propiedad que es distintiva del hombre.

Según Aristóteles, somos animales racionales. El hombre también posee instintos y apetitos, pero si nos guiáramos solamente por ellos no seríamos diferentes a los otros animales. Tenemos la capacidad de trascender la naturaleza con la que nacimos, mediante la razón. Por lo tanto lo que nos distingue, nuestra Virtud, tendrá que ver con el razonamiento, o como Aristóteles lo llama, logos.

Pero el logos por sí sólo no es suficiente, dado que puede razonarse hacia el bien o hacia el mal. Necesitará, pues, ser empleado virtuosamente.

Aristóteles dice que el razonamiento establece el plan, pero el instinto puede elegir si lo cumple o no. Si se vive con Virtud, se actuará de acuerdo al plan.

Esto es importante pues en nuestra vida constantemente podemos direccionarnos hacia el bien. Hacia nuestra felicidad, nuestra eudaimonia. Pero muchas veces nuestro deseo es más fuerte que nuestra práctica de la Virtud. Somos así nuestra propia traba, nuestra frustración. Nos negamos nuestra posibilidad de alcanzar la plenitud.

Desde cuestiones simples de salud y bienestar, como bajar de peso con una dieta, hasta temas moralmente más relevantes. Siempre dependeremos de nuestra virtud.

En lo que a virtud respecta, Aristóteles distingue dos tipos: Morales e Intelectuales.

Virtudes Morales en Aristóteles

Nacemos con una disposición natural a actividades como percibir, digerir, desear, crecer, etc. Estas disposiciones están insertas en nosotros por defecto, pero hay otras que pueden moldearse con entrenamiento.

Al producto de este entrenamiento Aristóteles lo llama hábito. Mediante los hábitos, puedes cambiar tu naturaleza y moldear el instinto con la Virtud.

Es decir, forjar tu carácter. Si los hábitos son buenos, tu carácter será virtuoso. Sino, tu carácter será vicioso.

Aquí es donde entra tu tarea en el asunto. ¿Cuáles son los hábitos que estás practicando? ¿De qué manera le estás dando forma a tu carácter? ¿Cuál es el fin que está motivando tus comportamientos?

Entonces, la Virtud Moral está orientada hacia el fin al cual se dirigen nuestras acciones.

Dice Aristóteles: “Por lo tanto, la Virtud es un hábito, una cualidad que depende de nuestra voluntad, consistiendo en este medio que hace relación a nosotros, y que está regulado por la razón en la forma que lo regularía el hombre verdaderamente sabio”.

Estamos dándole forma a nuestro carácter contínuamente desde la niñez, lo que es en realidad una buena noticia. Cada momento de nuestra vida es una oportunidad para reprogramarnos y moldear nuestros hábitos de manera virtuosa.

Pero también hay un punto que debemos entender. La Virtud no significa realizar acciones indeseadas sólo porque debemos hacerlo. La acción no es por sí sóla la que denota la Virtud.

Uno podría ayudar a una viejita a cruzar la calle sólo para impresionar a una chica.

No. Para juzgar el carácter hay que ver el estado interior de la persona, cómo se siente al realizar la acción.

disciplina y entrenamiento

El tema de la Virtud: Ordenando el Deseo

Sabemos que nuestra configuración natural es buscar el placer y evitar el dolor. Pero esto no es necesariamente vicioso en sí mismo.

El placer y el dolor son sensaciones naturales. La cuestión no es suprimir esas sensaciones, sino moldearlas. Reorganizarlas para sentir placer al actuar virtuosamente y dolor en el acto vicioso.

Esto, mis queridos amigos, se da con tiempo y disciplina. Al principio los actos morales pueden sentirse forzados, pero la práctica moldea el carácter.

Puedes centrar tu vida hacia el objetivo de perseguir el Bien.

Puedes lograr la felicidad y el bienestar reorganizando tu carácter. No es tarea fácil, pero es tarea alcanzable.

Y está completamente en tus manos.

Lo escrito hasta aquí es suficiente para empezar a hacer un examen de conciencia sobre nuestros hábitos y comportamientos. Para tomar las decisiones que creamos necesarias al respecto. ¿Qué elegiremos, la Virtud o el vicio?

Tenemos que entender que nuestro propio equilibrio depende de esa decisión, más allá de lo que los demás vean en nosotros.

Quiero, mediante este pequeño artículo, alentarte a que te embarques en este proceso. La vida tiene otro sabor cuando te encaminas hacia la Virtud.

En próximos artículos hablaré sobre las Virtudes Intelectuales, y ahondaré en las herramientas que esta apasionante obra de este impecable pensador nos brinda.

Allí los espero.

AUTOR: Lucas, redactor en la gran familia de hermandadblanca.org

FUENTES:

6 comentarios

  1. me pareció excelente tu enfoque conceptual ondeando en lo macro, tienes algún blog donde trabajes estos temas? Saludos. o un pasa a paso de libros como guía para tener un camino integral de conocimiento, no se si me hago entender.

  2. Lucas buenos días buen articulo y doy gracias al Santo Bendito Sea por toda la hermanda blanca por enseñarnos estos grandes conocimientos para alimentarnos con la sabiduría divina, gracias lucas y a toda la hermanda

  3. Hola Lucas como estas? muy buena tu nota, estoy mirando el libro y es medio dificil de entender, habra algun otro mas practico? gracias!!

    1. Graciela, ¿cómo estás?
      Mira, el pensamiento Aristotélico es complejo. Para entender bien estas obras es necesario introducirse en su filosofía. Además, la Ética Nicomaquea fue escrita en el s.IV a.C, por lo tanto utiliza muchos términos comunes de la época y el contexto histórico y filosófico, ni hablar de que esta es solamente una traducción del original.
      Si encuentro algún análisis más pormenorizado y no muy técnico, veré de subirlo a la página y comentártelo.
      ¡Te mando un abrazo!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

xxx