Cocreación consciente:»Que se haga tu voluntad en la tierra como en el cielo.»
En el proceso de cocreación consciente, siempre deseamos controlar los tiempos, las formas, y no nos entregamos al proceso. Una de las enseñanzas más profundas se sintetiza en una sola frase: «Que se haga su voluntad en la tierra como en el cielo.»
¿Que significa realmente esta afirmación? «Que se haga tu voluntad en la tierra como en el cielo.»
Probablemente encierra una de las verdades más grandes de nuestro universo. El cielo y la tierra unidos en una sola danza de un orden perfecto. El cielo y el suelo, arriba y abajo, adentro y afuera. Lo que es en el micro cosmos es en el macro cosmos.
En el macro cosmos vemos como todo se mueve con una perfección asombrosa, en un orden perfecto. Ningún eclipse, ninguna constelación, ningún sol nace al azar. Los planetas rotan y se mueven cada uno a su tiempo y ritmo, el universo pulsa de forma perfecta, como un corazón latiendo a un compás perfecto.
Nunca hemos visto que un planeta decida cambiar de dirección ni una constelación cambiar de forma simplemente porque se han aburrido de seguir siempre de la misma forma. Y mira tus células, como cada cual hace lo que debe para mantenerte vivo/a, día a día.
Pero tú. Tú estás siempre intentando apurar procesos, compararte con el que está a tu lado y querer ganarle para llegar antes a ninguna parte. Tú estás permanentemente luchando por tener algo que no tienes, vivir de una forma diferente, lidiando con la vida y remando en contra de la corriente. Se nos olvida a a diario, que seguir el ritmo de este baile y disfrutar el proceso. Se nos va la vida queriendo llevar un compás propio, solo para diferenciarnos de los demás.
Que se haga tu voluntad, no es rendición sino completud.
Que se haga tu voluntad es la certeza plena de que puedo fluir a través de la inspiración divina que es amor, que es abundancia que es plenitud. Que se haga tu voluntad es fe, es la confianza plena de que la felicidad está río abajo y solo tengo que soltar. Que se haga tu voluntad es comprender de una vez que solo el universo es mi límite y que al entregarme a su flujo y hacerme uno con el puedo vivir en completa armonia porque esa es mi es esencia.
Solo los seres humanos tratamos de torcerle siempre la mano al destino. Nuestro libre albedrío no es respecto de lo que queremos llegar a ser, si no la posibilidad que se nos ha dado de aceptar o no ese amor profundo del universo en nuestras vidas. Podemos libremente negarnos y ser movidos por el miedo, por la carencia y el dolor, y no….no somos juzgados por ello. Pero, de verdad queremos seguir negándonos a todo lo maravilloso que hay para nosotros como niños taimados haciendo pataleta? En lo personal yo prefiero decir: Que se haga tu voluntad en la tierra como en el cielo y entregarme a la experiencia sin resistencia.
¿Cómo? No es tan difícil, cierra los ojos y respira. Solo respira, siente el universo danzando a tu alrededor, siente como está en orden y deja de pelear. Todo lo que debes solucionar, todo lo que debes hacer no es más que una ilusión. Todo se está moviendo, todo se está transformando tu solo debes seguir el ritmo. Tomate un tiempo diariamente para sentir hacia donde te debes mover. Habrá días en los que querrás avanzar y otros detenerte, siente la perfección en ello y déjate llevar.
AUTOR: Beatriz Cueto, redactora de la gran familia de hermandadblanca.org
Puedes descubrir más de Beatriz en su web www.cocreandomimundo.cl