Conocimiento y Sabiduría

En realidad, la mayor parte del tiempo, utilizamos éstos términos como sinónimos ¿no es así? y la verdad es que hay una distancia importante de uno a otro.

Cuando se habla de Conocimiento normalmente se hace referencia a conceptos, al proceso de conocer, así podemos conocer y aprender matemáticas, idiomas o algún país, es un proceso básico que no requiere más que saber de qué se trata lo que vemos y en su caso memorización. El proceso anterior de conocer y observar, es por ejemplo, cuando observamos a algunos niños jugando, entonces conocemos que les gusta hacer, sabemos que se ríen y en ocasiones pelean. Conocer es de alguna manera un proceso básico después de el de observar.

Pero entonces, ¿Qué es la sabiduría?, para empezar no es un proceso básico ya que implica más que observar y conocer, en la sabiduría existen muchos otros procesos que son importantes, encontramos al principal que es el discernimiento, esto es que no solo nos limitamos a conocer una cosa o persona, también analizamos las múltiples variables que intervienen o cuentan, por ejemplo, ¿de dónde es?, ¿Qué le gusta hacer?, ¿Qué le gusta y disgusta?, ¿Qué aprecia de la vida y de su vida?…y la mayor cantidad de preguntas que logremos contestarnos. Después podemos observar sus reacciones ante la pobreza, la riqueza, un bebé, un anciano, a un enfermo, cómo le gusta trabajar y en qué?…hasta aquí ya tenemos bastante no es así, sin embargo la sabiduría implica análisis discriminativo y exhaustivo, no significa que lo hagamos con el objetivo de juzgar, calificar y etiquetar, en realidad el objetivo es realizarlo para vincularlos con  las cosas tal  como en realidad son y ocurren.

Un paso adicional es contrastar nuestra experiencia con lo que estamos conociendo u observando, por ejemplo, observo que aquélla persona es orgullosa, pues en base a lo que hemos vivido buscamos los momentos en los que hemos estado relacionados con situaciones de orgullo, observamos cual ha sido nuestra experiencia al respecto, posiblemente fuimos poco tolerantes o simplemente no nos importó. De alguna manera comenzamos a entender al otro de una manera realista más allá de la observación y el concepto.

Es verdad lo que afirman acerca de que la sabiduría se adquiere con los años y es cierto pues es la experiencia es la que nos sirve de soporte del análisis que debemos hacer en todo momento para conocer, relacionarnos y tomar decisiones al respecto.

Si observamos un momento, la sabiduría de alguna manera, nos permite saber que el estar enamorado es una cuestión química y temporal y que si en realidad queremos que surja una relación honesta y sólida de éste estado debemos ser sabios y discernientes en cuanto a lo que por experiencia propia nos gusta o no, aceptamos o no.

Hay que tener cuidado de no llevar éste análisis a un plano calculador de la vida, lo cual también es incorrecto y para nada sabio, lo que debemos hacer es entendernos nosotros mismos conociendo lo que aceptamos, lo que podemos tolerar y lo que nos hace feliz a pesar de la cantidad de dificultades que podemos y debemos enfrentar en algún momento.

Así pues dispongámonos a no solo escuchar y reflexionar sino también a analizar profundamente lo que estamos dispuestos a hacer y dar, con lo que podemos convivir y lo que podemos tolerar, claro que el amor al otro u otros es la base, pero debe descansar en la claridad profunda de lo que podemos hacer para construir una edificante relación y lo que debemos evitar para arruinarla. De alguna manera nos estamos cuidando a nosotros y a los otros que es de lo que en realidad se trata la felicidad y el bienestar genuino. Construir sobre roca firme y disfrutar en plena y absoluta paz.

AUTOR: Pilar Vázquez, colaborador de la gran familia de la Hermandad Blanca