Despierta: El sonambulismo de Antoni Mello

Eva Martín Garcia

Las Escrituras siempre lo están insinuando, pero uno nunca comprenderá una palabra de lo que dicen las Escrituras hasta que despierte. La gente dormida lee las escrituras y crucifican al Mesías basándose en ellas. Para entender las Escrituras, uno debe despertar. Cuando despierta, ellas tienen sentido. Lo mismo que la realidad. Pero uno nunca podrá expresarlo con palabras. ¿Usted preferiría hacer algo? Pero aún así, debemos estar seguros de que usted no está actuando sencillamente para liberarse de sus sentimientos negativos. Muchas personas se lanzan a la acción, y lo único que logran es que las cosas empeoren.   No   proceden   del   amor,   proceden   de   sentimientos negativos. Proceden de la culpa, la ira, el odio; de un sentido de injusticia, o lo que sea. Usted debe estar seguro de su «ser» antes de lanzarse a la acción. Tiene que cerciorarse de quién es usted antes de actuar. Infortunadamente, cuando las personas dormidas se lanzan a la acción, sencillamente cambian una crueldad por otra, una injusticia por otra. Y así es. Meister Eckhard dice: «No es por sus acciones por lo cual usted se salvará» (o despertará, llámelo como quiera), «sino por su ser. No será juzgado por lo que hace, sino por lo que es». ¿De qué le sirve alimentar al hambriento, de dar de beber al sediento o visitar a los prisioneros?

Recuerde esta frase de Pablo: «Si entrego mi cuerpo a las llamas y doy todos mis bienes para alimentar a los pobres y no tengo amor…» No son sus acciones, sino su ser lo que cuenta. Entonces podrá lanzarse a la acción. Usted puede hacerlo o no hacerlo. No puede decidirlo hasta que despierte. Infortunadamente todo el énfasis se concentra en cambiar el mundo y se pone muy poco énfasis en despertar. Cuando usted despierta, sabrá lo que debe hacer   y lo que no debe hacer. Algunos místicos son muy raros. Como Jesús quien dijo algo así: «Yo no fui enviado a esa gente; por ahora me limito a lo que debo hacer ahora mismo. Quizás más tarde». Algunos místicos enmudecen. Misteriosamente algunos de ellos cantan. Algunos de ellos entran a servir. Nosotros nunca estamos seguros; en cambio, ellos son su propia ley: Ellos saben exactamente lo que se debe hacer. «Láncese al calor de la batalla y mantenga su corazón a los pies del Señor», como dije antes.

Imagínese que usted no se siente bien, y que está de mal humor, y que lo llevan a un hermoso paisaje. El paisaje es hermoso, pero usted no está de humor para ver nada. Unos días más tarde usted pasa por el mismo sitio y dice: «¡Cielos! ¿En dónde estaba yo que no me di cuenta de esto?» Todas las cosas son hermosas cuando uno cambia. Usted mira los árboles y las montañas a través de unas ventanas mojadas por la lluvia de una tormenta, y todo lo ve borroso y sin forma. Usted quiere salir, y cambiar esos árboles, cambiar esas montañas. Espere un momento, examinemos su ventana. cuando cesa la tormenta y cesa la lluvia,  y  usted  mira  por  la  ventana,  dice:  «cómo  se  ve  todo  de diferente». No vemos a las personas ni a las cosas como son, sino como somos nosotros. Por eso, cuando dos personas miran a algo o a alguien, se obtienen dos reacciones diferentes. Vemos las cosas y a las personas no como son, sino como somos nosotros.

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¿Recuerda esa frase de la Escritura sobre cómo todas las cosas resultan para el bien de quienes aman a Dios? Cuando usted finalmente despierta, no trata de que sucedan cosas buenas; sencillamente suceden.  De pronto usted comprende que todo lo que sucede es bueno. Piense en algunas personas con las que usted vive a quienes le gustaría hacer cambiar. Las encuentra de mal humor, desconsideradas, poco  fiables,  traicioneras,  o  lo  que  sea.  Pero  cuando  usted  sea diferente, ellas serán diferentes. Ésa es una cura infalible y milagrosa. El día que usted sea diferente, ellas serán diferentes y usted las verá de manera diferente. Alguien que antes era temible, ahora parecerá asustado. Alguien que antes era ofensivo ahora parecerá asustado. De repente nadie tendrá poder para herirlo. Nadie tiene el poder para presionarlo. Es algo así: Usted deja un libro en la mesa y yo lo cojo y digo: «Usted me está presionando con este libro. Tengo que tomarlo o no tomarlo». La gente vive demasiado ocupada acusando a los demás, culpando  a  todos  los  demás,  culpando  a  la  vida,  culpando  a  la sociedad, culpando a su vecino. Usted nunca cambiará de esa manera; continuará viviendo su pesadilla, nunca despertará.

Ponga en acción este programa MIL VECES:

a) Identifique sus sentimientos negativos

b) Comprenda que ellos están en usted, no en el mundo, no en la realidad externa

c) No los vea como parte esencial del «yo»; estas cosas van y vienen

d) Comprenda que cuando usted cambia, todo cambia.

AUTOR: Antoni Mello

VISTO EN LIBRO: Despierta de Anthony de Mello

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