Ejercitar el músculo de la mente
Es verdad que en el mundo de hoy en el que reina el aspecto físico y la apariencia , no nos preguntamos qué pasa con nuestra mente, con nuestras percepciones, emociones y proyecciones, de alguna manera parece que el tiempo apenas alcanza para lo físico y material.
¿Cuánto tiempo invertimos en nuestra mente?
Es una realidad que tenemos que poner atención a nuestra presencia física y posesiones pero ¿Cuánto tiempo y energía invertimos en esta tarea?, es algo muy importante para reflexionar y analizar.
Algunos maestros aseguran y con mucha razón que cuando la mente no se utiliza se atrofia, como un músculo que dejamos de ejercitar, por ejemplo cuando somos bebés tenemos por naturaleza gran elasticidad y flexibilidad en nuestro cuerpo, pero una vez que crecemos la movilidad de los mismos es casi nula o limitada, lo mismo acontece en nuestra mente…si no la ejercitamos se atrofia, empolva o como acontece con las computadoras permanece en estado de hibernación que sin que lo notemos sigue silenciosamente en deterioro.
Ejercitar la mente tiene que ver con lo más básico que es estudiar nuestros años escolares, universitarios y en sesiones de capacitación en el trabajo, claro que el adquirir y conocer conceptos es importante más no suficiente para aprovechar al máximo nuestra capacidad mental.
reflexionar y analizar
Memorizar es el inicio de ejercitar nuestra mente, el segundo es reflexionar, analizar con una mente que discierne y comprende de manera profunda, por ejemplo, cuando escuchamos de un tema importante o de interés debemos llevarlo al punto de cuestionarnos ¿cómo aplica esto a mi vida y desempeño?, ¿en qué ocasiones me he encontrado en una situación similar?, ¿haría lo mismo o tendría una posición diferente ante el mismo suceso?…cuestionar es una parte primordial en nuestro desarrollo mental….ya lo dijo el Budha…no crean lo que digo solo porqué yo lo digo …pónganlo en duda analícenlo y si les es útil aplíquenlo de manera perseverante.
El tercer paso muy importante es el de la meditación, en realidad todo lo que aparece a diario en nuestra vida cotidiana sirve para meditar, por ejemplo cuando observamos a algún anciano podemos meditar en la vejez de nosotros y de los que nos rodean, ¿cómo vamos a enfrentar la situación?, ¿Qué podemos hacer para prepararnos?, ¿cómo vamos a manejar la situación si se hace presente en el mundo que nos rodea?…lo mismo aplica para la enfermedad, los conflictos, las alegrías, la ausencia o presencia de lo que deseamos y necesitamos…en realidad no es que no exista nada para analizar…solo se requiere de estar alerta para absorber conocimiento profundo más allá del concepto y mucho más intuición.
El último punto y no menos importante es el del posicionamiento que consiste en apropiarnos y corregir en nosotros, en nuestro interior lo que debemos modificar para vivir mejor o lo que debemos sumar al mundo de nuestra experiencia diaria. Por ejemplo si descubrimos que el ochenta por cierto del tiempo solo pensamos en adquirir cosas materiales, podemos sumar el que se convierta en hábito el dar a nuestro alrededor nuestro tiempo, o una parte de lo material que conseguimos ¿Por qué no?.
nuestra naturaleza completa
En fin es importante reflexionar en que si nos vemos sólo desde el lado físico y material no estamos comprendiendo nuestra naturaleza de manera completa, mental, espiritual ,y emocional, seremos algo así como una silla que tiene sólo una pata firme y las otras tres están a punto de romperse y en el largo plazo de colapsar…nos estaremos preparando sólo para responder a un nivel de nuestra existencia pero no a todos los que nos podemos enfrentar y que a su debido tiempo descubriremos que estamos discapacitados a nivel mental y espiritual aún teniendo todas las riquezas y tesoros posibles.
Esta es solo una aproximación, no solo somos cuerpo y mente, somos corazón…basta con dedicar un tiempo en nuestras apretadas agendas para crecer interiormente, el resultado será de gran impacto en nuestro desempeño diario, sólo se trata de emprender el viaje más allá de nuestra corporeidad y materialidad.
AUTOR: Pilar Vázquez, colaborador de la gran familia de la Hermandad Blanca