Es tiempo de volver a vuestra fuente, por el Arcángel Gabriel

Escuchadme, soy Gabriel, Arcángel de la Luz y la Unidad.

Las respuestas están en el aire. Todo es paz y consuelo en lo más hondo de vuestro interior. No dudéis, no os alarméis ante tanto dolor y tantos temores que os rodean. Todo eso es en vano. Las respuestas son claras y determinantes. No hay nada que pueda dañaros verdaderamente. Los límites los habéis puesto vosotros en el mundo de la forma. No tengáis miedo, pues el temor os inmoviliza y os da amargos resultados. El Padre os ama y os da la llave que todo lo abre. En los meses venideros, humanos desesperados se lamentarán como mártires que no encuentran su camino. No seáis así. Rectificad como sabios y alimentad la paz de vuestros corazones.

Los niños-puente abrirán sus ojos y sus labios. La unión entre hombres y la Tierra dará sus frutos. No temáis nada. Sois Seres poderosos, fuente de Luz y claridad. Nosotros os vemos y os acompañamos. Os tomamos de la mano para que sigáis el verdadero sendero, el que os lleva al reconocimiento de vuestra verdad. Ahora es tiempo de volver a vuestra Fuente. Sembrad lo que deseáis crear aquí. Obrad con respeto a lo Divino. Ved todas las formas como parte de todo lo que es. Pues no hay nada que sea vacío o inútil.

Los animales os ayudan a ver la realidad de lo que sois y las plantas os ofrecen su esencia y unidad con vuestras propias almas. Todo es Dios y en Él permanecéis siempre. Ayudad a otros que estén en la oscuridad. Aquellos que piensan que nada hay salvo esferas de odio y desdén. Emitid vuestra Luz hacia aquellos que eligen vivir en la sombra, así un día ellos verán que no hay nada que temer y se abrirá la puerta de su corazón. Amad a todos los seres y ved la Luz en cada pájaro, en cada niño, en todos los que os rodean.

Sentid la pureza del Ser y sentid la bondad infinita del ser humano. Contemplad la vida como un campo de experimentación y de unión con Dios. Cread un punto de unión en el que la confianza y la fe sean el puente hacia la Divinidad. Ante las desgracias, penas y epidemias que se garantizan desde algunos puntos de la Tierra, ofreced Gracia, perdón y el dominio de vuestras propias vidas. Levantad vuestras manos a Dios, unificad alma y corazón. Retirad las sombras de vuestra vida y ofreced a la Tierra la purificación y la Luz Divina.

Os pedimos que hagáis esto en cualquier sitio en el que podáis estar. Colocad las manos sobre vuestro corazón y sembrad ahí un punto de unión con Dios. Sentiréis que estáis a salvo y que nada os puede dañar. Santificad a vuestros niños. Que ellos vean la Luz que irradia su Ser. Que no teman a la vida desde que nacen. Y que sepan que no están solos y que Nosotros caminamos junto a ellos. Otros niños nacerán muy pronto y ellos serán como el canto de un jilguero al amanecer. Ellos pondrán un antes y un después en esta Tierra. Y serán el nexo entre culturas muy dispares. Tendrán nuevos dones que antes solo unos pocos experimentaron aquí. Los dones de la creación serán aumentados y dirigidos con mayor sabiduría desde ahora.

Llega el tiempo de la paz y la concordia. No veáis más el terror, llevando vuestra vida al caos. Ved y experimentad la Luz en todo su esplendor. Así sea.

Mensaje de Gabriel, transmitido por Elisa, vidente y canalizadora.