Mensaje del Arcángel Gabriel, canalizado por Elisa

Somos la Luz. La vida se estremece a Nuestro contacto.

Clarificad vuestra visión y todo cobrará sentido.

Somos Unificación y vida misma.

No controléis vuestra razón. Permitid ser a vuestra conciencia cósmica.

Los ideales son el motor de vuestra conciencia terrenal.

Conciencia y alma son la esencia de vuestro poder.

Aunad vuestros recuerdos y dudas y ponedlos donde no puedan molestaros.

La interferencia de vuestro dolor permite el combate que nunca termina.

La sobredosis de tanto daño es la causa de vuestro perjuicio.

No amparéis lo que no os da la dicha.

Oíd vuestros propios recuerdos, los que provienen de la Fuente Eterna.

El recuerdo de quiénes sois y por qué estáis aquí.

Habéis venido a recordar la maravilla de vuestra existencia.

Vais a florecer en amplios cristales y notas sublimes.

Os contaré una historia que os hará estremecer.

El Ángel Eterno Anaiel era hermoso y poderoso.

Sabía del bien y de la naturaleza del Padre.

Nada había que Él no pudiera sostener y reafirmar.

Una tarde, un precioso niño lloraba con amargas lágrimas de soledad.

El dolor le partía en dos y la duda desamparaba su corazón.

El Ángel sostuvo sus manos y le dio la dicha y el reconocimiento de su propia Luz.

Este niño supo entonces que era libre y era digno de todo lo maravilloso que El Padre le daba.

Este pequeño niño era Jesús, el Hijo del Padre.

Su dicha se volvió mansedumbre en los tiempos de dolor y espera hasta alcanzar la dicha de Dios.

Nada hay que combatir. Nada os puede dañar realmente.

La espera abre el camino que os lleva a quiénes sois.

No terminan los tiempos ni el horror se abrirá paso en la tierra.

Todo se amplificará. Los sonidos se harán palabras y el aire permanecerá inalterable.

El espacio se abrirá para que podáis contemplarlo y la vida será sin límites.

Nada se partirá ni habrá grandes dolores ni luchas.

Todo está en vuestra mano.

Debéis recomenzar.

Nos duele la duda y el abandono que dais a los que no tienen nada.

Abrid sus manos y sus ojos y ofrecedle el camino verdadero.

Santificad vuestras experiencias y después seguid caminando.

Nunca miréis atrás. Eso ya pasó.

La experiencia pasada es una llama que se apagó.

Todo está en vuestra memoria como la noche y el día. Ambos se funden en un mismo parpadeo.

Vuestros ojos verán las señales del Cielo.

Estad atentos al nuevo día. La esperanza se cierne en vuestros corazones.

Arcángeles de fuego están esperando que vuestras manos se abran a la Luz.

Cientos de estelas surcarán el horizonte.

La mirada del Divino está en el hombre.

Y Su susurro es vuestro caminar confiado.

¿A qué esperáis? Llega el tiempo de la concordia y la Luz Suprema.

Sed Fuente que renace y mana la vida.

Observad esas señales y todo cobrará forma.

El miedo desaparece.

Las naciones se unen en una sola.

La paz prevalece a pesar de las batallas que perduran en varios sitios.

Acudimos a la llamada de esos lugares sombríos que aún no quieren despertar a la Luz.

Y ponemos Nuestras manos en los hombres santos que alumbran a la humanidad.

Disponemos de herramientas que provienen del Padre.

La santidad es un gozo que nada tiene que ver con vuestro cuerpo.

El renacimiento de la salud provendrá de varias fuentes.

Una esperanza será compartida y creará nuevas vacunas potenciadas y sanadoras.

El código genético no se debe tocar sin ampliar sus capacidades regeneradoras.

No toquéis el puente entre cadenas estabilizadoras. Pues un desequilibrio tomará forma.

Y sed partícipes de la sabiduría y el amor.

Nada se detiene. La vida es flujo permanente.

Que haya paz en vuestros corazones.

Así sea.

MENSAJE DEL ARCÁNGEL GABRIEL, canalizado por Elisa, vidente y canalizadora.

LA ENCARNACIÓN, POR EL ARCÁNGEL GABRIEL

En la piel en la que se renace, se conforman cuatro sonidos del alma.

La purificación es amplia cuando se ha llegado al verdadero sonido con el que vibráis en armonía.

Estáis sentados, admirando los tesoros que se os han otorgado en esta vida y no reparais en lo verdadero.

El alma os llama, acudid a su llamada.

El alma os quiere desvelar sus más ocultos deseos.

Quiere glorificarse y expandirse en los océanos del Amor.

Esa es vuestra verdadera existencia, sublime y maravillosa.

No os habéis acordado demasiado de esa llamada que a veces oís sin saber muy bien cómo responder.

La llamada del alma se escucha como un susurro de la mente y una explosión del corazón.

Esa llamada os insta a reflejar vuestro interior y ofrecerlo a vuestra encarnación sin más demoras.

No insistais en otros trabajos y en tanta actividad, recorriendo campos diversos sin encontrar nada.

Acudid sólo a donde estéis llamados.

Recibid sólo lo que os corresponde a cada momento.

No enturbieis vuestra alma con vanos deseos y fútiles sensaciones, pues tan sólo el Amor os acompaña como parte de vuestro verdadero Ser.

Las encarnaciones son herramientas para generar más Amor entre todos los Seres.

Participad de esta verdad y ved la respuesta en todos los corazones, pues cuanto más Amor deis, mayor será esta expansión.

Y la Luz crece libremente desde los corazones unidos por el Amor.

Sed dignos de lo que sois realmente. Pues, Niños de Luz, sois tiernos Seres que alumbran cada rincón del Universo.

Permaneced en paz y seguid siendo portadores de esta maravilla.

Nosotros os observamos y atendemos vuestras necesidades.

Pues no hay nada que sea vacío y todo lo que es es la Luz.

El sendero es eterno y nada es lo que no debe ser.

Todo confluye en un sólo término.

Apagad las palabras vanas y unid vuestros corazones en una misma dirección.

Sed la Luz en cada recodo del camino.

Haya paz en vuestra vida.

Ser es el camino.

Sentir a cada paso esta verdad.