¿Has escuchado hablar de la Terapia de Aceptación y Compromiso?

En el presente artículo te contaremos a que nos referimos cuando hablamos de la terapia de aceptación y compromiso y lo fundamental de la misma para superar varios trastornos psicológicos básicos. Como la palabra lo indica es una terapia psicológica, la cual esta basada en las teorías cognitivos conductuales, pero que va un poco mas allá que aquella. 

Es una terapia que reconoce que el ser humano sufre, y no solamente por cuestiones que atañen al dolor físico, sino también y fundamentalmente el dolor psíquico. Busca su origen y ayuda a quien lo necesita a transformar y transformarse en el pasaje del sufrimiento al compromiso con su propia vida. Su objetivo primordial es ayudar a la persona en cuestión a poder enfrentarse a su lucha interna, para de esta manera poder empezar a vivir la realidad de la vida, enseñándole herramientas para aprender a vivir con el pasado, con los recuerdos, con la tristeza y con los miedos y no a pesar de ellos. En otras palabras le enseña a no ser victima de su pasado sino el protagonista de su presente y creador consciente de su futuro.

Es una nueva modalidad de psicoterapia que cuenta con el aval científico y forma parte de lo que se llama  popularmente hoy en día “la tercer ola” o en palabras mas elocuentes como “tercera generación de terapia conducta y cognitiva”. 

El marco teórico científico sobre el que se basa y se fundamenta, sugiere que cuando tenemos un problema utilizamos herramientas que en vez de ayudarnos, producen el efecto contrario. Es decir, se transforman en trampas que en vez de aminorar el sufrimiento, lo aumentan. Por lo que, nuestra mente en vez de ser nuestro mejor aliado, termina siendo nuestro peor enemigo.

Y acá me gustaría hacer un paréntesis y relacionarlo con lo que hoy en día escuchamos de muchas ideologías transpersonales y que varias tradiciones orientales ancestrales han enseñado durante siglos. Seguramente habrán escuchado, o tal vez es la primera vez sobre que, el infierno en realidad, tal como lo llama la tradición judeocristiana, lugar que lo ubica por debajo (vaya a saber debajo de que) y el cual esta lleno de monstruos, atrocidades, caracterizado por contener las peores criaturas y escenarios imaginados por el hombre, en el cual se cree es el lugar donde se alojará el alma humana luego de su muerte. Este destino esta asegurado en el caso de personas que hayan cometido a lo largo de su vida muchos pecados o uno grave. Eso hemos creído, y nos hicieron creer a lo largo de muchas décadas y hasta siglos, pero hoy, por suerte o por gracia divina, nos estamos permitiendo pensar y hasta creer que en realidad el infierno, como destino del alma luego de la muerte del cuerpo físico, no existe como tal. Sino que este infierno al que se referían las Sagradas Escrituras, malinterpretado luego por quienes llevaban adelante las instituciones, se referían a que el infierno, la sensación de estar viviendo una pesadilla, la creamos nosotros. Es decir, uno en la tierra puede vivir en el infierno o en el cielo, o incluso en el limbo, dependiendo nada más ni nada menos que de nosotros mismos. 

Tomando esta argumentación científica de la Terapia de Aceptación y compromiso, nos damos cuenta y comprobamos cada vez mas lo que nos enseñaban las sabidurías milenarias orientales, a cerca de que el infierno es creado por la mente. La mente tiene el poder de hacerte vivir en el mejor de los paraísos o en el peor de los infiernos. 

¡Claro! Nosotros los seres humanos somos como computadoras, obviamente mucho mas complejas, pero para entender esto, lo vamos a llevar a este ejemplo simple, y muy criticado pero lo cierto es que así funcionamos, no olvidando, obviamente, que somos mas complejo que eso pero, en la base, esa es la estructura básicamente. Entonces, nuestra mente es como una computadora, todo su entorno es información que recibe y procesa.  O sea, escuchar una música, es información que entra por sus oídos, es procesada por su mente y transmitida a su cuerpo. Toda las cosas que ve, es información que entra, es procesada y luego adaptada y expresada en el cuerpo, mediante una respuesta verbal o comportamental, las cuales puedes ser percibidas o no al ojo humano. Entonces, vamos por la vida recolectando información y procesandola. 

Dependiendo como procesemos esa información es como actuamos, como respondemos. O sea la forma en como interpreta el cerebro la información que entra, es la orden que le mandará al cuerpo. Frente a un estimulo o información que indica peligro, el cerebro mandara al cuerpo la orden de prepararse para huir o que se quede paralizado. Desde esta situación compleja, hasta cuando alguien nos dice algo, estamos recibiendo información y dependiendo el procesamiento de la información es como responderemos. 

De esta forma si mi manera de procesar la información es errónea, porque esta “llena de virus” (creencias irracionales, creencias disfuncionales, sesgos cognitivos), entonces mi manera de responder será errónea. Cuando nuestra manera de procesar la información esta plagada de “virus” o creencias disfuncionales, la percepción del mundo se vuelve terrorífica. 

Es como decía el filosofo René Descartes “pienso, luego existo”. Primero interpreto la realidad después según como la interpreto, existo, es decir la calidad o contenido de mi realidad depende de ese pensamiento. Entonces si toda la información que recibo es procesada y ese procesamiento da como resultado un contenido lleno de virus, de creencias irracionales, entonces mi percepción de la vida es sesgada. De esta manera, mi vida se vuelve un sufrimiento constante y crónico, en pocas palabras estoy haciendo de mi vida, un infierno, literalmente.

Por ejemplo: Si una persona tiene anteojos de color verde, entonces todo lo que va a ver, va a ser de color verde. Por más que uno le diga que en realidad es de color rojo, esa persona que tiene anteojos verdes lo va a ver verde. Así funciona nuestra mente. 

Las investigaciones actuales sobre estas problemáticas psíquicas, volviendo a la Terapia de Aceptación y compromiso,  han demostrado que la terapia de ACT, justamente, es la mas indica para estos trastornos comunes.

Algunas de las ideas centrales de la Terapia de Aceptación y compromiso, implican las siguientes conceptualizaciones (tomado del libro Hayes, S. C. (2013). Sal de tu mente, entra en tu vida. Desclée de Brouwer)

• El dolor psíquico es normal. Es importante y todo el mundo lo experimenta. 
• No puedes librarte a voluntad del dolor psíquico; lo que sí puedes, es hacer algo para evitar aumentarlo de manera artificial e innecesariamente. 
• Dolor y sufrimiento son dos estados diferentes. 
• No tienes que identificarte con tu sufrimiento. 
• Aceptar el dolor es un paso hacia la liberación del sufrimiento. 
• Tú puedes vivir una vida valiosa a partir de este mismo momento pero, para ello, tendrás que aprender cómo salir de tu mente para entrar en tu vida.

El mecanismo principal que subyace en la terapia de la Terapia de Aceptación y compromiso es poder realizar un cambio en la perspectiva, un cambio en la manera de procesar la información y de como uno vivencia la experiencia personal. 

Los procedimientos que brinda la terapia de la Terapia de Aceptación y compromiso buscan cambiar la función de los trastornos psicológicos  más comunes los cuales son como barreras que se interponen delante nuestro y no nos dejan avanzar. Por lo que mediante esta técnica es posible cambiar la esencia misma de aquellos y aminorar o terminar con sus efectos sobre la vida de uno.

“Metafóricamente, la distinción entre la función de un trastorno psíquico y la forma que adopta en la vida de una persona se puede comparar con alguien que está en un campo de batalla, luchando en una guerra. La guerra no está saliendo demasiado bien por lo que el sujeto lucha cada vez con más empeño. Perder, tendría un efecto devastador y quien está empeñado en el combate cree que, a menos que se gane esa guerra, no va a ser posible vivir una vida que merezca la pena. De manera que la guerra sigue y sigue… Lo que no sabe esa persona, sin embargo, es que, en cualquier momento, él o ella podría abandonar el campo de batalla y empezar a vivir su vida ahora mismo. La batalla todavía iba a continuar y el campo de batalla aún seguiría ahí, a la vista. El paisaje puede que siga siendo muy semejante a como era mientras estaban teniendo lugar los combates. Pero el resultado de la guerra ya no tiene demasiada importancia y la necesidad, aparentemente lógica, de tener que ganar la guerra antes de empezar a vivir de verdad habrá quedado descartada”. (Hayes, p. 23; 2013)

Aceptación: permitir sentir emociones indeseadas, sensaciones, impulsos y demás experiencias privadas y negadas; permitirles fluir, estar en el cuerpo, en la sensación sin luchar o huir  o ser indiferentes para con ellas

Yo-observador: esta teoría reconoce el aspecto transcendental del ser. Por lo que considera que tanto nuestros pensamientos, emociones, recuerdos, impulsos como sensaciones son aspectos periféricos, dinámicos y no esenciales. De esta manera, se busca experimentar la des-identificación con aquellos (pensamientos, emociones, recuerdos, impulsos o sensaciones).

Momento presente: se hace fundamental y primordial la búsqueda y mantenimiento de la atención en la experiencia presente, con interés, receptividad y compromiso, focalizándose voluntariamente en el aquí y ahora.

Valores: tiene como objetivo ayudar al individuo a poder reconocer y clarificar lo que es realmente importante para él, para su ser, desde el fondo de su corazón. Se trabajan cuestiones relacionadas con la identidad, el deseo de llegar a ser, lo verdaderamente significativo y valioso para la vida, etc.

Acción Comprometida: tiene que ver con el establecimiento de metas que tienen como fundamento determinados valores y el compromiso de llevar a delante las acciones requeridas para conseguirlas.

Defusión Cognitiva: aprender a observar los pensamientos, imágenes, recuerdos y otros tipos de cogniciones como aquello que son –vestigios de lenguaje, palabras e imágenes- en oposición a lo que dicen ser –eventos amenazantes, reglas que tienen que ser obedecidas, verdades objetivas y hechos.

La base conceptual de la terapia de aceptación y compromiso es la Teoría de los Marcos Relacionales la cual tiene importantes aportes para la  clínica cognitivo comportamental con niños y adolescentes.

Esta teoría es un desarrollo contemporáneo basado en las teorías de Skinner respecto del lenguaje. La idea de la que se parte es que las conductas verbales constituyen la cognición y que ésta es producto de las interacciones lingüísticas (Coyne y Cairns, 2016). En otras palabras, los pensamientos son producto de las relaciones lingüísticas que entablamos con los demás. Y este pensamiento es el que determina en gran parte nuestro sufrimiento y dolor psíquico, según esta teoría. Investigadores como Hayes, Barnes-Holmes y Roche (2001) proponen que los seres humanos poseen la capacidad de aprender mediante la relación de determinados estímulos, tanto de forma directa como indirecta. Este proceso de relacionar estímulos de forma arbitraria y en función al contexto verbal, se lo denomina FRAME (enmarcar). Esta es una capacidad específicamente humana y es la que determina el desarrollo de la cognición y el lenguaje (Torneke, 2010).

Desde esta perspectiva nuestras categorías cognitivas, nuestras evaluaciones, valoraciones, juicios y reglas actitudinales son conductas aprendidas a partir de la relación y transformación lingüística entre estímulos.

Se ha comprobado que el entrenamiento de padres de niños con TDAH, sumado a la ayuda del trabajo aúlico y otros aspectos, son alternativas eficaces para favorecer su bienestar.

REDACTORA: Gisela S., redactora de la gran familia de la Hermandad Blanca.

FUENTE: Hayes, S. C. (2013). Sal de tu mente, entra en tu vida. Desclée de Brouwer.
https://www.psyciencia.com/terapia-aceptacion-compromiso-act-padres-ninos-conductas-disruptivas/
Torneke, N. (2010). Learning RFT: An Introduction to relational frame theory and its clinical aplications. Oakland: New Harbinger.