Frente a la fase  de ascensión y a los acontecimientos del 2012 surgen muchas preguntas como: cuántas almas desencarnarán? cuántas quedarán en el planeta? perderemos la individualidad? Trataré de responder a estas y otras preguntas desde el punto de vista de la desencarnación.

Cualquier proceso de ascender o “elevar”, produce automáticamente la muer­te la cual afecta a los átomos de los órganos involucra­dos y origina las etapas preliminares de la mala salud, la enfermedad y la desintegración, porque la muerte no es otra cosa que la desintegración y el retiro de la ener­gía. Debido a que estamos al final de una era, sabemos que el dominio que ejerce la muerte sobre el ser humano y el terror que inspira el ángel de la muerte, pronto desaparecerán. Se desvanecerán por­que consideraremos a la muerte como otro paso en el camino hacia la luz y la vida, y nos daremos cuenta que a medida que la vida crística se expresa en todos los se­res humanos y a través de ellos, demostrarán para sí y para el mundo, la realidad de la inmortalidad.

El Astro Sol en la actualidad, está emanando con mucha fuerza, olas gigantescas de 100 mil kilómetros de altura, hechas de plasma supercaliente. Estas explosiones de plasma magnético están llegando actualmente (Año 2011) al planeta Tierra aún en forma débil. A partir del 2014, las explosiones serán más intensas y de mayor alcance.

Esta energía solar está llegando al planeta con un propósito específico, cuando lo hace, sus ondas electromagnéticas pasan por Mercurio, Venus y llegan a la Tierra. Cada vez que sus ondas pasan por los tres planetas, encarna y desencarna millones de almas (energías-pensamientos elevadas).

A partir del año 2014 las explosiones del Sol serán de mayor intensidad, este fenómeno durará la primera etapa de 333 años de la entrada al Alineamiento Cósmico. Todas las almas que se encuentren encarnadas en la entrada del Alineamiento del año 2014, tendrán de dos a tres reencarnaciones más para conseguir la espiritualización del Ser.  Los que quieran salir ahora, solo tendrán los próximos 200 años para despertar.

El renacimiento: reencarnación y  resurrección.

Las principales soluciones a los problemas de la inmortalidad y de la supervivencia del alma hu­mana; que aspiran responder a la eterna pregunta del corazón humano respecto a cuándo, por qué, dónde y adónde, han sido de tres tipos: materialista, fundamentalista y espiritualista. Los básicos fundamentos de un origen espiritual del alma, de un descenso a la materia, de un as­censo por medio de las constantes encarnaciones en la forma, hasta que esas formas sean expresiones perfectas de la conciencia espiritual que mora inter­namente, y de una serie de iniciaciones, al finalizar el ciclo de encarnación, están siendo más rápidamente aceptados y reconocidos como nunca lo fue­ron.

Tanto si se trata de la reencarnación como de la resurrección, siempre entra en juego, la inmortalidad del alma.

Para comprender los criterios de la creencia en la reencarnación, hemos de considerar seis criterios:

1.      El alma existe.

2.      El alma sobrevive después de la muerte del cuerpo físico y fuera de él.

3.      Existe una especie de purgatorio, de lugar donde van las almas que han dejado el cuerpo físico y donde se preparan para una nueva reencarnación.

4.      Una misma alma reaparece en un nuevo cuerpo. Incluso puede producirse este fenómeno numerosas veces, a lo largo de los siglos y los milenios.

5.      El alma memoriza las experiencias que ha vivido durante sus diferentes reencarnaciones. Por tanto, existe una tarea, una misión, un destino para cada alma.

6.      Las reencarnaciones sucesivas de una misma alma en diferentes cuerpos tienen un fin; pues estas sólo son pretextos para elevar al alma a un nivel de conciencia superior.

Para los chinos, el hombre poseía dos almas: Hun, su principio celeste y Po, su principio terrestre. Los egipcios las conocieron con los nombre de Ba y Ka, después de la muerte, el ka volvía a la existencia física, mientras que el ba volaba hacia el otro mundo.

Los caldeos creían que el alma del difunto debía superar siete pruebas en las siete esferas planetarias, antes de acceder a la vida eterna, sin embargo no creían en la inmortalidad del alma. Los griegos sí creían en ella, hicieron del Hades el lugar donde todas las almas iban a parar. Tres aspectos femeninos representarían el alma, Perséfone, Euridyce y Psique.

Perséfone representaría la vida del alma en el purgatorio, por estar entre el Cielo (Zeus) y la Tierra (Ceres).

Eurídice como el alma femenina que se enamora del alma masculina.

Psyque es el alma liberada por el amor.

A partir del mito de resurrección, se conformaron los cultos de misterio. En general el misterio tenía que ver con la vida, muerte y resurrección de un dios tal y como se ilustra en las enseñanzas del mitraísmo.

Era en el templo de Delfos donde aparecía la inscripción  “Cónocete a ti mismo” y Pitagóras fue el primer maestro en sistematizar una disciplina para lograrlo.

La vida pública de Jesús es una confirmación pública de los Misterios, pero mientras que los misterios se basaban en los mitos, el cristianismo, como lo predicara Pablo, se basaba en un hecho histórico. Jesús fue el protagonista del drama en el que toda la humanidad participó. La resurrección de Cristo en pascua,  se convertiría en uno de los fundamentos del cristianismo.

La quinta iniciación, como puede verse en el cuadro, ha sido denominada «Resurrección» por el credo cristiano, destacando ese aspecto en la experiencia del iniciado, que conduce a la revelación, es decir a su «ascensión desde el océano de la materia a la clara luz del día».

La  Renunciación produce la crucifixión y conduce a la  Ascensión, o a la total «elevación fuera de» o «al ascenso más elevado» que conduce a la Revelación, que da la visión, recompensa de las dos etapas anteriores. Los teólogos cristianos han convertido así  dos iniciaciones (la cuarta y la quinta)  en tres episodios distintos. La resurrección y la ascensión son el resultado de la muerte o des­trucción del cuerpo causal.

La resurrección enseña esencialmente la «ascensión» de la materia al cielo; enseña la «vivencia de la vida» y el estado del «Ser inalterable». Este inalterable Ser constituye la naturaleza de la mónada, y esa condición de percepción la realizó Cristo cuando actuó como Salvador del mundo, garantizando así, por la fuerza de Su realización como alma?personalidad, el mismo grado de realización para nosotros, porque igual y esencialmente, somos hijos del Padre o expresiones de la Mónada, el Uno. Sin embargo, no significa la resurrección de alguna personalidad en determinado vehículo, utilizado en una encarnación particular.

La clave para la derrota de la muerte y los procesos para comprender el significado y el carácter de la eter­nidad y de la continuidad de la vida, pueden ser revelados sin peligro sólo cuando el amor se posesione de la conciencia humana y cuando el bien para el todo, y no el bienestar egoísta del individuo, se considere como su­premo. Sólo por el amor (y el servicio como expresión de ese amor) puede comprenderse el verdadero mensaje de Cristo, y los hombres podrán así seguir hacia una re­surrección gozosa.

El Arte de Morir.

El proceso interno de la MUERTE es el siguiente:

1. La primera etapa consiste en retirar la fuerza vital del vehículo etérico del triple cuerpo físi­co.., y la consiguiente “corrupción”, siendo “dispersado en los elementos”. El hombre ob­jetivo desaparece y el ojo físico ya no lo ve aunque se halla en su cuerpo etérico.
2. La segunda etapa consiste en retirar la fuerza vital del cuerpo etérico y en desvitalizarlo…
3. La tercera etapa consiste en retirar la fuerza vital de la forma astral o emocional, para que ésta sea desintegrada en forma similar y la vida centralizada.., en cualquier otra parte. Ha ad­quirido una acrecentada vitalidad por medio de la existencia en el plano físico, y le ha dado color por medio de la experiencia emocional.
4. La etapa final para el ser humano consis­te en ser retirado del vehículo mental. Las fuerzas vitales, después de esta cuádruple abstrac­ción, son centralizadas totalmente en el al­ma.

La Ley de Atracción

La Ley de Atracción rige los procesos de la muer­te así como también todo lo demás en la manifestación.  Constituye el principio de coherencia que, regido por la integración equilibrada de todo el cuerpo, lo mantiene intacto; estabiliza su ritmo y los procesos cíclicos de la vida, y relaciona entre sí sus distintas partes.

En la Ley de Atracción existen (co­mo en todo lo manifestado) tres fases o aspectos, vincu­lados a los tres aspectos divinos.

1. Relaciona la vida y la forma, espíritu y materia, tercer aspecto.
2. Rige el proceso coherente de integración que pro­duce las formas, el segundo aspecto.
3. Lleva a cabo el equilibrio, que da por resultado el acto de desintegración, disolviendo así la forma -en lo que concierne al ser humano-, y lo hace en tres etapas que denominamos:

1. Restitución, da por resultado la disolución del cuerpo y el retorno de sus elementos, átomos y células a su fuente de origen.
2. Eliminación, involucra el mismo proceso bási­co en relación con las fuerzas que han consti­tuido el cuerpo astral y el vehículo mental.
3. Absorción, el modo en que el alma humana se integra a su fuente de origen, la influyente alma universal. Expresión del primer aspecto.

Procesos

Los tres princi­pales procesos  abarcan tres perío­dos y conducen oportunamente a otros procesos regidos por la Ley de Renacimiento, y son:

1. El Proceso de Restitución, que rige el período de abstracción del alma del plano físico y de sus dos aspectos fenoménicos, el cuerpo físico denso y el cuerpo etérico. Concierne al Arte de Morir.
2. El Proceso de Eliminación, rige el período de vida del alma humana después de la muerte y en los otros dos mundos de la evolución humana. Con­cierne a la eliminación del cuerpo astral-mental, por el alma, para que esté “preparada para perma­necer libre en su propio lugar”.
3. El Proceso de Integración, trata del período en que el alma liberada llega a ser consciente de que es el Angel de la Presencia y está reabsorbida en el mun­do de las almas, entrando entonces en un estado de reflexión. Posteriormente, bajo el impacto de la Ley de Necesidad o Deuda Kármica, el alma se pre­para de nuevo para otro descenso en la forma.

La Ley de Renacimiento.

Ley de Renacimiento rige los procesos expe­rimentales de la vida del plano físico, y  antes de la eliminación de los cuerpos kámico (de­seo), kama-manásico y manásico (mental), sólo pasan a través de un intervalo entre encarnaciones y  con­siguientemente encaran dos grandes experiencias:

1. El momento (largo o corto de acuerdo al grado de evolución) donde se hará contacto con el alma o ángel solar.
2. Luego de ese contacto se produce una reorientación relativamente violenta hacia la vida terrena, que conduce a lo que se denomina “el proceso de des­censo y llamado”, donde el humano:

a)      Se prepara de nuevo para la encarnación física.

b)      Emite su propia y verdadera nota dentro de la sustancia de los tres mundos.

c)      Revitaliza los átomos permanentes, que forman un triángulo de fuerza en el cuerpo causal.

d)     Reúne la sustancia necesaria para formar sus futuros cuerpos de manifestación.

e)      Matiza sus cuerpos con las cualidades y características que ha adquirido mediante la experiencia de la vida.

f)       Organiza, en el plano etérico, la sustancia de su cuerpo vital, de tal modo que los siete centros adquieren forma y pueden convertirse en reci­pientes de fuerzas internas.

g)      Elige deliberadamente a sus futuros padres quienes le proporcio­narán la envoltura física densa necesaria, y lue­go espera el momento de la encarnación.

Estos dos momentos críticos los enfrenta consciente­mente el hombre desencarnado y sabe lo que está ha­ciendo dentro de los límites establecidos por su grado de evolución.

La Ley del Karma

Desde el momento de la total separación de los cuerpos físico denso y etérico, y a medida que se em­prende el proceso de eliminación, el hombre es conscien­te del pasado y del presente; cuando la eliminación es total y ha llegado el momento de hacer contacto con el alma y el vehículo mental está en proceso de destruc­ción, entonces inmediatamente tiene conciencia del fu­turo, pues la predicción es un haber de la conciencia del alma, participando el hombre de ella temporariamente. Por lo tanto, el pasado, el presente y el futuro se ven como uno; entre una encarnación y otra y durante el continuado proceso de renacimiento se va desarrollan­do el reconocimiento del Eterno Ahora. Esto constituye un estado de conciencia (característico del estado nor­mal del hombre evolucionado) que puede ser denomina­do devachánico.

El empleo del término “inmortalidad” infiere infinitud, y enseña que esta infinitud exis­te en aquello que no es perecedero o está condicionado por el tiempo. Esto es una afirmación que requie­re una cuidadosa reflexión. El hombre reencarna sin apremio de tiempo. Encarna de acuerdo a las exigencias de las deudas kármicas, a la atracción de lo que él ini­ció como alma, y porque ha sentido la necesidad de cum­plir obligaciones instituidas; también encarna por un sentido de responsabilidad y para cumplir con los requi­sitos impuestos por un anterior quebrantamiento de le­yes que rigen las correctas relaciones humanas. Cuando estos requisitos, necesidades del alma, experiencias y responsabilidades han sido satisfechos, penetra perma­nentemente “en la clara y fría luz del amor y la vida”, y no necesita (en lo que a él concierne) la etapa infan­til de la experiencia del alma en la tierra. Está libre de imposiciones kármicas en los tres mundos, pero se halla aún bajo el impulso de la necesidad kármica, exigiéndo­le el máximo servicio que está en situación de prestar a quienes aún se hallan bajo la Ley de la Deuda Kármica.

La Encarnación.

Al encarnarse una y otra vez, estas almas llegarían a despertar la consciencia y con ello alcanzarían la concepción del espíritu. Al concebir el espíritu, el minutero las llevaría al cono-norte (cabeza del planeta) donde estas almas se prepararían a la salida del planeta para entrar a través del segundero (espíritu) a otra realidad de existencia, la cual siempre la hemos nombrado como: La Ciudad Interna.

Hoy en día el peso de las energías-pensamientos (alma – lado izquierdo del cerebro) se encuentra mayormente en el cono-sur. Esto produce que el mayor volumen energético se encuentre en el lado izquierdo del cerebro planetario. Al depurar las energías-pensamientos (almas) y elevar su frecuencia y vibración, las almas se volverán mucho más leves, encausándolas hacia el cono-norte, librando de esta manera la carga del cono-sur.

Al suceder esta fenómeno, el eje de la Tierra se invertirá porque la mayor cantidad de almas  se encontrarán en el cono-norte o sea, lado derecho del cerebro. Al entrar una mayor cantidad de almas al cono-norte, el cerebro del planeta Tierra se nivelará trayendo estabilidad y equilibrio. Cuando esto suceda el electromagnetismo del planeta se estabilizará invirtiendo la fuerza gravitatoria del lado izquierdo al derecho.

Las encarnaciones se producirán en forma de ocho (Infinito). Por ejemplo:

Una alma encarna en Europa, su próxima encarnación será en Sur-América, para subir por Norte-América, bajar por África o Australia, subir por Indonesia, Japón, China, entrar a los países: Rusia, Groenlandia, Islandia y entrar nuevamente por Europa. Así puede repetir este recorrido infinidad de veces hasta estar preparado energéticamente.

Cuando llegue a la frecuencia, vibración, ritmo y colores de la elevación, entonces al pasar por el cruce del número ocho se definirá si va para el vórtice del norte o del sur, saldrá por el cordón umbilical que le permitirá la salida y el viaje hacia otra realidad de existencia, más sutil o más densa.

Decimos que tienen 200 años para lograr el objetivo y ser los primeros en enrumbarse a la Ciudad Interna, para esto deberán: Elevar la energía-pensamiento, Concebir el espíritu y trascender. Esto implica tener de dos a tres encarnaciones más. Siguiendo la forma del ocho, ustedes sabrán dónde van a nacer y que recorrido harán guiándose por este número infinito.

El mismo recorrido energético de almas que el planeta tiene, ustedes lo están experimentando en su micro-universo con las energías-pensamientos. Los dos Conos existentes en el universo-hombre son: Centro energético de Procreación (Sistema Sexual) y Centro energético de Creatividad (Lado derecho del cerebro). El número ocho (infinito) se cruza en el plexo solar, es ahí donde se definen las energías-pensamiento o se van hacia la creatividad (Norte) o hacia la procreación (Sur).

De igual manera se repite en el cerebro del humano, el recorrido de las energías-pensamientos van del lado izquierdo al derecho y viceversa. La conexión, interacción y unión de ellas se realiza en el punto de unión del ocho (infinito) donde radica exactamente la Glándula Pineal y es ahí donde ustedes concebirán su espíritu, siempre y cuando la mayor cantidad de energías-pensamientos son elevadas, las cuales nutrirán el lado derecho del cerebro para que este pueda gestar a su bebé-espíritu.

En el universo las células-planetas no están divididas por Norte, Sur, Este y Oeste. Ustedes dividieron al planeta para poderse ubicar. En realidad para nosotros las medidas son siempre por gravedad, frecuencia, ritmo, colores etc. Cuando encontramos en el cuerpo universal frecuencias densas, sabemos que pertenecen a las zonas o centros energéticos bajos.

Por esta misma razón cuando nosotros nos referimos al Cono Norte o Sur, siempre nos referimos a las energías-pensamientos (almas) de frecuencia elevada o muy baja, a pesar que puedan estar mezcladas.

Cuando suceda el cambio del eje del planeta, lo mismo acontecerá con ustedes. Las energías-pensamientos que se encuentran en las zonas bajas como 1-2 y 3, las cuales pertenecen a los centros energéticos del plexo solar hacia abajo, subirán a las zonas elevadas, o sea a la 4-5 y 6 que son los centros energéticos del plexo solar hacia arriba o sea hacia la cabeza.

Significa que los pensamientos de instinto y sensación, aquellas que son energías procreativas elevarán y pasarán a formar parte de la creatividad o sea del lado derecho del cerebro. La polaridad energética en ustedes también invertirá su eje, porque los cuerpos, material y psíquico se equilibrarán, permitiendo el reciclaje energético del lado izquierdo hacia el derecho y cuando ellos dos lleguen a fusionarse, habrán concebido su espíritu.

La Meditación:

La meditación constituye el medio que otorga al alma en entrenamiento la capacidad de adquirir el poder de:

a.       Abstraerse o liberarse del cuerpo.

b.      Crear.

c.       Dirigir la energía por un acto de voluntad.

d.      Actuar constructivamente en el futuro.

A partir del año 2014, todos aquellos que han despertado en la actualidad y los que despertarán en los próximos 200 años, serán preparados por su guía interior, amparados por la Concepción del Espíritu, para regresar a la Tierra y poder vencer a la Fuerza Reptiliana.

Ustedes entrarán a la primera etapa, la cual es considerada, la más importante. Todos los seres Positivos, concebirán Espíritu en esta primera etapa, a través de la Enunciación, la Definición y la Concepción del Pensamiento.

La Enunciación……………… El Conocimiento.

La Definición…………………. El Entendimiento.

La Concepción………………. El Amor.

Mediante la Enunciación del Pensamiento, se da  la claridad del sentir, y se comienzan a desentrañar las emociones, de tal manera, que el alma encuentra la vibración perfecta y el sonido adecuado, para unirse a otras almas que vibran en la misma frecuencia. De esta forma podrán encaminarse hacia la frecuencia que las atraerá: primero la Ciudad Interna del planeta, después la Ciudad Interna de Venus, para pasar a la Ciudad Interna de Mercurio y por último del Sol.

Como los pensamientos  fluctúan entre el lado izquierdo y el derecho. El lado izquierdo, son humanos que se inclinan al Conocimiento-Positivo y a través de él, están consiguiendo la Enunciación de su energía-pensamiento-alma, encaminándola hacia la elevación energética.

Otros lo están consiguiendo a través de la Definición, mejor dicho estos seres tienen Creencia de lo superior de la existencia, a pesar de no tener el conocimiento, pero tienen el Entendimiento-Positivo de su realidad. Y hay aquellos que han despertado a través del Amor-Positivo.

Los tres de alguna manera van a conseguir el Despertar y la Concepción de su Espíritu. Estos humanos se preparan para pertenecer al Alineamiento Cósmico y se encaminarán hacia Venus, que los recibirá con los brazos abiertos, por los seres que allí existen. En estos tres casos, tendrán todavía 200 años, y entre dos a tres vidas más, que los ayudarán a definirse y despertar las otras dos cualidades que le faltan.

Todos aquellos que poseen el alma enferma de ambición y distorsión, continuarán encarnándose, fluctuando entre la Tierra y Marte. Estas almas continuarán siendo ayudadas, por los seres-especiales- positivos que regresarán a Tera voluntariamente, para continuar transmutando y salvando el máximo de pensamientos.

Entrenamiento en la técnica de morir.

Las personas olvidan por lo general que todas las noches, durante las horas de sueño, morimos en lo que respecta al plano físico y vivimos y actuamos en otro lugar. Olvidan también que han adquirido ya la facilidad de dejar el cuerpo físico, porque aún no pueden conservar en la conciencia del cerebro físico los recuerdos de esa muerte y el consiguiente intervalo de vida activa, y no relacionan la muerte con el sueño. Después de todo, la muerte es sólo un intervalo más extenso en la vida de acción en el plano físico; nos vamos “al exterior” por un periodo más largo. Pero el proceso del sueño diario y el proceso de la muerte ocasional son idénticos, con la única diferencia que en el sueño el hilo magnético o corriente de energía, a través de la cual corren las fuerzas vitales, se mantiene intacto, y constituye el ca­mino de retorno al cuerpo. Con la muerte, este hilo de vida se rompe o corta. Cuando esto ha acontecido, la entidad consciente no puede volver al cuerpo físico den­so, y al faltarle a ese cuerpo el principio de coherencia, se desintegra.

La expresión viaje interplanetario hace referencia tanto a los planetas como a los planos.

Así como tiene que producirse una unifica­ción entre los diversos aspectos del hombre, también debe efectuarse una unificación en conexión con los dife­rentes aspectos de la vida planetaria.

Es posible dar una serie de reglas sencillas para ser seguidas por todos aquellos que procuran establecer tal ritmo, y así la vida será metódica y constructiva, y llegado el momento de retirarse de la envoltura externa no habrá problema ni dificultad. Daré por lo tanto cuatro reglas sencillas que enlazará lo que muchos estudiantes actualmente hacen:

1.      Aprender a mantenerse enfocados en la cabeza me­diante la visualización, la meditación y la práctica constante de la concentración; desarrollar la capa­cidad de vivir acrecentadamente como el rey sen­tado en el trono entre las cejas. Esta es una regla que puede ser aplicada a los asuntos de la vida.

2.      Aprender a rendir cordial servicio y no insistir emo­cionalmente en la actividad dirigida a manejar los asuntos ajenos. Esto significa, antes que cualquier actividad, responder a dos preguntas: ¿Estoy rin­diendo este servicio a un individuo como indivi­duo, o como miembro de un grupo a otro? ¿Es mi móvil un impulso egoico o estoy impulsado por la emoción, la ambición de sobresalir y el deseo de ser amado o admirado? Estas dos actividades tendrán como resultado el enfoque de las energías de la vida arriba del diafragma, y así se anulará el atractivo poder del plexo solar. En consecuencia este centro será cada vez menos activo y no exis­tirá el peligro de rasgar la trama en ese lugar.

3.      Aprender, antes de dormirse, a retirar la concien­cia a la cabeza.  Esto debe practicarse definidamente como un ejercicio al entrar en el sueño. No deberían permitir deslizarse en el sueño, sino man­tener la conciencia intacta hasta pasar consciente­mente al plano astral. Debería intentarse el relajamiento, la cuidadosa atención y una constante atrac­ción hacia el centro de la cabeza, porque mientras el aspirante no haya aprendido a ser consciente de todos los procesos del sueño y a mantenerse al mismo tiempo positivo, resulta peligroso este trabajo. Los primeros pasos deben darse con inte­ligencia y seguirse durante muchos años, hasta hacer con facilidad el trabajo de abstracción.

4.      Anotar y vigilar todos los fenómenos relacionados con el proceso de retiro, ya sea durante el trabajo de meditación o al dormir. Se hallará, por ejemplo, que muchas personas despiertan sobresaltadas inmediatamente después de dormirse. Esto se debe a que la conciencia no se desliza por la trama que está bien abierta, sino por un orificio parcialmen­te cerrado. Otros podrán oír un chasquido violen­to en la región de la cabeza.  Es causado por los aires vitales en la cabeza, que generalmente no percibimos, producidos por una interna sensibili­dad auditiva que causa percepción de sonidos siem­pre presentes, pero normalmente no registrados. Otros verán una luz cuando están por dormirse, nubes de colores o banderas y gallardetes de color violeta; éstos son todos fenómenos etéricos, sin real importancia, y se relacionan con el cuerpo vital, las emanaciones pránicas y la trama de luz.

Efectuar esta práctica y seguir estas cuatro reglas durante años, facilitará grandemente la técnica del le­cho mortuorio, porque el hombre que ha aprendido a manejar su cuerpo cuando está por dormirse, tiene una ventaja sobre quien nunca ha prestado atención al pro­ceso.

En relación con la técnica de morir sólo  es posi­ble ahora hacer una o dos sugerencias.

Primero, se debe guardar silencio en la habitación. Cuando el silencio y la comprensión reinan en la habitación del moribun­do, el alma que parte, puede retener con claridad la po­sesión de su instrumento hasta el último minuto y hacer la debida preparación.

Segundo,  emplear frases mántricas que sean defi­nidamente construidas en la conciencia de la persona moribunda por quienes la circundan, o que sean empleadas deliberada y mentalmente por él mismo. (la que mantengo en mi mente es : Que brille para mí la luz perpetua N del E.)

La extremaunción tiene una base oculta científica. La ci­ma de la cabeza del moribundo debería también simbó­licamente estar hacia el este y las manos y los pies cru­zados. Debería quemarse en la habitación sólo madera de sándalo y no permitirse ninguna otra clase de incien­so, porque la madera de sándalo es el incienso de primer rayo o destructor, y el alma está en proceso de destruir su morada.

Se ha ido elaborando  ine­vitablemente una ciencia definida de la muerte (la tanatología), pero sólo será una innovación cuando la existencia del alma sea reconocida y su rela­ción con el cuerpo haya sido científicamente demos­trada.