Irradiando Tu Luz" Maestro Kuthumi
Amado Estudiante de la Luz
Sinceras y puras son tus intenciones cuando emprendes un estudio y dedicas tiempo a la Labor Superior, sin embargo con el correr del tiempo se degasta tu inicial visión esplendorosa, permitiendo que la bruma de lo cotidiano te impida ver la luz blanca de la estrella de realización y que siempre está brillando arriba de tu cabeza.
Muchas aulas se sostienen con sólo aquellos que perseveran y cuya capacidad de desarrollo va más allá de cualquier calificación humana. No digo que son hombres o mujeres distintos, cada uno tiene las mismas características que conforma a cada quien, simplemente la soberanía del Espíritu prima en cada acto de sus vidas.
¡Quién no desconoce jamás la Fuente Primordial desde la cual todo se sustenta, magnifica y renueva, tiene la capacidad de vivir y evolucionar a grandes pasos!
La confusa y estrecha visión de identificación con lo pasajero y temporal es sembradío de dolores y sufrimientos. ¡Aquél que destila la Luz del Cristo, vive en los esplendores de su Ser!
Incansables son los intrépidos que van subiendo el estrecho, pero a la vez amplio Sendero, y que nunca se detienen ante la escarpada y hostil empinada ¡Suya es la labor! Porque mientras a tientas van transcurriendo sus días entre “la noche y el día”, saben que más allá de todas las luchas y avatares permanece pura y serena la Divina Luz de su Presencia inmortal. Aliados a la Luz no dan la espalda a su fulgor y aunque sus ojos no vean más allá de lo inmediato, contemplan con la visión del Cristo y caminan seguros entre la noche más oscura y cerrada.
Recuerda: ¡Lo avanzado no se deshace!
No vuelves tus pasos hacia atrás,
como no florece igual la rosa del mismo rosal.
El ayer se llevó entre sus brazos al tiempo que hoy es otro,
tu raíz celeste es eternamente la misma
que sostuvo tu aliento al nacer y al morir,
sin embargo ni naces verdaderamente ni mueres.
Testigo de lo divino, la esencia permanece
como un collar de perlas níveas se va hilando en tus vidas
para cuando el oro Luz del Cristo
reviva en tu cuerpo y seas Luz, sólo Luz.
¡Principio Sagrado y eternidad permanente!
Irradia tu Luz, es el deber, la Ley y el sublime sino
que sigue todo lo que sostiene la misma chispa
y semejante a un puñado de soles que se desprendieron
para darte la forma y la experiencia
que hoy te impulsa a recobrar ese origen inmaculado,
primordial y perfecto en la Trinidad del Uno,
abarcando las Tres Flamas de la Única conciencia.
En tu caminar te bendice,
Kuthumi
Mirtha Verde-Ramo
www.saintgermain.cl
Maravillosa y grandes son tus bendiciones gracias amado maestro.