La Aplicación de la atención en las sensaciones y sentimientos

Esta es la tercera aplicación o fundamento de la atención, tan importante como las anteriores del cuerpo y la mente. ¿Pero a que se refiere?…pues nada menos que a las sensaciones, sentimientos y emociones que experimentamos en nuestra vida cotidiana y que rara vez estamos conscientes de lo que se trata.

Para empezar debemos considerar que las sensaciones y sentimientos que experimentamos normalmente están gobernadas por el hábito y el impulso, la mayoría genera incomodidad o comodidad física de acuerdo al tipo de sensación o sentimiento del que se trate.

Las sensaciones comprenden a todos aquellos estímulos que recibimos de las bases sensoriales como son el ver desde la conciencia visual, el oír de la conciencia auditiva, el olfatear de la conciencia olfativa, el sentir de la conciencia táctil y el saborear de la conciencia del gusto, debemos incluir también una conciencia adicional que se refiere a la mental y está asociada a la interpretación de todos los estímulos que recibimos.

Por ejemplo si llueve podremos experimentar a través de los sentidos la sensación de humedad en el cuerpo, la visión de las gotas del agua por la vista…ésta es una apreciación primaria y básica de lo que nos acontece ante algo externo, sin embargo una segunda parte se refiere a la reacción e interpretación que tenemos ante estos estímulos….como estar enojados por que llueve o gozar por el mismo fenómeno, en realidad lo que marca la diferencia es el individuo y la mente que lo experimenta.

Lo que sucede también es que los sentimientos son una reacción a los estímulos externos que experimentamos a diario y que son totalmente individuales, por ejemplo alguna persona puede experimentar alivio al romper con su novio (a) y otra puede experimentar dolor por el mismo evento. Es así, como los eventos pueden ser los mismos pero las reacciones de los involucrados son totalmente diferentes.

¿En qué nos beneficia saber esto?…pues en el punto más básico nos ayuda a comprender que el cómo reaccionamos a nuestra emociones y sentimientos no es igual para todos y así podemos comenzar a dar más espacio al sentir de los que nos rodean, en discusiones muy acaloradas tendemos a asegurar que sabemos perfectamente como siente el otro y no hay nada más equivocado que esta afirmación pues para que así sea necesitaríamos experimentar los sentimientos desde la mente y corazón del otro …solamente con un poder extrasensorial podríamos lograrlo….la mente y como codifica las sensaciones y sentimientos es un proceso más complicado de lo que imaginamos.

Por ejemplo cuando discutimos por algo que nos gusta, un chocolate, normalmente una persona que está a dieta lo añorará y deseará comerse no sólo uno sino muchos , pero del lado contrario una persona que prefiere los snacks salados no deseará un chocolate….así es que ante un mismo objeto o persona las reacciones emocionales pueden ser muy diferentes.

Lo común es invertir gran cantidad de energía en la tarea de lograr que nuestro entorno sienta lo mismo que nosotros, sino lo logramos nos enojamos y nos frustramos…desperdiciamos tiempo y esfuerzo en una meta que no es justa ni real, pues es importante    saber que debemos respetar en todo momento a los otros y manipular sus sensaciones o sentimientos no nos conducen al respeto…nos aleja de él , en muchos casos la persona terminará realizando las acciones que no nos gustan sin que nos enteremos…así es como también fracturamos la confianza que construimos con los otros.

Así que la gran recomendación aquí es respetar en todo lo momento lo que los otros sienten, lo que les desagrada y lo que les gusta, si no lo hacemos estaremos forzando la mente y estructura emocional de la otra persona en nuestro beneficio y esto no es nada constructivo, podemos experimentar mentiras de los que nos rodean, que se alejen o que nos les sea agradable compartir experiencias con nosotros…la manipulación no es agradable ni constructiva y la libertad, la tolerancia y la convivencia sana es paz.

Permanecer abiertos a los sentimientos y sensaciones de los demás nos lleva a la inteligencia emocional que no es controlar las emociones de los otros, sino navegar de manera fluida y equilibrada en nuestras experiencias y las de los demás. Si se puede lograr basta como siempre con dar el primer paso y experimentar la paz del entendimiento del respeto y la cordialidad.

AUTOR: Pilar Vázquez, colaborador de la gran familia de la Hermandad Blanca