¿Qué es la Conciencia Sustrato?

Este es un aspecto  muy importante en Oriente en lo que se refiere al tema de la conciencia en general. En la realidad se divide básicamente en tres partes: la Conciencia Grosa o Psique, La conciencia Sustrato o Granero y la Conciencia más sútil que se conoce como RIGPA o nuestra naturaleza última y primordial.

Se afirma que las tres conciencias operan en nosotros de manera simultánea pero cada una tiene una función diferente por así decirlo.

La Psique que es la conciencia Grosa o burda es con la cual conectamos con todo lo que experimentamos a nivel interno y externo, normalmente es en la que funcionamos la mayor parte del tiempo y es con la que generamos causas y efectos de nuestras acciones que se resguardaran, posteriormente, en la conciencia sustrato que contiene nuestras impresiones kármicas de ésta vida y para los que creen en el renacimiento, de otras vidas también.

La Conciencia ultima o Rigpa es nuestra naturaleza bondadosa, compasiva y libre de aflicciones, no conceptual y no dualista, para experimentarla tenemos que trabajar en erradicar nuestras emociones aflictivas y experimentar algo así como una conciencia pura, en la que incluso el Karma no se hace presente. Normalmente es la mente en la que moran los seres o maestros muy realizados, los Budhas y Bodhitsatvas ya que su actividad es básicamente entre otras ayudar a todos los seres sensibles sin restricción.

Finalmente la Conciencia Sustrato es aquélla en la que se resguardan los registros de nuestras acciones edificantes y no edificantes, conocidas como impresiones karmicas que maduran cada vez que se hacen presentes las condiciones y circunstancias necesarias.

Por ejemplo, si somos personas muy codiciosas o avariciosas podemos llevar toda una vida actuando de este modo, sembrando semillas de esa misma naturaleza y como es una actividad no constructiva puede generar consecuencias en el futuro de carencias económicas, físicas y espirituales. Es así que todo lo que hacemos a nuestro favor o en contra se resguarda en la conciencia sustrato, en espera de florecer en nuestro presente o en nuestro futuro.

Por supuesto que no resguarda solamente lo negativo, por ejemplo, si generamos acciones positivas como la generosidad genuina e incondicional el resultado será la prosperidad económica, física y espiritual.

Los hábitos y tendencias son todo aquello que hacemos de manera automática y con descuido, también se resguardan en la  conciencia sustrato, por ejemplo, cuando tenemos el hábito de menospreciar a los demás, la acción  se resguarda en la conciencia sustrato, en espera de florecer en cuanto las condiciones se presenten.

Así es que desde ésta apreciación ya sabemos en dónde es que se encuentran los registros de nuestras acciones constructivas o destructivas. Se afirma que lo que experimentamos en el día a día, es el florecimiento de nuestras semillas karmicas y también estamos sembrando en todo momento semillas con nuestras acciones presentes que estarán en espera de florecer. ¿Cuándo? No lo sabemos cuando las condiciones se hagan presentes eso no es sólo cierto, es seguro.

Es entonces cuando bajo ésta perspectiva  nos debemos hacer responsables de lo que hacemos, decimos y pensamos,  entendiendo que nadie externo a nosotros nos castiga sino que somos nosotros, con nuestras acciones que generamos las causas  y experimentamos las consecuencias.

La recomendación es como siempre ser cuidadosos con lo que hacemos, decimos y pensamos con el entendimiento de que todo se guarda en nuestra conciencia granero (sustrato) en espera de florecer. La Atención presente y sostenida es la mejor receta para llenar ésta conciencia en su  mayor parte  de semillas karmicas positivas.

Es en el conocimiento de la existencia de ésta conciencia y sus funciones con lo que podemos entender el funcionamiento del karma en todas sus modalidades y que la causa y el efecto operan en todo momento y sentido,  a nivel colectivo e individual a través de éstos registros karmicos. Lo mejor es  estar atentos y generar en todo momento motivaciones positivas en  nuestras acciones, es sin duda un gran paso para comenzar.

AUTOR: Pilar Vázquez, colaborador de la gran familia de la Hermandad Blanca