La Escuela Libre Micael celebra su 30º aniversario

Jorge Gomez (333)

Ni Os

Quien se acerca a la puerta, ve una típica fachada de pueblo manchego. En el interior, se suceden edificios diferentes –muchos son prefabricados- colocados a lo largo de sus treinta años de vida. Los jardincillos y la huerta, mantenidos por los alumnos, la ausencia de asfalto en los paseos, los grandes pinos y los estanquillos de tortugas, ranas y peces dan un aire especial al lugar. Durante el recreo, el ambiente es alegre y pacífico y se puede ver a algunos niños subidos a los árboles.

En las aulas estalla el color en las paredes. Hay pizarras y pinturas realizadas por los alumnos expuestas en los paneles de corcho. Se oye la música de un piano que viene de un salón donde un grupo de niños hace euritmia y también flautas y cantos de estudiantes con sus maestros, que se mezclan con los ricos olores de la comida biodinámica que se prepara en la cocina del colegio.

Antonio Malagón Golderos es maestro fundador de la Escuela Libre Micael. En la actualidad, es profesor de Ciencias Sociales en Educación Secundaria y Bachillerato y dirige el Centro de Formación de Pedagogía Waldorf.

A continuación se detalla la entrevista que Malagón Golderos concedió a Noticias Positivas, con motivo de la celebración del 30º aniversario de la institución:

Noticias Positivas: ¿Qué evaluación hace de estas 3 décadas de trabajo?

Antonio Malagón Golderos: Personalmente, comenzar hace 30 años en un impulso pionero, lleno de idealismo, ha constituido una vivencia plena y llena de sentido para mi vida. El encuentro con cientos de alumnos y de familias y el trabajo –codo a codo- entre los maestros para llevar y construir la escuela, para impulsarla hacia delante y sobre todo, para cuidar la cualidad del trabajo, ha sido el reto diario.

Lo mejor que me ha pasado han sido los encuentros humanos de los que he aprendido todo y en los que he descubierto la dimensión divina de los demás, especialmente de los niños, cuando, sin darse importancia, muestran cualidades de alto nivel moral. Verdaderamente, son una esperanza para el futuro.

La celebración del 30 aniversario de la Escuela Libre Micael la he vivido en el ambiente de alegría que se respiraba en el colegio: mis compañeros habían pedido a los 415 alumnos un dibujo o pintura con una dedicatoria para mí. La entrega de este Libro-regalo tan especial en el salón de actos es lo que más me ha conmovido. Me llegó con él todo el cariño de mis colegas y de los alumnos. Sin embargo, he vivido también muchos recuerdos de tantos maestros que han aportado mucho en el proceso de la larga vida de esta escuela. También de familias generosas que tanto han ofrecido y de muchos antiguos alumnos. En suma, he sentido mucho agradecimiento y alegría.

N+: ¿Cómo surge la idea de crear la Escuela Libre Micael?

A.M.G.: Nace en 1970 como surgieron la mayoría de las escuelas Waldorf, del encuentro de un grupo de familias con algunos maestros. Heidi Bieler y yo estábamos estudiando algunos libros del filósofo Rudolf Steiner en un centro de Yoga que dirigían Sandra Aiste, Romano Guidicissi y Jorge Granados. Allí, descubrimos que uno de los aportes más significativos de la Antroposofía era la llamada Pedagogía Waldorf. Entonces no había bibliografía en español sobre estos temas, pues aquellos libros que leíamos eran traducciones artesanas. Pero Sandra y algunos amigos que vivían en Alemania nos hablaron que había Escuelas Waldorf por el centro, el norte de Europa y por medio mundo. Asique cuando conocimos a una familia hispano-alemana que tenía algunos hijos “maestros Waldorf” en las escuelas de Frankfurt y de Munich, nos pusimos en contacto con ella, e incluso, invitamos a su hija pequeña, Karen Armbruster, que estaba estudiando Educación Infantil Waldorf, para que nos contase lo que supiera. Así nos juntamos Heidi Bieler, Karen Armbruster y yo como equipo de maestros fundadores de lo que iba a ser la primera escuela Waldorf de España.

N+: ¿Cómo fueron los primeros pasos?

A.M.G.: Si hablamos de “los primeros pasos” hay que mencionar el “tiempo de gestación” que duró varios años, porque cuando recibimos el regalo de la casita de guardeses y el gallinero de manos de los hermanos Armbruster García, tuvimos que reconstruirla con apenas dinero. Además, el puñado de familias valientes que ayudaban en todo apenas juntaban 7 niños en edad preescolar. Pero en aquél ambiente pionero e idealista, todo rodaba con entusiasmo y alegría. Así, se inauguró el Jardín de Infancia Micael el 23 de Abril de 1979. Y a partir de ese momento, se hicieron largos trámites para la constitución de la Asociación Escuela Libre Micael, asociación mixta de padres y maestros, que sería la titular y gestora de la escuela. Pues, además de la educación de la infancia, la pedagogía Waldorf tiene otro objetivo: aprender a trabajar conjuntamente maestros y padres.

Después, unas familias fueron trayendo a otras y por ese vínculo de confianza, fue creciendo la Escuela de Educación Infantil. Cuando ya había 60 alumnos, en septiembre de 1987, se inauguró la Escuela de Educación Primaria (antigua Enseñanza General Básica). Y así, sucesivamente, mientras se han ido levantando gimnasio y edificios para las aulas, se han ido abriendo los otros niveles educativos: Educación Secundaria, Bachillerato, Aula de 2 a 3 años, Aula de Pedagogía de Apoyo Waldorf, Cocina y Comedor. Ahora, la Escuela Libre Micael cuenta con más de 400 alumnos y 35 maestros y profesores. Todo ello con la confianza cultivada cada día entre docentes y familias.

N+: ¿Cómo es un día típico en la escuela?

A.M.G.: La escuela es un lugar grato para los niños y también para nosotros, los maestros. El ambiente es sereno aunque muy vivo. Se intenta que no haya tensiones y que los aprendizajes formen parte del día a día, en medio de múltiples vivencias: grupitos de la orquesta, clases cantando, los ensayos del teatro de la clase 2º de ES0, los grupos que hacen sonar sus mazas golpeando la madera con sus gubias o sus martillos batiendo cobre.

En el fondo, no se puede decir que haya un “día típico” porque el transcurrir del año y de sus estaciones y la celebración de las fiestas cristianas, ya marca mucho la atmósfera humana del colegio.

A las 8 de la mañana ya están en clase los alumnos de Bachillerato y a las 8:30 los del resto de los cursos. Es una jornada apretada hasta las 14:30, pero muy armónica por la sana distribución de las materias a lo largo de la jornada escolar. Se colocan las asignaturas en tres franjas horarias, distribuidas de acuerdo al proceso rítmico-vital del alumno: en la primera, de 8:30 a 10:30, las asignaturas intelectivas; de 10:45 a 12:45, las asignaturas artísticas; y de 13 a 14:30, las asignaturas de movimiento, los talleres artesanales, el trabajo en la huerta y jardines.

En una Escuela Waldorf es fundamental establecer una buena relación entre los maestros y cada uno de sus alumnos para cultivar los vínculos humanos que dan confianza y seguridad a los niños. Por eso, el maestro tutor se mantiene en el mismo grupo de alumnos durante los seis años de Educación Primaria. Naturalmente, le acompañan en el equipo de maestros los especialistas de cada asignatura: Educación Física, Alemán, Inglés, Euritmia, Arte, Música y Trabajos Manuales. De esa manera, las asignaturas responden a las necesidades de desarrollo de las capacidades anímicas: el pensar y conocer en la primera parte del día, el sentir y la sensibilidad en la parte media y la voluntad en la última parte de la jornada escolar. Pero así como en Educación Primaria el maestro tutor imparte las asignaturas intelectivas, en Educación Secundaria las impartes los profesores especialistas, pero también el Tutor se mantiene en el mismo curso desde 1º de ESO a 2º de Bachillerato.

Los maestros reciben diariamente a los alumnos en las puertas de las aulas para saludarse individualmente. ¡Cuánto se aprende sobre el niño en ese encuentro fugaz y repetido sobre la verdadera situación del niño! De la comunicación y buena relación entre los alumnos y los maestros se hace posible el “acto pedagógico” y se generan las mejores capacidades sociales para el futuro. Y a todo esto, hay que añadir las celebraciones de los cumpleaños –con tarta casera de cada alumno y maestro- que endulzan y hacen especial el “Día” de cada uno y dan un ambiente de alegría a todo el colegio.

N+: ¿Por qué es tan importante la participación de la familia en la escuela?

A.M.G.: Una comunidad educativa la forman los maestros, las familias y naturalmente, los alumnos que han de estar en el centro y ser motivo de todo lo que se realice en el centro escolar. Es un hecho que nuestra legitimad como docentes (y la de los padres como educadores) se justifica si los adultos de la comunidad educativa entramos en nuevos procesos de aprendizajes –colaborando conjuntamente- y de autoeducación: las reuniones pedagógicas trimestrales de los maestros de cada curso con los padres de sus alumnos, las conversaciones familia-maestro tutor, los grupos de trabajo, las actividades artísticas abiertas a padres y amigos, los talleres de fabricación de juguetes naturales para los tradicionales Mercadillos de Navidad y de Verano y hasta la participación en la Junta Directiva de la Asociación que administra el colegio y en la diversas comisiones dan cuenta de la importancia del trabajo común.

N+: ¿Qué proyectos u objetivos tienes para los próximos años?

A.M.G.: Un maestro Waldorf tiene el objetivo diario de preparar sus clases, de acompañar a sus alumnos en sus caminos de desarrollo, de convivir con sus compañeros para llevar la escuela y de acoger a las familias. Pero, en mi caso, además de seguir impartiendo las clases en la Escuela Micael, mirando hacia el futuro, quiero seguir apoyando a las Escuelas Waldorf en España y en el mundo Iberoamericano. Para ello, impartimos en el Centro de Formación de Pedagogía Waldorf diversos cursos en colaboración con entidades culturales y universidades. Además, hace 6 años hemos creado la Asociación de Centros Educativos Waldorf que acoge a más de veinte centros educativos Waldorf de España y apoya a una treintena de nuevas iniciativas que están brotando por todo el país. También colaboramos con iniciativas de Portugal e Iberoamérica. Como presidente de este organismo, promuevo la relación y el mutuo apoyo entre centros educativos Waldorf y organismos internacionales tales como la UNESCO, la Sección Pedagógica del Goetheanum y el Consejo Europeo de Educación Waldorf-Steiner, entre otros.

DATOS DE CONTACTO:

http://www.escuelamicael.com

Tel.: 91 637 52 87 – Km. 21,300 de la Carretera de La Coruña, Las Rozas de Madrid (salida 19).

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